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Capítulo 5.

— Quedémonos aquí un momento — dijo Hyunjin en un murmuro, tomándolo de la muñeca y se giró hacia él, confundido.

— No podemos hacerlo aquí, idiota — replicó de la misma manera, pero no podía evitar pensar que sonaba excitante.

Hyunjin soltó una pequeña risa, negando con la cabeza — No es eso, bobo. Sólo espera.

Entonces Minho se limitó a guardar silencio y vieron al resto de la gente salir del aula, sintiendo la mano de su amigo en su muslo con cautela, aún siendo cuidadosos de que nadie los fuera a ver, acariciando este y a veces apretándolo sin mucha fuerza.

A Hyunjin le encantaban sus muslos y no podía evitar sentir que se le subía el ego sabiendo eso. Le encantaba cuando pasaba sus labios cuando tenían sexo, y que en ocasiones le dejaba marcas que no duraban mucho tiempo.

Cuando finalmente salió la última persona, Hyunjin en seguida estampó su boca contra la suya, tomando desprevenido a Minho, pero que en seguida le devolvió el beso, sonriendo cuando se separaron.

— No sabes cuántas ganas tenía de besarte — explicó en un susurro sobre su boca.

Soltó una risita — ¿Por eso querías quedarte? — preguntó con un tono burlón, enarcando una ceja.

— Sí, ¿algún problema? — inquirió, sonriendo también y Minho negó con la cabeza — ¿Nunca te dije que me gusta besarte?

El corazón de Minho se detuvo por un segundo al escuchar aquello y le soltó un golpe juguetón, en un intento de olvidar lo que acababa de decirle — Eres un idiota — le dijo, sonriendo antes de unir sus labios nuevamente.

No mucho después, se separaron y se levantaron de sus asientos listos para irse, pero que Hyunjin no perdió la oportunidad para acorralarlo contra una de las butacas, colocando sus manos a cada lado y Minho rodeó las suyas en su cuello, jugando con sus cabellos.

Era un beso apasionado, del que no quería separarse. Amaba los besos de Hyunjin. Besaba tan bien y se había vuelto adicto a ellos.

Al separarse, no escondió la sonrisa que estaba dibujada en su rostro y le alegró saber que Hyunjin tampoco.

El azabache tomó su mochila y Minho lo imitó, colgándosela en uno de sus hombros — ¿Quieres pasarte hoy a mi apartamento? — habló con la cabeza gacha, sin atreverse a mirar al chico.

Hyunjin por un momento no dijo nada, asintiendo poco después — Suena bien — replicó y Minho esta vez alzó la cabeza, regalándole una sonrisa.

Hyunjin se la devolvió y comenzaron a caminar hasta la puerta.

En cuanto cerró la puerta detrás de ellos al llegar a su apartamento, Hyunjin no perdió la oportunidad para unir sus labios en un hambriento beso, sacándole pequeños jadeos a Minho.

El azabache pasó sus manos por todo su cuerpo, tomando el borde de su camisa para poder quitársela y se vieron obligados a separarse y cuando tuvo el pecho desnudo, volvieron a besarse. Hyunjin bajó sus labios a su cuello, dejando besos húmedos en este y Minho soltó pequeños gemidos, disfrutando de la sensación.

Los labios de Hyunjin eran tan preciosos, le encantaba besarlo y sentirlo marcar su cuerpo entero, además de rodear su pene con ellos, chupándolo y haciéndolo sentir tan bien, de la forma en la que sólo él sabe.

Porque le sorprendía el hecho de que en tan poco tiempo haya aprendido todo de él, a saber cuáles eran las cosas que le calentaban, que lo volvían débil, a las cosas que lo harían correrse simplemente con ello y le encantaba.

Cuando los labios de su amigo volvieron a los suyos, lo sintió comenzar a bajarle el cierre de sus pantalones sin separarse y Minho intentó ayudarlo, besándose con fervor y bajó sus pantalones. Hyunjin llevó sus manos a sus muslos, y en seguida saltó a él, rodeando sus piernas alrededor de la cintura ajena, jugando con sus cabellos mientras el azabache lo besaba, caminando hacia su habitación.

Ni siquiera se molestaron en cerrar la puerta detrás de ellos y Hyunjin lo soltó sobre la cama con algo de brusquedad en la orilla de la cama, pero que hizo a Minho sonreír divertido.

Lo vio comenzar a desvestirse con prisa, y se mordió el labio al verlo desnudo por completo. No importaba cuántas veces se habían acostado ya, Minho disfrutaba el momento en el que se desnudaba sólo para él, de ver lo atractivo y caliente que era. Nunca se cansaría.

Aún en el borde, Hyunjin tomó sus piernas con uno de sus brazos y las colocó sobre su hombro, llevando su mano libre a sus boxers, quitándoselos y él simplemente se dejó. Ansioso de sentirlo dentro de él, de que lo hiciera gemir su nombre, que lo escuchara gruñendo, de escuchar sus pieles chocar y de hacerlo gritar de lo bien que lo estaba follando.

Cuando sus boxers finalmente llegaron a sus tobillos, los aventó en algún lado de la habitación y apoyando aún sus piernas en su hombro, recorrió su cuerpo con sus labios nuevamente. Minho echó la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos levemente y llevó una de sus manos al cabello ajeno, acariciando este.

Si había algo que le encantaba de tener sexo con Hyunjin, eran las veces que se tomaba tiempo de hacer las cosas, de llevarlo hasta el borde, de que se sintiera cada vez con más ganas de que al fin hiciera algo aunque lo volviera loco, de que simplemente quisiera acabar con aquella tortura pero que se sentía bien, que le hacía sentir que valía la pena pasar por aquello para finalmente llegar al punto que tanto había estado queriendo.

Valía la pena si le permitía creer que Hyunjin estaba haciéndole el amor y que no simplemente estaba descargando su calentura en él.

Cuando el azabache se separó, unieron sus labios y Hyunjin acunó su rostro con una de sus manos, acercando sus caderas peligrosamente a su entrada, frotándose y sacándole gemidos a Minho en medio del beso, buscando contacto con él con un poco de más rapidez y vio la sonrisa ajena, divertido de verlo así, de verlo tan necesitado por él.

— Jin... Por favor... — le suplicó en medio de un gemido, esperando que tuviera piedad.

— ¿Por favor qué, bonito? — susurró sobre sus labios, haciendo un movimiento como si lo estuviera embistiendo.

Aquello le arrancó un jadeo, haciéndolo morder su labio — Fóllame, por favor... Te necesito — replicó, llevando sus manos a su cuello y rodeando este, frotándose tanto como podía y disfrutando de la sensación, cerrando los ojos.

Sí, le excitaba la idea de correrse simplemente con eso pero no quería, nunca lo habían hecho pero no quería hacerlo en aquella ocasión, quizás la próxima. Ahora se moría de sentirlo dentro suyo.

Escuchó una pequeña risa y Hyunjin llevó sus labios hasta sus pezones, lamiendo y jugando con estos, a veces mordiéndolos.

— Jinnie por favor, quiero correrme contigo dentro de mí — volvió a rogar Minho, esperando que esta vez le hiciera caso, que aquello le calentara lo suficiente como para que decidiera de una vez por todas metérsela.

— Eres tan desesperado Minnie, — se burló y llevó su mano nuevamente a su rostro, acariciando este casi con ternura — tienes suerte de ser bonito.

Minho agradeció internamente. Vio a Hyunjin se acomodarse mejor sobre la cama, y se apoyó sobre el respaldo, llevando una mano a su miembro y masturbándose levemente, mientras se mordía el labio sin mucha fuerza.

— Quiero que me montes, bebé — admitió con la voz ronca y Minho hizo un esfuerzo para no soltar un gemido ante el simple pensamiento de aquello.

Sí han probado una que otra posición, pero parecía que la favorita de Hyunjin era la de misionario y no se quejaba, en realidad cualquier posición era buena si se trataba del azabache. Sin embargo, nunca había intentado montarlo por lo que aquello provocó una reacción en su pene, ansioso de ser follado de esa manera.

Se relamió los labios y se colocó en medio de las piernas ajenas, con el culo levantado y lamió un poco el miembro de Hyunjin, sacándole un gruñido, sintiendo una mano en sus cabellos, enredando sus dedos en sus hebras.

No duró mucho tiempo así, pues simplemente quería prepararlo para que entrara más sencillo en él y colocó una de sus manos en sus hombros para apoyarse mientras que con la otra alineó su pene a su entrada, bajando lentamente pues sentía algo de dolor pero no se quejó. Dolía un poco mas no era insoportable, y sabía que no tardaría demasiado en acostumbrarse al tamaño.

Un gemido salió de sus bocas cuando finalmente logró meterlo todo y se quedaron en aquella posición por un buen momento, sin moverse y Minho cerró los ojos por un rato. Sintió unos labios en su cuello, provocando que abriera sus ojos de nuevo y vio a Hyunjin, que parecía estar haciéndolo olvidar del dolor e incomodidad que estaba sintiendo en aquel momento.

Apreciaba el hecho de que Hyunjin no fuera torpe con él, porque claro que ambos disfrutaban de follar duro, pero eso lo hacían una vez que ya los dos se sentían bien, que el calor estaba rodeando la habitación y que sólo querían llegar a su orgasmo. De otra forma, se tomaba el tiempo de ser cuidadoso con él y de cuidarlo como era debido.

Le hacía sentir mariposas como colegiala al notar esas pequeñas cosas de él y se dejaba llevar. Lo hacía enamorarse cada vez.

Cuando el dolor fue reemplazado, Minho comenzó a moverse, primero con lentitud y soltó un pequeño gemido. Se sentía tan bien. Disfrutaba de ser follado por Hyunjin, de sentirlo en cada parte de su cuerpo, de asegurarse de que no olvidara aquella sensación, de volver a sentir cada recuerdo vívido.

— Mierda, sabía que te ibas a mover tan bien — le elogió el azabache en un gruñido y Minho echó la cabeza hacia atrás, arqueando levemente su espalda, sintiendo los labios ajenos en su mentón, repartiendo besos húmedos.

Se acercó a su boca, moviéndose como podía y follándose mientras se besaban hambrientos, intentando fundirse y Minho soltaba jadeos, cada vez moviéndose más rápido como su cuerpo le permitía.

Las manos de Hyunjin se dirigieron a su cintura, embistiéndolo con fuerza, que le arrancó un gemido agudo, tomándolo desprevenido.

— Carajo sí, justo así ngh — gimió, abriendo la boca en forma de 'o' y sintiendo que lo seguía follando de esa manera, volviéndolo loco.

Escuchaba el sucio sonido de sus pieles chocar y aquello le calentaba más, jadeando y llevó su rostro a la curvatura de Hyunjin, gimiendo suavemente en este, mientras su amigo lo tomaba con fuerza de las caderas y lo follaba en un movimiento animal, que le era inevitable ahogar sus gemidos.

Luego se separó de él y se apoyó esta vez en la cama, follándose a sí mismo como podía, pues debido a la posición, se le complicaba un poco, pero sentía que se abría un poco más y ambos estaban disfrutando de la sensación tan deliciosa.

— Dios, eres tan precioso — gimió Hyunjin en un murmuro, llevando sus labios a su abdomen, besándolo y Minho se limitó a cerrar los ojos, mordiendo su labio con algo de fuerza.

— Estoy cerca — anunció Minho en medio de un gemido, volviendo a acercarse al azabache y uniendo sus labios en un beso lleno de fervor.

Se separaron cuando la mano de Hyunjin rodeó su miembro, masturbándolo al ritmo de las embestidas, escuchando sus jadeos — Córrete, bebé.

Acercó sus frentes, uniendo estas que ya se hallaban llenas de sudor y Minho soltaba leves gemidos, corriéndose al poco rato manchando la mano ajena y sus abdómenes. Siguió soltando gemidos mientras Hyunjin intentaba alcanzar su orgasmo que no tardó mucho, sintiendo que estaba cerca también.

Entonces Minho sintió sus muslos ser manchados de su semen, y llevó la mirada hacia estos — No te pusiste condón, idiota — le reprochó con la respiración agitada, dándole un suave golpe en el pecho.

— Me moría de ver tus muslos llenos de mí. Te ves precioso — dijo también agitado, con un tono burlón y Minho frunció su ceño, fingiendo estar enojado.

Una sonrisa se asomó en las comisuras de Hyunjin, divertido y unieron sus labios en un beso más tierno, que le hizo sonreír a él también sin poder evitarlo y lo besó de la misma manera. 

˖ ݁𖥔 ݁˖ 𐙚 ˖ ݁𖥔 ݁˖


PERDONEN LA TARDANZA PENSÉ QUE YA HABÍA ACTUALIZADO me acordé hoy que venía en el camión a la uniㅠㅠㅠ pero en fin ya estamos en la mitad del fic 😲 cuéntenme qué les está pareciendo, pueden putear con gusto ♡

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