Una escuela
A la entrada de la escuela, un señor de 60 años. El oficial a quién había hablado el padre de Andrés. Iba a entrar pero se topo con el guardia de la escuela, que lo detuvo.
-Disculpe ¿y ese atuendo para visitar? - le dijo el guardián.
-Es el típico uniforme militar de ingeniero. No sé, en cierta forma me da tranquilidad caminar así.
-Es hora de escuela.
-Lo sé, pero debo responder con prisa una pregunta de mi hija. Una pregunta de amor que no se digno a preguntarme anoche más que con un mirar. - El guardián iba a contestar algo, pero no termino su frase, porque recayó en que hablaba solo. Mondragón ya había entrado y frente al él, nadie. La campana de descanso sonaba. Pero el oficial no la buscó entre los pasillos, sino que dirigió sus pasos a la sala de consejo estudiantil.
Entro en el salón pero no la vio. Hasta que desde una ventana pudo ver a su hija, sola, caminando tranquila. De alguna manera bajo hasta encontrarse a escasos metros de ella.
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