5: Tsundere
—Maldito Taehyung, lo odio —murmuró Jimin mientras pasaba el patrón por la cintura de uno de los miembros de la banda de música e iba escribiéndolas en su cuaderno pesadamente.
Namjoon y Taehyung estaban en un aura de felicidad hablando de cosas triviales mientras que Jimin estaba con su cara de amargado y su pesada atmósfera de "odio mi vida, mátame ya por favor", haciendo sentir incómodos a los dos chicos a los que estaba midiendo.
—Ya he terminado con estos dos... Taehyung, ¿te falta mucho?
Al no recibir respuesta de su amigo después de cinco segundo, se dio la vuelta para ver que ese chico de primero y el más bajo estaban hablando alegremente, ignorándolo.
Jimin con su tic en el ojo, se acercó a ellos peligrosamente y se colocó detrás de Taehyung, asustando a Namjoon con su expresión.
—¡TAEHYUNG! —gritó Jimin en el oído de Taehyung.
—¡AAAAAH!
En un acto reflejo del susto, Taehyung estiró la cinta de medir que estaba usando alrededor de la cintura de Namjoon y, por ende, lo apretó y el menor de todos soltó un jadeo.
—A-ay, mi dia... fragma... —dijo entrecortado el de cabello plateado.
—¡Perdón! —Se apresuró a decir y soltó la cinta, dejando respirar con libertad al menor.
—En vez de estar coqueteando como un gato en celo, ¡deberías ayudarme, tú tuviste la idea de esta mierda! —exclamó cabreado Jimin lo que hizo que Taehyung se cabrease más.
—¡¿Disculpa?!
—¡¿Acaso es mentira?! —cuestionó inquisitivamente Jimin.
Taehyung siguió mirando a Jimin con el ceño fruncido y la cara roja, ya que era fácil hacerlo enfadar.
—¡Hmp! —exclamaron los dos y se dieron la vuelta a seguir por donde estaban.
Namjoon soltó una pequeña risa—. Entiendo porque sois tan unidos.
—A ver, perro, ¿de dónde se supone qué vamos a sacar 80000 wons? —preguntó Jimin viendo los presupuestos de la tela y los materiales—. ¡Tendrías que haberles dicho que al menos nos den un 30%!
—Cállate, ya sé que fui un idiota —dijo suspirando Taehyung.
—Al menos lo sabes —suspiró también Jimin.
—¿Y por qué no se lo pides al millonario de tu novio? —cuestionó pícaro Taehyung.
—No tengo ni idea de quién estás hablando y, además, no es mi novio —respondió rápidamente Jimin.
—Tú sabes que sí...
—Que no, Taehyung.
Taehyung sólo soltó un "hmp" lleno de ironía.
Taehyung se había ido a clase y Jimin se había quedado en el aula de su club, no le apetecía ir a clase y aún tenía que perfeccionar sus diseños.
—¿Jimin? ¿Por qué no estás en clase? —La voz grave retumbó en la silenciosa aula y el nombrado se dio la vuelta, sorprendido.
De repente, su corazón empezó a ser ruidoso en su organismo, por lo que llevó su mano a la zona izquierda de su pecho.
¿Estaré enfermo?
—Lo mismo puedo preguntarte —respondió rápidamente.
Yoongi sonrió sin mostrar los dientes y se sentó al lado de Jimin en el suelo.
—¿Por qué te sientas ahí? Tienes una silla allá —señaló con el pulgar una silla que se encontraba en el extremo de la habitación.
—Me gusta sentarme en el suelo —dijo Yoongi sin borrar su sonrisa.
—Eres raro —murmuró Jimin mientras regresaba la vista a su cuaderno.
No hubo más conversación, lo único que había de fondo era el cómodo silencio y los alumnos que estaban en educación física en el patio y el ruidoso corazón del pelinegro, aunque sólo para él.
—¿Qué vas a ser cuándo salgas de la preparatoria? —cuestionó de repente Jimin.
—¿Mi señor estilista está interesado en mí? —dijo gracioso el castaño.
—¿Quieres que te meta una paliza? ¿Sabes qué? No sé ni por qué te lo pregunto. —Con el ceño fruncido, volvió a ponerse en sus diseños.
Yoongi soltó una carcajada—. Seguiré en el negocio familiar, supongo.
—¿Cuál es tu negocio familiar?
—Es una cadena de diseñadores, ¿te suena "Little Min"?
Jimin abrió los ojos de golpe y dejó de escribir, se dio la vuelta con los ojos como platos.
—¡Pues claro que los conozco! ¡Son mis ídolos! ¡Sus diseños son los mejores! Me dan ganas de llevar vestidos sólo por eso —dijo sonriendo el pelinegro y luego calló de golpe—. Mierda, no debí decir eso.
Yoongi soltó una carcajada.
—De igual forma, es imposible que tú seas hijo de ellos...
Jimin con una sonrisa cínica buscó en su móvil.
—La pareja tiene tres hijos: Min Myeong, Min Hanna y Min Yoongi. ¿Espera, qué? Es simplemente imposible. —Soltó una risa. Jimin deslizaba el dedo por la pantalla para ver las fotos de los tres hijos—. Wow, son tan hermosos, parecen modelos.
—¿Eso crees? —preguntó Yoongi con una sonrisa.
—Aunque sólo he encontrado una del hijo menor...
Gafas medio rotas, pelo despeinado y largo que casi cubre los ojos, que horrible combinación de ropa...
No cabe duda...
PERO SI ES
—¡Yoongi!
—Todos tienen esa reacción.
—P-Pero ¿cómo? ¿Por qué? ¿Qué? ¿Tú? ¿Eres la oveja negra de la familia? —dijo Jimin aún sin salir de la sorpresa.
—Eso dolió. —Yoongi hizo una expresión triste de broma y luego se rió.
—Estás raro hoy, ¿te ha pasado algo? —preguntó Jimin, cortando al castaño—. Te ves más callado y desanimado de lo normal.
—He estado sonriendo todo el tiempo.
Jimin se quedó en silencio sosteniendo la mirada de Yoongi y luego se encogió de hombros—. Me doy cuenta de esas cosas, supongo.
Yoongi suspiró y retiró la vista de los ojos de Jimin para posarlas en sus pies.
—Hoy hubo una reunión familiar... Y como tú dices... yo soy la oveja negra. Ellos estuvieron comentando cosas como "Deberías ser como tus hermanos", "¿Por qué no eres como tus hermanos?", y cosas así... Supongo que tienen razón, mis hermanos son perfectos e increíbles y yo... yo sólo soy Yoongi.
Jimin cerró los ojos meditando y asintió—. Lo entiendo.
El pelinegro dejó su lápiz en el escritorio y se bajó de su silla de un salto para volverse a sentar a lado de Yoongi en el suelo.
—Sé que lo que te digan tus familiares es importante, pero no puedes hacer caso a los comentarios negativos siempre porque la vida está llena de eso.
Yoongi asintió con una sonrisa. Jimin llevó las manos a sus mejillas y giró la cabeza del castaño para que lo mirase a los ojos. Yoongi, sorprendido y un poco sonrojado, aguantó la mirada del pelinegro.
—Hyung, estás muy cerc-
—Yoongi —interrumpió Jimin—. Es cierto, eres Min Yoongi y la ropa que lleves o cómo tengas el pelo no va a cambiar eso, así que deja de decir idioteces y empieza a amarte a ti mismo.
Más que una frase de apoyo, sonó como una orden.
De repente la puerta fue abierta abruptamente mostrando a un chico de piel acanelada, sus ojos se expandieron al ver la situación que estaba delante.
—Mierda, ¿interrumpo? —cuestionó incomodado.
—Pues claro que interrumpes, idiota —respondió Jimin.
—Claro que no, hyung —respondió Yoongi a la vez.
Jimin suspiró y soltó al castaño, levantándose de su sitio y sacudiendo su trasero con la mano para quitarse el polvo—. Nunca barremos esto, por eso no nos sentamos en el suelo, ¿sabes?
—Gracias a mí no llamaron a tu madre para notificar que no fuiste a clase, pero que si tienes una falta más estarás castigado sin actividades del club por tres semanas —dijo Taehyung.
—Da igual, mi madre está trabajando en China, no creo que haga mucho y lo demás es una mierda —bufó el pelinegro.
—¿Vives solo, Jiminie hyung? —preguntó sonriente Yoongi.
—¿Jiminie? ¡A mí no me dejas llamarte así! —se quejó Taehyung.
—Cállate, Taehyung. Más o menos, sí, mi madre trabaja en el extranjero la mayor parte del año y mi padre vive en Daegu —explicó brevemente Jimin encogiéndose de hombros—. Tengo hambre y me da pereza cocinar, ¿me invitas a comer, Taehyung?
—He quedado con Namjoon —dijo brevemente el nombrado y Jimin sólo hizo un puchero.
—Desde que apareció ese mocoso ya no hay más Jimin, ¿qué hay de Jiminie?
Taehyung le sacó la lengua y Jimin al instante lo hizo también.
—Pff, ¿en serio vosotros sois mis hyungs? —dijo riendo Yoongi.
Jimin y Taehyung también rieron por su comportamiento infantil de antes.
El timbre sonó, indicando el final de la hora electiva, segundos después el bullicio de las personas saliendo de sus aulas hizo presencia.
—Bueno, me voy, el amor de mi vida me espera —dijo sin cortes Taehyung, cogiendo su mochila del suelo y despidiéndose con la mano rápidamente.
Cuando el de piel canela se marchó del aula, Jimin fue a su escritorio y recogió sus cosas para guardarlas en su mochila.
—Hyung.
—¿Qué?
—¿Puedo invitarte a comer? —preguntó Yoongi de forma inesperada
Jimin paró sus movimientos y sintió su corazón volver a latir de esa forma odiosa.
—No creo... —murmuró en respuesta Jimin.
—¿Por?
—No quiero deberte dinero.
—Está bien, te estoy invitando. —Le sonrió al pelinegro.
—Como mucho, ¿sabes? —comentó inquisitivamente Jimin.
—No hay problema.
—Pero mucho, mucho.
—¿Qué pasa, Minie? ¿No quieres comer conmigo y por eso insistes tanto? —comentó un poco incómodo el castaño.
—No es eso... —murmuró Jimin de nuevo, terminando de recoger las cosas.
¿¿¿¿No quiero que me veas comer como un maldito cerdo??????
Ja.
—Bueno, adiós —dijo cortante Yoongi al no haber respuesta del contrario por unos largos segundos. Cogió su mochila rosa del suelo y fue yéndose a paso rápido.
¡Pero tampoco quería esto!
Yoongi caminaba rápidamente mirando desinteresado su teléfono, hasta que un fuerte impacto cayó en su cabeza, atontándolo. Se dio la vuelta viendo al bajito pelinegro con el ceño fruncido y la mano levantada por la colleja que le había metido antes.
—Hay una promoción que me interesa en mi hamburguesería favorita, tú pagas, y voy porque tengo hambre, no porque quiera comer contigo. —Tras decir eso, Jimin se adelantó a Yoongi y empezó a caminar hasta la salida.
Yoongi rió suavemente, yendo detrás del gruñón Jimin—. Eres un tsundere —murmuró con su sonrisa.
La gente que aún andaba por los pasillos miraba con burla a Yoongi que, aunque éste esté en su mundo sin darse cuenta, Jimin lanzaba miradas de odio a los que se reían en silencio del castaño y éstos se callaban abruptamente.
Qué suerte que todo el mundo piensa que soy gánster.
Sonrió para sus adentros.
—A todo esto, fuimos a comprar hace unos días ropa nueva, ¿por qué llevas ropa tan horrible? —cuestionó Jimin después de "ahuyentar" a las molestas personas que se burlaban de Yoongi.
—¿Qué? Pero si es lo que compramos —se justificó el más alto.
—¿Qué? —Paró en seco el pelinegro, y observó meticulosamente el vestuario del menor.
Pantalón chándal gris con una raya verde y un jersey rojo a rayas.
Y esos zapatos converse azules no pegan para nada.
¿Y además esa mochila rosa?
Incluso la ropa linda se ve horrible si no la combinas, eh...
Jimin miró con disgusto la elección de ropa de su amigo.
—Yoongi.
—¿Sí, Jiminie hyung?
—Eres un verdadero idiota.
Nota:
Dedicatoria para: ashamed_bear¡!
Pregunta del capítulo: ¿Qué tan buenos son combinando las prenda de ropas? Dense una nota del 1 al 10. Yo 4, como mucho. 😂
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