Parte 12
Desperté por el enorme dolor de cabeza que tenía.
¿Qué me había pasado?
Abrí los ojos y vi una recamara que no era la mía, ¿sabanas grises? ¿Me había acostado con un chico?
Me fije y tenía una playera de hombre puesta, olía muy rico, pero esto olor ya lo conocía, mire abajo de la camisa y traía mi ropa interior. Bueno al menos no me había acostado con alguien.
— ¿Estás bien? —Ay no, no, y más no. esa voz ronca y sexi
Bajé lentamente las sabanas de mi cara — ¿Cris?
Salió del baño en bóxer solamente y estaba todo mojado. ¿por qué?, ¿Por qué Dios?, si uno no quiere caer en tentación y tú se lo pones en frente recién bañado, ¿acaso es divertido para ti?
Se sentó a un lado de mí tomando un vaso de agua y una pastilla de la cómoda —Posiblemente tendrás dolor de cabeza.
Saqué mis manos de la sabana yo tomé las dos cosas, tomándome rápidamente la pastilla y bebiéndome el agua.
Mejor me hubiera acostado con un chico desconocido antes que pasar esta pena.
—Gracias— saqué mis piernas de la cama, tratando de escabullirme lentamente.
—Rose — Cris me miró — ¿podemos por favor hablar?
Suspiré — No hay nada de qué hablar Cris, ya dijiste tus razones.
—Rose, por favor.
Lo miré — ¿Quieres volverme a decir que no me quieres y que nada de esto va a funcionar? ¿Me vas a volver a romper el corazón...?
No terminé mi frase porque Cris estampó sus labios contra los míos mientras acunaba mi cara. Luego nos separamos lentamente mirándonos. Puso su frente contra la mía
—No me dejaste explicar Rose.
Limpió las comisuras de mis labios y yo sentía que el corazón me iba a estallar —Te escucho — pasé saliva.
—Eres lo mejor que me ha pasado en la vida, nos conocemos desde hace tanto tiempo que... te has vuelto indispensable. Eres mi compañera, mi mejor amiga, mi roomie. Eres todo para mí — tomó un respiro — y tengo miedo de que todo eso se vaya a la mierda.
Reí —Creo que es el mismo miedo que ambos tenemos — suspiré —pero... si los dos nos queremos, ¿por qué no intentarlo? — Tomé su mano —pondremos lo mejor de nosotros.
Cris me abrazó y yo a él —Haremos que esto funcione, porque no te dejaré ir jamás.
Sonreí —Yo tampoco te dejaré ir tan fácil, Michaels.
—Eso espero.
Me separé y lo miré —Espera ¿cómo es que llegaste a la fiesta?
—Bueno — rascó su nuca y supe que algo divertido vendría —primero le llamé a Andy, y ella me dijo casi hasta de lo que me iba a morir y que me fuera a la mierda — Reí amando cada vez a mi mejor amiga — luego llamé a Thomas, primero casi me colgaba de lo nervioso que estaba porque Andrea le dijo que ni una palabra, pero al final un amigo suyo estaba en esa fiesta de Bartender y le pasó la ubicación y luego él a mí — sonrió victorioso.
Reí —Casi nada de drama.
—Noup.
Miré mi ropa interior — ¿y mi vestido?
Él suspiró tomando aire — Cuando te traje a casa venías demasiado borracha, abrí la puerta y lo vomitaste, todo — hice cara de asco y él rio— intenté hablarte para que tú sola te quitaras el vestido, pero... digamos que no reaccionabas, y no tuve de otra que quitártelo yo.
Alcé una ceja —Que catástrofe.
—Juro que no vi nada — alzó las manos inocente — y estuvimos en el baño hasta tarde, pero lo bueno es que vomitaste todo lo que tenías en tu sistema — sonrió y mi cara de asco volvió — Después te di un baño... —vio mi reacción de asombro — en ropa interior, aclaro — tomé aire nuevamente — y lavé tu boca
Lo abracé —Perdón.
—Oye — acunó mi cara entre sus grandes manos — no hay nada de lo que debas pedir perdón, ¿okey? — Me dio un beso corto — además esto no es nada a comparación de todo lo que tú me has ayudado.
Sonreí dándole un beso para luego levantarme de la cama —voy a darme un baño, esta vez con shampoo y sin ropa interior.
— ¿Estoy invitado?
—No — caminé hacia la puerta.
Cris hizo un puchero — ¿No merezco recompensa?
Reí y volví hacia él, besé sus labios y lo miré —No tengo practica besando pero...
Cris rápidamente me tomó de la cintura pegándome a él y besándome, sus labios expertos se movían sobre los míos y yo trataba de seguirles el ritmo —No me interesa — dijo dándome una sonrisa — son los mejores besos de mi vida.
—Eres un tonto — reí.
—Y tendrás todo el tiempo del mundo para practicarlos, conmigo.
Caminé nuevamente hacia la puerta con mi cara casi hirviendo —No... no podría con alguien más — sentí una punzada en mi cabeza — ah, duele mi cabeza como el infierno.
—Felicidades por tu primera borrachera — rio mirándome.
—Gracias — levanté el pulgar — espero que cuando baje el desayuno esté listo.
Entre a mi habitación e instantáneamente sonreí.
¿Estaba en una relación con Cris?
—Te rayaste Rose — dije para mí misma riendo y entrando al baño.
Luego del caliente y delicioso baño que había tomado, junto con la pastilla que Cris me había dado, y una vomitada después. Estaba como nueva.
Abrí mi armario y hoy me sentía muy feliz. Tomé un conjunto de falda y saco blanco combinándolos con una blusa azul bajito y una cartera del mismo color .
—No importa como luces, no importa tu disfraz — canturreé mientras combinaba mi atuendo con joyería dorada — ni los anillos, en tus dedillos, ya qué más da — me coloqué los tacones blancos nuevamente. Mi rutina del rostro, un poco de mascara de pestañas, rubor, un gloss y estaba lista.
Sonreí mirándome al espejo.
—Rose, hoy luces... — sentí como mi estómago se revolvía —a punto de vomitar.
Luego de que entré por última vez al baño, bajé muy feliz las escaleras viendo la enorme espalda de Cris descubierta haciendo el desayuno.
—Mmh... huele rico ¿qué es? — lo abracé por detrás.
—Bueno una vez una gran amiga me dijo que para que se bajara la cruda, el pollo con salsa roja era bueno — volteo y sonrió —estás preciosa — dijo para luego darme un beso en la frente.
—Es que acabo de vomitar — sonreí tomando mi plato y sentándome en el desayunador, miré y había una bolsa de una farmacia — ¿qué es esto?
—Bueno, como experto en el tema que soy para la resaca — se sentó frente a mí —te compré algunas cosas que te ayudan para que te sientas mejor — sonrió y yo inevitablemente sonreí, ¿cómo era que no me iba a enamorar de este hombre?
Tomé la bolsa viendo las cosas que había dentro — ¿Solo algunas cosas, o toda la farmacia? — reí.
—También te tarje esos panquesitos de fresa que te gustan — dijo sacando la bolsa —por si te da hambre en el trabajo.
Me levanté y fui hasta él, lo abracé y sonreí —Te quiero... Cris.
Pude observar su cara de felicidad —Dilo otra vez, por favor.
Envolví mis brazos en su cuello —Te quiero.
Me tomó de la cintura pegándome a su cuerpo y besándome.
Oímos que la cerradura se estaba abriendo.
— ¡Cris, vengo por Rose...—Los dos volteamos mirándola, creo que no nos había encontrado en la mejor situación — ¿Qué carajos?
—Buenos días Andy, ¿quieres desayunar? - le ofreció Cris sin soltarme de la cintura.
—No — le levantó el dedo y luego me miró —quiero una explicación.
Cris y yo nos miramos al mismo tiempo, la verdad nosotros tampoco sabíamos que estaba pasando y no había manera de contestarlo.
Le sonreí —Hay pollo en salsa roja... — la miré.
—Nos vamos — abrió la puerta.
Suspiré —Andy, no seas dramática...
—Ahora —habló seria para luego salir de la casa.
Suspiré, Cris me dio un beso suave y me dio mis panquesitos —Suerte — me guiñó el ojo acompañándome hasta la puerta.
—Gracias.
Salí de la casa y caminé hasta la acera, donde estaba el coche de Andy, y ella adentro esperándome. Suspiré persignándome para luego abrir la puerta y subirme.
—No me avisaste nada — dijo mirándome — estaba como maldita loca buscándote en la fiesta porque no habías llegado a casa, casi me da un puto infarto al no encontrarte, te estaba llamando a tu celular y no me contestabas. Hasta que Thomas que dijo que te fuiste con Cris.
—Bueno, algo más bien como que Cris me llevó — sonreí pero vi su cara seria — perdón.
Me abrazó —Eres una idiota — asentí — no era pregunta — nos separamos y me miró —y ahorita me vas a contar todo.
Y luego de que casi me arrastrara hasta mi oficina, estábamos hablando.
— ¿Qué?, ¿y ya? ¿Así? — preguntó confundida.
Asentí —Pues digamos que si.
—Ay Dios— se echó hacia atrás en su silla — si antes estabas hundida, ¡ahora estamos como el Titanic!
—Nuestra relación es... rara
— ¡Eso no es una relación Rose! — suspiró.
—Lo sé — y como de costumbre, estrellé mi cara contra la mesa
Se empezó a reír —Más vale que arreglen esto, solo supusieron que ambos estaban una relación, pero nada es formal-
— ¿Podemos trabajar? — pregunté mirándola.
Volteo hacia mi escritorio —¿Y esos panquesitos qué?
***
— ¿Por qué no me queda igual? — pregunté mirando al equipo.
—Porque ese vestido fue hecho a la medida de mi pechonalidad — dijo Andy.
Volteé hacia abajo mirando todo el espacio que había — ¿Por qué no me lo dijeron antes de que me deprimiera?
—Toda la línea para mujer en la tienda está agotada — dijo una chica entrando a la sala de confección.
Andy y yo nos miramos, para después de tomarnos de las manos y gritar como locas.
—Y nos ha llegado una solicitud de esta modelo — nos enseñó una foto, y era una modelo bastante famosa — quiere trabajar con nosotros.
— ¡Lo hicimos perra!— gritó Andy saltando.
Luego de que entre todo el equipo acordáramos los nuevo diseños, cada quién se despidió yéndose.
Le pedí a Andy que me llevara a mi casa, cuando me iba a bajar del coche me dio una nalgada —Arréglalo mujer — subió sus lentes para luego arrancar e irse.
Entre a la casa casi muerta —Estoy en casa — avisé quitándome los tacones. Subí los escalones con todas mis fuerzas.
Cuando me iba a poner mi pijama vi que en mi cama había un vestido y una nota
"Espero que te guste, con amor: Cris <3"
Reí viendo su nota, miré hacia la cama. Había un vestido rojo de satín hermoso en ella.
No dudé ni un segundo más y me lo probé. Era tal cual me lo había imaginado. Era... sexi.
Luego de arreglarme, tomé mi celular y salí de mi habitación para luego bajar las escaleras.
Oí el chiflido de Cris y reí — ¿Qué es ese monumento que va bajando las escaleras?
Sonreí nerviosa sintiendo como mis mejillas se sonrojaron por su comentario —Oye.
Tomó mi mano y me haló tomándome de la cintura —Te ves hermosa.
Él siempre se veía bien con todo, así que antes de que pudiera pensar dos veces mi comentario, se me escapó —Y tú sexi.
Se rio y alzó una ceja pícaramente — ¿Ah sí?
—Ya, se me salió — traté de evitar su mirada.
Él tomó mi barbilla haciendo que lo viera a los ojos — ¿Y sabes qué? Este chico sexi es todo tuyo — dijo dándome un beso rápido — y ahora hay que ir a cenar.
—Sí — hablé con un hilo de voz por su comentario.
Mientras estábamos en su carro lo miré — ¿A dónde me vas a llevar Cris?
Me miró con una sonrisa en su boca —Rose...
—Es una sorpresa — dije rodando los ojos.
—Uy, cuidado con esos ojos.
Pasé saliva nerviosa. Y luego de un momento de mis chistes malos, y Cris riéndose de ellos, y no tanto porque fueran graciosos, sino le divertía el hecho de verme contarlos.
—Ha llegado a su destino señorita — dijo Cris estacionándose.
Miré por la ventana el restaurante —Cris, ¿es una broma?
— ¿Por qué habría de serlo?
Volteé mirándolo —Se ocupa como un mes de anticipación para hacer una reservación, y no es seguro que te la den.
—Es lo bueno de tener influencias — me guiñó el ojo y bajamos del coche.
Tomé a Cris de la mano mientras entrabamos al restaurante. Era cierto que la familia de Cris tenía bastante influencias en este mundo, solo que Cris no solía usarlas.
—No hablo italiano — dije mirando la carta.
Cris rio —Yo tampoco — volteo su carta — linda, abajo vienen los nombres en inglés.
Luego de que pidiéramos y nos trajeran la comida
—Rose.
Mientras masticaba mi comida, alcé la vista.
—Quiero que aclaremos las cosas entre nosotros — dijo mirándome.
Tomé la servilleta de tela —Quería platicar eso mismo contigo.
Tomó mis manos y sonrió —Sé que esto se escuchará como una propuesta de matrimonio — rio — pero realmente te quiero. Y quiero estar a tu lado hasta que ya no pueda más. Quiero que me permitas estar contigo, en las buenas y en las no tan buenas.
Sentía como si mi corazón se fuera a salir de mi pecho —Cris... — sonreí.
—Así que permíteme demostrarte lo mucho que te quiero.
Sonreí —Quiero que nos demos una oportunidad.
Él asintió.
Ahora hay que cenar, tengo hambre — dije separándome.
Cris se empezó a reír —Tú y solo tú, Rose.
Mientras cenábamos, platicábamos tal cual como antes lo hacíamos antes. No había presiones, no se sentía nada extraño. Solo la comodidad y el cariño que ambos nos teníamos.
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