Córdoba leía algunas de las letras de canciones que había escrito hace varios meses. La verdad se sentía orgullosa de haber escrito eso y agradecía haber leído esos libros de romance que CABA le había prestado. Pensaba en escribir un tango, pero rápidamente dejó de pensar que sería buena idea debido a donde se escuchaban ese tipo de canciones.

Estaba tan distraída en eso que se sobresaltó un poco cuando esuchó que alguien tocaba la puerta. Cerró su libreta de manera rápida y se levantó de la cama. No estaba tan presentable, debido a que aún tenía puesto su pijama y estaba un poco despeinada porque no se había cepillado el cabello, pero aún así abrió la puerta

"¿Qué hacés acá? Bueno, no importa, pasá"

La cordobesa agarró la mano del alemán de cruz esvástica y se lo llevó dentro de manera rápida y brusca (o al menos para su género) para luego soltarle la mano y ver cómo la otra persona cae sentada en el colchón

"No voy a pedir disculpas por mi comportamiento poco femenino" dijo la del interior con una cara un poco intimidante y sin quitarle la vista de los ojos, para luego dar vuelta la silla y sentarse en esta con las piernas cruzadas, apoyando un codo en pierna de arriba y también apoyando la cabeza en su mano

"No te dije nada" dijo el alemán

"Pero querés decir algo" aseguró la cordobesa "he tenido que soportar comentarios diciendo que debería ser más femenina de cada pel0tud0 que ve como soy"

La amante del cuarteto suspiró.

"Bueno ya, ¿De qué querés hablar? Puede ser de futbol, ropa y.... ay, p#t4 madre, me olvidé como se llama... No importa, ¿De qué querés hablar?"

"uh...."

"Costumbre" dijo la cordobesa "siempre que te aburrís acá te dicen «Andá a ver a Córdoba, seguro que una charla con ella te entretenga». Soy como un libro, te llama la atención desde afuera y mientras mas te adentras en él mas te interesa"

"Dijiste eso con demasiado orgullo" le 'reprochó' Naz un poco en broma

"¿Hay algún problema? Cuesta mucho sobresalir cuando los únicos sobresalientes en este país son Buenos Aires y la Capital Federal" dijo Córdoba completamente seria "Es molesto que siempre digan «Buenos Aires esto» «CABA lo otro» todo el p#to día que cansa. Y no vas a poder explicarme sobre eso porque apareciste en todos los periódicos durante la guerra"

La cordobesa se levantó y tiró unos periódicos al lado de Naz en los cuales salía en primera plana. El nacionalsocialista leyó cada uno de los titulares, pero uno le llamó la atención.

Era un titular que hablaba sobre el rumor de su supervivencia (rumor que era cierto), y algún que otro anuncio al rededor del texto. Agarró el diario y empezó a leerlo.

"Te lo puedo dar si querés" dijo la cordobesa mientras caminaba de manera extraña por alrededor de la habitación "eso tiene casi un mes desde que salió"

"¿Cómo fue que se les ocurrió pensar que mi muerte fue falsa? ¡¿Acaso saben lo mucho que duele que te disparen y que termines con una costilla rota?!"

"No, la verdad" dijo la fanática del cuarteto "al mundo le chupa un huevo y medio que estés pasando por una hemorragia interna o externa, lo único que les interesa es el chisme de países que lo más probable es que estén más muertos que cádaver de 2 siglos..." hizo una pausa "este no es el caso, pero bueno, se entiende"

"Si, se entiende" dijo el nacionalsocialista casi sin prestar atención debido a que seguía leyendo el periódico

"¿Estás en la parte de deporte?"

"Ja, ¿A quién se le ocurre escribir 2 hojas y media de fútbol?" exclamó casi gritando el nacionalsocialista

"¿Acaso creés que 2 hojas y media es mucho?" le preguntó la fanática del cuarteto haciendo mas finita su voz "Tenemos hasta periódicos relacionados al fútbol. Si querés te alcanzo un par"

"No hace falta..." dijo el alemán salteándose la parte de fútbol

"¿No era que amabas el fútbol con todo tu ser?"

"El que amaba el fútbol con todo su ser era Fascista"

"Si sabés que sigue vivo, ¿verdad?"

"No me sorprendería si lo estuviese... Espera, ¿Qué dijiste?"

La cordobesa le tiró un periódico a la cara

"¡Ponete a leer un poco mas los periódicos!"

[...]

CABA abrió la puerta de su habitación de manera brusca y ruidosa la puerta y pegó un grito de rabia, haciendo que Baires se despertara de golpe.

"Cabs, ¿Todo bien?" preguntó el bonaerense

"Rajá de acá" dijo la ciudad autónoma teniendo su cabeza metida en la almohada

"¿No necesitás la compañía de alguien?"

"¡RAJÁ DE ACÁ TE DIJE!" le gritó la ciudad autónoma mientras le tiraba la almohada

El porteño logró esquivar la almohada, pero no pudo esquivar a su melliza 15 minutos menor se le acercara y le agarrara la camiseta para amenazarlo

"Si no te vas te juro que te corto los cachetes con un cuchillo de cocina..." dijo "¡¿ENTENDIS-"

No terminó la frase porque Baires la abrazó.

"¡¿Qué hacés?!"

"Te doy un abrazo, ¿No lo vez, boludita?" le dijo el bonaerense mientras hacía que él mismo y su hermana retrocedieran y se sentaran en la cama de la porteña.

Logró hacer que su hermana mantuviera la calma, ya que esta no se movió ni forcejeó para salir de ese abrazo, solo se quedó ahí, quieta, mientras algunas lágrimas salían de sus ojos. Baires le empezó a acariciar la espalda, buscando que se calmara aún mas, cosa que salió exitosamente.

"Podés contarme que pasó, te prometo no decir nada"

Al no escuchar respuesta alguna o aquellos sollozos que eran muy débiles pensó que se había dormido, así que la soltó con mucho cuidado y la dejó ahí durmiendo tranquilamente, no sin antes sacarle la chaqueta del uniforme militar.

Se iba a sentar a probablemente seguir durmiendo pero alguien tocó la puerta. Al abrirla, el bonaerense pudo ver al pequeño Tierra del Fuego con su pijama de colores celeste y naranja claro y una cara que mostraba un poco de preocupación.

"Thiago, ¿Qué pasa?"

"Malvi me contó que tenías fiebre y pensé en pasar a verte, ¿Estás bien?"

Buenos Aires no pudo hacer nada excepto sonreír por lo puro que era su hermanito. Se agachó a su altura y le dijo:
"Si, pequeñín, estoy bien"