El olor a toda la comida navideña inunda mis fosas nasales, en verdad quería comerme todo, no sé si son los siete meses de embarazo o todo lo que he comido que me hacen ver muchísimo más gorda, en verdad ya quiero que nazca mi bebe, en verdad esta barriga me dificulta la movilidad.

—¿Como te sientes?

—Bien, digamos que la barriga es algo molesta para moverme.

—Cariño, si te sientes mal en algún momento no dudes en decirme.

—Si papá.— sonreí.

—¿Le dijiste a Zack y a Will que vinieran?

—Si, me dijeron que si.

—Que bien, una cena navideña en familia.

—Si.— sonreí.

Entre a la cocina y Maggie seguía preparando cosas deliciosas, realmente quería comerme todo, pero en verdad no podía. En este mes que había pasado desde la graduación Zack y yo estábamos juntos y la pasábamos realmente bien, las llamadas extrañas habían cesado y eso me encantaba.

—Buenas.— dijo Zack entrando a la cocina.

—Hola.— me acerqué a el y junté nuestros labios.

—Chicos, sigo acá.—dijo Maggie.

—Lo siento.— susurré.

—¿Como has estado?

—Bien amor.— besé sus labios.—¿Y tú?

—Mejor ahora que te veo nena.

—Muy bien Zack, ayúdame a poner la mesa.— dijo Maggie.

—Claro que si.

Salí de la cocina y me senté esperando al resto de la familia. La cena fue divertida y la pasamos increíblemente bien.

—Nena, tenemos que hablar.

—Si claro.

Lo seguí a la sala de estar, esperando que empezara a hablar.

—¿Y bien?

—Tengo que ir a Nueva York esta semana.

—¿En serio?

—Si, pero regresaré para el año nuevo.

—Ah bueno.— me encogí de hombros. Me sentía dolida pero no entendía la razón, es cierto que el tenia derecho a hacer lo que quisiese, pero me dolía que no me dijera  el motivo de su viaje.

—¿Esta todo bien?

—Si claro.— sonreí.— Vamos que nos deben estar esperando.

—¿Segura?.—Asentí.— Entonces vamos.

(....)

Una semana, una maldita semana sin saber de Zack, el no me llamaba y bueno, yo no tenía el valor para hacerlo, y quizá no era valor era mi orgullo lo que no me lo permitía.

—Leah, ¿estas bien?.— me miró Dakota con pesar.

—Si.

—¿Segura?.— preguntó Drake

—Que si.

—Pero no has hablado con Zack, segura que estas bien.— preguntaron de nuevo.

—¡Quieren callarse!—grité alterada.— Estoy cansada, todos ustedes me ven como si fuera un maldito cachorro abandonado, esta bien, soy una persona sensible y tuve ataques de depresión, pero desde que estoy embarazada cambié.

—Leah, nosotros no queríamos.— dijo Dakota.

—No, cállense, estoy enamorada de Zack, pero eso no quiere decir que yo me vaya a suicidar porque no he hablado con el.

—Leah.— dijo Drake.

—Váyanse, por favor, necesito estar sola.— Ellos me miraron como si estuviese loca.— Por favor.

—Esta bien, hasta mañana Leah.— dijo Drake.

—Te amamos, no lo olvides.— dijo Dakota saliendo de mi casa.

Suspiré algo frustrada, quizá había exagerado, pero en si, ya estaba cansada de que todos me tuviesen lástima. 

—¿Hola?
—  Hija, ponte bonita, la cena de año nuevo será donde los Hemmings.
—  ¿Pasarás por mi?
—  Thomas lo hará.
—  Ah bueno, chao.
— Chao, te quiero.

Así que los Hemmings ya estaban acá y Zack no me había llamado.

Decidí colocarme un vestido blanco y un saco largo, me sentía bonita y esperaba que le gustará a Zack.

—Hola nena.— sonrió Thomas.

—No me llames nena.— reí.— Eres mi hermano.

—Esta bien, esta bien.

El camino a la casa de los Hemmings fue rápido y divertido, en verdad amaba mucho a Thomas, el era capaz de subirme el autoestima.

—Buenas noches.

—Hola.— respondieron todos, pero Zack no estaba.

—Leah Garret.— me giré y me encontré con su dichosa prima Juliet, si sé que eran familia, pero acaso no han escuchado el dicho entre primo y primo más me arrimo.

—¿Juliet?

—La misma.—sonrió.

—Que bueno, tengo que irme.— Camine lentamente hacia donde Thomas estaba, realmente haber visto a esa chica y la manera en la que me sonrió me revolvió el estomago.

—Leah.— gritó Zack.— Te extrañe mucho.— me abrazó y yo sentía como mis piernas temblaban.

—Yo también.— susurré y lo abracé más.

—Te ves hermosa.

—Tu también.— el sonrió y me besó.

-Ven, vamos a cenar.

Salimos al jardín donde estaban preparando el asado, estaba mi familia y la de Zack, y por la familia de Zack me refería al señor Hemmings y a su primita Juliet.

La cena fue divertida, y por fin había llegado la media noche, ¡Ya estábamos en otro año!

—Feliz año nuevo.— susurró Zack contra mis labios.—Espero que este año estemos juntos.—me besó con tanta pasión que no pude resistirlo y solté un silencio gemido, a lo que el rió.—Nena, tu padre esta acá.

—Oh Zack, estoy embarazada, ¿Que me podría pasar?.— solté una carcajada.— En serio, el ya sabe que su niña no es virgen.— señalé mi barriga.

Le dimos el año nuevo a todos, y en verdad me negaba a dárselo a Juliet, lo siento, pero no me cae nada bien, y no quería ser tan hipócrita de saludarla cuando en verdad quería golpearla.

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Corto, corto, pero hoy mismo subiré otro, ¡Lo prometo!