CAPÍTULO 34
Para cuándo comenzó a oscurecer, finalmente Jackson había vuelto a Hilltop, fue recibido por un fuerte abrazo de Judith y unas miradas de odio por parte de algunos habitantes de Hilltop, nada realmente extraño por allí, cosa de todos los días.
Para cuándo entró a aquella gran mansión, la última persona que estaba esperando encontrarse fue la que, efectivamente se encontró de frente, sentado al pie de las escaleras y hablando junto a Daryl tan tranquilamente.
¿Qué carajos hacía él allí?
Carl. ¿Cuándo había llegado? ¿Cómo había llegado? ¿Para qué había llegado? ¿Por qué mierdas se encontraba allí tan campante con esa cicatriz en su rostro que se veía tan sexy desde aquella distancia, con aquél pelo castaño de publicidad tirado hacía atrás y con aquellos fuertes y formados brazos que podrían tentarlo toda una vida, por qué?
Jackson no lo entendía.
Subió las escaleras, ignorando la existencia de Grimes al pasar por su lado y corriendo escaleras arriba, se tropezó un par de veces pero vamos, estaba más preocupado por encerrarse en algún sitio para masturbarse como adolescente precoz que como para ver en dónde sus pies iban a pisar. Se encerró en la habitación más cercana que encontró a las escaleras y después de asegurarse de que en aquella habitación no haya nadie se arrojó contra aquél sillón que se encontraba a unos metros de la puerta y se bajó los pantalones hasta las rodillas, mordiéndose el labio sumamente avergonzado por lo que estaba por hacer.
—Mhm...— gimió levemente, sintiendo su caliente polla contra su mano, hacía tiempo que no necesitaba aquello, siempre estaba Mikey para ayudarlo, pero esa vez... Era mejor que el pelinegro no se apareciera por allí, por que el nombre que estaría gimiendo Jackson, no sería el suyo.
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—Tú eres Carl, ¿cierto?— Mikey observó como Daryl se alejaba de las escaleras, dejando sólo a aquél tipo del que tantas historias había escuchado hablar, oh necesitaban finalmente ajustar un par de cuentas.
—¿Tú eres?— preguntó Carl, analizándolo levemente de arriba abajo y alzando una ceja altivo, aquella sonrisita falsa del pelinegro no le había gustado nada.
—El novio de Jackson, no habían podido presentarnos antes.— sonrió aún más en grande Mikey cuándo observó la mueca que se formó en el rostro del contrario, el pelinegro se balanceó sobre sus tobillos y observo desde arriba al sentado castaño de un sólo ojo que sabía expresar muy bien sus emociones aún con medio rostro, aquellas emociones que no eran realmente muy amables hacía su persona.
—¿El novio de Jackson?— repitió lentamente, el sarcasmo pintando su tono de voz. —Oh sí, te recuerdo. Estabas allí cuándo Jackson me besó el día que llegué.— comentó burlonamente, escuchando una pequeña risa de fondo, dio media vuelta observando como Daryl y Merle se estaban tapando las bocas en un vano intento por parecer disimulados.
—Oh sí eso...— Mikey ahora lucía un poco más tenso que antes. —Fue un error en realidad, Jackson dijo que le dio asco y que fue por mero instinto.
Carl tragó saliva y asintió levemente.
—Si eso te reconforta...— tiró al aire, observando la rápida reacción del contrario, el cuál lo fulminó con la mirada y se acercó un par de pasos hacía él.
—Mira, intenté ser amable contigo, pero realmente eres el imbécil que Jackson siempre me ha estado pintando. En serio, ¿Qué haces aquí? Todo estaba bien y tenías que venir a arruinarlo.— se quejó Mikey, llevando una mano a su cabello y desordenándolo nerviosamente.
Carl frunció el ceño ante aquél movimiento, recordando a un chico pelinegro que había conocido hacía bastante tiempo.
—Espera... ¿Mikey? ¿Qué tú no eras el amigo de Ron?— preguntó confundido Carl, ladeando la cabeza y observando como evidentemente aquél chico había cambiado.
—Oh... sí me recuerdas. ¿Sabes? Ahora que mencionas a Ron... Recuerdo que también querías robarle a su novia, espero que no tengas las mismas intenciones conmigo, no seré tan bueno como lo fue Ron.
—¿Por bueno te refieres a qué...? ¿Si sabés que él me disparó en el rostro cierto?— puntuó Carl, observando como Mikey se encogía de hombros.
—Esa bala no iba dirigida a ti.— respondió con simpleza el contrario, haciendo bufar al castaño.
—Claro. Y sobre lo otro... ¿Qué tan inseguro te debes sentir ahora como para venir a hablarme?— preguntó Carl curioso, observando como el pelinegro volvía a repetir aquél ya conocido gesto nervioso de desordenarse el cabello.
—¿Eh?— decidió desentenderse.
—Digo... si has venido aquí, a comenzar a insultarme y a decirme "oh Carl el tipo malo que abandonó a Jackson pobrecito sufrió tanto" en serio debes sentirte inseguro acerca de tu relación, de otro modo no intentarías saber si Jackson me sigue odiando tanto como esperas que lo haga y esta es una rara muestra de hacerme sentir inseguro a mí, lo cuál, no estaría funcionando demasiado bien te aviso.
—¿Intentar hacerte sentir inseguro? ¿Respecto al odio de Jackson? Pero él si te odia, eso nadie lo puede negar. Eres la peor escoria que ha pasado por su vida y él simplemente no se cansa de decírmelo a mí y a todos. Es decir ¿realmente qué, esperabas volver con Jackson después de haberlo abandonado por tanto tiempo? ¿A eso quieres llegar? ¿Quieres recuperarlo o algo así?— Mikey apretó con fuerza sus puños, observando la sonrisa ladeada del contrario, aquella que le dijo todo aún sí él no estaba diciendo nada.
—¿Estás seguro de que le caes bien a Jackson? Eres el tipo de persona que él más odia... ¿Te escuchas? En fin, imagino que algo bien debes hacer si Jackson aún te conserva a su lado.— Carl sonrió divertido al ver como el rostro del contrario se volvía completamente rojo al segundo, detrás de ellos podía escuchar aún las risas de los hermanos Dixon que ya no eran tan disimuladas.
Los Dixon habían estado serios durante aquellos mordaces comentarios de Mikey, pero, aquella nueva actitud que Carl se había traído del viaje era realmente una sorpresa para muchos, había adaptado una posición mucho mas madura y sarcástica, sabía dónde dar los golpes para que duelan como la mierda mientras que al frente suyo se encontraba alguien igual o más infantil al mismo Jackson, intentando insultarlo como si aquello lo hiciese salir corriendo.
—Eres un imbécil si crees que Jackson te querrá de vuelta, puede que hayas sido su primer amor eso yo no lo puedo cambiar, nadie puede. Pero estoy seguro de que las personas pueden tener más de un amor, yo he estado allí cuándo Jackson más a sufrido, lo he ayudado con Judith, con sus problemas de irá, gracias a mí él ya no se hirió más a si mismo por tu culpa, yo logré cambiar a Jackson, tal vez en todos estos años logré reconstruir un poco de lo que tú destruiste en sólo unos días. Puede que hayas sido su primer amor pero yo soy su gran amor, y puedes decir lo que quieras Carl, pero no te tengo miedo, no eres una amenaza para mí. Al principio tu recuerdo lo fue... Pero ya no más, Jackson se merece algo mejor que tú.
Y con eso Mikey se fue del lugar, caminando hacia la salida de aquella mansión y saludando amablemente a cualquier persona que se le cruzaba.
Los hermanos Dixon se encontraban tensos, uno al lado del otro mirando la sombría expresión que había adoptado Carl en aquéllos últimos minutos de silencio.
Finalmente Grimes se puso de pie y comenzó a subir las escaleras, se hizo hacía atrás el cabello que había comenzado a estorbarle en el rostro y abrió la primera puerta que encontró, si se hubiese parado tan solo un par de segundos a escuchar en la puerta antes de entrar, tal vez hubiese evitado aquél vergonzoso reencuentro, al menos para Jackson.
—Carl...— susurró el castaño tirado en el sillón, su mano finalmente se movía con más lentitud en su miembro, su rostro fijo en el recién llegado y sus labios temblando, aún cejado por aquél orgasmo.
Carl observó como las piernas del contrario temblaban levemente sobre el sillón, Jackson se encontraba completamente acostado allí, desnudo, sus manos recorriendo su cuerpo con ojos cristalizados mirándolo fijamente.
Grimes cerró la puerta, asegurándose de ponerle llave antes de comenzar a caminar hacía el sillón en dónde Black se encontraba.
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