Día 69
Respiro agitado,
retengo las ganas
de agarrar un cuchillo
y desgarrar mi alma.
Le pido a mi cerebro
que analice esto:
yo no soy malo,
solo estoy indefenso.
Nadie me entiende,
nadie me quiere,
pero yo me entiendo
y yo me quiero.
Me calmo, escribo y sigo,
así es como me mantengo vivo.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro