Era lunes, que emoción.

—¿Que vas a hacer en la semana vacacional?

— No lo sé Dakota, tu sabes que no tengo familia.

—Claro que la tienes, puedes llamar a tu madre o a tu padre.

—Bueno, pues no sé, ¿Tu que harás?

—Me iré con mi padre a Latinoamérica.

—Que genial, siempre he querido ir.

Seguí mirando mi cuaderno unos segundos, realmente no sabia que rayos iba a hacer en las vacaciones. En la casa de los Hemmings todo era realmente incomodo, Zack no me hablaba.

En todo el fin de semana no habíamos hablado del beso y de mi exagerada reacción, obviamente fue exagerada, el estaba ebrio y yo no supe entenderlo.

—Leah, hola amor.

—Hola Alex.

—¿Quieres venir hoy a casa? Podemos ver películas, pedimos comida china, lo que quieras.

—Claro, me encantaría, debo avisar a Zack

—Claro bebe, te quiero.

Me besó y se fue, dejándome sumida en mis pensamientos.

En este momento me dirigía a donde Zack estaba con sus amigos, y con Kate quien le rodeaban con sus brazos, ugh ¿Acaso no se cansa?

—Zack.

Apenas lo llame todos los ojos se posaron en mi, sentía que todos me analizaban con la mirada.

—¿Que?

—Hoy no me iré contigo.

—¿y?

—Pensé que te interesaría.

—Pensaste mal y bueno,¿eso era todo?

—Si.

—Ah y no me vuelvas a hablar cuando las personas estén cerca, ni siquiera cerca de la rara de tu amiga.

Esto fue suficiente, no lo iba a soportar mas, quizás luego me arrepentiría, pero bueno, eso seria luego.

Tome la bebida de un chico y se la arroje en la cara.

—Vete a la mierda Hemmings.

Sentí como la ira subía por su cuerpo, pero antes de que el pudiese hacer algo, salí de la cafetería.

(...)

—Me encanta esta película.

—Lo sé, por eso la tengo.

Alex puso la película y nos acostamos en su cama, de un momento a otro empezó a besarme, se notaba algo desesperado, se levantó con fuerza y quedo sobre mi, tomo mis muñecas y las coloco sobre mi cabeza, empezó a besarme y a subir mi blusa, yo sabia para donde iba eso.

—Alex, detente.

—No quiero.

Empezó a tocarme los senos, y de un movimiento rápido empezó a subir mi falda del uniforme, llegando a mis bragas.

—Detente.

Pero el no se detenía, saque fuerzas de donde no las tenia, y lo aleje de mi, me arregle lo que mas pude el uniforme y tome mis cosas.

—Alex, sabes que no estoy lista.

No es que fuese virgen, ya que había perdido la virginidad con mi primer novio, pero es que aún no sentía la confianza suficiente para tener relaciones con Alex.

—Perdón, no se que me paso.

—Hablamos luego.

Salí de su casa, muy bien, ahora tendría que caminar hasta casa.
El hecho de que el intentara acostarse conmigo era espantoso, desde que mi madre se había ido todo había sido un desastre.

Y justo en ese momento sentí como las lágrimas empezaban a salir, eran muchas emociones juntas, mi madre dejándome con un desconocido, Zack Tratándome como una mierda, y mi novio intentando abusar de mi.

Camine hasta que por fin llegue a casa, limpié mis lágrimas, no iba a permitir que me vieran así

—¿Crees que se me olvido lo de hoy en la cafetería?— gritó Zack en cuanto me vio.

Genial, lo último que me faltaba.

—Lo siento, no volverá a pasar, no te volveré a hablar.

—¿Estas bien?

—Si, Zack.

—¿Segura?

—¿Me podrías abrazar?— dije con la voz temblorosa y los ojos nublados.

El no respondió, y eso me deprimió más.

Y justo cuando las lágrimas iban a volver a salir, sentí unos brazo envolviéndome, Zack me había abrazado, me atrajo hacia su pecho, sentí su delicioso perfume entrar por mi nariz, y justo ahí, salieron mas lágrimas.

—Tranquila.— su voz sonaba suave, podría quedarme así todo el día.