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Pov Rui
—Canta otra vez, ¡por favor! —Yuri me sacude los hombros, después de que suena la campana y el receso termina.
—No, gracias. No me gusta cantar en público —digo con cara escéptica, aunque no sea del todo cierto.
—Pero solo yo te estoy escuchando —replica Yuri, con un puchero en su rostro.
—Pero ya van a regresar todos al salón.
—Está bien, pero mañana canta otras canciones de Inuyasha. —Yuri se resigna y se va con una niña que acaba de entrar.
Ya han pasado dos semanas desde que empezaron las clases. Yuri es con la que más hablo. Ella siempre lleva una cola de caballo y tiene pecas.
La primera vez que hablamos, elogió mi cabello lacio hasta en medio de la espalda diciendo que era muy bonito. También me preguntó que por qué mis ojos eran azules. Yo la verdad no tengo idea, porque es raro que un japonés tenga ojos de tal color. Mi madre sí era japonesa, y mi padre... Hablar sobre mi padre en casa es un tabú, y no recuerdo nada de él, así que nunca lo sabré.
Luego me preguntó si me gustaba algún personaje de anime. Contesté casi inmediatamente que Inuyasha. Resulta que a ella también le gusta, pero le gusta más Haku, un chico mitad dragón que le ayuda a la protagonista de El Viaje de Chihiro.
—Hoy vamos a acomodarlos en equipos con los que irán en el campamento de junio. Voy a poner el nombre de cada quién en el pizarrón, pero no se muevan hasta que acabe de poner todos —dice nuestro asesor y empieza a pegar los imanes con nuestros nombres.
En el equipo 1 está Yuuto con cinco personas más; dos niños y tres niñas.
—Qué mal, no te tocó con el amor de tu vida —susurra Masato, que está a mi lado, pero lo ignoro.
Hoy está igual de graciosito que de costumbre. También le encanta entrometerse en las conversaciones que tengo con cualquier persona. Espero que no me toque cerca de él.
En el equipo 2 son cinco personas. A mí me toca el equipo 3. Los lugares están acomodados de la siguiente manera:
Kouno Aki al lado de Takayama Shunsuke. Yo al lado de Sumiyama Masato. Esaki Yuri al lado de Nomura Yuuki.
Genial, tendré al chismoso a mi lado otra vez. Pero Yuri está detrás de mí, así que se compensa.
El maestro sigue hasta acomodar el último imán, en el equipo 6. Nos indica que nos movamos a nuestros nuevos lugares, y todos levantamos nuestra mesa ya que tenemos que usar la misma todo el ciclo escolar. Entre todos los ruidos y gritos, Shunsuke dice.
—La única bonita de este equipo es Yuri.
—¿Ah sí? Pues de los niños nadie de ustedes está guapo, y menos tú, es más, ni siquiera cerebro tienes —responde Aki con suma velocidad.
—Y lo dice la más fea —se burla Shunsuke, y Aki lo agarra del cuello.
—¡Ya cálmense, estúpidos! Yo soy su líder, y mientras la cosa sea así, se llevan bien o se llevan bien. Si no, yo misma los mato. —Ante el cambio de actitud y voz de Yuri, Aki suelta a Shunsuke y la cara de este demuestra su horror puro—. Bueno, emm... Ya saben.
Su sonrisa habitual regresa poco a poco pero sus ojos siguen alerta. Ahora sé la razón por la cual la eligieron como líder de equipo.
En ese instante el profesor pide silencio para regresar a nuestras actividades, por lo que el pleito se queda ahí y al menos por ese día no causan problemas. Aunque a mí se me hizo muy gracioso cuando pelearon.
En cuanto acaban las clases, agarro mi mochila y me voy caminando, casi corriendo de la escuela para dirigirme al hospital central de Gifu en autobús. En teoría, va en contra de las reglas tomar el autobús para regresar a casa después de la escuela, pero me dieron un permiso especial, con la condición de que ninguno de mis compañeros lo supiera.
Después de quince minutos, bajo del autobús para caminar dentro del hospital. Primero voy a comprar un pan de curry para la paciente que voy a visitar.
Ya subiendo en elevador y caminando por los pasillos blancos del hospital llego al internado compartido y voy directo a donde está una mujer saludablemente robusta. Su cabello corto y blanco delata su edad, y tiene unas vendas en el pie.
—¿Cómo está, abuela? —pregunto formalmente.
¿Por qué? Mi madre había sido exigente con los modales hasta ese punto que ahora hablo así inconscientemente con los adultos. Aunque eso no significa que me lleve mal con mi abuela.
—Ya estoy mejor, Rui. Me dijeron que mañana podré salir de este lugar traumante. Y lo primero que voy a hacer es ir a correr por las mañanas —dice con una cara llena de vida.
Al contraste de su apariencia, actúa como si fuera una adolescente al igual que yo. Eso me agrada, ya que ella tiene cierta tolerancia y comprensión hacia mí.
—Sólo tenga cuidado, porque aunque por dentro sea de mi edad a veces su cuerpo ya no funciona tan bien. Especialmente en las escaleras —digo lo más suave que puedo.
—¿Me estás diciendo vieja? —se hace la ofendida y dice—. Bueno, lo que tú dices es verdad. Nunca pensé que me caería de las escaleras de la casa y me haría una herida equivalente a dos meses de internado. —Ahora su voz se oye triste. Aunque fuera mucho mayor que yo, se ve muy tierno que cambie de ese modo su humor—. ¿Y cómo te fue en la escuela?
—Supongo que bien. Hoy nos cambiaron de lugar y...
Le cuento sobre muchas cosas de la escuela. Que nos asignaron equipos para el campamento. Que Aki y Shunsuke se habían peleado. Y por último, que quería ir a ver los clubes. Esto lo había estado pensando desde que entré a clases, pero no lo había mencionado porque implica más tiempo en la escuela y menos tiempo con ella. Y no quería abandonarla en este estado.
—Claro que puedes ir. Mañana sólo llegas por mí y nos vamos a casa. ¿Cuándo va a ser el campamento?
—A finales de junio.
—Muy bien. Entonces vas a tener tiempo para conocer a tus compañeros mejor y, hasta puedes hacer una buena amistad.
Optimista es la mejor palabra que la describe.
—Eso espero. Aquí le tengo su pan favorito —digo dándole el pan de curry.
—Gracias. ¿Hoy te vas a quedar a terminar la tarea también?
—Claro, abuela —respondo y saco mi lápiz y cuaderno.
Esta parte del día es mi favorita aunque digan que soy rara, pues platico con mi abuela sobre cualquier cosa siendo yo misma mientras muevo mis manos sobre el cuaderno. Me desconecto de todas esas personas de la escuela, o sea compañeros, frente a los que finjo ser indiferente y seria. No me gusta que las personas sepan lo que siento, por lo que puede que accidentalmente me salga en la cara pero nunca lo digo. Mi abuela es mi única confidente de todo lo que pienso y siento.
Sin embargo eso significa que me tardo el doble de tiempo en hacer la tarea y cuando termino, el reloj ya marca las 7:30. Me despido de mi abuela y me voy caminando para tomar el autobús de regreso.
A la salida del hospital, veo una sombra conocida desde el lado contrario. Cuando nos cruzamos, nos vemos el uno al otro. ¿Yuuto? Pienso, al ver su cabello castaño, y su rostro, que probablemente está igual de sorprendido que el mío. Pero no me molesto en hablarle, y sigo caminando hacia la parada de autobuses. No es que me lleve especialmente bien o mal con él, pues solo hemos hablado una vez en la ceremonia de ingreso y nos hemos saludado varias veces, aunque ahora que lo pienso cada vez que él intentaba hablarme era interrumpido por Yuri o Masato.
Por alguna extraña razón, mientras espero el autobús, e incluso estando en el vehículo no dejo de pensar en el encuentro inesperado hasta que me bajo, camino un poco y llego a la casa.
—Ya llegué, mamá —digo hacia la fotografía de mi fallecida madre en cuanto llego a mi cuarto. Hoy se cumplen seis meses desde su muerte.
Como siempre, me hago la cena, me baño y me meto entre las sábanas de mi cama sin gran distracción ni ánimo.
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Muchas gracias por leer este capítulo, me gustaría saber su opinión al leerlo. Los nombres de los personajes son japoneses, y aunque normalmente cuando traducen un nombre del japonés al español suelen poner primero el nombre y luego el apellido, quiero aclarar que yo lo dejé de la manera original, es decir, primero el apellido y luego el nombre.
Yokoyama Rui = 横山瑠衣
Hiyama Yuuto =桧山優斗
Esaki Yuri =江崎悠梨
Sumiyama Masato =澄山雅人
Kouno Aki =高野亜紀
Takayama Shunsuke =高山俊介
Nomura Yuuki =野村祐樹
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