33: [Final] El rival de Jungkook y la pareja "contraste"
Cuando los dos chicos se separaron de ese íntimo y eufórico contacto, se miraron a los ojos fijamente, con la respiración un tanto agitada y la cara decorada con un fuerte carmín. Aunque era más notorio en el rostro de Yoongi porque su piel era más clara.
Jimin cayó en cuenta del incómodo momento y desvió la mirada al suelo, sentándose bien en este.
Yoongi hizo lo mismo, tragando saliva y haciendo cualquier cosa para retener sus nervios y no decir o hacer una estupidez.
¿Qué se supone que deberían hacer ahora? Aunque el comentario que hizo Jimin antes del beso fue lo suficiente concreto, ¿qué se debía hacer entonces?
Los dedos meñiques de ambos podían tocarse con timidez y eso sólo aceleraba sus respectivos corazones, pero no se decidían a hacer algún movimiento que pudiese llegar a ser algo mínimamente atrevido.
Yoongi carraspeó mientras se pasaba la mano por la nuca, capturando la atención del otro castaño, que mantenía la mirada gacha.
—Creo... que deberíamos ir dentro...
Jimin asintió una vez y de forma lenta. Yoongi se puso de cuclillas y extendió su mano con la intención de ayudar al contrario a levantarse. Jimin lo miró con algo de vergüenza, a él y a su mano extendida. Era como en la obra, pero esta vez no estaban actuando.
Con timidez, el mayor posó su mano encima de la gran mano de Yoongi y ésta pudo acoger la de Jimin, cubriéndola con gentileza y calidez, y un poco temblorosa.
Ambos se levantaron de ahí y Jimin tuvo la intención de retirar su mano de nuevo, pero Yoongi lo retuvo con firmeza. El corazón del mayor estaba siendo ruidoso e incluso el castaño podía oírlo y eso es lo que más le avergonzaba, por lo que, en un principio, se mostró reacio.
Pero esa sensación fue desapareciendo cuando Yoongi sutilmente entrelazó sus manos mientras sostenía una mirada confiada que Jimin rápidamente evadió y se dejó hacer.
—Si te molesta...
—E-estoy bien —respondió atropellando las palabras y adelantándose a la frase del chico con el que estaba tomado de la mano.
Caminaban con lentitud hacia la puerta de entrada al gimnasio, donde estaba la fiesta, aunque Jimin iba cojeando, lo disimuló bien, pero Yoongi se dio cuenta, aun así.
—¿Te duelen los pies? —preguntó parándose, mirándolo con preocupación y esperando una respuesta, Jimin hizo una mueca y volvió a desviar la mirada.
—N-no es n-nada, sólo es un p-poco incómodo estar con t-tacones durante mucho tiempo.
Yoongi puso una mueca pensativa y luego sonrió.
—Tengo una idea.
—Emocionante —comentó Taehyung viendo como el sonriente Yoongi y el serio Jimin estaban unidos, entrelazando sus manos.
El menor de todos asintió y luego se volvieron a quedar en silencio.
—Llámame loco, pero creo que ahora es cuando me explicáis porqué Yoongi lleva tacones —comentó el rubio alzando una ceja—. No me digas que para rematar tu horrible estilo ¿has decidido que te gustan los tacones?
Jimin no pudo evitar soltar una carcajada por ocurrencia de su amigo y Yoongi negó con la cabeza, un poco abochornado.
—A Jimin le dolían sus pies, así que le di mis zapatos —explicó brevemente Yoongi—. De todas formas, no es una mala idea, mis piernas lucen bien con tacones.
Taehyung no tardó en esbozar una sonrisa torcida y Yoongi cayó en cuenta de lo que acaba de decir. El rubio se acercó a él y el menor se sintió intimidado por como su mayor pasaba toda la vista sobre él.
—Hmm, pues no estaría mal... ¿No quieres pasarte por mi casa un día de estos? —expresó con fingida melosidad y, obviamente, segundas intenciones.
—¡Taehyung! —exclamó sonrosado Jimin y Yoongi se rascó la mejilla con confusión.
—Taetae. —La voz grave de Namjoon apareció en esa extraña conversación, rodeando el pecho del llamado y levantándolo, ya que el moreno era más alto que su novio y le dio un corto beso en su blanca mejilla antes de bajarlo de nuevo.
—Hola, Moonie —saludó con una sonrisa suave.
Jimin se paró a pensar por un momento en los apodos cariñosos que usaban frecuentemente Taehyung y Namjoon.
Namjoon miró con una sonrisa neutra los zapatos de Yoongi.
—Hmm... ¿Has desarrollado algún nuevo fetiche que Taehyung y yo no habíamos previsto? —cuestionó señalando los tacones y Yoongi suspiró.
—No soy una persona de disfrutar usar tacones, son dolorosos e incómodos.
Taehyung alzó las cejas, pinchando con el codo el costado de Yoongi—. ¡Claro! ¡Entonces eres del tipo que le gusta ver a otras personas con tacones! ¿Sabes? Yo podría...
—¡Taehyung! —volvió a exclamar Jimin sobándose la cara—. Tienes a tu novio detrás.
El rubio borró su sonrisa y miró fijamente a su amigo—. Yo le iba a ofrecer ayudarlo a elegir tacones para ti.
La cara de Jimin no tardó en tornarse completamente roja al igual que la de Yoongi.
—¡Eso es aún peor, idiota! —le gritó su mejor amigo mientras hacía el amago de golpearlo y éste no paraba de reírse al igual que Namjoon.
Yoongi se sobó el brazo avergonzado por esa broma pesada y subida de tono. Miró de reojo al par de chicos que discutía, bueno, más bien uno y el otro no paraba de reírse.
—Si ya sabes como soy, ¿para qué me invitas? —cuestionó Taehyung parando de reírse lentamente.
—¡Yo no te invite! ¡Viniste porque quisiste!
Jimin parecía querer decir más comentarios hasta que llegó su primo, con su característica y radiante sonrisa.
—Jimin, como no asististe a tu exposición, dije que yo era algo así como tu "asistente" —comentó él, haciendo comillas con los dedos y el nombrado asintió—. Has recibido muchas tarjetas de contacto, cuando lleguemos a casa te las daré.
Jimin asintió sonriente—. Gracias, hyung.
—¡Hobi hyung~! —canturreó ruidoso esa conocida voz infantil y rodeó por detrás con sus dos brazos la cintura del llamado, que se tensó rápidamente y se relajó al ver que era solamente Jungkook—. ¿Dónde estabas? Te busqué durante toda la noche...
—Ugh, Jungkookie, apestas a alcohol —comentó Hoseok con una sonrisa cansada y dando unos golpes cortos en la pelirrosa cabellera.
—N-no es cierto, hip.
—Es la primera vez que veo borracho a Jungkook —dijo sorprendido su mejor amigo y el pelirrosa lo miró con el ceño fruncido.
—No mientas, ambos nos emborrachamos antes. —La voz de Jungkook estaba ida, pero sabía lo que decía.
Yoongi soltó una risa incómoda a la vez que miraba al sorprendido Jungkook—. No le creas, Jiminie hyung, está borracho, no sabe lo que dice.
—¡Oye~!
—Hoseok, ya estoy listo, podemos irnos. —Apareció de repente aquel rubio del escenario con esa perfecta sonrisa y cara y, mientras todos estaban en medio de la fascinación, Jungkook lo miraba con desagrado.
—Qué veo, un rival —El menor se aferró al cuerpo del pelimorado mientras frotaba su mejilla con su hombro y dedicaba una mirada fulminante al sonriente Seokjin. Hoseok empezó a sonrojarse mientras negaba con la cabeza.
—Jungkook, Seokjin hyungse ha ofrecido a llevarnos a casa, sé educado —suspiró.
—No somos rivales, Jungkook —le dijo afable y con amabilidad el rubio—. Porque si lo fuéramos, habrías perdido hace mucho tiempo.
Jungkook frunció el ceño—. ¡¿Cómo has dicho?!
—Oooh —ovacionó Taehyung colocándose delante de la cara de Jungkook y moviendo las manos delante del rostro del pelirrosa—. Te ha dejado en el suelo.
Mientras tanto, Yoongi y Namjoon trataban de separar a Jungkook de la espalda de Hoseok, pero éste se rehusaba.
—Jungkook, por favor, me estás avergonzando —le dijo Yoongi.
—¡Mira quién fue a hablar! —exclamó Jungkook señalando su vestuario y Yoongi arrugó la frente, ofendido.
Ahora Jimin y Taehyung trataban de separar a Yoongi y a Jungkook de meterse una paliza mutua.
Hoseok y Seokjin miraban la escena escépticos y sonriendo con derrota.
—Los adolescentes son difíciles.
—Menos mal que dije que estaba prohibido el consumo de alcohol...
—Tomó porque fuiste tú quien lo dijo —respondió Hoseok riendo mientras miraba a Jungkook que estaba siendo separado de Yoongi.
—Me duele la cabeza... —Jungkook arrastró las palabras con la voz áspera y sobándose la cabeza. Tomar en exceso era malo, ahora lo sabía—. ¡¿Por qué tiene que haber clases después de un festival?!
—Cállate, anoche no parabas de hacer berrinche porque querías dormir con Hoseok. —Jungkook lo miró indignado recibiendo una mirada sugestiva de Yoongi, por lo que se calló.
—Bueno, entonces, ¿qué? ¿Jimin y tú ya sois novios oficiales? —cuestionó cambiando de tema y bostezando.
—M-mh... Aún no se lo he pedido... —admitió Yoongi sonrojado mientras se pasaba incómodo la mano por la nuca—. No sé cómo hacerlo y qué haremos si me acepta.
—¿Qué haréis? Fácil. —Jungkook de abrazó a sí mismo mientras ponía morros exageradamente y hacía sonidos de besos.
Jungkook terminó recibiendo una fuerte colleja de parte del irritado Yoongi.
—Sólo déjate llevar~.
—Tú ayer te dejaste llevar y no salió, que digamos, bien.
—Tú cállate. A Hoseok hyung le gustó que lo abrazase así.
Yoongi negó con la cabeza, derrotado, el efecto del alcohol en su mejor amigo aún no se le había pasado por la cantidad de tonterías que estaba diciendo
—Ese Seokjin fue muy grosero...
—Tú sí que fuiste grosero —replicó Yoongi y Jungkook se encogió de hombros. Llevó la vista hacia el frente y se encontró a Jimin, que lo miró sorprendido y un tanto sonrojado—. Ah, Jimin hyung-
—L-lo siento, tengo cosas que h-hacer —se apresuró a decir antes de salir corriendo por las escaleras del centro escolar y Yoongi puso sus labios en una línea.
—Creo que te está evitando —comentó el pelirrosa.
—Vaya, Jungkook. —Yoongi le dio unas palmadas en el hombro al llamado—. Nada se te escapa.
—Ni ni ni ni ni ni ni —El castaño rodó los ojos ante la infantil reacción de su compañero—. ¿Qué vas a hacer?
Yoongi miró en la dirección donde había salido corriendo el abochornado Jimin y sonrió suavemente.
—Jugar. A Jimin le encanta jugar a ser perseguido.
Jungkook miró extrañado como Yoongi caminaba tranquilamente, con las manos en los bolsillos hasta las escaleras y subía en dirección a donde se había ido Jimin.
Cuando se encontró fuera del campo de visión de él, el pelirrosa entrecerró los ojos, dudoso.
—¿Es algún tipo de código fetichista?
Jimin colocaba los libros en la estantería mientras trataba de calmar el ruido de su persistente corazón.
Había huido nada más ver a Yoongi en el pasillo hacia la biblioteca, que estaba silenciosa y vacía ya que era la hora de clases normales y los estudiantes debían estar en clase.
—Ah... Yoongi debe estar en clase, eso me dará más ventaja para esconderme —pensó en voz alta y se acercó a la ventana para recibir el aire primaveral en si rostro. A veces se sonrojaba recordando aquel momento de anoche.
Jimin frunció los labios y llevó los dedos a estos, acariciándolos de forma gentil.
Estaba tan inmerso en sus pensamientos hasta que la puerta de la biblioteca fue abierta suavemente. Jimin se dio la vuelta pensando que sería algún profesor, pero no esperaba encontrarse a Yoongi mirándolo con seriedad mientras que sus manos estaban guardadas en sus bolsillos que sólo conseguía, de alguna forma, intimidar más a Jimin.
—Hyung...
—Y-Y-Yoongi, deberías estar en c-clase... —Jimin se esforzó lo más que pudo en sonar enfadado y en fruncir el ceño, pero sus cejas se curvaron y se mordió el labio nervioso cuando tuvo al menor a centímetros de él.
A medida que Yoongi se acercaba, Jimin retrocedía y desviaba su vista de la penetrante mirada contraria. Hasta que llegó a un punto en el que llegó al fondo de la biblioteca y una mesa le bloqueó el paso.
—Jiminie hyung —dijo Yoongi con una sonrisa amable, recibiendo la lastimera mirada del llamado—. La verdad es que no me gusta ser autoritario.
En un rápido movimiento, Yoongi hizo sentar a Jimin en el borde de la mesa mientras que su mano derecha se metía entre el brazo del contrario y su costado, apoyándose en la mesa y acortando la distancia con el rostro y el cuerpo del sonrosado Jimin.
Luego, alzó su mano libre hacia la mejilla izquierda de Jimin y pasó un dedo suavemente por toda su mejilla y la cicatriz que el de mechas rosas poseía en su piel.
Sintió a Jimin temblar aún sin mirarlo, pero sin oponerse a la caricia y la cercanía que le estaba proporcionado Yoongi.
—Pero si tu solución es evitarme y huir de mí, no me quedará de otra que serlo.
Jimin no respondió y giró la cabeza para dejar de recibir el toque del castaño, que sonrió con serenidad mientras tomaba entre sus dedos la barbilla del mayor y lo atraía para quedar cara a cara de nuevo.
—Jiminie hyung. —El nombrado decidió mirar a los ojos al chico que estaba delante de él con atención—. Te ves precioso sin resistirte a mí como siempre sueles hacerlo.
—Ya lo has arruinado, ¿quieres que te meta un puñetazo? —cuestionó Jimin por primera vez, fastidiado por ese comentario y levantando la mano para propinar el golpe en su cabeza.
Aunque no le dio tiempo a realizarlo, ya que Yoongi juntó repentinamente sus labios, pero con suavidad. El calor se extendió por toda su cara y esa sensación tan molesta y revoltosa en el vientre hizo que no pudiese mantener la mano arriba y fuese debilitándose poco a poco.
Yoongi tomó esa mano e hizo que rodease su cuello a la vez que seguían con el lento beso. Jimin se dejó llevar por la inercia y cerró los ojos con lentitud mientras trataba de seguir con torpeza el beso del castaño.
Yoongi puso sus dos manos en cada costado de Jimin al ver que no había forcejeado y había correspondido su beso, mientras tanto, Jimin tenía los ojos cerrados con fuerza y su mano se aferraba al cuello de la camisa del contrario.
Los dos chicos movían sus labios en un desordenado pero dulce compás. Todo iba bien hasta que se separaron de golpe, tapándose la boca y poniendo una expresión de molestia.
Sí, habían chocado con los dientes.
—P-perdón —se apresuró a decir Yoongi, mirando con una sonrisa incómoda a Jimin—. Ha sido mi culpa, trataré de practicar más.
Jimin alzó una ceja, aún sonrojado por lo anterior—. ¿Q-qué quieres decir con eso?
El menor se encogió de hombros y luego soltó un gran suspiro antes de acercarse de nuevo al rostro del castaño, que se tensó por ello y cerró los ojos en un movimiento involuntario.
Los abrió lentamente cuando sintió el peso en su hombro derecho y llevó la vista hacia abajo para ver que Yoongi había apoyado su frente en el espacio entre su cuello y su hombro.
—Hyung, te quiero —dijo después de minutos de silencio y Jimin frunció los labios y desvió la mirada hacia arriba—. Quiero que seas mi novio, poder besarte y abrazarte cada vez que me apetezca, pero no quiero forzarte...
—Estás haciendo eso ahora mismo —respondió Jimin frunciendo el ceño y posando la vista en la cabellera oscura. Tenía ganas de acariciarlo, pero era tímido y orgulloso.
—E-eso es porque tú estabas evitándome —le respondió levantando la cabeza y poniéndose cara a cara nuevamente, exponiendo el fuerte color rojo de sus mejillas.
Jimin lo miró asombrado y luego esbozó una sonrisa suave—. Realmente, tu personalidad tiene muchos contrastes.
Yoongi lo miró con duda.
—Puedes ser muy atrevido como antes, pero a los minutos estás avergonzado de lo que hiciste —especificó y el castaño bajó la mirada, avergonzado.
Se mantuvieron en silencio durante largos segundos en los que Jimin esperaba dejar de ser acorralado por el cuerpo de Yoongi, ya que era una posición comprometedora, en medio de la biblioteca y con estudiantes a punto de salir de sus clases.
—Sólo tú sacas ese lado de mí... —Jimin volvió a curvar sus cejas y mirar hacia otro lado y por no mencionar por milésima vez que la cara empezó a calentarse.
—E-estás diciendo c-cosas r-raras.
Yoongi asintió ante eso, desviando la mirada—. Perdón.
Se volvieron a quedar en ese incómodo silencio y en el que las dos partes quieren decir algo, pero ambos se mantienen en silencio.
Momento en el que Jimin se dio cuenta que su mano seguía descansando en el hombro de Yoongi y suspiró.
Llevó su otra mano detrás de la cabeza del castaño, tocando de nuevo su castaño cabello y que estaba creciendo sobre su nuca, volviendo al peinado de pelo largo con el que le había conocido.
Yoongi se quedó rígido y miró con vergüenza al mayor, éste le miraba embelesado mientras acariciaba el suave pelo.
—Te amo, Yoongi. —El nombrado no pudo evitar bajar la vista después de que Jimin pronunciase esas significativas palabras—. ¿Tú te amas?
Yoongi lo miró un poco extrañado por esa pregunta, ya que no era la pregunta que esperaba, pero después de pensarlo poco, asintió.
—Amo cada parte de mí porque tú amas cada una de esas partes —contestó con una sonrisa traviesa que Jimin correspondió con bochorno.
Yoongi se posó de nuevo en el hombro de Jimin, aspirando el olor de su suave colonia.
—Sé que es un poco dependiente —el menor rodeó la cintura del mayor, abrazándolo, y Jimin no dijo nada oyendo con atención las pausadas palabras de Yoongi—, ¿pero me permites que sea así?
Jimin se mantuvo en silencio, pensando en una buena respuesta para eso. Volvió a soltar aire y subió su mano para hacer un vaivén en forma de caricia en la cabeza de Yoongi.
—No tengo problemas en que dependas de mí. —Jimin tomó el cuello de la camisa de Yoongi y tiró de ella sin mucha fuerza hacia atrás, haciendo que el rostro del contrario volviera a ponerse frente a la suya. Jimin lo miró sonriente y dijo con determinación—: Porque quiero ser el motivo del porqué te ames a ti mismo, quiero que seas feliz gracias a mí, quiero disfrutar las mismas cosas que tú disfrutas, quiero que uses esas horribles camisas a rayas que te gustan y esos pantalones a lunares, que lleves el pelo despeinado como solías llevar, quiero que vuelvas a sentirte seguro llevando corbatines, corbatas o cualquier accesorio que sé que te gusta llevar... Pero, sobre todo, quiero ser lo más importante para ti porque tú ya lo eres para mí.
Yoongi abrió los ojos, sorprendido al ver con cuanta fluidez su mayor había conseguido decir esas comprometidas palabras.
—Si estás de acuerdo con eso...
Jimin llevó sus dos manos a las mejillas de Yoongi y las sujetó con firmeza, y mientras que el menor no salía de su shook, el mayor unió sus labios con el menor. Aunque ese valiente acto de parte de Jimin terminó pocos minutos después por la vergüenza.
Yoongi sonrió al ver las sonrojadas mejillas y orejas de Jimin.
—Estoy de acuerdo con eso —contestó ganándose una mirada furtiva de Jimin—. Así que ya no tienes ningún obstáculo para aceptar ser mi novio.
El mayor esbozó una sonrisa pequeña, negando con la cabeza.
—Supongo que no.
Los dos chicos salieron sigilosamente de la biblioteca. Todos los alumnos se quedaron petrificados al ver a los dos chicos saliendo de esa aula, sonriendo con vergüenza y con las manos entrelazadas.
—Vaya, veo que los tortolitos ya se han unido —dijo Taehyung saliendo de haber estado en clase (algo muy extraño) y ver a la primeriza pareja—. Por favor decidme que ya se acabó el drama, me están saliendo canas.
—Pero si tienes el pelo casi blanco —contestó Yoongi.
—Veo que lo entiendes —respondió bromista Taehyung y Jimin rodó los ojos.
La mano del rubio fue agitada por otro chico más alto y sonriente.
—¡Moonie! —exclamó contento su novio.
—Hola, Taetae.
Jimin miró a la pareja. Taehyung acababa de burlarse de él porque Yoongi estaban siendo empalagosos, pero él tendría que mirarse a un espejo.
—Taehyung y Namjoon están más felices de lo habitual —comentó Jimin.
—Debe ser porque ya han foll-
—¡Jungkook! —exclamó intimidante Yoongi con el ceño fruncido.
—Quería decir que ya han entregado su folletín —rectificó improvisada y rápidamente Jungkook.
—¿Folletín de qué? —cuestionó Jimin. El pelirrosa y Yoongi se encogieron de hombros ganándose un ceño fruncido del mayor.
—Bueno, vámonos a comer y así dejo pensar que soy el único sin pareja aquí —cambió de tema Jungkook, empezando a caminar hacia la cafetería del centro.
—A penas son las ocho y media de la mañana para tomar el almuerzo —dijo Namjoon, pero siguiéndole el camino al pelirrosa.
—Shhh.
Todos los chicos se dirigieron donde se estaba yendo Jungkook, comentando cosas triviales y haciendo bromas, la nueva pareja estaban detrás del todo, así que Jimin, con un leve sonrojo en las mejillas, se puso de puntilla para acercar su boca al oído de Yoongi y dijo:
—Sólo aceptaré ser tu novio si me dices que me quieres durante todo el mes.
Yoongi lo miró y luego esbozó una sonrisa ladina.
—Tenía planeado decírtelo hasta cuando nos casemos.
—¡¿C-casarnos?!
Mientras que los demás estudiantes miraban boquiabiertos a Yoongi y a Jimin tomados de la mano y haciendo bromas y riéndose. Era algo raro verlos así, porque...
Ese chico alto que llevaba una camisa verde lisa de botones y unos pantalones muy holgados de color rosa y que le gustaba que ninguna prenda de su vestuario combinase y ese otro chico que aspiraba a ser diseñador y siempre cuidaba que hasta sus piercings y pendientes combinasen con su ropa, estuviesen juntos, era sumamente raro.
Pero, bueno...
¿Extravagante? ¿Excéntrico? ¿Estrambótico? ¿Estrafalario? No.
Ellos eran Min Yoongi y Park Jimin.
Fin.
Nota:
¡Llegamos al final! Pero faltan los extras todavía, no se desesperen. Los extras están bacanes —buenos—, así que espérenlo (básicamente no tendrían que esperar mucho tiempo, but you know what I mean).
Pregunta del capítulo: 1) ¿Les gusta o gustaría que sus parejas sean lo contrario a ustedes para crear ese contraste? 2) ¿Les gusta que sus parejas sean atrevidas o ustedes ser atrevidas?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro