Últimamente había sentido las contracciones más frecuentes y fuertes, en verdad era un dolor espantoso, esto es peor que tener cólicos, pero el dolor que estaba sintiendo en este mismo momento no se comparaba con nada.

Inhala, exhala. Creí que si me levantaba y caminaba un poco quizás el dolor disminuía, pero no fue así, sentí como si me hubiese orinado, y obviamente eso no era, acababa de romper fuente.

—¡Zack! — chillé y el corrió hacía la habitación.

—¿Que ocurre?— dijo alarmado.

—Rompí fuente— susurré y el corrió hacía el cuarto de la niña, de donde sacó la maleta que teníamos ya preparada.

Gracias a Dios que el edificio tenía ascensor, nos subimos al auto y en menos de nada llegamos al hospital,me bajé con cuidado pero me dolía mucho caminar.

—Mi novia va a dar a luz.— gritó Zack y una enfermera trajo una silla de ruedas. La chica me llevaba muy rápido y me ingresó a una zona donde había camillas

—¿Cual es tu nombre?— preguntó una doctora.

—Leah, Leah Garret— dije susurrando.

—Muy Bien Leah, ¿cada cuanto te dan las contracciones?

—Como cada dos minutos.

—Muy bien, estas entrando en trabajo de parto.— me sonrió— ¿Cuantas semanas tienes?

—35.

—Muy bien. ¡Llévenla a la sala de partos!— gritó— Muy bien, ya nos vemos— salió.

Mientras era transportada a la zona de partos logré ver a mi familia, los cuales tenían cara de preocupación, pero, ¿donde se había metido Zack? Cuando ingresé a la zona de partos tenía miedo, es que, decían que un parto era realmente doloroso y yo no soy una persona que tolere el dolor.

—Muy bien linda, necesito que hagas mucha fuerza, ¿esta bien?— yo asentí.

Cerré los ojos y una mano tomó la mía, abrí los ojos y me encontré con unos ojos color avellana, eran los de Zack.— Vas a hacerlo bien— sonrió. 

—Muy bien linda, es hora.— dijo una enfermera. 

Cerré los ojos y empecé a hacer fuerza, sentía como mi cuerpo se desgarraba en verdad era horrible.

—Muy bien, sigue, ya tenemos la cabeza.— dijo y yo seguí, creo que rompí la mano de Zack porqué estaba haciendo demasiada fuerza—Sigue linda, muy bien, ya va a salir.

—¡Listo!—dijo la doctora que me había atendido.— Es una hermosa niña.

La doctora la limpió y la envolvió en una toalla, y me la entregó.

—Hola nena— dije en cuanto la vi, tenía sus ojitos cerrados y era hermosa.—Mira a tu papi.— le entregué la niña a Zack.

—Es realmente hermosa.— dijo Zack, y de ahí en adelante todo era borroso, ya que estaba quedándome dormida.

(...)

—Es una niña hermosa— escuchaba la voz de mi padre. Fui abriendo los ojos lentamente y me di cuenta que ya me encontraba en una habitación del hospital.

—Hola— dije con la voz ronca.

—Nena — dijo Zack—  Mira a Isabella— Me entregó a la niña ya vestida, estaba usando una pijamita lila que nunca había visto, era muy linda y la niña se veía divina.

—Hola Isa— besé su nariz— Soy tu mami— ella tomó mi dedo entre sus manitos y yo casi lloro, creo que fue el momento más tierno de mi vida.

—Hija— me saludó mi papá.— Mi nieta es realmente hermosa— estaba al borde de las lágrimas.

—Gracias papá— sonreí— ¿Cuanto he dormido?

—Unas cuatro horas mas o menos.

—¿Y por que no me despertaron?

—Te veías tan tranquila que no quisimos hacerlo.

—¿Y ya todos conocieron a Isabella?. 

—Si, creo que todos lloraron.— se burló Zack.

—Tú lloraste más— le dijo mi padre— Te parecías a Leah cuando fue por primera vez a DisneyWorld—se burló mi papá.

Zack soltó una carcajada, pero yo sé que no era por que el estaba llorando, era por que mi papá le contó que lloré cuando visité Magic Kingdom por primera vez.

—¿Lloraste cuando viste a Mickey Mouse?— dijo divertido.

—No, lloré cuando vi a cenicienta, recordé cuando sus hermanastras eran malas y ya.— ambos se rieron.

—Espero que no seas tan llorona como tu mamá— dijo Zack tomando a Isa en sus brazos.

—¿Y cuando nos iremos a casa?

—La doctora dijo que mañana, ya que aún estas algo débil.

—¿Y te vas a quedar con nosotras?

—Claro que si Leah.

—Bueno chicos, los dejo, les haré saber a todos que estas bien, y mañana cuando llegues a casa estaremos ahí.

—Esta bien, te quiero.— me besó la frente.

—Yo también te quiero hija.

Salió de la habitación dejándonos a los tres.

—Hola chicos— dijo la enfermera— Es hora de alimentar a la niña.

Levanté mi camisa y coloqué a la niña a la altura de mi pecho, la mirada de Zack sobre mi me hacía sentir incómoda, Isabella empezó a tomar leche y cuando finalmente terminó la enfermera me enseño como sacarle los gases, Isa se quedó dormido y la enfermera salió dejándonos privacidad.

—¿Cómo te sientes?— preguntó Zack.

—Normal, cansada pero no me quejo.

—Hiciste un gran trabajo allá— besó mi mano —¿Quieres que te sea sincero?— preguntó

—Si por favor.

—Tengo miedo, tengo miedo de ser un mal padre, de fallarle a Isabella, de fallarte a ti, espero hacer todo bien.— se encogió de hombros— Espero ser un gran padre.

—¿Sabes algo?  Yo también tengo miedo, no sé como ser madre, en verdad aún sigo sin creer que tenemos una hija, pero— tomé su mano— Yo creo que aprenderemos a lo largo de la vida,  y con ayuda de nuestros padres lograremos ser los mejores.

—Que lindo que tu seas la madre de mi hija, que seas la mujer de mi vida, te amo.

—Yo también te amo.

(...)

—¡Que hermosa!— chilló Hailey.

—Hails no grites.—dijo Nicole—Pero si es cierto, es una niña demasiado linda.

—Tienes muy buena genética.— Dakota le decía a Isabella.— Aunque tus padres son feos, tu naciste bonita.

—Oye—  dijo Zack— Yo soy muy lindo.

—Si, si, lo que digas— dijo alzando a Isa.

El día se paso rápido, mis amigos eran realmente idiotas, pero divertidos, después de que conocieron a Isabella nos quedamos hablando de cosas banales, y así la noche llego pronto.

—Bueno chicos, nos veremos en un tiempo, esperamos que sean un familia feliz.— dijo Kylie.

—Lo mismo, espero que les vaya muy bien en la universidad—las abracé.

—Nos veremos pronto— gritó Hailey y salió del apartamento.

—Nosotros también nos vamos.— dijo Dakota.— Vendremos mañana— se despidió de beso.—Las quiero.

—¿Y a mi?— dijo Zack.

—Sólo un poquito— dijo riendo.

—Adiós hermana.— Thomas besó mi mejilla— Adiós Zack.— le dio un apretón de manos y se fueron.

Me senté en el sofá y prendí la televisión, Zack se sentó junto a mi y Drake al otro lado. Después de unas horas los tres ya estábamos exhaustos y nos disponíamos a ir cada uno a su respectiva habitación.

—Bueno, espero que no tengan relaciones sexuales esta noche.— dijo divertido.

—No será así, yo le pregunté a la doctora y dijo que aún no podías.— dijo Zack divertido.

—Idiota— reí.

—Mañana me iré chicos, ya encontré un apartamento.

—¿Y vas a vivir solo?

—Si, será aburrido, pero vendré a visitarlos siempre

—Esta bien, hasta mañana, te quiero.— besé su mejilla.

Tres meses después.....

Tomé a Isabella en mi brazos y me dispuse a sacarle los gases, mi nena cada día estaba más grande y si, tan solo tiene 3 meses pero me siento como esas madres que dicen "Los hijos crecen muy rápido" y toda esa cursilería. 

—Mañana tengo que ir a la universidad.— suspiré— Así que te voy a dejar con tu abuelo— le hablé y ella sólo me miraba como si me entendiese.

—Hola nena— Zack besó mis labios.— Hola princesa.— besó la frente de Isabella.

—¿Cómo te fue hoy?— pregunté mientras el cargaba a la niña.

—Bien, aprendí mucho— soltó una carcajada—En verdad no podía dejar de pensar en ustedes. 

—¿En serio?

—Si, las extraño mucho. ¿Tú que hiciste hoy?

—Pues Lady vino a entregarme apuntes y todo eso, ya que mañana tengo varios exámenes.

—¿Y la pequeña Isabella que hizo hoy?— me preguntó para luego hablarle a Isa— ¿Que hiciste hoy princesa?—le hablaba en un tono demasiado tierno.

—Dormir, y además es muy risueña.

—La vas a extrañar.

—Es obvio Zack, es que mírala, es hermosa—tomó mi dedo entre sus manitos.

—¿Te imaginas cuando crezca?

—Serás un padre muy celoso.— el se rió muy fuerte.

—Es cierto, ahí si podrá usar la camiseta que Thomas le regaló.— La niña fue cerrando sus ojitos, y lentamente se fue quedando dormida — Se durmió— susurró Zack.

—Iré a acostarla— sonreí y la tomé entre mis brazos. La cuna de la niña ya estaba en su habitación, y la monitoreabamos con esos walkie tokis que existen,le dí un besito en la frente y la acosté.

Cuando llegué a la sala Zack estaba algo pensativo, y en cuanto me vio sonrió. 

—Quiero preguntarte algo.

—Hazlo—sonreí— Soy toda oídos. 

—¿Quieres casarte conmigo?

—¿Qué?

—Parece que no eres toda oídos.— sonrió y yo también— ¿Quieres casarte conmigo?

—Claro que si.—besé sus labios— Definitivamente si. 

Lo volví a besar, fue un beso salvaje, el fue bajando sus manos hasta llegar a mi trasero, él soltó una risa y seguimos besándonos hasta que choqué con el sofá, en un rápido giro el se sentó en el sofá y yo me senté sobre el, me quitó la blusa torpemente y al darse cuenta que no llevaba brassier sonrió, tomó mis senos entre sus manos y empezó a jugar con ellos, primero con las manos y luego con la boca, yo solo podía soltar pequeños gemidos, el se quitó su camisa y yo empecé a jugar con su abdomen,empecé moverme y sentía como su erección crecía, me levanté y me quité el pantalón y las bragas, el  hizo lo mismo.

—Te necesito, necesito estar dentro de ti.— dijo jadeante.

—Hazlo— dije y el tomó un preservativo que se encontraba en su billetera. —¿Llevas condones siempre?

-Cuando tienes una novia como tú me dan ganas de follar en todas partes— dijo y yo me senté sobre el, sentía como su miembro llenaba mi interior, empecé a moverme mientras el jugaba con mis pechos, solté un gemido, sentí como su miembro se tensaba y como Zack llevaba al orgasmo.

(....)

—¿En serio te propuso matrimonio?.— preguntaron Lady y Dakota

—Si, pero yo no creo que sea pronto, estamos comprometidos.— sonreí.

—Que hermoso.

—¿Y como llevas estar lejos de tu bebé?

—Es duro, llevaba tres meses con mi nena y ahora tenerla lejos es duro.

—Igual esta con tus padres, ellos la quieren demasiado.

-Es cierto.

Las clases en la universidad fueron extrañas, digamos que al inicio todos me miraban raro ya que nunca había asistido y estaba igual o más preparada que muchos de mis compañeros.

Cuando el día acabo me encontré con Zack, el cual estaba en el auto y se veía realmente atractivo.

—Hola Leah.— sonrió.

—Hola.— lo besé en los labios.—Vamos por Isa.

—Calma— rió— Estaba pensando en la boda.

—¿En serio?

—Si, me gustaría que fuese rápido, pues claro si tu quieres.

—Si, no le veo problema, yo creo que en un mes podemos cuadrar todo.

—Increíble, te amo.— dijo y arrancó el auto hacia el apartamento de mi padre.

—Igual primero debo contarle a mi padre que me voy a casar, ¿Tu ya le contaste a Will?

—Si, de hecho el me apoyó en la decisión.

El resto del camino hablamos sobre nuestro día en la universidad, y por fin llegamos a donde mi padre, timbramos varias veces y  por fin abrió Maggie y tenía a mi niña en sus brazos.

—Llego mami.— dijo y me la pasó para alzarla—Hola chicos—nos sonrió.

—Hola nena— la besé— saluda a papi— el le dio un beso en la frente.—Hola Maggie.— dijimos al unísono.

Entramos a la casa y mi padre estaba viendo la televisión, nos sentamos junto a el, y su mirada se quedó fija en el dedo que tenía mi anillo, ya que Isa estaba cogiéndome JUSTO ESE dedo.

—¿Algo para decir?

—Zack me propuso matrimonio.— dije emocionada— La boda será dentro de un mes.

—¡Genial hija mía! — besó mi frente— Felicidades Zack—lo abrazó. 

—¿Que ocurrió?— preguntó Maggie.

—Que Leah se va a casar—dijo y ella me abrazó emocionada e hizo lo mismo con Zack.

—Si necesitas algo me avisas.

—Claro.

(....)

Miré mi vestido blanco, estaba algo nerviosa, hoy sería el día de mi boda con Zack, y sentía nauseas y no por que estuviese embarazada sino porque tenía muchos nervios.

—Tranquila— dijo mi padre—Todo va a salir bien, ¿vale?

—Eso espero, creo que me voy a desmayar de los nervios.

—No lo hagas, o Zack creerá que lo dejaste plantado.

—Nunca lo haría.

—Muy bien mi niña, vamos. .

Bajamos del auto, y sentía que me flaqueaban las piernas, mientras caminaba iba sudando y no mentía, estaba muy nerviosa, cuando entramos a la iglesia todas las miradas se dirigieron hacia mi, el sonido de la marcha nupcial me ponía más nerviosa, cuando mi mirada se encontró con la de Zack vi su sonrisa, el se veía impecable realmente hermoso. Miré y se encontraban mis amigas sonriendo, Maggie estaba alzando a mi pequeña que estaba usando un vestidito blanco hermoso.

—Te entrego a mi más preciado tesoro.— dijo mi padre y Zack sonrió. 

La ceremonia empezó y yo estaba tan sumida en mis pensamientos que no me di cuenta cuando el padre nos estaba hablando.

 —Como es su intención entrar en el matrimonio, unan sus manos derechas, y declaren su consentimiento ante Dios y ante la Iglesia.

Entrelazamos nuestras manos y Zack habló.—Yo, Zack te tomó a ti, Leah como mi esposa, prometo serte fiel en lo prospero y en lo adverso,en la salud y en la enfermedad, amarte y respetarte todos los días de mi vida.

—Yo, Leah te tomó a ti, Zack como mi esposo, prometo serte fiel en lo prospero y en lo adverso, en la salud y en la enfermedad, amarte y respetarte todos los días de mi vida.

Mi papá se acercó con Isa quien "llevaba los anillos"

—Que el señor bendiga estos anillos que se han dado el uno al otro como signo de amor y fidelidad.

—Recibe este anillo como signo de mi amor y mi fidelidad.— dijo colocándome el anillo.

—Recibe este anillo como signo de mi amor y mi fidelidad.— dije colocándole el anillo.

La ceremonia continuó y cuando me di cuenta ya estaba casi en el final.

—Y por el poder que se me da, los declaro marido y mujer, puede besar a la novia.

Zack se acercó a mi, y me besó, fue un beso que fundió nuestro amor, tanto el y yo sabíamos que acabamos de sellar nuestro amor, ese amor que nació del odio, también sabíamos que ahora eramos una pareja, y que estábamos completamente enamorados el uno del otro.

                                                                                        FIN



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Recueeeerden que falta el epilogooo, ¡Nos leemos pronto!