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Parte 3




Entramos al local y Cris se fue inmediatamente a la barra, nosotras fuimos a la pista de baile.

Estuvimos bailando como si fuéramos pareja, seguramente las personas que nos veían eso pensaban, creo que mi próximo novio, bueno, algún novio que vaya a tener no se iba a tener que preocupar de mis amigos, sino de mi mejor amiga que parecía lesbiana y que me agarraba el trasero. De tanto bailar y tanto tiempo, nos cansamos y volvimos a la barra para tomar algo, pronto Cris notó nuestra presencia y quitó a unos chicos para que pudiéramos sentarnos.

— ¿Qué van a querer? — nos preguntó Cris.

— Dos sex on the beach — contestó Andy sonriente, agitando su mano para echarse un poco de aire.

— Andy, tú sabes que no tomó, sería un peligro para la sociedad — le dije mirándola.

— Igual se los traeré — Cris se fue para prepararlos

— ¿Y dónde está Thom? — dije mirándola.

— En el otro extremo de la barra, creo que allá hay más gente — apuntó con la cabeza hacia el otro lado

Volteé para ver, y sí, había demasiada gente, de hecho el bar estaba repleto, pues claro era fiesta con bebidas gratis.

Alguien me tocó el hombro, yo volteé

— Hola bonita — dijo un hombre muy borracho.

Solo volví a voltearme.

— ¿Quieres unos tragos? — insistió. Pero si eran gratis yo no sé qué me invitaba.

— No — normalmente no les prestaba atención, cuando estas en un bar con bebidas alcohólicas gratis, sabes que hay mucha probabilidad que pasé algo así — no tomó.

Él me miro con una cara de extrañes.

— ¿En serio?

— Que te vayas, ¿o eres tarado?— le gritó Andy.

— Siempre hay una primera vez para todo — él pareció hacerle caso omiso.

— Que te vayas a la mierda — le espete furiosa.

— Anda, vamos no pasar...

Cris no lo dejó terminar y le propinó un puñetazo en la cara, no me extrañe ni me asuste, si no era él, habría sido el guardia.

Después el chico se levantó extrañado tocándose la cara

— ¿Qué te pasa? — le gritó a Cris.

— Te dijo que no — contestó muy tranquilo desde atrás de la barra.

— ¿Y tú quién eres?

— Eso no te importa, lárgate antes de que te propine otro.

El chico se me quedó viendo y se fue.

— ¿Estás bien? — me preguntó volviendo a mí.

— Sí Cris — sonreí.

— Buen tiro — dijo Andy chocando los cinco con Cris.

— ¿Cuando vas a crecer? — La miró divertido.

— El día que a ti te crezca el cerebro — le sonrió.

Solo solté una risa.

— ¿Cómo están tus nudillos? — los miré un poco magullados.

— Solo un poco rojos, pero ya están acostumbrados — dijo encogiéndose de hombros.

— Yo propongo que para la siguiente le des con la cabeza — Andy nos miró levantando el pulgar — Al estilo Fiona ¡Fuaaaaa!

Los dos la miramos, amaba a Andy como a ninguna otra.

— Bueno, creo que deberías volver a la barra — le indiqué con la cabeza todas las personas esperando.

— Está bien, me avisas si ocupas algo — dijo apuntándome.

Le levante el pulgar con una sonrisa extremadamente rara.

— Le hubiera aplicado la de la primaria — dijo Andy sonriéndome.

La miré confundida.

— Ya sabes, dibuja un bosque y piérdete — y después tronó los dedos.

Comencé a reír como loca y ella igual. Volví a la pista y bailamos un rato con Andy.
Eran las cinco de la mañana y la barra estaba sola, los únicos que quedábamos éramos Cris, Andy, Thomas y yo.

Me acerqué a donde estaba Cris en la barra.

— ¡Señor! — le grite a Cris.

— ¿Si? — contestó él divertido.

— Sírvame su mejor botella —  traté de hablar como si fuera un borracho.

— Enseguida — me trajo una botella de agua — cosecha de este año.

Tomé un trago

— La mejor — dije saboreándola.

Empezamos a reír

— ¿Lista? — me preguntó saltando la barra para quedar a mi lado.

Me acabé la botella.

— Lista — sonreí

Nos despedimos de Andy y de Thomas, me quité los tacones ya que mis pies me estaban matando por estar bailando en la pista, pero Cris me cargó hasta el auto ya que la grava del piso me calaba. Subimos a mi auto y nos dirigimos al apartamento, obviamente yo conduje. Puse la radio a todo volumen y empecé a cantar a todo pulmón, recordando que mi voz hacia que se rompieran los cristales y no por tener una gran afinación.

— Rose, ¿si sabes que la fiesta acabo ya? — dijo Cris riéndose mientras se tapaba los oídos.

Lo ignoré  y seguí cantando más fuerte. Después de un rato, llegamos al apartamento.

— ¿Qué vamos hacer mañana? — le dije abriendo la puerta.

—Primero, te debes dar un baño que hueles a muerto — contestó desabotonándose la camisa y tirándola al sofá.

—Uhhh, ya sé, vamos a un parque acuático, hace un calor de la mierda — dije ignorandolo y  me tiré en él.

—Adoro cuando dices maldiciones — dijo riendo— me parece buena idea.

— ¡Si! — alce las manos, Cris se burlaba de mí. Luego de un rato tirado ahí, decidimos subir a nuestras habitaciones.

Intentó subir las escaleras, pero se iba tambaleando

— Maldita sea Cris, te vas cayendo de borracho — dije subiendolas con él

Puse su brazo en mi hombro y lo ayudé a subir, lo dejé en su cama, le quité los zapatos y el pantalón, hasta que quedó en ropa interior. Ya era algo normal hacer eso, no lo veía como si lo fuese a violar.  Ya me iba cuando me tomó del brazo.

— Quédate — dijo con los ojos cerrados.

— Estoy a unos pasos de tu habitación, nadie va a venir a robarte — reí

— Por favor — suplicó.

Suspiré y asentí rendida.

Me quité el vestido y tomé una ducha. Agarré una camisa de su armario y me la puse como pijama. Me acosté a un lado de él, estaba muy cansada, así que inmediatamente caí dormida mientras me abrazaba.

***

La luz del sol que entraban por la enorme ventana del cuarto de Cris, me despertaron. Volteé para verlo, él me estaba sujetando de la cintura como si fuese un oso de peluche.

— Buenos días dormilón — lo miré sonriendo.

Gruñó apretándome más hacia su cuerpo.

— Vamos, hay que levantarse, es fin de semana — lo moví.

Suspiró. Mientras sus ojos estaban cerrados pude apreciar las perfectas facciones de él, su mandíbula marcada y aquellas largas pestañas que descansaban en sus pómulos.

Me levanté para abandonar esos pensamientos y fui a la cocina para tomar un vaso de agua con una aspirina, subí y Cris estaba en bóxer, tal y como anoche.

— Toma — le pegué en la frente suavemente y le di el vaso de agua con la aspirina.

— Gracias — se tomó el vaso junto con la pastilla de un trago — ¿Qué haría sin ti?

— Simple, te mueres — me encogí de hombros — pero ahora hay que ir al gimnasio.

Él asintió

— ¿Ya te dije lo bien que te ves con mi ropa? — me miró con una sonrisa pícara.

Hice como si fuera una modelo y puse boca de pato. Noté como fruncía el ceño ante mi "modelaje de ropa"

— Con este cuerpazo, todo me queda bien.

Reímos y después salí de su cuarto, me puse mi ropa deportiva y fuimos al gimnasio de la casa.
Luego de un rato de estar sudando haciendo ejercicio, era hora de tomar un baño.

Bajé para hacer el desayuno.

— ¡Cris mueve tu enorme trasero! —grité friendo pollo.

Bajó las escaleras.

— ¿Verdad que si es grande? —Preguntó en broma volteándolo a ver — ¿Qué hiciste? — se puso a mi lado.

— Como ayer casi mueres de un coma etílico, a ti te toca pollo en salsa roja— dije sirviéndoselo.

— ¿Qué carajos tiene eso de especial? — me miró confuso.

— Con algo picoso se te baja la cruda — dije guiñándole un ojo.

Mientras desayunábamos, llamé a Andy para ver si querían ir al parque, pero ella no podía.

— Bueno creo que solo vamos tú y yo — le dije a Cris dejando el teléfono a un lado.

Él asintió.

— Esto te quedó muy bueno — apuntó al plato con el tenedor.

— Lo sé — dije empujado el pelo hacia atrás como toda una diva.

Empacamos nuestras cosas y nos subimos  en la camioneta, era de los dos, obviamente cada quien tenía su carro, pero la camioneta la compartíamos, era una Hummer H2, negra, era hermosísima. (MULTIMEDIA). Fuimos directo al parque acuático, en ese no había niños, ni mamás con niños, era exclusivamente para adultos y era como un paraíso, pero con borrachos.

Luego de llegar, nos pusimos en una mesa, yo me fui al baño para cambiarme y ponerme un bikini blanco de tiras, que era hermoso, uno de los modelos que había estado planificando para el verano.

Salí del baño y me encontré a mi mejor amigo rubio en la mesa rodeado de chicas. Que novedad. Como pude, quité a las chicas y me acerqué a Cris.

—Voy a estar en la piscina -— tomé mi bloqueador solar, solo le informé para que no me estuviera buscando o por si ocurría algo.

Me miró con una sonrisa.

— ¿Crees que te voy a dejar ir sola?

— ¿Crees que te estoy pidiendo permiso? — Levanté una ceja retándolo — te estoy avisando, no pidiendo permiso.

Fuimos hasta el bar y Cris pidió unas bebidas, yo solo tome piñada, sí, las que no tienen alcohol, odiaba el alcohol. Mientras Cris se divertía con las chicas, tomé mi bebida y fui a la piscina. Después de eso me acosté en un camastro para que me bronceara, me puse mis lentes y me relaje tomando sumamente en paz mi bebida. Aunque no duro mucho, sentí una sombra, me levante los lentes y estaba Cris parado enfrente de mí, era un hombre muy alto y brumoso. Solo le sonreí, él parecía serio.

— ¿Qué te pasa Cris? —lo miré muy confusa.

— ¿Por qué te fuiste?

— Porque soy adulta, porque le pregunté a mis ovarios si les parecía, ¿y qué crees?  — junté mis manos falsamente sorprendida — ¡Dijeron que sí!,  y si no te parece te puedes meter tu opinión por el trasero y ve a seguir coqueteando que me tapas el sol — dije bajando los lentes de nuevo.

— No estaba coqueteando.

Ja, oí a pelos.

Suspiré tratando de encontrar calma. Subí mis lentes y lo miré a los ojos.

— Ese no es el punto, soy adulta Cris, puedo hacer de mi vida lo que me plazca. Y ay te dijes que te quites del sol.

Se fue sin decirme una palabra. Me volví a bajar los lentes, momentos después alguien apareció. Una perra pelinegra.

— ¡Una perra sin dueño ! — era Andy, me levanté a toda prisa a abrazarla. Tenía puesto un bikini azul claro que combinaba perfectamente con su figura, y resaltaba su tez blanca haciendo contraste con su pelo negro y aquellos azules ojos que eran dueños de mi corazón — ya llegué mami, no te preocupes — me guiñó el ojo.

— Pensé que no ibas a venir — dije separándome.

— Yo también, pero ya deje todo arreglado, ¿y Cris? — miró hacia los lados buscándolo.

— Creo que se enfadó y se fue — me encogí de hombros quitándole importancia.

—Wuuu, ¡diversión sin adultos! — me tomó de las manos levantándome.

Estuvimos por todo el parque, muchos chicos se nos quedaban viendo.

—¿Qué pendejos?, ¿sus mamás no les dejan ver a chicas? — Dijo Andy mostrandoles el dedo corazón. Tenía cara de ángel, pero garganta de camionero.

Ay por eso la amaba.

Se hizo noche y era hora de los retos. Siempre en el escenario retaban a la gente para ver quién podía tomar más, era realmente estúpido, pero entretenido. Cuando los participantes empezaron a subir, vi a Cris.

— Ay no — dije.

— ¿Ay no qué? — preguntó mi amiga extrañada.

— Ay no quien, el imbecil de Cris quiere morirse de un coma etílico — hice un movimiento con la barbilla señalándole el escenario

— Hierba mala nunca muere — dijo cerrando la cajuela de su auto.

— Este idiota, ¿no le hará daño tanto alcohol?

— Creo que ya está acostumbrado — se encogió de hombros — nos vemos.

Se despidió y se fue en su coche.

Una botella de tequila después acabaron los juegos, obviamente Cris ganó. Todas las chicas se peleaban por acercarse a él, ¿no sé por qué les atraía un borracho con experiencia?
Fui a la mesa para recoger todo y subirlo a la camioneta, después iba la misión imposible. Subir a Cris a la camioneta y meterlo en el apartamento. Quitando a las chicas llegué hasta Cris, no quería que se trajera una chica a casa, ¿Cómo carajos le hacía cuando salía de fiesta para conducir borracho y traerse una chica?

— Lo siento señoritas, él se tiene que ir — dije tomando a Cris, él se separó de mí.

— ¡No!, io-no-me -voy-de-aquí — dijo arrastrando las palabras, intente tomarlo de nuevo — Io-soy-un-adulto-y-hago-lo-que-me-plazca-ahora-vete-Rose.

— Sube a la camioneta — dije ya sin paciencia.

— ¡Maldita sea Rose!, ¡no quiero nada de ti!

Me quedé desconcertada, pero se me pasó en un segundo, estaba furiosa.

—Bueno.

Me aleje de ahí, arranqué la camioneta y fui al departamento. Cris había dejado sus llaves en la chaqueta, que estaba en el asiento de la camioneta. Estacioné dentro en el garaje y me subí al apartamento, tomé una ducha para así poderme quitar todo el cloro y gérmenes que había en el agua de las piscinas, después me cambie y bajé a la sala para cenar y ver una película mientras. Las horas pasaron y yo estaba muy cansada, así que decidí subir a mi habitación para dormir.

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