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Capítulo 26

—Mierda.— murmuró Drake a mis espaldas.

— Esto tiene que ser una jodida broma.— dije.

—¿Leah?.— preguntó Zack. En ese momento sus ojos se conectaron con los míos y pude ver tristeza, culpabilidad, preocupación.

—¿Cómo pudiste?.— dije llorando.

—Leah, no es lo que crees.

—Claro que si.— grité.—La estabas besando, estabas besando a Laura.— Los ojos de esta se encontraron con los míos y pude ver como disfrutaba la situación, baje mi mirada y me encontré con que tenía una barriga de embarazada.— ¿Y esta embarazada?.

—No es obvio.—dijo la zorra.

—Cállate.— grité.— Maldita sea.

—Leah espera.—gritó Zack cuando yo me dirigía a mi habitación.— Déjame explicártelo. 

—No.— dije.— No te acerques, por favor.

—¿Porqué mierda la estabas besando? ¡Dijiste que iban a hablar!— le susurró Drake pero yo escuché.

—¿Y tu lo sabías?.— dije.— Que gran mejor amigo,  con razón Kylie estaba así, le estabas ocultando solo esto o ¿Algo más?

—Leah, no es lo que crees, todo tiene una jodida explicación.— dijo Drake.

—No, no me interesa escucharlos, por mi se pueden ir a la mierda.— dije llorando.— ¿Esta es una nueva estrategia para volverme la vida una mierda? Pues felicitaciones, lo lograron.

Subí a mi habitación y me tendí a llorar, quería irme de acá, pero no era capaz de bajar yo sola, necesitaba ayuda. Tomé mi teléfono y marqué el numero de alguien que nunca me lastimaría.

—¿Hola?

—Thomas.— dije en un sollozó.

—¿Leah que ocurre? ¿Esta todo bien?

—¿Puedo ir a vivir con ustedes?

—Claro que si, ¿Quieres que vaya?

—Por favor.

—Estaré pronto ahí.

Me recosté en la cama, y las lagrimas seguían saliendo, me sentía tan triste, no quería saber de nada ni de nadie. Mi vida cada vez era peor.

—¿Leah?

—Thomas.— corrí a abrazarlo mientras las lágrimas seguían saliendo.—Quiero irme.

—¿Que ocurrió?.— dijo en tono comprensivo.

—Zack estaba besando a Laura y Drake sabía.— sollocé.

—Te ayudaré a empacar todo.






—¿A donde vas?.— dijo Zack cuando nos vio bajando con mis pertenencias.—No puedes irte, yo tengo que explicarte todo.

—No.— dijo Thomas interponiéndose entre ambos.— Ya le hiciste daño una vez, no dejaré que lo hagas de nuevo. 

—Leah, por favor.— dijo y logré ver en sus ojos culpabilidad, tristeza y arrepentimiento.

—Esto se acabo.— dije con los ojos cristalizados.— Lo que sea que tuvimos no va más.

El iba a responder, pero en ese momento me dirigí al auto, mientras Thomas guardaba mi equipaje.

El camino a la casa de mi padre fue silencioso, pero cómodo, en verdad no quería hablar de lo sucedido, en realidad todo estaba una mierda.

—Papá.—susurré en sus brazos.—Gracias por dejarme vivir acá.

—Es tu casa hija, ahora ve a acomodarte.

Entre a la que sería de ahora en adelante mi habitación, sus paredes color crema me dieron una tranquilidad y el olor a vainilla me hizo sentir mejor.

Tomé mi teléfono y tenía varios mensajes.

KyKy: Drake me contó lo ocurrido, pero tranquila ya lo mande a volar, cuando quieras hablar estaré disponible.

Drake: Soy una mierda lo sé, pero todo tiene una explicación, te amo.

Dakota: ¿Donde mierda estas Leah Garret? Estoy muy preocupada por ti, te ama tu mejor amiga xoxo.

Zack: Todo tiene una explicación, lamento haber sido un imbécil.

Desconocido: ¿Terminaste con Zack o no? Lástima, yo creo que serías una gran madrastra.

Bloqueé el teléfono de inmediato, no quería nada, sólo necesitaba llorar, quizás muchos dirían que no vale la pena, pero yo andaba muy emocional y tenía que desahogarme de alguna manera.

Después de haber llorado un largo tiempo unos golpes a mi habitación llamaron mi atención.

—¿Hija? ¿Podemos hablar?

—Claro que si.

Mi padre entró y se sentó junto a mi.

—Se lo ocurrido con Zack.

—No quiero hablar de eso papá.— negué.— Me pone emocional.

—Esta bien, hija.— suspiró algo frustrado.—en dos días es tu cumpleaños, ¿Que quieres hacer?

—Nada papi, y por favor, no le digas a nadie, ¿si? Tengo ganas de todo menos de celebrar.

—Esta bien.— suspiró frustrado.— Lo que necesites estoy en el estudio.

—Gracias.— lo abracé.

Mi padre salió de mi habitación y yo me dispuse a dormir, estaba cansada y quizás si dormía olvidaba la mierda de vida que tenía.




Cuando llegué a el instituto sentía las miradas sobre mi, obviamente ya todos sabían lo que había ocurrido con Zack, y aunque no lo crean sabían lo de mi madre.

Entre al salón y me senté en el puesto de al fondo, no quería ser el centro de las miradas, y sentándome allí tendrían que girarse para hacerlo y el profesor los 

—¿Puedo sentarme?. preguntó Kate.

—¿En serio Kate?

—No hay más puestos.

—Ya que.

—¿Cómo estas?

—¿Te importa?

—Mira Leah, yo sé que me comporté como una perra contigo, si, yo sé quien eres, quizás pudiste engañar a todos pero a mi no, lamento haberte hecho pasar por todo.— dijo.— Y también lamento lo que Zack hizo.

—¿Cómo lo sabes?

—¿Que eres tú? Fácil, solo cambió tu cabello y tu forma de ser, pero tu mirada seguía siendo la misma, y lo de Zack lo sé por que la fotografía llegó a mi hace un mes mas o menos pero como el y yo ya no eramos nada decidí ignorarla.

—¿Y por que no me la mostraste?

—Porqué Zack me dijo que no lo hiciera, que el te contaría pero veo que no.— logré ver en sus ojos honestidad.— Y lo de la chica embarazada lo supe por que los vi un día juntos, quise decirte pero no sabia si era correcto por lo de tu madre, no quería hacerte daño.

—Esta bien.

—Quiero que me perdones, se que no seremos amigas, pero al menos seremos compañeras.- sonrió.

—Perdonada Kate.— sonreí.

Cuando salí al descanso sentía como Drake y Zack posaban su mirada en mi, me dirigí a donde estaba Kylie y ellas sonrió.

—Hola 

—Hey LeLe.— dijo Kylie.

—¿Como estas?.— pregunté.

— No tan bien.— suspiró.— ¿Y tu?

—Bien creo, bueno eso intento creer.— reí.

—Me alegra escucharlo.— rió.

—¿Donde están todas?

—El profesor de deportes las puso a limpiar todo porque se negaron a correr.—rió divertida.— A mi si me gusta correr, por eso estoy acá.

—Pero que flojas.— reí.

(...)

Miércoles 15 de agosto . Mi cumpleaños. MI MALDITO CUMPLEAÑOS.

Desde el lunes había estado evitando las preguntas de Dakota sobre que quería hacer de cumpleaños. Le dije que no quería nada ni que nadie lo supiese ya que me encontraba de luto por la muerte de mi madre.

—Feliz día.— susurró mi padre en mi oído.— Hace 18 años fui muy feliz.

Subimos al auto de Thomas rumbo a la escuela, nuestra relación era algo así como de más que mejores amigos hermanos o más que hermanos mejores amigos.

—¿Que vas a hacer hoy?.—preguntó

—Iré a ver a mi madre. ¿Porqué?

—Es que saldré con un chico y no podía traerte a casa.

—No te preocupes, sal con él y ten sexo.—reí

—Eres una sucia.— fingió enojo.— Muy bien sucia, ya hemos llegado, nos vemos en casa.

—Buena suerte.—dije bajando del auto.

Creí que no ver a Zack iba a disminuir el dolor pero no, cada vez que lo veía el dolor aumentaba, quería correr a abrazarlo, y decirle que lo amaba, pero no debía hacerlo ya que a pesar de todo aún debía conservar la poca dignidad que me quedaba.

Cuando entré al salón dakota estaba sonriente:— ¡Feliz cumpleaños!— gritó en mi oído.— Gracias por existir, sin ti nada sería igual, eres una de las mejores personas de mi vida.

—Dakota.— dije llorosa, si, estaba muy sensible.— No digas eso, me pones sentimental.

—Si algún día te alejas de mi, me muero.— dijo llorosa como yo.— Te quiero tanto.

—Yo también Dak.- la abracé.

—Feliz día.— dijo Alex.

—¿Alex?.—dije

—Ya lo sabía, ella no me dijo nada.— señalo a su novia.

—Gracias..—sonreí.— no le digas a nadie ¿si?

—Claro que si.

La clase de geografía era aburrida, y yo no tenía ganas de aprender, tomé mi teléfono y revise mis e-mails, cuando  vi un correo particular el cual decía "Revisa urgente Leah" y eso hice, cuando lo abrí se descargaron un montón de fotografías, cuando las vi sentí como algo se rompía en mi, y eso que creí que no era posible sentir más dolor.

Las fotografías eran de Zack y Laura, en Miami, y acá, pero hubo una que me llamó la atención fue una de ellos dos en restaurante el día que mi madre falleció, ¿Que como lo sabia? Bueno, las fotografías tenían la fecha.

—¿Estas bien?.—susurró Dakota y yo solo asentí. 

El día acabó y yo me dirigía hacia el cementerio, quería hablar con mi madre así ella no me escuchara.

—Hola mamá.—dije sentándome junto a su tumba.-No sabes como te extraño, desde que te fuiste todo ha sido una mierda.—empecé a llorar.— Últimamente no hago más que llorar, todo se acabó con Zack, él me engañó.—susurré.— No puedo soportarlo más, te extraño tanto, sé que nunca más voy a escuchar tu voz, ni voy a sentir tus abrazos, sólo me quiero ir contigo, ¿de que me sirve vivir si tu no estas?.— lloré mas fuerte.

Cuando me sentí lo suficientemente estable para conducir lo hice, me dirigía a comer algo, entre en un lindo restaurante de comida rápida, cuando iba entrando vi una figura familiar, era Laura y no estaba sola, estaba con Zack. La rubia se dio cuenta de mi presencia, sonrió y se lanzo a los labios de Zack, el se separó con fuerza de ella  y se giró y me vio. 

—¿Leah?

—Hola Zack.

—¿Podemos hablar?

 —Ahora no.— dije y salí del local.

Entre al auto y mi visión se nublaba, cuando sentí que no podía doler más seguía doliendo más. Estacioné en una licorera y compré dos botellas de algo fuerte, quería embriagarme mucho.

No quería ir a casa de mi padre, no quería que me viera así, y mucho menos en el estado en el que me encontraba. No podía ir donde mis amigas, así que fui a un lugar donde hace mucho no iba.Estacione en mi antigua casa, donde vivía con mi madre, la casa aún no había sido puesta a la venta, ya que hasta ahora yo iba a ser la dueña.

Entre y subí a mi antigua habitación todo seguía como antes. Abrí la botella y tome un sorbo, quemó mi garganta, y seguí así hasta que sentía como el licor hacia cada vez más efecto.

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