CAPÍTULO 26
No había pasado demasiado tiempo después de aquél intercambio de miradas, Jackson se había acercado dos pasos a él antes de arrojarse contra su aún mojado cuerpo, pegándose a él y besándolo con aquella rudeza y pasionalidad que Carl hacía años no sentía, la lengua de Jackson adentrarse en su boca mientras jadeos entrecortados salían de sus labios, Grimes lo había tomado de la cadera, sintiendo como el contrario frotaba ambos cuerpos sin ningún reparo, una pierna de Jackson se enganchó en su cintura y Carl se recostó contra la pared, sintiendo como ahora el contrario comenzaba un camino de besos chupones y lamidas por todo su cuerpo, cómo si el tiempo jamás hubiese pasado, como si ambos fuesen aún esos dos adolescentes enamorados.
Pero ya no era así, Jackson estaba furioso, algo le susurraba que era así mientras lo sentía frotarse contra su cuerpo con agresividad, Carl le tomó el rostro con ambas manos, haciendo que Jackson lo mire fijamente, era una mirada vacia, seca, antes de volver a arrojarse a sus labios, besándolo sin cuidado y mordiendo su labio inferior, Carl jadeó, bajando sus manos por aquél bien formado cuerpo hasta su culo, el cuál se aseguró de apretar con ganas, viendo como Jackson se hacía hacía atrás, soltando un fuerte gemido y dejándole así su cuello expuesto a Grimes, el cuál no perdió el tiempo comenzando a besarlo y marcarlo allí.
—Oye Jackson, me arrepentí si quiero bañarm-
Jackson se separó con velocidad de Carl, alejándose hacía el otro extremo de la habitación y observando al pelinegro que había llegado de improvisto, estando estático en la puerta, con su mirada fija en Grimes y Jackson entonces se permitió finalmente mirarlo con atención.
Ya no llevaba más su venda, no sabía si era porque había estado bañándose o si realmente ya no la usaba más, estaba delgado, tal vez un poco más que él, pero aún así seguía siendo un par de centímetros más alto que Black, su pelo aún húmedo se encontraba echado hacía atrás, aquello dándole un aspecto rebelde que en otros momentos a Jackson le hubiese fascinado, se alegraba internamente en aquellos momentos de que haya salido del baño con aquellos jeans rasgados puestos, sintiendo ahora la intensa mirada de Mikey sobre él.
Jackson debería encontrarse avergonzado, y debería porque no lo estaba, aquello resultandole absolutamente divertido en aquellos momentos, aún así, contuvo aquella sonrisa que tantas ganas tenía de liberar, prestándole atención a la tensa situación frente a él.
Mikey había interrumpido sus propias palabras al finalmente acercarse por el marco de la puerta y quedándose paralizado al encontrarse lo que se encontró. Aquél mismo día había estado recordando a Carl Grimes, y la vez que se habían conocido en casa de Ron, irónicamente el destino había decidido que era un buen plan traerlo de vuelta para que se vuelva a enrrollar con su ahora novio.
—¿Qué mierda Jackson?— se quejó Mikey, finalmente volviendo la vista hacía el castaño, el cuál frunció el ceño confundido.
—¿Hah?— preguntó inocentemente, dedicándole una tierna sonrisa a Mikey que el chico simplemente evitó ver.
Carl por otro lado se encontraba, aún sin camisa he de resaltar, recostado contra la pared a unos pocos metros de Mikey y cruzado de brazos, observando aquél intercambio entre aquellos dos.
—¿Es lo mejor que tienes? En serio Jackson, tu actitud de mierda, terminará por aburrirme.— se quejó Mikey, sin darle una segunda mirada a Carl y alejándose de allí tan inesperadamente como llegó.
Jackson soltó un bufido, asintiendo lentamente para si mismo y volviendo a observar a Carl, acercándose nuevamente a él dispuesto a retomar aquello que habían dejado, encontrándose confundido al ver aquella mano de Carl que no le permitió terminar de acercarse.
Black se mordió el labio inferior fuertemente, observando de abajo hacía arriba a Grimes una vez más, asegurandose de que aquél había sido sin duda alguna el tipo que lo había desquiciado durante tanto tiempo, aspiró una bocanada de aire y salió por la puerta de la habitación, siguiendo el mismo camino que Mike y sin decirle absolutamente nada a Carl.
No había podido evitarlo, aquél arrebato cuándo lo vio, fácilmente podría ser etiquetado como el de una puta y no sería del todo erróneo, eso había sido, así fue como se comportó, verlo allí después de tanto tiempo, había querido gritarle, había querido pegarle, clavarle tantas dagas en el cuerpo hasta que ya no lo pueda resistir, y en aquellos diez segundos procesando mil y una ideas sobre qué hacerle, lo único que le pareció más factible fue besarlo, así había sido.
En su mente rápidamente llegaron todos aquellos reproches, todas aquellas frases que gritaba incontables veces en su habitación y que había querido gritarle por demasiados años a él, en las noches en las que ya no podia controlarse más y simplemente necesitaba herirse y gritar, porque era lo único en lo que se consideraba bueno en aquellos momentos.
—¡Jackson!— al terminar de bajar las escaleras, vio como Gabriel y Merle entraban rápidamente, ambos pareciendo sumamente alarmados. —No tuve tiempo de avisarte, Carl volvió.
Jackson asintió lentamente, pasando la lengua por sus hinchados labios y sonriendo levemente, solo para no preocupar a los mayores. —Sip, lo he notado.
En eso unos pasos se escucharon bajando las escaleras, Jackson inevitablemente volteó a verlo, en aquellos momentos se estaba colocando su sombrero mientras le dedicaba una sonrisa a los recién llegados.
—Gracias por hospedarme Gabriel.— fue lo primero que Grimes dijo, Jackson evitó tensarse al sentirlo un par de metros a su espalda, ya no había rastro de Mikey lo que significaba que el chico ya se había marchado de allí.
—No es nada Carl, hemos pasado por tanto ya, es lo menos que podía hacer.— se encogió de hombros el moreno, sintiendo la reprochante mirada de Jackson.
—Hay reglas aquí Gabriel.— murmuró Black, como quién no quiere la cosa, Merle le hizo una ceña de advertencia a Jackson, el cuál entrecerró los ojos, ahora viéndolo mal a él.
—Reglas que tal vez debería saber yo también, vamos cuéntame.— pidió Merle, tomando de los hombros al padre y llevándoselo rápidamente.
—Iré a ver a Judith.— avisó Carl, pasando por su lado, pero antes de poder salir de aquella casa, Jackson lo tomó del antebrazo, evitando así que continue caminando.
—No vas a acercarte a ella.— declaró Black, Carl bufó una risa y asintió con la cabeza, mostrándose divertido.
—¿Y quién carajos te crees que eres para impedirmelo?— la voz de Carl había cambiado un poco, ahora encontrándose un poco más ronca que antes, Jackson intentó evitar pensar en lo sexy que se le hacía aquél cambio.
—Soy su hermano.— respondió Jackson, sonriéndole.
—¿Su hermano? Qué, ¿Estas reemplazandome ahora? ¿También eres el nuevo líder de Alexandria? ¿Por qué no te encuentras aún en aquél sotano, ah?— preguntó arrogante Grimes, acercándose un paso más hacía él, que ahora no lleve la venda puesta y que su cabello no cubra su rostro hacía verlo bastante intimidante, pero Jackson había aprendido ya a no dejarse intimidar.
—Mira no sé que mierda estabas pensando al volver aquí, pero no harás lo que se te cante, aquí hay putas reglas que pusieron por algo, eres un completo extraño, deja de darte tantas libertades, y sí, yo estoy reemplazandote ahora, pero recuerda que fue porqué tu la abandonaste.— Jackson pasó por su lado, asegurándose de golpearlo con el hombro, tenía tantas ganas de pegarle y gritarle, pero él ya no era el mismo niño inmaduro, se había prometido dejar de serlo por Judith y ni el regreso de Carl del inframundo haría cambiar eso.
—¿Eso le dijiste? ¿Qué yo la abandoné?— preguntó Grimes asperamente.
—¿No fue así?— se burló Jackson, deteniéndose en el marco de la puerta pero sin mirar hacia atrás. —No le dije nada, yo soy lo único que ella tiene además de mi madre, y ella ahora se encuentra lejos, ella cree que tú la abandonaste, y sinceramente... No me sorprendería semasiado que fuese así, se te da muy bien abandonar a las personas.
Y con eso finalmente se retiró, sintiendo sus palmas arder por la fuerza en la que sus uñas se clavaban en estas, unas gotas de sangre cayeron en aquél camino, sus manos aún apretadas en fuertes puños, pero él se contuvo, por Judith.
—Hey Jude.— saludó a la pequeña, abrazándola por los hombros y escuchando su risita.
—Hola Jay. ¿Vamos a ver a Negan?— preguntó suavemente la chica, apartándose un poco de Gracie y viendo como el mayor asentía con la cabeza.
—El hijo de perra nos debe estar extrañando ¿Ah?— bromeó Jackson, escuchando como Judith asentía, siguiéndole la broma con una leve sonrisa y tomándolo de la mano, comenzando a caminar ambos relajadamente, a lo lejos Jackson observó como Carl se encontraba ya mirándolos, pero no dejó que aquello le importase demasiado, él no le iba a dar una puta bienvenida de vuelta, ya no era aquél estúpido niño, no lo era.
No lo soy, ya no lo soy, no voltees a verlo, no lo soy.
Black volteó a ver a Grimes, observando como el contrario sonreía de lado y se apartaba de allí. Jackson mordió fuertemente su labio y volvió a prestarle atención a Judith que en todo aquél momento le había estado hablando sobre algo que no prestó demasiada atención.
Había cambiado, por ella, ahora era mejor... mejor...
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