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Parte 17

La alarma comenzó a sonar y vi el reloj sobre la cómoda de Cris. Eran las tres de la mañana.

—No quiero — gruñó Cris.

Bostecé y me levanté de la cama — Vamos — lo miré pero él negó. Suspiré y caminé hasta su baño, dándome una ducha rápida.

Sonreí al ver el armario de Cris, ya había bastante ropa mía ahí.

—Buenos días — dijo Cris con su voz más ronca de lo normal, dándome un beso en la mejilla y entrando al baño.

Tomé la blusa de manga larga con cuello de tortuga, junto con unos pantalones blancos. Me senté en el borde de la cama para poder ponerme mis tenis blancos. Agarré el abrigo que combinaba con mi blusa y mi gorro del mismo color.

—Dame un minuto — Cris salió del baño, completamente desnudo.

Lo miré — ¿Ya no tienes pudor?

—Nah — sonrío y me miró — si siempre me ves desnudo, ¿Qué problema hay?

Verdaderamente no había ninguno. Pero eso me hizo recordar nuestra relación, que no hace mucho seguíamos siendo simplemente amigos.

— ¿Quieres desayunar algo aquí o compramos algo en el aeropuerto? — preguntó, sacándome de mis pensamientos.

—No tengo hambre — dije tomando la cobija y almohadas —Cris.

Mientras se vestía me miró — ¿Si?

—Hay veces en que siento que llevamos años en esta relación. Todo... todo fluye con mucha naturalidad.

Él sonrío — Yo también no puedo creer que por fin te tenga para mí solito — me abrazó, besándome en el pelo — ¿estás lista?

—Sip — sonreí y él aprovechó para besarme.

—Te amo — expresó mirándome a los ojos.

—Yo también te amo.

Y así comenzó nuestro viaje. Cuando llegamos al aeropuerto vimos que había muy poca gente.

—Llegamos — volteé y vi a Andy junto con Thomas, llegar.

Sonreí — ¿Se les hizo tarde? — pregunté ya sabiendo la respuesta.

—Es que alguien — Thomas hizo énfasis en la última palabra, mirando a su novia — no encontraba su zapato.

Ella lo miró —Ah, ¿así que ahora es mi culpa?

—No — Thomas dejó las maletas.

Andrea y yo nos sentamos en la sala de espera.

—Rose — Cris me miró —ya vengo, voy a comprar comida ¿quieres algo?

—Lo que tú traigas para mí está bien — le sonreí y  me dio un beso en la frente, yéndose.

Andy volteo completamente en su silla, mirándome — ¿Y cómo van?

—Pues todo bien. Extrañamente todo está bien, es como antes. No siento que nada haya cambiado.

Empezó a reír

— ¿De qué te ríes enamorada? — le pregunté.

—Yo sé de algo que cambió — me sonrío.

Fruncí las cejas — ¿Qué?

-¡Sexo! — gritó y todas las personas voltearon hacía nosotras.

—Mi culpa — le tapé la boca — para qué preguntaba.

Sonrió —Lo sabía — dijo quitando la mano.

—Bueno, sí — admití algo avergonzada.

—Ya pero del uno al diez ¿Cuánto le das?

— ¡Andrea! — regañé, mirándola.

—Oye, solo curiosidad — levantó las manos, inocente — además, yo te he contado con Tommy.

Thomas iba llegando con unos cafés en la mano hacia nosotras con los ojos abiertos, entre sorprendido y avergonzado.

-Tranquilo amor, sacaste diez — Andy le guiñó un ojo.

—Todo sigue igual entre tú y yo — dije mirándolo y estirándole él puño, que chocó.

Thomas solo desaprobaba con su cabeza — Ay Andrea — suspiró.

Andy se sentó en sus piernas y le empezó a dar besos.

— ¿Y? — me preguntó, volteando nuevamente hacia mí.

-Once — Susurré.

-¿Once qué? — dijo una voz de hombre.

Volteé hacia arriba y ese hombre era Cris con un ramo de rosas amarillas en las manos.

-¿Son para mí? — pregunté sonriente.

-No — dijo serio.

-¿No?

-Por supuesto que sí — dijo dándomelas.

Yo las acepté sonriente — Son muy bonitas.

-¿Once qué? — Me volvió a preguntar.

Andy junto a Thomas estallaron en risas, mientras yo los asesinaba con la mirada.

-Nada — hice un ademan con la mano, restándole importancia — que cuánto te amaba del uno al diez

—Aja — dijo Andy entre risas.

Yo volteé casi matándola con la mirada.

-oh — se limitó a contestar. Cris

Después llamaron a los de nuestro vuelo. Antes de Italia íbamos a hacer una escala en la bella Francia, donde jamás había estado.

Nos formamos para abordar y después de entregar nuestro pasaporte y boleto, subimos al avión. Sí, había volado algunas veces en avión pero jamás a Europa. Así que rápidamente me acomode en mi asiento, que estaba al lado de Cris y por suerte, el tercer asiento estaba libre. Y a lo que podía ver, el vuelo que estábamos tomando iba bastante vacío.

—Buenos días queridos pasajeros. Por favor, abróchese los cinturones que el avión va a despegarse — y la azafata comenzó a dar las instrucciones correspondientes.

Abroché mi cinturón y tomé temblorosamente la mano de Cris. Me aterraba bastante los vuelos.

—Oye... —Cris fue interrumpido por Andy.

—Las culonas no tiene miedo — dijo ella volteando hacia nosotros.

Mientras despegábamos, Cris sostuvo fuertemente mi mano, y hasta que el chico frente a nosotros nos dio la indicación que podíamos quitarnos los cinturones, lo hice. Puse la almohada en las piernas de Cris y me acomodé para dormir.

—A mimir — dije sonriente.

Él me rodeó con su brazo. Caí profundamente dormida.

Podía asegura tenía un sueño bastante pesado, ya que cuando Cris comenzó a mover mi cuerpo, habían pasado horas.

— Rose — susurró Cris en mi oído.

— ¿Hmm? — pregunté sin abrir los ojos. Y es que verdaderamente no quería levantarme.

Él rió — ¿Tienes hambre?

Asentí con la cabeza.

-¿Qué quieres?

-Lo que tú quieras.

-Está bien— rió. Escuché como hablaba con la azafata y luego de unos segundos, tenía un emparedado frente a mí con una cajita de jugo.

Tuve que levantarme y miré por la ventanilla, pero solo se veía el mar y nubes. Estiré cuidadosamente mis brazos, evitando pegarle a Cris.

—Buenos días — dijo dándome un suave beso en la mejilla.

Sonreí complacida. Miré a Andy, ella estaba dormida y Thomas de daba pequeños besos en su cabeza, no había duda de que se ellos dos se aman mucho.

Flashback

Tenía doce años y acabábamos de entrar a secundaria.

Estábamos en casa de Cris, en la piscina ya que era un día muy soleado, Andy, Cris y yo.

Estábamos acostados en los camastros disfrutando del bello sol. Cris dijo que iba a invitar a un amigo que conocía desde hace mucho tiempo, ya que se iba a mudar a este barrio, sus padres eran amigos de los de él, pero yo no lo conocía.

Corrí hacia Andy y ella sonrío, mientras Cris se había ido para esperar a su amigo, ella y yo estábamos en la piscina.

-¿Cómo crees que sea? — preguntó Andy, mirándome.

-No lo sé — admití sinceramente — Cris me había hablado unas pocas veces acerca de él, pero no lo he visto en persona — la miré — ¿Y tú?

-Ni idea — dijo para luego sumergirse en el agua.

Estábamos riendo a carcajadas mientras nos aventábamos hacia la piscina, cuando la puerta corrediza de Cristal se abrió, dejando ver a mi amigo.

-Chicas — dijo Cris, mirándonos y las dejamos de empujarnos — les presento a mi amigo Thomas.

Era alto, de piel un poco trigueña pero suponía que era porque vivía en Florida. Unos ojos verdes despampanantes. Él nos dio una sonrisa de boca cerrada, se notaba que era algo tímido e introvertido.

Miré a Andy — Como Thomas el tren... — susurré.

Ella estaba con la boca abierta, no literalmente pero casi.

-Hola — saludó Thomas, mirándonos.

-Hola — contesté, pero mi amiga seguía en la pendeja, así que le di un ligero codazo.

-Hey — dijo ella, sonriendo.

Miré a Cris y él me miró. Los dos sonreímos al ver la química que había entre estos dos.

Así pasamos toda la tarde. Y mi amiga seguía sin quitarle la mirada a Thomas, pero parecía mutuo, él no le quitaba la mirada a ella. Y con mucha razón, Andy era toda una preciosura. Piel blanca y tersa, su cabello negro ondulado y unos ojos increíblemente azules que resaltaban de su cara.

¿Enamorada? Sí.

Ahí fue cuando se conocieron. Y ahí fue cuando creí en el "amor a primera vista"

Fin del Flashback

Fui al sanitario. Cuando volví vi a Cris comiéndose mi postre.

—Ese es mi postre — me volví a sentar en mi asiento.

-¿Y si te doy un beso? — sonrío mirándome.

-Y un pastel de chocolate — lo miré.

Él hizo como que lo estaba pensando, pero al final sonrío — Trato hecho.

***

Cuando por fin llegamos, tomé mis cosas bajando del avión — Sí — dije alegre.

Respire profundamente el aire de Francia, olía a... aire.

-Bienvenida a Francia amor — dijo Cris en mi oído.

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