Una prueba
Andrés logro sentarse y el oficial lo observaba y advirtió:
-Mire sus ropas, trae puesto un uniforme especial. Propio de todos en esta academia. Su cuerpo le advierte que no se mueva, pero usted no hace caso. Y es solo por el traje operando en usted que ha podido levantarse. Pero no se confíe el traje puede hacerlo dependiente y dejarlo peor de lo que ya se encontraba- y diciendo esto le dio la espalda y salió.
Unos momentos después el medico que lo atendía volvió a entrar. Indicándole que debía hacer una prueba en el mismo salón de suelo de metal, ya se iba pero recordó y le dijo: - Sufrió mucho daño. Tenga - y le entrego un par de muletas- y descuide. Serna fue enviado a un lugar muy lejos de aquí.
Andrés intento pararse, pero debido a que sus piernas estaban rotas. Se cayo. Levantándose de nuevo se las arreglo para llegar de nuevo a la entrada de aquel salón. Hubiera querido pararse y descansar tan solo un poco durante el trayecto. Pero sentía las piernas débiles y temía caerse de nuevo si detenía un momento.
Esta vez había más personas y estaban formadas. Esperando su turno. Ahí, oficiales sentados viendo desde la ventana cada pruebe. Los cadetes entraban, mientras los jóvenes reclutas le miraban extrañados. La sala era capaz de mantener a 40 personas dentro y aún algo de espacio entre ellas. Los oficiales desactivaban la prueba, un grupo entraba y la volvían a encender. Uno de los oficiales comentaba:
-¿No sería mejor realizar más pruebas individuales? Tengo la sensación de que perdemos mucho al tener que atender a tantos.
-¿Y perder esa eternidad de tiempo? - le contesto otro
-Los dotados siempre existirán, puede que no podamos ver desde el principio.
-¿Es que los enviaremos de vacaciones tras las pruebas? Esos "dotados" como los llamas sobresaldrán de algún modo y si no. De igual modo los novatos recibirán entrenamiento continuo.
Cuando llego el turno de Andrés entro con los demás y al encenderse la habitación. Andrés pudo ver una cadena pasando por entre toda la sala.
No parecía ofensiva, pero de repente brillaba llena de energía y crecía más y más sacando motas brillante que flotaban entre los cadetes. Motas que se acrecentaban y Andrés viendo eso se pregunto si podría atrapar alguna. Acomodándose entre sus muletas e intentando equilibrarse en ellas. Alejo de sí sus manos y al tocarla sintió flotar y elevarse por un instante.
Se detuvo la prueba y todo volvía a dar la misma iluminación de siempre y las lámparas brillaban en todos los rincones del lugar. Se les ordeno salir. Sin embargo Andrés se le acerco al comandante:
- Que es esta prueba?
- No es una prueba en sí, es tan solo esta gran máquina sobre ti. Algún día serás lo que fuiste dentro.
-¿Podré volver dentro?
-Me temo que no. Vete de aquí, los demás ya partieron a correr.
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