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Capítulo 12

"¡Naz! Boludo, no sabés lo que se me acaba de ocurrir" dijo Córdoba mientras se acercaba prácticamente corriendo al nacionalsocialista alemán.

"¿Qué sucede?" Preguntó Reich, mientras se daba vuelta y arqueaba levemente una ceja.

"¡Aprovechemos que Arge no está para salir!" respondió la cordobesa, muy alegre mientras daba pequeños saltitos "Salimos a tomar un poco de aire fresco, quizás vos te encontrás con los otros dos ejes y luego volvemos antes de las 5. ¿Qué te parece?"

"Podría ser buena idea..." dijo el nacionalsocialista alemán, principalmente para sus adentros "Cuenta conmigo"

[...]

Malvinas estaba por subir las escaleras hacia su aula junto a una de sus amigas cuando, repentinamente, ella empezó a sentirse mal.

"Cami" dijo Malvinas "¿Me acompañás al baño? Es que siento que voy a vomitar"

"Obvio, Mari" dijo Camila, quien rápidamente agarró uno de los brazos de su amiga ", vamos al baño, mi amor"

Ambas chicas fueron al baño, y la pequeña islita fue rápidamente al primer inodoro a vomitar, ya que se había tomado su café de manera muy rápida. La islita estuvo unos varios segundos vomitando, hasta que se levantó y fue a lavarse la boca.

"¿Tenés algo para que no se note mi aroma a perro?" preguntó Malvinas, mientras se miraba detalladamente sus dientes.

"Tomá" dijo Camila, quien le dio un caramelo no mastiacble con sabor a cereza ". Eso te va a hacer bien. Si querés te acompaño a decirle a una seño que estás mal."

"Gracias"

"No me lo tenés que agradecer. Vamos, mientras mas pronto le digamos a la directora, mejor" Camila le agarró el brazo y se la llevó para el piso de arriba. Ella era una chica un poco mas baja y regordeta que Malvinas, tenía el pelo de color castaño tirando a negros, el cual lo tenía atado en una media cola de caballo y le llegaba apenas a los omoplatos, también tenía los ojos castaños, pero estos eran mas claros que su pelo.

Durante el camino, ambas niñas se encontraron con dos compañeras mas: Eva y Natalia.

"¿Qué pasó?" preguntó Eva, bastante preocupada.

[...]

"Ponete esto" dijo la cordobesa mientras le daba un buzo al alemán de cruz esvástica.

"Eh... No, gracias" dijo el alemán de cruz esvástica, rechazando amablemente el buzo "No creo que sea necesario"

"¿Seguro? ¿Y si alguien te reconoce?" preguntó Córdoba, mientras temía lo que podía pasar si alguien lo reconocía.

"No te preocupes" dijo el alemán nacionalsocialista, mientras le daba unas palmadas en el hombro ", no creo que alguien vaya a reconocerme."

"Bueno. Pero tomate la pastilla por las dudas"

La provincia cordobesa directamente metió la pastilla en la boca del nacionalsocialista, quien se sorprendió y miró a la cordobesa con los ojos extremadamente abiertos.

"Por qué hiciste eso?" preguntó Reich, mientras sus dedos empezaban verse de un color piel bastante claro.

"No lo sé. Simplemente lo hice" respondió la cordobesa, mientras se metía dos pastillas en la boca ". Avisame cuando se esté acabando el efecto, estaré llevando un par por las dudas"

La cordobesa abrió la puerta de entrada y dejó salir al alemán de cruz esvástica primero, quien hizo una leve reverencia. Luego de eso, ambos empezaron a caminar hacia adentro de la ciudad. Pasaron bastantes minutos hablando como si se conocieran de toda la vida.

"¿En serio pasó eso?"

"¡Te lo juro!"

"¿Cuándo pasó eso?"

"Hace casi dos meses, justo dos días antes de que vos-

Córdoba se calló bruscamente.

"¿Qué sucede?" preguntó Naz, un poco sorprendido porque la cordobesa se calló.

"¿No lo escuchaste?"

"¿Escuchar qué?"

"Esa voz..."

"Córdoba, ¿De que hablas?"

"No, nada..."

La provincia cordobesa y el alemán de cruz esvástica siguieron caminando hasta que escucharon una voz. La voz era femenina, y parecía estar llamando a Reich

"Definitivamente ahora si la escuché" dijo el nacionalsocialista, quien se giró y empezó a caminar hacia donde provenía la voz.

"¡¿A dónde creés que vas, Naz?!" preguntó la cordobesa, quien empezó a seguirlo con paso rápido.

"A ver qué mierda es esa voz" respondió el nacionalsocialista, mientras caminaba mas y mas rápido.

Unos pocos minutos después, la provincia cordobesa lo alcanzó.

"¡¿Pero vos estas loco?!" exclamó la cordobesa mientras se ponía delante de el nacionalsocialista, evitando que este siguiera caminando "¿Vos en serio pensas en ir hacia esa voz?"

"Eh.... si"

"Perdoname pero no te voy a dejar ir" dijo Córdoba, mientras miraba a Naz con cara enojada, cosa que cambió dos segundos después, ya que la cordobesa sonrió "A menos que me dejés ir con vos"

"... Bueno, esta bien. Puedes venir conmigo" dijo Naz, mientras empezaba a caminar de vuelta.

"¡Vamos!" susurró la cordobesa, quien empezó a caminar al lado del nacionalsocialista. Pocos segundos después, la cordobesa notó que sus dedos estaban empezando a verse de color celeste y rojo, el efecto de las pastillas se estaba yendo. Ella rápidamente empezó a buscar en sus bolsillos, y se dio cuenta de que no tenía pastillas "¡Mierda!" exclamó, ansiosa.

"¿Y ahora que pasa?" preguntó el nacionalsocialista, quien giró su cabeza para ver a la cordobesa ansiosa buscando algo.

"¡No tengo las pastillas!"

"¿Qué?"

"No te preocupés, Naz, voy y vengo. Vos seguí con las que estás haciendo" Córdoba dijo eso, sonando ansiosa, y se dio vuelta y empezó a correr hacia la casa.

Naz la miró raro por unos segundos, pero luego se dio vuelta y empezó a caminar hacia donde venía la voz.

[...]

"¿Crees que me haya escuchado?"

"Es lo mas obvio. Reich viene para acá, Jess, no tienes por qué preocuparte"

"¡¿Qué no tengo por qué preocuparme?! Felix, ¡No debí gritarle! ¡¿Y si él nos ve y pensaba que estabamos muertos?!"

"Aparecimos en el periódico, no creo que se vaya a sorprender al vernos, Impe- digo, digo, Jessica"

"¿Sabes qué, Fascista? Deberíamos de dejar de hacer como si nosotros estuvieramos muertos y llamarnos por nuestros nombres"

"Pero tu fuiste la que-"

Italia Fascista no pudo terminar por que escuchó un ruido de una rama quebrándose.

"¿Que fue eso?" preguntó Imperio Japonés, mientras sus orejas se paraban como signo de que estaba en alerta.

"No lo se..."

La japonesa imperial agarró una rama que estaba cerca suyo y empezó a caminar hacia donde se rompió la rama, y justo cuando estaba por golpear a lo que sea que estaba del otro lado, se detuvo y quedó paralizada.

"... ¿Reich? ¿Eres tu?"

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