4: ¿Has probado a usar algo que no sea una camisa de lunares?
Después de aclarar cualquier malentendido, Jimin y Yoongi se dirigieron hacia el centro comercial más cercano. Nada más entrar, Yoongi se rascó la cabeza porque no tenía ni idea de cómo empezar y Jimin parecía mirar los escaparates en su mundo.
Jimin al notar que el menor estaba perdido, se acercó a él.
—Sólo tienes que acercarte a una tienda que te guste y coger la ropa que te parezca bien y, luego, yo elegiré cuál es el menos vomitivo —explicó brevemente Jimin, mirando indiferente a Yoongi.
—Está bien, Jiminie hyung —respondió alegre el castaño.
—¿Cómo me has llamado?
Jimin miró sorprendido, no es que no le haya gustado el apodo, es sólo que saliese de los labios del menor fue... raro. Yoongi tragó saliva con fuerza, con algo de temor a que su amigo lo insultara.
—Lo siento, Jimin. No volveré a llamarte así.
—¿Por qué? —cuestionó el pelinegro confundiendo a Yoongi.
—Pensé que no te había gustado. —Jimin esbozó una pequeña sonrisa al oír esas palabras.
—Está bien, sólo a ti te dejaré que me llames así, Yoonie.
Yoongi se sonrojó ante el apodo que ahora le había puesto Jimin. Sólo lo llamaba así Jungkook, que sólo se burlaba porque su madre lo llamaba así, aunque pocas veces.
¿Cómo Jimin sabe eso? Jungkook y él sólo se habían visto dos veces.
Dos veces, ¿no?
Yoongi miró a Jimin, quien de nuevo se encontraba mirando detenidamente la ropa de los escaparates y anotando en su cuaderno.
Aunque Jungkook y Jimin hyung no parecen combinar demasiado en personalidades.
Bueno, yo tampoco con Jimin, pero...
¿Por qué pienso tanto en esto?
—Yoongi, las tiendas no van a estar todo el día para ti, ¿podrías darte prisa? —pidió Jimin y Yoongi asintió frenéticamente y corrió hasta la tienda más cercana.
Jimin lo miró irse y se dio un golpe en la cabeza, hastiado. Yoongi ni siquiera había visto que había entrado en una tienda de lencería.
—Bueno, vamos a ver qué has cogido.
Al final entraron a una tienda de ropa bastante grande y Jimin le dijo que cogiese las prendas de ropa que le gustasen y que luego él decidiría que debía comprar y que no.
—Bien, una camisa a lunares, oh, otra camisa de lunares...
A medida que sacaba la ropa de la cesta sólo encontraba camisas a lunares en su mayoría y otras a rayas.
—Camisa de lunares... —dijo suspirando Jimin mientras sacaba la última camisa a lunares de la cesta.
—¡Pero esa es roja! —exclamó Yoongi.
—¿No vistes otra cosa que esas horri- que esas camisas a lunares o rayas? —preguntó Jimin.
Yoongi llevó la mano a su barbilla, apoyando la cabeza en sus dedos, pensativo.
—Creo que eso es lo que marca la diferencia —bajó la cabeza—. A mí me gusta cómo me visto a pesar de que por ello no tengo muchos amigos.
Jimin miro el semblante de Yoongi, una mezcla de tristeza y resignación.
—Si te gusta como vistes, ¿por qué quieres cambiarlo? —cuestionó frunciendo el ceño el mayor, aunque realmente ya sabía la respuesta.
—Porque así es la única forma fe gustarle a Taeyeon —respondió sonriente Yoongi.
Jimin se quedó en silencio unos segundos mirando el suelo y luego dio una bocanada al aire, tratando de decir algo que no salió de su boca y sólo se mordió el labio inferior, recuperando la compostura y mirando indiferente al castaño.
—No tienes por qué cambiar lo que te gusta por eso... Hay personas que les puedes llegar a gustar por lo que eres y no por tu forma... extravagante de vestir.
Jimin se dio la vuelta, mirando las prendas de ropas.
—¿A quién le gustaría una persona así? —preguntó con una risa vacía Yoongi y Jimin frunció el ceño aún sin darse la vuelta.
—Hay muchos tipos de personas en este mundo, incluidas las personas que le gustarías por cómo es tu personalidad. —El pelinegro bajaba la voz a medida que hablaba hasta acabar en un murmullo—. Por ejemplo, yo...
Se quedaron unos minutos cortos en silencio y Jimin cayó en cuenta de que se había dejado llevar y acaba de confesarse a Yoongi. Su corazón latía desenfrenadamente y su cabeza comenzaba a hervir.
Se dio la vuelta forzando una sonrisa amistosa, viendo la expresión perpleja del castaño, soltó una carcajada.
—¡Claro, claro! Me refería a que me estás gustando- ¡No! ¡Sí! Me gustas como persona, ya sabes, no pienses nada raro, ¡no me gustas! ¡Ay! En plan amigos —explicó balbuceando Jimin, ganándose una mirada confusa del más alto.
El pelinegro en un movimiento impulsivo le tiró la cesta de ropa con otras prendas de ropa que había elegido aleatoriamente hace unos segundos y lo empujo a los probadores.
—¡Ponte eso! ¡Las tiendas no van a esperar todo el tiempo a que te gusta su ropa! —exclamó nervioso.
A duras penas, Jimin consiguió meter a Yoongi en el probador y él se escapó corriendo fuera de la tienda. Al llegar, se apoyó en la pared de la tienda tomando aire, y dándose palmadas en la cara, tratando de calmar su ruidoso corazón.
—¿Qué pasa? A mí no me gusta Yoongi... —susurró.
—Estoy agotado...
Jimin y Yoongi caminaban con las bolsas de las compras en manos, bueno, el castaño llevaba un montón de bolsas en las manos mientras que Jimin sólo llevaba una pequeña bolsa.
—Yo también. Gracias por ayudarme hoy, hyung —dijo felizmente Yoongi con su sonrisa.
El pelinegro esbozó una leve sonrisa encogiéndose de hombros.
Habían dejado de lado el comentario de antes del pelinegro, dándole poca importancia. Al menos Yoongi, porque Jimin planeaba darse contra la pared de su casa nada más llegará a ella.
Nota:
Me gusta actualizar esta adaptación, a pesar de que me demoro. Según yo, llevaba menos sin subirle un capítulo adaptado, sorry. Estoy planeando hacer una cosa después de terminar algo, espero no demorarme mucho, espérenlo :) Bye, dears :3
Nota reciente:
¿Ustedes son buenos combinando/comprando ropa o van como yo que elije cualquier prenda que le quede? La moda y yo no vamos mucho de la mano, jajajja.
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