Capitulo 29
Zack Pov (2/2)
Leah ya no estaba, se sentía un vacío en la casa sin su presencia, sin su risa, sin sus mal genios, básicamente la casa estaba vacía sin ella, con respecto a mi padre le conté todo, desde que estábamos en una relación hasta lo ocurrido con Laura, el sólo me dijo que debía darle tiempo y que cuando ella estuviese dispuesta hablar se acercaría a mi o me dejaría acercarme a ella.
Cuando llegamos a el instituto la vi bajar del auto de Thomas, una parte de mi quiso correr a ella, pero mi padre tenía razón, ella necesitaba espacio.
Cuando la veía me dolía hacerlo, la vi con Kate y pensé que tal vez iba a hacerle algo, pero luego logre ver como ella sonreía. Y entonces recordé una charla que tuve con Kate cuando regresaba de Miami.
*Flashback*
—Mira no te voy a reclamar nada.— dijo mostrando la fotografía en la que salía con Laura.
—No tendrías porqué.
—Sé que estas saliendo con Leah, es una gran chica.— dijo.— Deberías decirle que te viste con Laura en Miami, yo creo que Leah es alguien sensible.— hizo como si estuviera recordando algo.— No es de mi incumbencia, pero debes hacerlo.
—Si claro, lo haré
*Fin Flashback*
Que idiota soy, debí haber hablado con ella, quizás Leah es algo impulsiva pero no creo que me hubiera golpeado o algo por haber estado con Laura, o bueno, tal vez si, pero nunca sabré.
Era hora del descanso y mi miraba se posó en Leah, se que ella lo odiaba pero yo realmente no podía evitarlo, apesar de que sonreía sus ojos denotaban tristeza, y esto era solo mi culpa.
—Zack ya hablé con mi tío.
—¿Y que dijo?.— pregunté sin dejar de mirar a Leah.
—Que si ella esta embarazada, y tu eres el padre como dijo debe dejarte ir a sus supuestas ecografías y además debe dejar que le hagas el examen de ADN, a menos que oculte algo.—dijo enarcando una ceja.
—Dile que gracias a tu tío, ya hablaré con ella de ese tema.
(...)
Miércoles, Miércoles 15 de agosto, el cumpleaños de mi querida Leah Caroline Garret Grier.
Quería buscarla para darle el regalo que le tenía hace mucho tiempo, un hermoso brazalete plateado con nuestras iniciales. La busqué con la mirada todo el día por instituto.
—Thomas.— grité cuando estaba con un chico.
—¿Qué?.— dijo fastidiado.
—¿Donde esta Leah?.
—Iba a ir al cementerio, y será mejor que no la molestes hoy, no esta de buen humor.
—Esta bien.
Salí del instituto hacía un local de comida rápida, cuando llegué ahí Laura estaba sonriendo.
—¿Y bien Zacky?.— dijo sonriendo.—¿Ya podré vivir contigo?
—Primero, no me llames así, segundo ya sabes la respuesta y es no.
—Bueno y entonces ¿Que quieres?
—Quiero que me dejes ir a las ecografías del bebé.— se puso pálida.— Si soy el padre es mi derecho, ¿no? También quiero una prueba de ADN.
Iba a hablar pero se lanzó a mis labios, lo cual fue repugnante, me separé de ella y vi como sus ojos se posaban en una figura familiar.
—¿Leah?
—Hola Zack.
—¿Podemos hablar?
—Ahora no.— dijo y salió del local
—¿Que pasa contigo?. No entiendes que entre tu y yo solo hay un supuesto bebé, nada más, te lo juro que he tratado de ser paciente contigo, pero no más.
Salí corriendo del local me dirigí a mi auto y seguí a Leah, ella iba conduciendo a toda velocidad y sinceramente tenía miedo de que cometiese alguna estupidez. Me quedé atorado en el tráfico creí que la había perdido, pero logre ver como arrancaba de un local de licor, maldita sea.
El tráfico se estaba convirtiendo en mi peor enemigo, realmente no sabia como Leah lograba evitar los atascos, logre verla pero el tráfico no avanzaba. Sabía que Leah y el alcohol no era una buena combinación y más en el estado en el que ella se encontraba, intenté recordar la ruta que ella tomaba para poder avanzar cuando los demás autos me lo permitiesen.
Tome mi celular y al primer tono ella contestó.
—¿Hola?.— dijo
—Leah, ¿Que ocurre? ¿Estas ebria y estas llorando?
—¿Porqué Zack? ¿Porqué lo hiciste?.— se notaba que ya no podía controlar su llanto.— Prometiste que no me ibas a lastimar. ¿Que hago si la única persona que me me hace feliz es la misma que me hace llorar?
—¿Leah donde estas?.— dije preocupado.— Dime por favor.
—Zack, ya no puedo más.- sollozó .— Lo intenté, te lo juro, pero no puedo.
—No vayas a hacer ninguna estupidez Leah Garret ¿Donde estas?
—En el único lugar en el que podría estar, del que nunca debí haber salido.
—No me cuelgues, por favor.
—La vida me odia Zack, todo me sale mal, ya no quiero sentir más este dolor.
—No hagas nada por favor.
—Quiero estar con mi mamá Zack, ya no quiero estar más acá.
Mientras la conversación avanzaba llegué a la casa de su madre, abrí con fuerza ya que Leah no había dejado cerrado, entré corriendo y subí, cuando entre al cuarto vi una imagen que me destrozó, ella estaba sentada en el suelo llorando desconsoladamente.
—Leah.- dije abrazándola.
—Zack..—sollozó en mis brazos.
—No soporto verte así, me duele Leah, duele ver a la persona que amas sufriendo y más si es por mi culpa.—dije besando su frente.
Ella se aferró más a mi y siguió llorando hasta que se quedo dormida.
Cuando se despertó la noté algo tensa, pero estaba.. ¿diferente?
—¿Cómo estas?.— pregunté
—Mejor.
—Me alegra mucho.— dije.—¿Quieres ir a comer algo?
—¿Que hora es?
—Son casi las ocho de la noche.
—Gracias, por haber estado conmigo, eres el mejor de todos.
—No hay de que Leah.
—¿Vamos a comer?.— ella asintió.— ¿Que quieres?
—Lo que tu quieras, por mi, estaría bien.
Salimos de la casa y la lleve a un restaurante de comida mexicana, sabia que le encantaba.
Me bajé del auto y abrí mi puerta, cuando llegamos pude ver algo de alegría en sus ojos, sabia que le encantaba este tipo de comida.
Nos sentamos en una mesa, hicimos nuestro pedido y nadie sabía por donde empezar.
—Feliz cumpleaños.— dije
—Gracias.— dijo en un susurro.— ¿Cómo lo sabias?
—Un novio debe saberlo.— dije incómodo.— Toma, ya lo tenía y es para ti.— extendí mi mano y le entregue la cajita de tercio pelo.
—Muchas gracias Zack.— susurro al ver que era un brazalete con nuestras iniciales.
—No hay de qué.—dije
—Explícamelo.
—Pues tiene una L de Leah y una Z de Zack.—dije y ella rió
—Eso no tonto.—sonreí.— Explícame lo que ocurre entre tu y Laura.
—¿En serio?.— dijo algo emocionado.
—En serio.— sonrió.
Suspiré aliviado, mi padre tenia razón, cuando ella estuviese preparada se acercaría a mi para hablar.
—Cuando estábamos en Miami salí con unos viejos amigos, bebimos tanto que yo no recuerdo casi nada, solo estar en la cama de Laura.
—Ya lo sabía, me llegaron estas fotos.—Estaba algo confundido— ¿Por eso estabas molesto conmigo?
—No estaba molesto, no podía verte a la cara.— ella sonrió.— Creí que había sido una aventura y ya, pero luego aparece y dice que esta embarazada, y de mi.
—Entiendo, pero, ¿Porque la besaste? Dos veces.
—Yo no la besé, ella me beso y de verdad no fue nada agradable.
Ella suspiró, conozco ese gesto lo hace cuando esta pensando.
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