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01

"Los personajes no son míos,
créditos a los respectivos creadores"

"La historia no sigue la trama en sí, se les avisa con anticipación"

"Pequeñas partes"

— ¡papá mira ahí! ¡Y ahí! ¡Allá mira! — gritaba entusiasmada la pequeña, saltando sin parar.

Habían pasado dos semanas, la pequeña y el padre habían ido a innumerables lugares, lo que despertó el entusiasmo de la niña, viendo el próximo lugar para explorar.

— cariño con cuidado, recuerda que ese lugar es la zona peligrosa —. Dijo algo preocupado su padre, tomándola de la cintura para que la pequeña no se tirará del barco e ir allí.

— pero papá, ¿no ves? ¡El lugar se ve hermoso de lejos, será mejor cerca! — dijo con un sonrisa grande, mirando emocionada la tierra de lejos.

— que sea lindo no dice que no sea peligroso, recuerda. No puedes separarte de mí, ¿okey? — la niña asintió — ven, vamos a comer — dijo mientras alzaba a su hija de forma cariñosa, mientras ésta reía y gritaba "¡Comida!" Lo cual sacó una risa de su padre.

                                                • • •

— ¡Papá! — gritó la pequeña, tirando de la camisa de su padre de forma algo brusca, llamando su atención — esas mujeres te están mirando — señaló a un grupo de mujeres latinas, las cuáles los veían emocionadas gritando "¡un japonés!" Esto asustó al rubio que tomó a su hija se fue de manera algo apresuradas, queriendo evitar a las mujeres.

— mejor busquemos un lugar que nos diga dónde estamos, luego iremos a comer — dijo, caminando, siendo visto por las personas de la ciudad con curiosidad.

Japón, lugar de los guapos — pensaron.

Luego de caminar por una o dos horas, la pequeña niña se encontraba en un parque comiendo un helado, mientras veía a los niños jugar, pensando cómo estos niños eran muy felices estando en un lugar peligroso. Sin comprender, miraba a su papá, el cual tenía problemas de dinero al tener dinero de su lugar el cual no se podía cambiar.

— el dinero cambia mucho, papá debe estar estresado... — pensó Himawari, esto era algo normal para ella y su padre, pues en ningún lugar al que fue pudo cambiar el dinero a otro, como le habían recomendado personas, las cuáles fueron japoneses del lugar, ya que los demás hablaban extraño.

— ¡cariño!, Nos vamos. — dijo su padre con una sonrisa cansada, el problema del dinero lo mataba, jamás pudo cambiarlo y hasta algunos preguntaba por ello. Por lo que decidió conseguir trabajo en este lugar, algo que le recomendaron mucho, pero que no consiguió a causa de su apariencia y experiencia, además de necesitar un currículum, el cual él no tenía, ¿qué pensaba él que el mundo exterior sería muy problemático?

Bueno, su suerte almenos por ahora sirve, ¡pues consiguió una propuesta de trabajo! Un japonesito decía tener una amiga de un café que necesitaba empleados, y que lo recomendaría, viéndolo desorientado junto a su hija.

El rubio casi se pone a llorar, pero no lo hizo. Pues eso se ve raro en el lugar y no querría enfadar a su 'héroe'.

Quien diría que el honorable séptimo Hokage se convertiría en un simple y guapo camarero.

— ¿Naruto... Uzumaki? Eres tú, ¿no? — preguntó, mirando al rubio junto a su hija, quien veía la tienda con curiosidad.

El rubio no entendió mucho lo que dijo, solo asintió.

— ¿Soy Naruto Uzumaki, un gusto conocerla dattebayo, Vero... Veron.. ca? — dijo algo confundido, su 'héroe'. Se rió mientras su amiga lo veía confundida y el rubio solo bajo la cabeza apenado, sintiendo que dijo algo mal.

Luego el japonesito tradujo lo que dijo el rubio, haciendo que la chica riera ante su mala pronunciación de nombre

— Verónica, Es Verónica, no Veron ca. — dijo la chica, para luego el japonesito traducirlo.

El rubio se sonrojo ante su error y hizo una reverencia como disculpa, sacando una risa de los dos amigos.

— levanta la cabeza, Naruto. Aquí no se hace eso — habló el japonesito, mientras tocaba el hombro del rubio. El cual se levantó con la cara algo colorada, muy apenado.

— toma, esto será tu ropa de trabajo, Verónica te enseñará lo que deberás hacer — habló el japonés, tirándole su traje, el cual agarró el rubio para doblarlo y cargarlo.

La mujer hizo una seña para que lo siga, el rubio miró a su hija y se arrodilló.

— quédate aquí, no toques nada, recuérdalo. — la niña asintió mientras se sentaba en una mesa y miraba las flores de afuera.

El japonesito solo suspiró y se durmió en una silla, jamás entendería por qué su amiga solo querría japonesitos para su tienda. Pero no diría nada.

— ¡chico guapo, ven! — gritó una chica de una mesa, haciendo reír a sus amigas.

— mucho gusto, ¿que van a pedir? — habló en un tono feliz mirando a las chicas, las cuáles lo miraban muy emocionadas y timidas.

El rubio trabajó durante un mes y medio en el restaurante, lo cual aumentó el número de personas por su gran atractivo y personalidad. En el tiempo éste se enteró de que Verónica era una hija de familia rica, la cual creó una cafetería llena de japonesitos, la cual se hizo muy famosa entre las chicas adolescentes y algunas mujeres jóvenes.

Aprendió de el japonesito héroe el español básico, el cual usaría para poder comenzar a trabajar, el cual le costó aprender por su tonta cabeza estresada. Luego de eso, empezaron una amistad al igual que con Verónica, la cual al enterarse que no tenía hogar se quedó indignada y preocupada por la niña, así que le dio alojo en su casa, donde se quedarían hasta que el rubio consiguiera el dinero suficiente para él y su hija.

Siguiendo en la actualidad, Verónica miraba a su amigo siendo robado por mujeres enamoradas con una gotita cómica en su frente, al igual que el japonesito. El cual solo pudo suspirar diciendo 'mala suerte del guapo'

— un pedido de batido de fresa, una lágrima y dos panecillos dulces rellenos de dulce de leche, un té helado acompañado de unas galletas de chocolate negro y también pidieron mí número. — el rubio se acercó mientras se limpiaba con un paño la marca de un beso, la cual se la dió una de las chicas haciéndolo querer huir, algo que no pudo al verse superado por los clientes. Avergonzado, nombró el pedido mientras suspiraba agotado, pan de cada día.

— jajaja, pobre de ti Naruto, debió ser duro — su amiga rió ante su desgracia y luego le dió palmaditas en el hombro, mientras su amigo asentía atrás suyo.

— bueno, ya me acostumbré, aunque debería haber una regla de alejamiento de un metro de clientes y personal. — dijo en forma de broma, mientras sus amigos reían igual.

— pues, te digo que no. Ahora a trabajar, hoy los pedidos son muchos — respondió mirando la cara cansada de su amigo el cual tuvo que ir al ser llamado por otro grupo de señoritas. — realmente es muy famoso entre las chicas — le dijo en tono de broma a su amigo.

— si pudiera multiplicarse, tal vez el número de clientes se elevaría tres veces más de lo normal — Verónica rió ante su broma al igual que él, les gustaba ver sufrir al rubio ante le amor dado por las señoritas.

- Naruto, el chico guapo de la cafetería de japonesitos -

                                             • • •

El rubio se encontraba limpiando la mesa, mientras veía a su amiga tomar un batido de banana en la barra, mientras su amigo limpiaba los vasos y platos en la cocina.

— Naruto. — llamó, llamando la atención del Uzumaki.

— ¿sucede algo? — preguntó dejando de trapo mientras se limpiaba las manos con un paño.

— ¿no te gustaría ir a Japón con tu hija? Tengo una cafetería ahí, creo que te gustará, además. No tendrás problema en el idioma. — eso llamó el interés del rubio, el cual sonrió y respondió.

— sería bueno, pero primero quisiera ir este fin de semana con Hima a un parque de juegos, salir de casa le animará — respondió, para que si hija esté a salvo, el rubio la dejaba en la casa de su amiga con postres y series para ver. Algo que le gustaba a la niña, la cual no se quejaba en esto.

— lo entiendo, arreglaré tu pasaje y el de tu hija, por cierto, recuerden llamar. Nos sentiremos solos — no habían pasado mucho tiempo juntos, pero se trataban como amigos de toda la vida, el rubio era un amigo de confianza y la pequeña hima algunos veces los visitaba para jugar con ellos, y como dijo. Se sentirían solos sin su compañía, en especial el japonesito que era muy dramático y pegado a los dos.

Naruto, en tan solo un mes y medio. Consiguió dos fieles amigos que no olvidará.

— HOLAAAAAA xd, quiero decir por un comentario que la historia se basa más en el amor familiar, por lo que ven de lo apegados que son Naruto y su hija Hima, también de sus cambios en ésta nueva experiencia, no planeó ponerle mucho drama y eso, tan solo llevarlo a un punto en que fortalezca sus lazos. Así que verán muchos cambios en la personalidad del prota, claro no intentaré cambiarlo demasiado, si no a un punto muerto en el que quede todo equilibrado, que como dijo Thanos, como todo debe estar.

En fin, este capítulo fue más corto que le anterior, por el echo de que mañana tendré clases y hoy tengo tareas y no quiero demorar de más, solo diré algunos datos de la historia.

— Verónica y el japonesito héroe no saldrán mucho en la historia, en ésta parte fue por el echo al desarrollo de la vida de Naruto y Hima.

— japonesito héroe no tiene nombre xd, ¿por qué? Por qué yo lo digo.

— Naruto y Hima están por el momento en Latinoamérica 👀, como habrán visto ya. Pero no hice ver la esencia latina ya que sería muy difícil por qué no quiero dar en un país específico xd.

— Naruto solo se le enseñó palabras correctas, no sabe insultar xd.

Si tienen preguntas por la historia pueden decirme en comentarios y responderé en el siguiente capítulo uwu, ¡los quiero mucho! AdiOs.

1674 palabras.

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