− ¿Estás bien? – pregunta Aleix.

− Si, pero no he podido recordarlo, solo una parte, pero no quiero recordar el día de su muerte – digo.

− Lo entiendo, debe ser duro para ti – añade Aleix.

− Sí, lo es – respondo – Estoy lista para abrir el joyero – digo con una sonrisa tratando de darme fuerzas.

Aleix me pasa el joyero y me dice – Haz los honores.

Abro la caja y lo primero que veo... lo primero que veo son fotos nuestras. Muchas de esas fotos ya ni las recodaba. En el reverso está la fecha y el lugar donde fueron tomadas. Las lágrimas quieren volver a salir de mis ojos.

− ¿Puedo quedármelas? – preguntó.

− Claro que sí, pero que te parece si sacas todas las fotos y después las ves tranquilamente en tu habitación – dice.

Asiento y saco las fotos. Encuentro un papel doblado.

Gracias por no rendirte. L.

Debajo del papel, una llave. El llavero indica que es de la caja fuerte de un banco. Qué sería tan importante como para guardarlo en una caja fuerte.

− Es una llave del banco. Según el llavero, está en Madrid.

− Prepara lo que necesites porque nos vamos a Madrid en dos horas.