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Capítulo 16

Córdoba estaba parada en un pequeño escenario, acomodando un micrófono para que estuviera a su altura con una de sus manos, mientras que con la otra agarraba su guitarra. Obviamente, sería mentira si ella dijera que no estaba nerviosa.

Una vez terminó de acomodar el micrófono, se puso la banda de su guitarra, por encima de sus hombros. Movió su mirada por todo el lugar, y halló una sensación reconfortante al encontrarse con una cálida mirada familiar.

"Muy buenas noches" dijo después de soltar un suspiro para calmar sus nervios, con un tono alegre. "Es un gusto estar aquí, con ustedes."

Acomodó un poco su guitarra y luego posó sus manos en esta.

"Hay una canción que quisiera que escuchen" agregó instantes después "espero que les guste."

Solo le alcanzó para tocar una sola vez cuando la puerta del establecimiento se abrió. Entro una muchacha algo alta, con el pelo albino y un uniforme de policía. La cordobesa instantáneamente reconoció quien era.

La muchacha con traje de policía caminó al escenario de manera segura y se subió, para luego ir hacia donde estaba el micrófono.

"¿Qué hacés acá, CABA?" le preguntó Córdoba en un susurro.

"Vas a tener que dejarme hablar, Dobi."

La cordobesa le miró unos segundos, su expresión mostrando algo de inseguridad, pero aceptó y se alejó un poco.

"Me disculpo por interrumpir" empezó CABA mientras agarraba el estante del micrófono y lo acomodaba a su altura, elevándolo unos cuantos centímetros. "Pero hay algo que me gustaría decirles" movió su cara lejos del micrófono para aclararse la garganta antes de seguir hablando "Todos recordarán el caso del triste fallecimiento del pequeño Manuel Massachutts, ¿No?"

La ciudad autónoma se puso a explicar qué, luego de unas semanas de investigación, habían encontrado a un sospechoso, el cual se iba a presentar en ese mismo lugar a la hora en la que la cordobesa daría su presentación

Mientras su hermana hablaba, Córdoba notó que una de las personas que estaban atrás se veía nerviosa. Era un guitarrista, probablemente de la misma edad que ella. Iba a hablar, delantando al chico, cuando notó que él empezó a retroceder, para luego salir corriendo.

"CABA" susurró "creo que a quien estas buscando está tratando de escapar"

La mencionada se dio la vuelta. Bajó del escenario y caminó hacia la salida del establecimiento tranquila y lentamente. Una vez salió, empezó a correr, persiguiendo al fugitivo. 

Mientras tanto, Córdoba se había quedado en su lugar, con una sensación de incomodidad y de que estaba siendo observada por muchos. Luego de un rato, caminó lentamete hacia detrás del pequeño escenario y bajó las escaleras, encontrándose con Argentina al final de estas.

"¿Está todo bien, corazón?" preguntó la república mientras envolvía a la provincia en un abrazo.

"Si, está todo bien. ¿Podemos regresar a casa?" preguntó la provincia. Arge asintió, separandose del abrazo y dandole un beso en la frente. Agarró su mano y empezó a caminar con la cordobesa. 

Volviendo con CABA, ella ya había atrapado al sospechoso. Lo había tacleado. La ciudad autónoma lo levantó del suelo bruscamente y sacó de su bolsillo unas esposas.

"Tendrás que explicarme esto una vez estemos en la comisaría, joven."

Antes que el perseguido pudiera objetar, la oficial ya lo había esposado. Media hora más tarde ya habían llegado a la comisaría y se encontraban en una sala de interrogación.

"¿Por qué lo hiciste?" preguntó CABA, quien miraba al sospechoso con una expresión seria, sin sentimientos.

"Oficial, no lo maté" respondió el joven.

"¿Entonces por qué saliste corriendo?"

No hubo respuesta. La ciudad autónoma frunció ligeramente su ceño.

"Si no fuiste tu, ¿entonces quien fue?"

El muchacho movió su mirada por toda la habitación, buscando las palabras correctas para responder.

"Conozco a alguien que puede saber algo"

[...]

Reich estaba leyendo en su habitación cuando un ruido sonó en su ventana. Lo reconoció de inmediato y cerró su libro, poniendose de pie para abrir la ventana. Se esperaba ver al fascista, como la última vez, así que se sorprendió al ver que Imperio fue la responsable de ese ruido. 

"Pensé que te tardarías mas en responder" dijo ella, con una piedra en su mano "Ya estaba por tirar otra piedra"

El nacionalsocialista sonrió un poco, soltando una pequeña risa. Se asomó un poco mas por la ventana. 

"¿Sucede algo?" preguntó, arqueando una ceja, su sonrisa sin irse de la cara.

"Quería verte" respondió la japonesa imperial "¿Estás libre mañana por la noche?"

"Mañana por la noche... ja, creo que-" él juró haber escuchado unos pasos acercarse a su habitación. Cerró la ventana y se dio la vuelta. 

Hubo un toque en su puerta y respondió. Al abrirse esa puerta, vio al pequeño Alemania, en sus pijamas y agarrando su osito de peluche. No llevaba puesto sus lentes debido a que ya se había dormido. 

"Was ist los, Kleiner? (¿Qué sucede, pequeño?)" preguntó el nacionalsocialista mientras se agachaba a la altura del pequeño. 

"Ich hatte einen Albtraum (Tuve una pesadilla)" murmuró Alemania mientras, adormilado, mientras se acercaba a su padre a abrazarle, quien respondió envolviendo sus brazos alrededor suyo y alzándolo en sus brazos. 

Reich lo acurrucó cerca de sus brazos mientras le acariciaba el cabello. Miró a la ventana por unos instantes, usando su mano disimuladamente para despedirse antes de darse la vuelta y seguir acunando a su pequeño.

[...]

Se escuchó cómo se abría una puerta y cómo unos pasos entraban en una habitación. Segundos después, se oyó como esa misma puerta se cerraba. Los mismos pasos empezaron a dirigirse a un escritorio. Le pertenecían al soviético, quien se dirigía a una mesa pegada en una pared que tenía encima suyo una pizarra de corcho {para que se guíen por si necesitan saber, son esas pizarras en donde se pinchan fotos y se las une con hilos rojos}.

La pizarra estaba llena de titulares de noticias, imágenes y pedazos de periódicos, unidas por alfileres que las mantenían sin caerse y por un hilo rojo que las conectaba a un mismo destino: el paradero de Third Reich.

"Кажется, я знаю, где ты... (Creo que ya sé donde estás...)" se dijo para si mismo, anotando en un pedazo de papel arrancado unas palabras "Я просто надеюсь, что я не прав и что Аргентина не живет с нацистами... (Solo espero no estar en lo cierto y que Argentina no esté viviendo con un nazi...)" pensó, y luego lo colgó en el centro.

Se sentó en el escritorio mientras veía todo el desorden que había en este. No se podía diferenciar cuales eran partes de diarios argentinos y cuáles eran cosas pertenecientes a su trabajo. Definitivamente tenía que hacer una limpieza. 

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