La noche era cálida y un poco húmeda, la luna brillaba para poder alumbrar la capa negra en la que las estrellas se iluminaban por la travesía del tiempo, en un extremo en el lugar donde entrenaban aún, se encontraban los dos mejores amigos, quienes no dejaban de platicar después de un largo tiempo, sus compromisos laborales nos les permitían convivir como antes y aún teniendo a sus amores, era más corto su tiempo...

—¡Te veo muy feliz Jin!—mirando a su amigo con una gran sonrisa.

—Lo estoy, desde que Tae aceptó mi amor no puedo dejar de sonreír, lo amo cada segundo que pasa y no me arrepiento de nada—frunciendo su seño enseguida.

—Como, ¿entonces ya tu viste tu primera vez?—aún no creyendo Jung lo que escuchaba de los labios del apuesto de Jin.

—¡Tae es mi primera vez!

—Creí que ya no lo eras Jin, ya que eras un poco desenfrenado con los chicos y chicas, eras muy popular y solicitado, tu belleza es lo que te ha caracterísado siempre.

—Pues ya vez que no, porque crees que estoy tan enamorado Jung, no podría mantenerme separado de mi hyung ni un instante—afirmado que lucharía por su amor siempre.

—Yo tambien luchare, mi situación con Jimin aún no es estable, gracias a Namjoon, no puede aceptar que Jimin ya no lo ama—afirmando su triunfo ante su rival.

—Creo que en ese aspecto tu Jimin debe de ser más firme, Namjoon no puede obligarlo a que este a su lado.

—Lo se, pero esa deuda es lo que lo tiene atrapado y yo sin poder hacer nada—expresando su preocupación.

—No te preocupes Jung, pronto será la carrera anual y ganaremos mucho dinero, yo ganaré el respeto de todos y tu ganarás ambas cosas.

—Claro que si, ¡yo estaré contigo! esforzándome mucho para lograrlo—muy motivado ante las palabras del pelicastaño claro.

—Somos más que unos chicos, somos corredores profesionales y nadie nos detendrá por alcanzar nuestros sueños.

Los dos chicos se, dan un fuerte abrazo muy contentos de realizar sus planes a futuro ante en lo profesional como en el amor, Jin dio un suspiro y piensa de nuevo en Tae, mirando hacia las estrellas muy optimista, al pasar un segundo, notan que unos tipos se les acercan con trajes negros, pelones y rudos con lentes oscuros y armados hasta los dientes, Jin y Jung trataron de subir a sus autos para huir pero fue inútil, los acorralaron y no dejaron que escaparan de sus manos...

—¿Que es lo que quieren? déjennos ir—añadió enseguida el pelinegro.

—Les traemos un regalo de nuestros patrones—golpeando a Jung, enseguida en su costilla.

El pelicastaño claro, enseguida se enfurecio gritando—noooo!!!

—¡Malditos! quienes los mandaron, respondan—gritandoles con mucha ira.

—No te molestes en preguntar tonto niño, porque jamás te lo diremos—dándole el mismo golpe que a Jung.

Los dos estaban débiles, después de la pelea con sus rivales, era muy poco tiempo de que se habían recuperado, no les daba el beneficio suficiente para poder pelear como siempre, sin embargo en un extremo del lugar, se ocultaban los tres chicos viendo por completo lo que les esperaba a sus rivales...

—Te dije que no le hicieran daño a Jin, que parte no entendieron par de traidores—expresando su molestia el peliplateado.

—Tranquilo, es solo una probadita para que se le quiten las ganas de estar con mi Tae—añadió el peliverde muy feliz de que golpeara al su apuesto rival.

—No me importa, ¡iré a salvar a Jin! no soporto que me lo golpeen—desidido a salvarlo.

—No se te ocurra ir, porque te delataras enseguida y nos hecharas a perder nuestros planes, además Jin te odiara al darse cuenta que tu mandastes a golpearlos.

El joven Ken maldecia por completo a sus alehados, no tuvo más remedio que quedarse quieto, sin poder hacer nada al respecto...

—Solo les advierto que si le pasa algo a Jin, no se los perdonaré nunca más.

—¡Ya callate Ken! no le pasara nada a tu estúpido Jin—gritándole enseguida el pelirosado.

Ken estaba preocupado lamentándose en ese momento en el que no podía hace nada, se sentía impotente al ver como le hacían daño al chico que amaba, mirándolos con resentimiento, no pudo mirar como había tanta injusticia, al hacerles daño ambos chicos.

Los guardias del padre de Namjoon, habían logrado obedecer su mandato, golpeando cruelmente a Jin y Jung, la sangre corría por sus cuerpos y sólo se quejaban de tantos golpes que no podía ya mantenerse de pie, amenazados con las pistolas en la frente, Jung pudo decirles aún ante el dolor que le provocaban las heridas...

—Fue ese maldito de Namjoon, ¡verdad! díganle a su estúpido jefe, que no sea cobarde y que no mande a sus perros a golpearnos y que pelee conmigo a puño limpio, como un hombre de verdad—gritando por todo el lugar, sabiendo que Namjoon lo escucharia enseguida.

El pelirosado se enfureció enseguida al decirle cobarde, no pudo mantenerse quieto ante su orgullo y quería darle otra paliza el mismo...

—No Nam, que no ves que solo quiere que salgas para descubrirte tu solo—deteniendo a su amigo del brazo para no caer en provocaciones.

—Tienes razón, no puede enterarse nadie de lo que planeamos, jamás nos perdonarian—dio un suspiro y se mantuvo en su lugar de nuevo.

El peliplata aún se sentía furioso al ver muy mal a Jin, no pudo ver más sus ojos, como se quejaba del dolor y pudo así expresarles su desicion desiciva...

—Ya es suficiente, ¡dejenlos en paz!—dándoles por completo su desicion final.

Esta bien, creo que eso los mantendrá ocupados de no meterse con nuestros chicos—dándoles su orden a sus perros.

Los guardias obedecieron enseguida las órdenes de su jefe Nam y soltaron enseguida a los chicos, con lamentos profundos, Ken decide marcharse sin decir ni una palabra sobre el asunto, se fue y los demás sólo sonreían gustosos de su triunfo por ser tan cobardes...

—Me alegra verlos tirados en el piso retorsiendose ese engreído de Jin—agregó el peliverde gozando de su maldad.

—Yo también, ya era justo que ese par recibieran su merecido—dando por concluida su misión.

Los perros de Nam se van de inmediato en sus autos y los chicos por igual, Ken no se había quedado tranquilo y va con Jin enseguida para auxiliarlo...

—Pero que te hicieron, los llevaré enseguida al hospital—asombrado como si en verdad, no supiera lo que hizo en realidad.

Ambos chicos con dificultad pudieron subir al auto de Ken, solo se quejaban y tenían mucho dolor que no les permitía ni hablar, el peliplateado,  iba a toda velocidad hacia el hospital, aún no lograba entender, porque Nam y Yoongi pudieron haber hecho tal cosa, su preocupación por Jin, lo llevó al extremo al grado, de que no le avisaría a Tae de lo ocurrido, Jung pudo decirle con dificultades...

—Necesito que le hables a Jimin, a mi mamá y Tae no pueden estar sin saber lo que nos paso—dándole el número de su celular al peliplateado.

Sonando la llamada entrante contesta su madre, quien dudoso no quería decirle nada, pero era su madre y tenía que saberlo, frunció su seño y accedió a la peticion del pelinegro, dandole la noticia y enseguida colgó el celular, Jung tranquilo, se desmayo del dolor y Jin solo movía a su amigo para que reaccionara, se estaba alterando y con sangre en su cuerpo le dijo a Ken...

—Avisale a mis padres y Tae, necesito que este a mi lado, ¡por favor Ken!—oyendo sus súplicas de desesperación.

Ken no quería que se enterara Tae, así que le marcó por igual a sus padres para darles la noticia, Jin se dio cuenta que no le marcó a Tae y le arrebato el teléfono, le marcó y sono al momento de que contestaria Tae, el chico también desmayo del dolor y ya no le pudo contestar, Ken grito de la preocupación y se apresuró más, dejando que Tae escuchara los gritos de Ken suplicando por Jin, Tae se alteró al oír sus gritos por teléfono y enseguida salió de su casa para saber si Jin estaba bien, al llegar a su casa de su amor las luces estaban apagadas y nadie respondía ante los toques en la puerta que daba, nadie le abrió y aun más se preocupo al no saber nada de su familia ni de su Jin, marcandole a Jimin enseguida para saber dónde vivía Jung, para darle razones de su novio, al verse juntos fueron a la casa de Jung y nadie estaba tampoco, su madre no salió y su casa estaba intacta, Jimin empezó a llorar al enterarse lo que había escuchado Tae por el celular y todo parecía indicar que las cosas no andaban bien, los dos chicos no sabían dónde buscar a sus novios y estaban muy angustiados, Tae solo abrazo a Jimin y fue entonces que pudo decirle la razón que temía en su corazón ♥...

—Tengo miedo que les pase algo malo Jimin, estaba Jin con Ken estoy seguro, porque era su celular, Ken grito que no se muriera y yo me altere mucho.

—Pero entonces, ¿porque Jung tampoco está en casa?—expresó en llanto el pelidorado.

—No lo se, los dejamos bien en el entrenamiento, quisas ahí podemos encontrar algo—frunció su seño y subió a su auto enseguida.

El pelidorado accedió a su petición y subio también a su auto, para dirigirse al entrenamiento, donde los dos autos de sus chicos estaban en el lugar de los hechos, al ver las luces encendidas, Jimin se preocupo más al ver lo inevitable...

—Mira Tae, ¡hay mucha sangre en el suelo!—presintiendo lo peor.

Tae sin duda se imagino lo peor...

—Estoy seguro que esta sangre es de Jin y Jung, algo malo les hicieron y no me quedaré tranquilo hasta encontrarlos.

Los chicos se armaron de valor, para darse a la tares de buscarlos, estando en el hospital, Ken enseguida pidió ayuda para transladalos enseguida a urgencias y fueran atendidos de inmediato, los doctores y enfermeras dieron aviso al reporte de su caso y fue entonces que llegaron los madres de Jin y su madre de Jung...

—Que pasó Ken, ¿que le paso a nuestro hijo?—preguntando el padre de Jin muy preocupado.

—No lo se señor, estábamos en el entrenamiento y me regrese para, hablar con Jin, pero ya estaban graves en el piso y heridos.

—Y mi hijo, ¿porque lo golpearon de, esa manera?—añadió su madre de Jung.

—Veremos que nos dice el doctor, señora estoy seguro que no será de gravedad—respondió el peliplateado.

Ken sólo quería que Jin estuviera bien y que nada malo le pasara era lo que le importaba en esos momentos, apesar de eso no quería a Tae cercas de Jin y estaría a su lado, hasta que se recuperará por completo.

Pasaban las horas y la espera se hacía más larga al no saber noticias aún del médico que los atendia, esperaban todos impacientes y con mucha angustia en sus corazones, 💕 resibiendo la llamada de Nam por su celular...

—¡Hola Ken! donde estas, te esperamos en el bar de siempre, para festejar nuestro logro.

—No iré, estoy ocupado luego los veo, —colgando por completo la llamada.

Volviendo a sonar la llamada entrante, Ken decide apagar por completo su celular, mientras que Tae y Jimin trataban de comunicarse con Ken, el muy canijo apago por completo su celular, no había manera de que se comunicaran y Jimin no dejaba de llorar, Tae tratando de calmarlo, se quedo pensando un instante y recordó por completo las palabras de Ken, se le ocurrio una idea de una posibilidad de esperanzas...

—¡Eso es! Ken dijo que no se muriera mi Jin, quiere decir que están en un hospital, vamos amigo ya no llores, tienes que ser valiente, es lo que nos han enseñado Jin y Jung, a no darnos por vencidos, ellos estarán bien, son fuertes y sea lo que sea, estarán bien, vamos a buscar en todos los hospitales del Puerto de Montt, tenemos que encontrarlos, ¡te parece!

—Esta bien, ya no lloraré, gracias Tae por los ánimos y cuenta conmigo—limpiandose las lágrimas que derramaba sus ojos azules.

Tae y Jimin estaban dispuestos a todo por encontrarlos, hasta verlos de nuevo.

Hola mis lectoras!!😉💜

Necesito que mi Jin y Jung se recuperen, 💪para poder desquitarse de sus rivales.

¿Logrará Ken apartar a Tae de Jin?

Gracias por lee y darle amor⭐a esta parte.

Las invito a que me dejen sus comentarios, me haría muy feliz leerlos, ¡las veo pronto chayito!😉💜🌺🌺🌺🌺🌺🌺🌺🌺🌺🌺🌺