26
Pov Yuuto
—¡Concéntrense, y no estén hablando mientras bailan! —nos regaña la maestra después de practicar el baile que dura cinco minutos en total.
—¿Ves? Por tu culpa ya nos regañaron —le recrimino a Mari, pero ella solo encoge los hombros.
—Es tu culpa por no querer acercarte lo suficiente.
—¡No hacía falta!
—¡Señor Hiyama! Póngase en su lugar para repasar el baile de nuevo —la maestra ordena, y paso de estar en frente de Mari a estar a su lado.
—Deja de comportarte como una engreída —le susurro a Mari al estar a su lado derecho y la música empieza.
Pudieron haber escogido cualquier canción que hiciera referencia a las cuatro estaciones, pero no, tenían que escoger cuatro piezas de música clásica y juntarlas en un baile. Qué original (nótese el sarcasmo).
—No porque tú ya no quieras hacer todo lo que yo te diga significa que perdí mi reputación —me regresa el susurro mientras la pareja de chicas está haciendo un baile similar a valet, representando la primavera.
—¿Vas a seguir tratando a las personas que te quieren como esclavos hasta que nadie quiera estar alrededor de ti?
—Tú no entiendes nada. Ellos necesitan que les den órdenes, para así poder relacionarse con la chica que está en la cima de la casta escolar.
Eso sonó muy, pero muy dramático, sádico, sobreactuado, y más que nada, sacado de una telenovela. Ahora entiendo por qué me sentía atorado en ese juego de "populares", y me aferraba a él; estando dentro, sientes que es lo único que tienes, pero una vez que logras ver fuera del círculo, descubres que hay más formas de estar en buen término con tus compañeros sin tener que menospreciar a alguien.
Mari avanza al centro de la pista de baile, y yo le sigo para bailar nuestra parte veranal. Creo que el verano es el que menos queda con la música clásica; sería mejor una canción hawaiana o algo así.
—Mira, Rui y Masato se ven muy felices juntos —comenta Mari discretamente, mientras damos vueltas en direcciones opuestas.
—Deja de distraerme.
—¿Sabías que el primer beso de Rui fue Masato?
—¿Y tú cómo sabes? —Intento no ahogar un grito.
—Es algo bastante conocido, ¿sabes? Se supone que ella te quiere más a ti, pero ella nunca te ha besado.
Ahora nos toca mirarnos de frente y agarrarnos de las manos, con los brazos estirados a los lados.
—Eso es porque no somos novios. Además, Aki me contó que ese beso fue forzado. Yo soy su mejor amigo, y no quiero forzar nada.
Miro de reojo la expresión de Mari, y esta levanta una ceja, en un gesto de burla.
—¿Y qué tal si nunca llegan a besarse? Puede que te diga que eres su "mejor amigo por siempre". Solo piénsalo; nosotros fuimos mejores amigos por más de seis años, y en cuanto te confesé mis sentimientos, toda la amistad que habíamos forjado se derrumbó en un instante.
Yo ya no le respondo nada. Tras unos movimientos de brazos, y caderas, y un par de vueltas, regresamos a nuestros lugares para darle lugar al otoño; Aki y Yuuki.
Tal vez Mari tenga un poco de razón; ¿Y si Rui nunca llega a sentir algo por mí? ¿Estoy listo para aceptar el rechazo si ese es el caso? La respuesta es un simple "no". Por supuesto que estoy celoso de Masato, pero eso no me da derecho a reclamarle a Rui, ya que le causaría confusión. Espera, ¿en serio estoy pensando en Rui, o es para protegerme a mí mismo? ¿Estoy siendo honesto al ofrecerle mi amistad de esta manera tan ambigua?
—Hola, Yuuto, ¡buen trabajo! —El saludo de Aki me hace voltear hacia atrás. Está acompañada de Rui, por supuesto. Ah, y su novio—. Me preguntaba si quieres venir a mi casa el sábado. Rui vendrá también.
—Me gustaría ir, pero no creo que pueda.
Contesto casi al instante. De seguro también va a estar el maldito Masato.
—Vaya, pero no lo pensaste ni un poco. ¿Estás seguro? Vamos a tener un maratón de películas de Ghibli.
—No, gracias, tengo planes con mis amigos ese día. De todos modos, creo que no debería estar ocupando cada espacio y tiempo de Rui. Después de todo, yo no soy su novio y necesita pasar tiempo con otras personas.
Antes de que Aki me pueda hacer alguna otra pregunta, camino rápidamente para poder fingir que no escucho. Solo dije estupideces, pero es que siento una rabia irracional en mi pecho.
Pov Rui
—¿En serio es una parte para llorar? —cuestiona Masato con cara de fastidio.
—Es que... ¿No viste que no podrá ver a Haku nunca más? Y se quedará con esos padres buenos para nada en un lugar nuevo que no conoce —solloza Aki.
—Vaya, qué manera tan pesimista de ver las cosas... —suspiro.
—Perdón... Voy al baño, no me tardo.
Se levanta del sofá y se va al fondo de la cocina donde hay un pasillo que da al baño, dejándome a solas con Masato.
—Ey, lo siento por lo que pasó con Yuuto... —suelta Masato, como si solo estuviera buscando palabras para romper el silencio lo más rápido posible.
—¿Por qué te disculpas tú?
—Creo saber la razón por la que se puso así... Y es que hay muchos rumores sobre nosotros.
No puedo evitar sorprenderme por sus palabras, y después de vacilar un poco, pregunto.
—¿tú y Yuuto?
—No, tú y yo.
Disimulo un pequeño gesto de desagrado ante su respuesta.
—Lo sé, no es muy placentero que digamos. Algunas personas dicen que solo uso a Aki para encubrir mi relación contigo. ¿Qué sentido tendría eso? —Masato ríe amargamente, pero al ver mi expresión seria, prosigue—. El punto es que le podría explicar a Yuuto que todos esos rumores son falsos y que la única que quiero es a Aki.
La verdad siento que eso provocará a Yuuto más que calmarlo, así que opto por cambiar de tema.
—¿Y a qué se debe ese cambio tan repentino? O sea, estoy feliz de que eligieras a mi amiga, pero no es normal que la persona que te gusta cambie de un día a otro, así sin motivo alguno.
Masato se queda pensando un poco, y tras confirmar que Aki no saldrá pronto, se explica.
—En parte es gracias a ti, y el gran discurso que me dio Aki después de que dejaras de venir a la escuela. Ella logró prender la luz de mi vida que había estado apagada por mucho tiempo, y le debo mucho más que amor.
—Vaya, qué bueno que no está Aki, porque ella odia las cursilerías —burlo, pensando en la manera drástica que ha cambiado Masato en tan pocos meses.
—Pero a Aki le encantan las cosas cursis, solo es tímida para demostrarlo.
—Qué miedo, ahora resulta que tú sabes más de ella que yo —acoto con sorpresa genuina—. Cuídala mucho eh, o te las verás conmigo.
—¿Quién se las verá con quién? —pregunta Aki, ocupando de nuevo el espacio entre Masato y yo.
—Tu novio conoce más de ti que tu mejor amiga.
Menciona Masato de manera coqueta y yo ruedo los ojos, pero no de manera fastidiada.
Pov Aki
Todos están ocupados preparando los escenarios y las exposiciones de los salones, pues ya mañana es el gran día. Yuuto y yo somos los únicos que llegamos al gimnasio, pensando que habría ensayos de baile como siempre.
—A lo mejor van a practicar en otro lado y no nos avisaron.
Comenta Yuuto.
—Tendría más sentido que no tuviéramos ensayos, pues este es tiempo para preparar los puestos y salones.
—Pero la maestra dijo que todavía necesitamos practicar.
—Aún así, tú eres el ejecutivo, así que deberías tener más trabajo que los demás.
Yuuto se queda pensando en silencio y se recarga a la pared. Luego empieza a hablar, viendo cuarenta y cinco grados hacia arriba.
—Tienes razón, deberíamos estar ayudando. Pero antes de irnos, ¿te puedo hacer una pregunta? —Asiento, invitándolo a seguir con sus palabras—. Sé que no es algo que debería preguntar así no más, pero... ¿Te preocupa o te da celos que Rui y Masato bailen en pareja?
Con que a eso venía el comportamiento raro. Esbozo una sonrisa y me volteo para verlo, pero no a los ojos porque él sigue fijando su mirada en el techo.
—Admito que no siempre me siento cómoda con la idea, pero es muy inmaduro limitar con quién se puede relacionar tu pareja. Así que solo lo dejo pasar; si al final del día regresa a mí, es lo ideal, pero si no lo hace... No era para mí. Y lo más sensato es dejarlo ir.
Mientras profetizo, una ira extraña me carcome, y para cuando termino de hablar, estoy apretando mis puños detrás de mi espalda. Yuuto me voltea a ver de reojo.
—Tus palabras sonaron con furia. supongo que es la misma sensación que sentí cuando Mari me dijo que Rui se había besado con Masato y conmigo no.
Suelto una carcajada ante sus palabras.
—Ese es un argumento absurdo. Rui ni siquiera quería el beso, pero Masato lo hizo a la fuerza. Lo hizo por un trato que tenía con Kanami, porque no era lo suficientemente valiente para decírselo así porque sí. Es consciente de que tú robas toda la atención de Rui. Además, aquella vez que cargó a Rui en el campamento, fingió que Rui se le hizo liviana, pero en realidad no tenía tanta fuerza, y le tuvo que pedir ayuda a alguien más.
Una risa triunfante adorna la cara de Yuuto.
—¡Con que aquí están! Son los únicos que no escucharon que no íbamos a tener ensayos hoy.
—Lo sentimos, maestra, ya vamos en seguida —se disculpa Yuuto.
—Más les vale.
Los pasos de la maestra cambian de dirección, y Yuuto la sigue. En cambio yo, después de que ya no se ve su silueta, me voy caminando lentamente hacia donde están ellos.
Ya no eligirá a Rui sobre mí porque sé muchas más cosas de Masato que Rui, y la otra ni siquiera le corresponde. Creo.
—¿Y dónde está Mari-senpai?
Oigo preguntar a una chica del comité representativo en frente del gimnasio.
—No lo sé, pero oí que Yuuki-senpai fue a buscarla.
¿Por qué los llaman por su nombre y no su apellido? Me da curiosidad, así que camino como si nada y me escondo detrás de una pared en la esquina para seguir escuchando su conversación.
—Es el que siempre está pegado a ella, ¿verdad? O sea ni siquiera está en el comité representativo pero siempre está ayudando.
—Escuché que sí quería ser del comité representativo pero perdió las votaciones —explica la chica de cabello suelto con una expresión de lástima—. ¿Qué tendrá ese asqueroso de lentes para haber sido elegido? Yuuki-senpai es más de mi tipo.
"Fueron los niños que no les cae bien Yuuki", me digo a mis adentros.
—¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en el salón ayudando a decorar? —La voz de Yuuki me habla por atrás, y le doy un codazo instintivamente—. ¡Auch!
—No me asustes así y sigue buscando a Mari.
—¿Cómo sabes...?
—¡Nomura-Senpai! —Claro, ahora sí lo llaman por su apellido—. Y tú...
—Me llamo Kouno Aki. ¿Quieren que les ayude a buscar a Mari?
Las chicas se miran entre sí, vacilantes.
—Está bien, Kouno-senpai, creo que ya va a venir.
La chica de las trenzas le toca el hombro a la de pelo suelto y señala a la chica de dos coletas.
—Oh, parece que ya no hace falta que busque. Bueno, yo me iré a mi salón, ¡Cuídense, Azusa y Hibiki!
—¡Igual usted, Nomura-senpai! —las chicas regresan la despedida con el mismo entusiasmo.
—Vaya, ¿coqueteando con las de nuevo ingreso? —digo con una pizca de ironía cuando estamos en el edificio y subimos las escaleras.
—¿Qué quieres decir? Yo solo estaba siendo amable.
—Yo te conozco, y sé que solo le haces caso a todo lo que te dice la persona que te gusta. ¿Por qué les haces favores tan descarados a esas chicas de primero?
—¿Podemos ir al salón? —Yuuki se acomoda los lentes con el dedo índice, haciéndose ver como que me está callando al mismo tiempo.
Me desespera cómo ni se inmuta a pesar de que probablemente muchos estén volteando a ver, y me dirijo al edificio donde están las aulas de segundo grado. Las personas van y vienen, moviendo y acomodando cosas. Cuando ya nos cambiamos de zapatos y vamos a punto de subir las escaleras, le doy un pequeño jalón para que pare.
—¿No me responderás?
Yuuki ni siquiera voltea a verme, solo suspira y da cada paso esperando a que lo siga.
—Desde que andaba con Yuri he visto que te gusta saber todo sobre los motivos de ciertos comportamientos relacionados al amor. Pero yo no te daré el gusto de responder. No pienses que todo el mundo será un libro abierto para ti.
Sus palabras no suenan con ímpetu, ni siquiera con irritación. Pero su significado en sí fue fuerte.
—Tú te le declaraste con tanta convicción a Yuri, a la cual tú mismo terminaste, de repente muestras un gran interés en Mari, ¿y ahora coqueteas con sus compañeras?
—No sabía que te importaba tanto mi vida.
—No... Es simplemente que me es inexplicable, y necesito respuestas. —llegamos al segundo piso, e intenta escapar. Yo lo agarro fuertemente del hombro, lo que hace que al fin me mire a la cara, la cual está más baja que la suya—. Yo misma sé que es una tontería, pero necesito saber por qué mi pareja de baile tuviste que ser tú, y si no puedo, te seguiré despreciando y no podré dar lo mejor de mí.
Acoto, pero él solo muestra una sonrisa de lado.
—Porque yo era el único más alto que tú.
Ruedo los ojos.
—O sea sí, pero no me refería a...
—Pues mira, corté con Yuri porque no quería que fuera muy dependiente de mí; eso le quitaba su sonrisa. Y la verdad ni siquiera sé si me gusta Mari. Yo solo quiero experimentar y divertirme mientras pueda, ¿entiendes?
Intenta colgar sus brazos en mis hombros, pero yo ladeo la cabeza y para. Sus palabras no dicen mucho, pero vaya, sus ojos denotan que es como yo; oculta sus sentimientos a través de otras personas. Y eso es lo que importa.
Pov Yuuto
—¡Yuuto, te necesito de vuelta al salón! —exclama una chica encargada de los vestuarios para el baile.
—No te preocupes, ya voy. Regresa primero, ¿Está bien? —acoto y la niña desaparece de la puerta, no sin antes arrugar sus comisuras—. Bueno, ya vi que ustedes representarán el verano.
—Sí, no estamos tan locos para hacer todo al mismo tiempo. Ah, y porque a alguien se le ocurrió que era buena idea actuar la obra de El Sueño de una Noche de Verano.
Dirige la atención a las cinco chicas que están ocupadas preparando los atuendos como él.
—Vaya... ¿A todas ustedes les gusta Haruya?
Pregunto en tono bromista y las chicas se ríen a carcajadas.
—Claro que no, no podríamos juntarnos tantas sin que hubiera una guerra o algo. Solo que Haruya tiene gustos similares a nosotras, y es parte de nuestro grupito —aclara una chica de lentes, y cuando volteo a ver a aludido para confirmar, solo encoge los hombros.
—¿Ya oyeron lo que dijo Yuuto? ¡Piensa que a todas nosotras nos gusta Haruya! Los hombres son tan egocéntricos
Burla a la chica que parece líder y las otras le siguen el juego. Por alguna razón Haruya tiene la cara roja.
—Mejor vete a tu clase, te están esperando —murmura Haruya, sin mirarme siquiera a la cara.
—Bueno, si mi mejor amigo lo desea... Adieu!
Me despido dramáticamente y ahora sí todos parecen reanudar su trabajo por completo.
Me salgo del salón lleno de prototipos de insectos y flores veraniegas, para entrar a mi salón con cartulinas pegadas en las paredes hablado de los mejores lugares de la ciudad por estación... Pero eso no es relevante.
—Al fin regresaste.
Suelta Arisa, quien está probándole el vestido morado con mangas largas pero tela delgada a Rui.
—Claro, siempre el morado sobre todos los colores...
Suelto un suspiro al mirar su atuendo puesto arriba del uniforme. Lamentablemente no puedo ver su reacción por culpa del cabello que cubre su rostro. Pero recuerdo que no hemos hablado en casi un mes, excepto por las juntas de los ejecutivos, y supongo que fue incómodo.
—Ven tú también, tenemos que probarte el atuendo —menciona Mari, empujándome al probador hecho de unas cortinas que, de no ser por el montón de cinta que le pusieron en la orilla, se estaría cayendo. Comprobando que no hay nadie viéndome, me pongo la camisa de manga corta color naranja y un wahine hecho de tela... Algo que se usa en un baile hawaiano, y en grupo—¿Ya terminaste?
Mari mueve las cortinas que me da miedo que quiebre los palos que la sostiene, y yo solo asomo mi cabeza para responder.
—Ya, ya. Me quedó bien, y ya me la voy a quitar.
—Pero quiero ver.
Exige Mari, a lo que yo respondo rápidamente.
—Si me fuerzas a enseñarte, voy a decirle a los bailarines de fondo de otoño que también bailen la coreografía de verano. Sabes que lo tenían practicado y por tu culpa su esfuerzo fue en vano.
Mari se resigna y se va con los demás, por lo que aprovecho para ponerme el uniforme de nuevo.
—Bueno, ya van a empezar las exhibiciones de los salones. Recuerden que tiene que haber personas quedándose en el salón, los turnos cambian por cada hora y el que no regrese a tiempo perderá puntos.
La maestra nos está recordando, pero todos solo dejan pasar sus palabras y están poniéndose de acuerdo por dónde recorrer. Miro de reojo a Rui, y ella está discutiendo, al parecer muy arduamente, con Aki. Supongo que yo iré con Haruya y mis amigos de otras clases. Las bocinas anuncian el inicio del evento y yo me apresuro a salir del aula cuando alguien me agarra del brazo.
—Este, yo... —tartajea Rui, mirando al suelo y algo avergonzada—. ¿Quieres dar el recorrido conmigo?
—¡¿No vas a ir con Aki y Masato?! —cuestiono sin poder ocultar mi sorpresa.
—Ellos prefieren estar solos, ya sabes...
Me mira por un instante pero desvía su mirada al instante.
—Bueno, vamos...
Acepto, y vamos caminando un poco separados. Vaya, ¿desde cuándo soy tan malo con las palabras? Nunca.
Sin saber dónde empezar, caminamos por todo el pasillo de segundo grado y nos topamos con mis amigos. Ellos me dicen que vaya con ellos, pero intento rechazarlos debido a que ya tengo una acompañante. A pesar de eso, Rui dice que sería divertido ir todos juntos. Al final, más bien parecía que nosotros los perseguimos, un poco atrasados y disfrutando por nuestra cuenta.
Bueno, tampoco es que ella sea tan desconsiderada. Es su naturaleza ser amable. Prestando el pegamento cuando un niño estaba haciendo una máscara de hojas de otoño sin importar que ella no hubiera acabado de usarlo, y ayudando a una niña que se separó de su hermano enfrente de la casa de espantos. No siempre lo demostró, pero yo sabía que tenía esa amabilidad en ella.
—Oye... Discúlpame si te hice creer que Masato y mis otros amigos eran más importantes que tú.
Cuando salimos de la casa de espantos, Rui habla como si se lo estuviera diciendo a sí misma. Yo la tomo de la mano y la llevo a un lugar más arrinconado para no estorbar a las otras personas que van saliendo.
—No, no hace falta que tú te disculpes. De hecho tú no has hecho nada malo. Es solo que... —No, si le digo que me gusta pareceré un perdedor—. Sí me puse un poco celoso de Masato. Pero eso no me da derecho a ser cortante contigo. Pero de una manera esta experiencia nos ayudó a comprobar que los pequeños problemas no harán que dejemos de ser amigos, ¿no crees?
Amenizo, gritando en mi interior, y Rui suelta una tierna risita.
—Vaya, no pensé encontrarlos aquí.—irrumpe la voz de Hazuki, lo cual me hace dar un respingo—. Menos mal que ya se reconciliaron, porque sería muy incómodo bailar con alguien que estás peleado.
Rui hace una sonrisa incómoda, y se toma unos segundos para aclarar.
—En realidad no bailaré con Yuuto... Sino con Masato.
—¿Y por qué no me dijiste? Yo hasta pidiéndole ayuda a la hija de una amiga para que capture ese momento tan...
Empieza a toser sin terminar la frase, y su acompañante le soba la espalda, evitando que su cámara choque con ella.
Yo la miro, algo preocupado, pero la tos para de inmediato. Rui aplasta mi mejilla con su dedo y me sonríe, como si quisiera calmar mi miedo al mirar tal escena, y extrañamente lo logra.
—No te preocupes, mi abuela suele toser cuando está nerviosa.
Asiento ante sus palabras, sin saber si eso debería hacerme sentir mejor o peor. Bueno, bueno, el punto es que a nosotros ya no nos preocupa que no seamos pareja de baile, porque todos los malentendidos se arreglaron.
Pov Masato
—¡El siguiente grupo es 2-4, quienes nos presentarán un baile de las cuatro estaciones! —anuncian desde las bocinas del gimnasio.
—¿Cómo se supone que nos presentamos después de esa hermosa escena de El Sueño de una Noche de Verano?
Susurra Yuuto, a mi hombro porque no alcanza mi oreja. ¿Y ahora por qué este anda de pegajoso conmigo si ya se reconcilió con Rui?
—La primavera... Los animales salen de nuevo a la tierra, y la vida vuelve a florecer, con delicadeza, y alegría.
Todos los que estamos detrás del escenario nos miramos el uno al otro.
—No sabía que al final sí decidieron añadir esas introducciones a los bailes.
Comenta Yuuto.
—Según ellos le da un toque que lo hace ver igual o mejor que el teatro —la voz de Yuuki suena desinteresada.
—Al fin se acabará toda esta cadena de malentendidos y todos podrán ser felices con sus respectivos amigos —suelto en voz baja.
—No eres tan ajeno al problema —masculla Yuuto sin desviar su mirada del escenario, pero yo sé que sí me escuchó.
—El verano llega y junto con él, el calor que irradia por un tiempo más largo. Las personas salen a disfrutar la temporada más vivida. Las parejas disfrutan su tiempo juntos.
Ahí sale Yuuto, y del lado contrario Yuri. Su baile roza lo intenso y lo impropio académicamente, y los vestuarios no combinan mucho. Aún así, hay más gritos de euforia y rostros sorprendidos por el simple hecho de que son de los más populares de la escuela.
—Pero no todo es risas y alegría, y el otoño llega con su viento fuerte y las hojas caen. Sin embargo, es época de cosecha y todos están más unidos que nunca.
Aparece Aki del lado contrario y no puedo dejar de mirar su vestido hecho de hojas rojas y naranjas, que de alguna manera le quedan más que a nadie. Ahora es ella el otoño. No puedo evitar rodar los ojos cuando veo a Yuuki tomarla de la mano, pero cuando veo a otros cuatro niños formar una rueda con ellos, me logro calmar. ¿Acaso ella siente lo mismo cuando yo...?
—Y al final... todo marchita por completo, y los sentimientos al descubierto dan paso a una época de tristeza...
La locutora hace buen trabajo, porque se oye como si estuviera al borde de derramar lágrimas. Primero estamos bailando en el centro del escenario, hasta que la música tiene un giro intenso y las teclas caen como una tormenta. Lo que hago con Rui después de eso es como un baile de un musical, porque cuando parece que nos vamos a acercar, uno se aleja, y hace movimientos que parecieran pedir que sientan pena por nosotros. O sea, son muy dramáticos, como cuando ella se tira al piso o yo pongo las manos en mi cara mientras voy de un lado a otro. Ni yo mismo entiendo esta coreografía, pero dijeron que se vería bien para un final trágico.
El baile culmina cuando yo acudo a sostener a Rui "desmayada", y recibimos aplausos promedio; no tan grandes como los que recibió la obra de teatro, pero tampoco tan indiferentez para ser un baile de música clásica.
Me voy corriendo rápidamente hacia el lado detrás del escenario que está Aki, mientras anuncian a la siguiente clase. Aki levanta sus cejas al verme.
—Deberías quitarte el atuendo primero.
—Ya no aguantaba las ganas de verte. Lo siento si fui insensible al pensar que no te molestaría que Rui... Yo...
—No hay nada de qué preocuparse.
Me interrumpe, acariciando mi cabeza.
—Se supone que yo debería acariciarte la cabeza.
Me quejo. Odio que se note fácilmente cuando me sonrojo.
—Ni modo, yo soy más alta que tú. ¿No merezco un premio por no perder los estribos durante todo este tiempo?
Vaya, entonces sí estaba algo molesta. Río levemente antes de responder.
—Algo como... ¿Un beso?
Intento mirarla a los ojos para pedir su consentimiento, pero antes de decirme algo, me envuelve con sus brazos.
—Hay una primera vez para todo —susurra con un toque tímido—. Ahora ve a cambiarte.
Nuestro primer abrazo. No era lo mejor esperado, pero al menos sacamos el segundo lugar de actuación en el escenario al final del festival.
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Hola, espero que estén bien a pesar de la situación del COVID-19. Lo siento si excedí de largo en este capítulo, prometo que los otros capítulos serán más cortos y fáciles de leer jeje
¡Espero que te haya gustado, y deja tu opinión en los comentarios!
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