La chica, que mas tarde se identificó como Jodie Waters, llamó en la madrugada a la policía, diciendo que Vittorio, el asesino, había estado a poco de apuñalarla enfrente de su hijo. Estaba segura que era él por la carta que le dio.

Perfumada, sellada y acompañada de una rosa roja.

"Querida amada:

Este es un poema que me gusta mucho. Mi madre tenía un libro con poemas, supongo que es por ello que me gustan tanto. ¿Te acuerdas de ella? De mi madre, quiero decir. En sus buenos años era bonita, por eso todos los hombres la querían. Por el trabajo que tenía, eso era casi un requisito. Pudo haber vivido una buena vida, imagino. ¿Cuántos estaban dispuestos a casarse con ella sólo por su belleza? Aquellos que estaban solos.

Pero, raro para una prostituta, ella quería a su hijo. Por eso no se casó, por eso siguió trabajando y por eso me leía poemas cuando podía.

Recuerdo este, es el primero que me llega a la mente cuando pienso en ti. El poema es más largo, pero estos son mis fragmentos favoritos:

"Mi corazón está muerto en mi interior,
El mundo es un vacío;
El deseo me ha abandonado,
cada esperanza es destruida.
La plenitud de la dicha he saboreado,
He vivido, he amado;
tomad ahora este infante sagrado,
bajo vuestra tierna fantasía."

Y luego estos versos:

"Aunque en vano sea mi dolor,
aunque en vano mis lágrimas caigan;
aunque los muertos de sus sueños
nada puedan recordar;
ningún bálsamo es dulce para el corazón abandonado."

Por favor, mi amor.

Vuelve pronto. Yo seguiré luchando por ti. Me siento vacío sin ti, cada segundo es una agonía de la que no puedo escapar. ¿Y qué es lo que me queda? Un vacío en el corazón que no puedo llenar con nada. Mi amor, eres mi luz y no dejaré de luchar hasta que vengas.

Con amor, Vittorio."

Todo el mundo quiere hablar con Jodie, es la sensación del momento; es la única que ha logrado ver a Vittorio a la cara y vivido para contarlo. La policía se lleva al caballito de madera, para gran decepción de su hijo, aunque a cambio le dieron un osito de felpa.

El retrato hablado de Jodie pasó a ser noticia, y en todos lados exhibían el dibujo de un joven de largo cabello pelirrojo y muy guapo. En secreto la policía celebra, finalmente tienen una pista acerca de Vittorio, están un paso más cerca de atraparlo.

Pero no pasan más de dos días para que Vittorio vuelva a atacar.

Como para compensar la carta sin cadáver, ésta vez es un asesinato doble; tan romántico cómo no dejar a una madre sin su hijo, esta vez Vittorio decide no dejar a una chica sin su novia. Son dos chicas, rápidamente identificadas como Amanda Félix y Samantha Jones, quienes son encontradas a las tres de la mañana afuera de un museo, yaciendo tomadas de la mano. Una tiene una rosa, y la otra la carta.

Vittorio no hace distinción entre raza, altura o forma de vestir, se da cuenta la policía: Vittorio sólo asesina personas jóvenes, siempre y cuando sean guapas.

No fueron apuñaladas, como Peter Hansen. Tampoco las atacó un perro.

Fue un animal más grande y más salvaje. Ambas tienen profundas heridas en los brazos y en el pecho, heridas provocadas por garras. Y un gran desgarro en el cuello; la marca donde el jaguar atacó para matar.

Las cámaras de seguridad del museo revelan a un jaguar, que primero ataca a Amanda. Le salta encima y acaba con ella antes de que Samantha pueda correr. Luego va tras la otra chica. El jaguar no se detiene para comer nada; sale de la visión de las cámaras, como si supiera exactamente dónde están.

Luego aparece Vittorio, de forma similar a las grabaciones en el restaurante y la descripción de Jodie, usa sudadera y guantes. Arrastra con cuidado a las chicas, acomoda los cuerpos y deposita la carta y la rosa.

"Querida amada:

Lo de la otra noche fue inesperado; a pesar de que esa chica era bonita, no pude matarla. Recuerdo la mirada del niño, que no tenía ni idea de lo que estaba pasando. Sentí que sería alguna clase de monstruo si asesinaba a una madre.

¿Soy un monstruo?

Oh, sé cuál va ser tu respuesta; tu dirás que soy un artista. Para ti nadie es un monstruo.

Supongo que hay regalos que no puedo darte.

Me hace recordar a cuando visitaste a mi madre; para entonces ella ya no era la mujer bonita y querida que fue alguna vez; los años tuvieron su costo. Pero a ti no te importaba eso, ¿verdad? Tú solo sonreíste y charlaste con ella hasta la mañana siguiente, cuando te fuiste.

¿Por qué no te quedaste conmigo entonces? ¿Por qué tenías que decirme que luego nos volveríamos a ver? Cuando nos conocimos, allá en Europa, dijiste eso. Luego con mi madre y de nuevo hace unos meses. ¿Por qué eres tan mala conmigo?

Yo sólo quiero verte.

Me siento tan solo.

Con amor, Vittorio"