Capítulo Ⅳ
gigliolacastro
Te dedico este capítulo por toda tus ayuda y tus comentarios de apoyo.
Gracias a mis pocas lectoras por seguir este proyecto. Esperemos que podamos crecer un poco más con el pasar del tiempo.
Si la historia es de tu agrada compartirlas a tu amigos. Comenta, yo te responderé ;-) ^_^.
Si ves un error ortográfico o de redacción que te hace sangrar los ojos o no te deja seguir con el hilo de la historia escríbeme y lo resolveré.
Gracias por acompañarme y disfruten de este capítulo.
Besos y saludos desde República Dominicana. (•ө•)♡(*˘︶˘*).
Por cierto, me he dado cuenta de que en ningún momento he explicado el significado de las siglas DNI.
Departamento Nacional de Investigación.
Este detalle ya fue corregido en capítulos anteriores.
✥✥✥
❝El secreto de un negocio es que sepas algo que nadie mas sabe.❞
— Aristóteles Onassis.
Decir que no les había gustado que pusiera una condición era quedarse cortos. Se miraban entre ellos; una mirada que expresaba su claro descontento.
Es una verdad universalmente conocida que a los hombres no les gusta ser mangoneados por niñas de doce años con pantalones de color rosa manchado de tierra en las rodillas y cabello alborotado.
Yo trataba de permanecer tranquila con el fin de mantener en pie mi falsa actitud de persona inquebrantable. Cosa difícil si se tenía en cuenta todo lo anterior.
—Acepto, pero si luego de su entrenamiento decido renunciar o resulta que no soy tan buena como esperaba me iré con mis recuerdos intactos.
Debí suponer su respuesta. Para ser sincera no se necesita ser un genio para saber que no aceptarían. Un rotundo y fuerte "NO" brotó de la garganta de ambos. Yo me crucé de brazos sobre mi plano pecho y miré a García, el cuál permanecía indescifrable en su silla giratoria. Jacob por su parte me taladraba en cuello con su mirada en su posición cerca de la puerta.
—¿No entiendes que si decides renunciar a pertenecer te convertirías inmediatamente en un peligro para la seguridad nacional?
—Bueno, eso debieron de pensarlo ustedes antes de drogarme y traerme aquí, ¿no? .Según recuerdo, yo sólo acepté a ir con él hasta el parqueo, lo demás no estaba en el convenio.
García rió estruendosamente. Bien eso si que era sorprendente, no pensé que una cara tan seria y pétrea como la suya conociera lo que era la risa.
—Eres lista, mucho más de lo crees. ¿No crees que deberías de aprovechar tu intelecto para el servicio de la nación? ¿No es eso lo que siempre has querido, servir a tu patria?
Las palabras del General García era una copia prácticamente exacta de lo que me había dicho Jacob para traerme a este lugar. ¿Acaso era yo tan obvia en mis deseos? .Probablemente sí.
Me di cuenta que, lamentablemente para mí, ellos estaban seguros de que yo aceptaría porque internamente era eso lo que yo quería,sin embargo, yo no estaba dispuesta a ceder tan fácilmente. Por lo menos no sin antes conseguir una que otra concesiones.
Nunca se acepta una propuesta la primera vez. A menos que consigas más de lo esperado esa primera vez, y ni aún así. Si tienes el chance de ganar un poco más hay aprovecharlo, o al menos eso decía mi papá.
Así que cómo quien no quiere la cosa pregunté:
—¿Es cierto que tendré acceso a más información de la que alguna vez soñé?
García se veía ligeramente nervioso. Y no era para menos, sabía que mi pregunta era comprometedora. Volteé mi cabeza para enfocar a Jacob, el también se veía igual sólo que en sus ojos brillaba su descontento con mi petición. Después de todo había sido él quien me había ofrecido eso.
—Mira niña, hay informaciones que no soy apta para todo público. Incluso yo tengo mis restricciones.
Irónico que le dijera eso a una niña que sabía lo que no era tener total acceso a la información tal vez más que él. Después de todo los programas de medicina tenían sus restricciones y siempre censuraban las mejores partes. Sin embargo no fue eso lo que más llamó mi atención.
García había tomando un tono más impersonal, casi desligándose de mi presencia en ese lugar. Por mi parte, yo casi podía jurar que había metido la pata. Pero era mejor si lograba no comprometerme y salir con mis recuerdos intactos de este sitio.
—En este mundo Larimar,—dijo Jacob a mi espaldas de una forma bastante dramática debo agregar —la información es siempre un bien preciado. No se suelta tan fácil.
—Supongo que tienen razón.
—A veces, es mejor así. Ya lo aprenderás.
—Nosotros no queremos presionarte, sólo queremos que veas lo que es mejor para ti y para el país.
—Por supuesto y eso quieren hacerlo manipulandome, ¿no? .Supongo que para ustedes siempre es así. Siempre ganan.
El que calla otorga. Ambos permanecieron callados porque sabían que yo esta vez había acertado.
—Bien, dado que no me queda otra opción, aceptaré su entrenamiento.
—Muy bien Larimar no te arrepentirás.
¡Ajá! Eso dicen todos los villanos de los cuentos de hadas y novelas.
Me reí internamente, a causa de mi pensamiento sobre lo que había dicho García y a causa de su "sabia" elección de palabras. Un chiste malo en mi opinión. Porque él decía eso, pero yo ya estaba lamentándolo, y mucho.
—Firma esto y todo estará listo —agregó en una voz que pretendía ser amable.
Alcé mi ceja izquierda, lo que para muchos expresaba altanería, en estos momentos era un gesto de mi incredulidad. No podía creer que en en serio me pidiera eso.
—No puedo firmar eso.
Jacob murmuró algo que no entendí, pero parecía ser una mala palabra. García se había desacomodado; apoyó ambas manos en la mesa parándose de su genial sillas de rueditas.
¡Oh,oh! Alguien estaba enojado.
—¿Por qué no?— dijo García con una voz temible como si el Cuco fuese real y fuera él su encarnación.
Ya me jodí.
Estaba nerviosa. Mi corazón latía muy rápido a causa de la siniestra postura que él tenía. A mi pesar debo admitir que retrocedí un paso como una cobarde.
Tragué saliva para calmarme. Yo conocía esa respuesta y había esperado mucho para decirla. Me enderece nuevamente. Mire a mis zapatos cubiertos de polvo, estire hacia abajo mi abrigo de color fucsia y me pasé la mano por el pelo hasta acomodar un mechón detrás de mi oreja.
Listo, estaba lista para responder. Reí, ese pensamiento fue gracioso debido a la repetición de palabras. Me puse seria otra vez. Basta de pensamientos, Yo mente de Larimar.
Levantando el dedo índice de mi mano izquierda, mientras escondía mi mano derecha vuelta un puño en mi espalda dije:
—Según las leyes de la República Dominicana un menor de edad, como yo, no puede firmar un documento legal sin el debido consentimiento de sus padres y/o tutores. De haberlo firmado este documento carecerá de fuerza legal y será desestimado. Y además tengo que leerlo.
Luego de mi pequeña recitación del Código del Menor Dominicano y uno que otro párrafo del Código Laboral García quedó mudo por unos segundos, luego tanto él como Jacob estallaron en risas.
Arrugué mi frente. Bueno, realmente no había esperado esa reacción.
—Bien, vemos que conoces tus derechos.—dijo García.
—¿Por qué no los conocería? .Tengo que aprovechar todo lo que puedo usar para mi beneficio, ¿no?
—Por supuesto — agregó García de forma muy seria—pero este contrato no es uno laboral. Es más que nada de confidencialidad. Uno que te hará prometer que no vas compartir ninguna de nuestras enseñanzas con el resto de lo civiles.
Genial, ahí iba mi última oportunidad de salir impune de este lío. Ya sin ninguna otra opción viable, me dispuse a leer el contrato. Lamentablemente para mí estaba redactado de una forma genial, tan genial que yo casi ni entendía lo que decía esa vaina.
¡Oh, vamos! Tengo doce años, no soy una abogada para entender todas las cosas que ponen aquí. Sin embargo, lo que entendía parecía estar en correcto orden, así que firmé.
Ambos se notaban felices por lograr que yo firmara el bendito contrato. Por mi parte yo estaba muy nerviosa.
García salió de mí diciendo que acompañara a Jacob a donde sea que el quisiera llevarme. Genial, sencillamente genial.
No pude evitar hacer una mueca con la boca en señal de desagrado. Jacob no estaba en mi lista de personas favoritas. Si tuviese la posibilidad, el lugar adecuado y no fuera un acto ilegal creo que quizás lo mataría. Pero ni modo a seguir al idiot...digo Jacob.
Jacob me arrastraba por los pasillos, justo como al principio de esta aventura, luego se detuvo de forma sorpresiva, haciendo que yo chocara con su espalda.
—¡Oye! Pero por lo menos avisa.
—Responde esto. —dijo él aparentemente ignorando mi reclamo —¿Cómo resolviste el código?
¿Enserio? Se para así para preguntarme eso. Que chico tan tonto e insensible. Pero ni modo, Señor Yo-jodo-mucho-y-estoy-a-cargo quería una respuesta.
—Sencillo, sólo tuve que seguir las pistas y una cosa llegó a la otra.
—Ya veo.—dijo él no totalmente convencido de lo que había dicho. No lo culpo, porque no había sido tan sencillo si no hubiese recordado ese libro. —En marcha.
Y aquí vamos los dos caminando (yo siendo arrastrada) por los interminables pasillos de la CIA dominicana.
Para ser sincera, el lugar no estaba nada mal. Era realmente muy bonito y organizado. Pero yo podía jurar, así como que dos más dos es igual a cuatro, que Jacob me estaba llevando por los lugares menos interesantes y los caminos más largos del lugar en un silencio tan fuerte que sin duda un hospital o velorio envidiaría.
Luego de la carrera sin fin Jacob detuvo la marcha ante una puerta de cristal para nada traslucido. Era un gimnasio, y era increíble. Equipado a la perfección y...¡rayos! Eso era una piscina. Bueno, si saber nadar era un requisito para estar dentro de esto, bien podían ir rompiendo ese contrato.
Jacob topó mi hombro y carraspeo. Joder, el Mini Espía, reclamaba mi atención.
—Ahora que tengo tu atención te explicaré algunas cosas.—su actitud era seria, tanto que era como si quisiera imitar a García. A mi me parecía cómica, pero no lo demostré. —Te entrenaremos física e intelectualmente. Serás entrenada de forma especial que el resto de los agentes. Tendrás una doble que te cubrirá con tu familia y el resto de tus deberes en caso de ser necesitado.
—Espera, no puedo faltar al colegio, ni a mis demás clases.
—Nadie nunca dijo eso. Sólo digo que van haber días en los que no podrás asistir. Además, estoy seguro de que preferirás mil veces lo que aprenderás aquí que lo que vas aprender allá.
En infeliz se veía seguro, y puede que tuviese razón pero, esta que estaba aquí no se la daría tan fácil.
—¿Quién sabe? .A lo mejor y lo me den allá sea mejor que lo me den aquí. —agregué encogiéndome de hombros.
El sonrió de forma temible como era su costumbre.
—Ya veré que dices con el pasar del tiempo, Larimar. —asesinó a su sonrisa y volvió a su temible y para mí fingida seriedad —Por ahora en tu casa está tu doble asegurándose de que todo esté en orden y cumpliendo con tus deberes.
Supongo que abrí un poquito mi boca con sorpresa, sólo un poco; porque Jacob rió. Que festeje lo que quiera, porque al final yo había salido ganando ahí. Si la doble estaba encargándose de limpiar la casa eso significaba que yo tendría la tarde libre. Bueno, eso no se veía tan malo como yo creía.
✥✥✥
Si te gusta, recuerda comentar y cambia esta estrella triste, vacía y sin vida ( ☆ )a una con vida y brillo( ★ ).
Gracias por su lectura y nos vemos pronto.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro