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CAPÍTULO 21


Escuchaba susurros, sabía de que se trataba, debería estar igual de enojado que los salvadores pero aquél resentimiento hacía Steve y Anthony no lo dejaba pensar con claridad, su pierna aún ardía bajo aquellos vendajes, mientras observaba a aquellos salvadores junto al fuego de aquella improvisada fogata.

Arat y Laura se encontraban una a cada lado suyo, protegiéndolo de algún modo, él no lo necesitaba, pero aún así, ambas mujeres allí se encontraban, dándole aquél silencioso apoyo que Jackson no había pedido.

No habían pasado ni dos días de aquello, y aunque quisiese centrarse en el hecho de que aquél día Carl le había pedido que sean novios, y que aquél debería ser un buen día, él simplemente se sentía aterrado de cerrar los ojos porque sabía que reviviría aquél momento a carne y hueso, no se sentía en calma, cada vez que cerraba sus ojos sentía como aquellas sucias manos lo tocaban, y no debería sentirse así, se suponía que él era más fuerte que aquello, se suponía que no era un niño pequeño que se largaba a llorar en un rincón por cosas que ya habían sucedido.

Recordó la furia de los Dixon al enterarse, como ellos no se separaron durante todo lo que había quedado del día, mientras miraban con cara de perros salvajes a los salvadores y lo ayudaban con su notorio rengueo.

Jackson no quería ser una damisela en apuros, ni el bebé que debían cargar para que no llore por las noches, él no quería ser la preocupación de nadie en aquellos momentos dónde había problemas más importantes que él, simplemente quería desaparecer, irse de allí para que ya nadie pueda verlo con lástima, como si se le hubiese muerto una mascota a un pequeño niñito, él odiaba ello, odiaba que lo quisieran proteger, él podía protegerse sólo, había acabado con uno de esos tipos sin sus armas.

Recordó entonces la razón por la cuál no traía sus armas aquella tarde, fue Rick quién se las había quitado, fue Rick quién le pidió que vaya a matar a cualquier caminante que se encuentre en el perímetro, y sí, luego él se había alejado para perseguir a uno y allí sucedió todo con esos hijos de puta, pero aún así, aquél resentimiento hacía Rick no se lo podía quitar, quería hacerlo, puesto que el hombre parecía haber perdonado que Jackson le haya cortado la mano, pero no lo haría, Jackson no pensaba perdonarlo por ello, él nunca le había pedido al tipo que lo haga, nunca pidió su perdón, no le debía nada, y si quería odiarlo era completamente libre de hacerlo.

Soltó un bufido, escuchando como los salvadores seguían susurrando acerca de lo que le sucedió a Aaron, aquella tarde, el hombre había perdido el brazo después de un improvisto ataque de caminantes.

Jackson no sabía demasiado acerca del tema, puesto que se había pasado toda la tarde junto a Negan, hablando del plan que éste tenía para poder incluirse a sí mismo en Alexandria con ayuda de Rick y Michonne, la cuál, parecía que tenía una extraña amistad con el tipo, parecía que se odiaban, y tal vez lo hacían, pero tenían una extra complicidad que habían adquirido cuando Rick los juntó en una ocasión.

Recordaba como Negan lo había consolado de algún modo, pero no como todo el resto lo había hecho, había sido mucho mejor puesto que Negan dijo las palabras exactas que Jackson había querido escuchar, aquél que en ningún momento lo había infravalorado, como todos inconscientemente solían hacer últimamente, Negan le había traído una gran paz que ni siquiera pudo obtener con Carl.

Carl, él definitivamente no sabía como comportarse con él ahora, Jackson lo había dejado pasar puesto que no se sentía del todo él, se sentía un poco ido aquél último tiempo, y sabía que Carl quería ayudarlo pero no sabía cómo, entendía que Carl lo trate como a un pequeño niño, y que se muestre sobreprotector con él, era dulce y tierno, pero no era lo que Jackson necesitaba, él sólo quería que alguien le grite que lo superarse, como Negan le había gritado aquella tarde, cuándo le dijo qué él era mucho mejor que esos imbéciles y que no debería rebajarse al nivel de ellos, y mucho menos recordarlos, puesto que no se merecían un sólo segundo de su tiempo, le dijo que había estado increíble cuándo mató al tipo y que era el joven más fuerte y audaz que había conocido, y lo orgulloso que estaba de él.

Carl le había tomado de la mano y le había susurrado que lo protegería con su vida, y Negan lo había mirado seriamente y le había dicho que era una puta fiera y que se mantuviese así, puesto que la vida seguiría tirándole mierdas que sólo él tendría que esquivar.

Sin duda alguna, había dos cosas diferentes allí, pero aunque Jackson había apreciado más lo que Negan le había dicho, sin duda alguna no menospreció aquella muestra de afecto de Carl, puesto que no hizo más que confirmarle lo mucho que aquél chico podía cambiar con tal de hacerlo sentir seguro.

Carl Grimes solía siempre mostrarse como un tipo duro, aquella mirada fría y postura rigida que no se dejaba intimidar por nadie, cuándo lo veías sólo una cosa podía pasarte por la mente "con él debes tener cuidado" sucedía así, puede que sea sólo un simple adolescente pero con solo verlo te dabas una idea de por cuanta mierda tuvo que haber pasado para convertirse en lo que tus ojos presenciaban. Y Jackson, el solo hecho se saber que aquél tipo duro, podía cambiar al completo sólo por él, simplemente hacía que se olvide de toda la mierda y que sonría, porque se daba cuenta de que tenía a su lado a la mejor persona que conoció en su vida, y era su pareja, y estarían juntos, y que seguiría conociendo facetas de él que nadie más lo hacía, aquello simplemente podría hacerlo olvidar de todo.

Podría, pero Jackson no debía hacerlo, alguien debería hacerse responsable de todas aquellas cosas que estaban sucediendo, y como Rick no hacía nada, se suponía que él comenzaría ahora. Justin aquella noche había partido después de una pelea que mantuvo con Daryl, Jackson en aquello no interfirió, se encontraba bastante ausente en aquellos momentos, lo había estado cuando Carl le pidió que pasase la noche con él, y cuándo Rick le devolvió sus dagas, y cuándo Enid le deseó una pronta recuperación, él se había encontrado vacío. Pero ya no podía estarlo, ya no podía quedarse sentado allí, mirando como todos los salvadores iban cayendo de uno en uno mientras que todos miraban hacía otro lado y fingían que aquello no sucedía.

Se suponía que las causas personales quedaban atrás cuándo era el fin del mundo, y estaba seguro de que aquello que ocurría ahora contra los salvadores rompía por completo aquella regla, no había duda de quiénes eran las que hacían aquellas mierdas de hacerlos desaparecer para luego matarlos, Jackson sabía quienes habían sido todos y cada uno de ellos, todos habían estado en el mismo lugar haciendo las mismas cosas, y sólo hacía falta contar dos más dos para ver la respuesta frente a tí.

Si, Jackson se encontraba bastante inestable emocionalmente, pero cuándo se hizo de día, el sol volviendo a salir y él aún sentado junto a ahora dos durmientes chicas, lo primero que hizo fue buscar con la mirada a alguna mujer de Oceanside. Había un par que ya estaban caminando por el lugar, observando a todos los salvadores mientras se quedaban de su lado del perímetro, la líder de aquél grupo le susurró algo a una de ellas mientras miraban a Jackson, ocasionando que el menor suelte un bufido.

Aquello era demasiado obvio, se dijo a sí mismo, sacando una de sus dagas del cinturón y apuntando hacía las dos mujeres, las cuales se alejaron rápidamente al verlo, comenzando a correr. Jackson lanzó con fuerza la daga, impactando contra un caminante que había estado acercándose a ambas mujeres por detrás, que ninguna de las dos había notado puesto que salieron demasiado de prisa. Debían estar absolutamente alteradas sí no habían logrado ni escuchar cómo aquél muerto se les acercaba.

—Agarrenlo.— una mujer susurró a su espalda, para cuando estaba intentando voltear a ver sintió un fuerte golpe en su cabeza, que lo hizo caer hacía atrás, cayendo a aquellad hojas secas, miró con ojos alterados como dos mujeres de Oceanside lo tomaban de los brazos y como comenzaban a arrastrarlo por todo el lugar, pero lo malo de toda aquella situación era, que él no podía escuchar ni sentir absolutamente nada.

Sus ojos se mantenían abiertos, pero lo único que lograba ver para ese entonces eran las grandes y gruesas copas de los árboles que se alzaban ante él, sabía que estaban arrastrándolo por el bosque y que estaba chocandose con piedras y ramas, pero no podía sentir absolutamente nada de dolor ante ello, un largo pitido taladrando sus oídos no le dejaba prestar atención a los susurros de aquellas chicas, se encontraba en algún extraño estado de shock del que, aunque quisiese, no podía salir.

Cerró sus ojos durante un momento, que luego se convirtieron minutos, y luego horas.

—Oigan.— Carl pateó el pie de Arat, llamando finalmente la atención de la mujer, la cuál se levantó con velocidad, sacando su cuchillo alerta, aquél arma que guardó velozmente a ver de quién se trataba.

—¿Qué necesitas?— preguntó con aquella tozca amabilidad la de pelo corto, observando de reojo como a su lado Laura despertaba.

—Jackson, necesito a Jackson. ¿Dónde está?— preguntó fríamente el chico, colocando suavemente su mano en la funda de su arma y observando como ambas mujeres se miraron entre sí, antes de observar el espacio vacío que se encontraba entre medio de ellas.

—Él estaba...— susurró la rubia observando el rastro de hojas corridas que había, un claro signo de que alguien se había estado arrastrando.

—Llamaré a Merle.— Arat fue más rápida, levantándose con velocidad y caminando a aquella cabaña en la que los líderes de las comunidades se encontraban.

—¿Qué significa eso?— preguntó Carl, viendo como la morocha había salido corriendo.

—Yo- no- no lo sé. Pero no creo que sea algo bueno.— la chica murmuró, alzando las manos sobre su cabeza al observar como Carl estaba ahora apuntándole con aquella pistola.

—Hey, hey, hey.— llamó por detrás Merle, haciendo que el chico baje el arma lentamente, aún sin apartar la vista del rubio.

—¿Sucedió lo que creíamos?— preguntó Merle hacía Laura, la chica asintió con la cabeza, señalándole el rastro a su lado, aún sin querer ponerse de pie por sí llegaba a estropearlo, Carl miraba a los tres mayores de uno en uno, intentando entender de qué mierda se suponía que hablaban.

—¿De qué mierda se supone que hablan?— preguntó Carl, siendo callado rápidamente por los tres anteriormente salvadores.

—Calla mini sheriff, en silencio, síganme.— ordenó Merle, comenzando a seguir aquél rastro atentamente, alejándose así del campamento, al estar ya un par de metros alejados Merle se detuvo. —Aquí esto se separa en dos caminos.— comentó el hombre, para después voltear a ver a los tres que se mantenían siguiéndolo.

—¿Cómo él pudo saber que pasaría esto?— preguntó Laura sorprendida.

—No lo sabía, sólo suponía que pasaría algo así, cayendo de uno en uno como ratas ponsoñozas, oh si nena.— Merle sonrió, comenzando a negar con la cabeza.

—¿Qué carajos-

—Espera niño, ya te explicaremos todo.— Merle interrumpió a Carl, observando como entrecerraba su ojo mirándolo sospechosamente, Merle volvió a sonreír, fingiendo una mueca asustada y escuchando el bufido del menor.

—¿Qué debemos hacer?— preguntó Arat, observando atentamente el intercambio.

—¿Ustedes dos? Deben volver, sí preguntan por mí, Jackson y Carl, díganles que estaremos revisando una vieja casa ya que encontramos pistas de los salvadores.

—Eso no suena muy creíble.— interfirió la rubia.

—Suena algo que Jackson haría.— comentó Arat encogiéndose de hombros.

—Pero no algo que él, haría.— la rubia señaló hacía Carl, el cuál alzó una ceja mirándola burlonamente.

—Yo haría todo lo que Jackson me pida.

—Ahí lo tienen, digan que se quejó un poco pero aceptó, ahora vayan antes de que se vuelvan sospechosas.— Merle las corrió, las mujeres después de dar un asentimiento militar, también siguieron su camino nuevamente hacía el campamento.

—¿Puedes explicarme qué mierda-

—Sí puedo.— volvió a interrumpir el mayor, soltando una carcajada al ver la mueca que había hecho el menor por ser nuevamente interrumpido. —¿Recuerdas cuándo le di una manzana a Jackson y él al escuchar que era de Oceanside la escupió porque creía que estaba envenenada?

—Eh... Sí, lo recuerdo.

—Bueno, no estaba envenenada. Pero Jackson tenía razón en desconfiar de Oceanside. Cuándo comenzaron las desapariciones de los salvadores, él en un comentario digamos, inocente, dijo que estaba seguro de que habían sido las de Oceanside, pero aún así, eso se terminó allí, nadie dijo nada más, eso hasta esta noche, cuando Justin partió después de la pelea con Daryl, Jackson comentó "Y ese es el fin de Justin, pobre de él, no sabe que los de Oceanside nos están cazando".

—Espera, ¿qué? ¿cuándo él dijo eso?— preguntó confundido Carl, interrumpiendo al mayor, y recordando que había pasado casi toda la noche con Jackson antes de que él se fuese con los salvadores, negándose a dormir junto a él en una de las carpas.

—Lo escuché cuándo pasaba por su fogata, aquello no me lo dijo a mí, si no que se los decía a las dos mujeres, pero en fin, sí los están cazando, y Jackson es uno de los que estaban buscando.— Merle finalizó, observando como Grimes apretaba fuertemente sus manos en puños, mientras miraba los dos caminos que se habían cortado.

—¿Por dónde se lo llevaron?

El hombre miró hacia ambos caminos, y como allí había sucedido una gran pelea, las hojas estaban más desordenadas y habían demasiados pasos, alguien había caído allí, se notaba una silueta que fácilmente podría ser un cuerpo y luego, unos pasos irregulares que se dirigían hacía la derecha, aquello que Merle pudo observar no le gustó nada, puesto que aquél camino irregular sólo podía tratarse de un caminante. Mientras que por el lado izquierdo se encontraban dos pares de pasos, pero ninguno de ellos podía reconocerlo como el de Jackson, el cuál eventualmente rengueaba en aquél tiempo, no sabía por dónde ir, tal vez ninguno de los dos caminos se encuentren con una buena noticia, decidió no pensar en que el camino de la derecha sea su pequeño amigo y decidió seguir por la izquierda.

—Por aquí.— decidió finalmente, escuchando como Carl soltaba aíre que había estado manteniendo tal vez por bastante tiempo, sabía que el chico no sabía rastrear absolutamente nada, así que no se preocupó por lo que haya podido o no ver, y decidió no comentar nada al respecto sobre el camino de la derecha.

—¿Qué fue lo que Jackson hizo? ¿Por qué lo quieren a él?— preguntó Carl después de tal vez demasiado tiempo en silencio simplemente observando la espalda del hombre y siguiéndolo desde cerca.

—Jackson estuvo presente en la advertencia final.

—¿Qué es eso?

—Fue básicamente una matanza, pero no, Jackson no formó parte, por eso suponíamos que no se lo llevarían a él, pero seguro que querrán un ojo por ojo.

—Ojo por ojo.— repitió Carl.

—Los salvadores mataron a niños y adolescentes mayores de diez años, y Jackson, sigue siendo un adolescente parte de los salvadores, y es mayor de diez años, lo que nos lleva a...

—A un ojo por ojo.— finalizó Carl, comprendiendo. Continuaron siguiendo aquél rastro en silencio durante al menos un par de horas más, aquél camino volviéndose más extenso a cada segundo, eso hasta que llegaron al final del rastro, en dónde lo primero que lograron ver fue una gran edificación, pero lo que llamó la atención de Merle fue aquél combustible de maíz que se encontraba a las puertas del lugar.

Carl observó el graffiti de último aviso en aquella pared, e inconscientemente recordó la noche anterior, en la que Jackson y él habían estado en Alexandria ayudándole a Judith aprender a escribir, aquellas letras, ya podría identificarlas en cualquier sitio, y habían sido de su chico. Soltó un bufido, comenzando a acercarse lentamente hacía el lugar, y desenfundando su arma, Merle por su lado, sacó la cuchilla que su prótesis tenía y con su única mano agarró con fuerza su arma, ayudándose con el filo de aquella cuchilla para mantener estable el arma de fuego, ambos acercándose en un absoluto silencio.

—O tal vez... podría quitarte uno de esos preciosos ojos miel, así te podrás parecer más a tu noviecito ¿te parece eso?— escucharon una voz susurrando a lo lejos, Carl hizo un amago a salir corriendo pero Merle logró detenerlo a tiempo, cubriendo su boca con una de sus manos para evitar que el chico grite, entrar tan de improvisto podría causarle un severo daño a Jackson, debían tener cuidado.

El sombrero de Carl cayó al suelo mientras intentaba librarse de los brazos de Merle, y en un momento sintió como su camiseta se rompía por la cuchilla se Merle. En aquél momento ambos se detuvieron, respirando agitadamente para después mirarse.

—Chico, harás que lo maten si entras allí corriendo, debemos ser discretos.— Merle susurró, moviendo un poco la destrozada camiseta para asegurarse de no haber herido al chico, soltó un suspiro al darse cuenta de que no había sido así y se agachó para alzar el sombrero. —¿Estás de acuerdo?

Carl tomó el sombrero, volviéndose a colocarlo y asintió hacía el hombre, escuchando como aquella asquerosa voz continuaba hablando.

—O tal vez podría comenzar a quitarte todos esos preciosos lunares que cubren tu rostro, así serás una bestia sangrante y desagradable cuándo te encuentren. Hay tantas opciones aquí, y tantos miembros de tu cuerpo que podría cortar, sé de uno que usas bastante ahora, sería una verdadera lástima ¿no es así?

Una risa ahogada se escuchó, ambos, tanto Merle como Carl lograron identificar rápidamente que se trataba de Jackson, sobresaltandose un poco y comenzando a acercarse con tortuosa lentitud hacía el lugar en un silencio espantoso.

—Ya puedes dejar esas mierdas, en serio ¿qué carajos pensé que hacía aquella noche? Debería haberlas matado a todas ustedes también, oh Simon hubiese estado orgulloso de mí.— una fuerte cachetada cayó en el rostro del chico, deteniendo aquella escandalosa voz, Jackson aún así se mantuvo sonriente, sintiendo la venenosa mirada de aquella mujer sobre él.

Miró a un lado suyo, a la otra imbécil que había logrado derribar, habían ido tres contra él y logró matar a una en el camino con sus dagas, mientras que a la que se encontraba allí acostada había logrado herirla en la pierna, definitivamente había vuelto a sentir todo aquél dolor, pero con el dolor también había llegado una increíble adrenalina, como aquella vez con el rubio y el pelado, y se había sentido increíble aquello, aún teniendo la sangre de la pelirroja cubriendo gran parte de su rostro y ropa, no sabía cómo había podido estar tanto tiempo evitando a la muerte, si le hubiesen dicho que sería así de increíble tal vez podría haber comenzado antes.

—¿Te crees gracioso niño? ¿Sigues creyendo que lo que Negan y esos salvadores hacen es lo correcto? Entonces sí era verdad que usabas al pequeño Grimes como protección, oh yo no me lo creía en un principio pero tal parece que-

Jackson acertó una fuerte patada en el rostro de la mujer, haciéndola retroceder e interrumpiendo sus palabras.

—No vuelvas a nombrar a Carl.— Jackson tosió un poco se sangre y sintió su cabeza arder nuevamente, sus manos atadas con alambres no ayudaban mucho a la situación, y que aquella tipa sea de hierro tampoco lo hacía.

—Oh te pones muy sentimental imagino. Tal vez no debería ir a por tí después de todo, tal vez sería suficiente venganza ir a por él, ¿cierto?— la mujer volvió a incorporarse en su lugar, sonriendo animada al ver como la mirada de Jackson se oscurecía e intentaba moverse, siendo aquello impedido puesto que su torso estaba firmemente amarrado con alambre a un pilar en aquella sala.

—Como le llegues a tocar un sólo pelo no vuelves a ver jamás la luz del día, espero que ni siquiera estés pensando en él, soy muy celoso y podría aplastar tu precioso craneo si intentas acercarte a él, entiendes eso cierto, o tal vez cariño prefieres otra última advertencia...

La mujer se había mantenido con la cabeza baja, eso hasta que escuchó aquella última frase, subiendo la mirada para encontrarse con que Jackson sacaba una daga de la suela de su bota para después arrojarla directamente hacía su colega que se encontraba recostada a un par de metros, la daga dió directamente contra la yugular, logrando así con velocidad que la mujer comience a desangrarse, Jackson había comenzado a reír fuertemente mientras que por otro lado la mujer frente a él se quedaba estática, viendo como su amiga finalmente moría.

—Estas muerto niño.

La mujer se levantó de su lugar, caminando hacía una mesa que había a un par de metros de dónde el adolescente se encontraba, agarró el arma que se encontraba encima de esta y apuntó directamente hacía Jackson, el cuál finalmente se dió cuenta de lo que había causado, cerró con fuerza sus ojos al escuchar el arma cargarse y luego un disparo.

Aquél silencio que se había formado concluyó con un cuerpo cayendo al suelo.

—¿Jackson?

El nombrado abrió sus ojos, mirando hacía todos lados primero notando que aquella mujer que le iba a disparar se encontraba ahora en el suelo, y después dirigiendo su vista hacía quién lo había llamado, Carl.

—¡Carl!— sin notarlo, varias lágrimas comenzaron a caer de su rostro, intentó acercarse hacía Carl pero recordó entonces que se encontraba aún atado con aquél alambre. Carl se acercó corriendo hacía él y juntó rápidamente sus labios en un fuerte beso, tomando ambas mejillas de Jackson y juntando ambas frentes.

—Oh bebé deja de asustarme así.— susurró Carl, desatando sus manos y tirando lejos aquél alambre, comenzando a darle mimo a sus muñecas y ayudando a Merle a quitar el alambre restante, liberando finalmente a Jackson.

—Realmente pensé que la había jodido.— admitió Jackson soltando una risita y abrazando con fuerza a Carl, colocando su rostro en el cuello del contrario y aspirando su olor. —En lo único que podía pensar era en que no debía perderte.

—Pequeño imbécil.— Grimes sonrió, acariciando la cicatriz del menor y viendo como este cerraba los ojos ante su tacto. —Te amo tanto Jack.

Black abrió sus ojos, sonriéndole alegremente a su novio y dejando un suave beso en sus labios. —Yo también te amo.

—¡Oh Merle gracias por haberme salvado! ¡Oh Merle has hecho tú todo, has rastreado a Jackson y lo has llevado con su amorcito! ¡Oh Merle eres absolutamente increíble!— comenzó a decir el hombre sarcásticamente, parado a un lado de la parejita que continuaba abrazándose. —¿No, nada? Está bien, salgamos de este lugar de mierda.

Jackson soltó una carcajada, extendiendo uno de sus brazos para chocar los cinco con el mayor, comenzando a seguirlo hacía la salida, tomado de la mano de Carl y sonriendo estúpidamente.

Había matado a tres personas después de ser secuestrado, había sido un gran día.

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