Berry quiere ser alguien.

Era difícil poder utilizar el poco tiempo que me daban libre. Mi vida en El Cóctel era de ser la chica del bar, la puta del jefe y la enemiga de la Madame. Quería ser alguien más que solo Berry, la fruta exótica y prohibida de El Cóctel.

Cuando tuve la oportunidad me inscribí en clases en línea para poder sacar mi título de instituto. Quería ir a la universidad, estudiar cualquier cosa que se me ofreciera, no quería seguir siendo Berry, quería huir. Así fue como empezó mi plan, debía buscar el momento adecuado para salir de este lugar.

Apple está concentrada viendo una película en su ordenador por lo que yo no tengo problema en terminar los últimos trabajos que el instituto me ha mandado por correo. Mis calificaciones eran prácticamente perfectas, me esforzaba para que todo lo que hiciera saliera bien y por supuesto, trataba de que nadie se enterara, la única que tenía el conocimiento de que estudiaba era Apple y siempre que podía me cubría.

—¿Por qué Jhon Walter es tan perfecto?—suspira ella aun mirando la pantalla.

—¿Por qué tiene un físico envidiable y es millonario?—contesto dejando al lado mi lectura por un momento.

—Él se ve tan... real. Quisiera que un hombre como él me amara, que fuera lo único en su mente.

Esta vez sí dejo mi libro de lado y la observo, su rostro esta ensombrecido. La entiendo, yo también quisiera que alguien me valorara y no pensara que mi cuerpo solo era un objeto de diversión.

—Encontrarás el amor de tu vida.

—No lo haré en este lugar, Berry. Además, ¿quién querría a una puta como yo?

Odio ver que se menosprecia de esa manera. Apple es tres años mayor que yo, era insolente y le encantaban los problemas. Yo era una de las pocas que le hablaban, nadie quería problemas con Paulette o Víctor.

—La persona que atrape tu corazón no le importará tu pasado. Solo querrá vivir el presente y formar un futuro a tu lado.

—¿Aun crees en el amor, Berry? —me mira incrédula.

—No hay que dejar de creer.

—Si tuvieras la oportunidad de salir de aquí, ¿tratarías de buscar el amor?

Lo pienso de más antes de responder. Creo que hay prioridades, me encantaría tener a alguien que me abrace por las noches y que al despertar lo primero que me dijera es lo mucho que me ama, pero también me gustaría ser una mujer independiente que no tuviera miedo de nada ni nadie.

—Creo que no hay que buscar, el amor te encontrará a ti—respondo finalmente encogiéndome de hombros—. Pero sabes que lo último que pienso es en hombres.

—Gracias, Berry.

—¿Gracias?

—Sí, porque a pesar de que tu vida aquí es mil veces peor que la mía, sigues echándole ganas—puedo ver sus ojos brillantes y puedo asegurar que los míos están iguales ya que están ardiendo—. Quisiera tener la misma fortaleza que tú.

Es la primera vez que veo a Apple tan conmovida, lo que me hace pensar que algo debe estar pasándole. Ella está mal, pálida y sus ojos no tienen vida.

—¿Estás bien, Apple?

Cierra su ordenador y se termina de recortar sobre su cama. No hay ningún movimiento o sonido de su parte hasta que lo escucho, un sollozo. Me levanto de mi cama sentándome suavemente a un lado de Apple. Acaricio su cabello y por un momento tengo un deja vu. Mis pensamientos van hacia Sandra, ella en ese momento de agonía me ayudó, sabía que podría darle unas palabras de aliento a Apple, porque tal vez ella sienta que está muriendo poco a poco igual que yo en esa ocasión.

—Llora todo lo que quieras, déjalo salir.

—No quiero estar más en este lugar, Berry—dice entre lágrimas—. Odio sentir como esos hombres creen tener un control sobre mí, cuando me tocan me repugna, mi padre es un bastardo por haberme hecho esto. No puedo más, Berry, no puedo. No soy tan fuerte.

—Yo tampoco soy tan fuerte, Apple, pero trato de llevar mí día a día. Trato de vivir.

—Esto no es vivir—susurra, sin más lágrimas—. Esto es una tortura.

Y no puedo discutir eso, este lugar es una prisión para Apple, para mí.

—Saldremos de esta.

—¿Tu realmente crees eso? ¿Crees que algún día podremos salir de aquí?

Como que me llamo Stella Foster, saldremos de aquí.

—Sí, Apple, saldremos de aquí.