30: Te mataré
Después de que la música terminase de sonar, ambos chicos se separaron rápidamente el uno del otro, los dos con la cara hirviendo.
—Ha estado bien... —comentó en voz baja Yoongi, mirándolo, y Jimin asintió aún sin atreverse a mirar al más alto.
—Yoongi...
—Atención a los integrantes del club de teatro, ¡en media hora empezamos! —clamó la profesora de dicho taller y el castaño llevó toda su atención al llamado.
—Luego me lo dices, ¿vale, hyung? —preguntó Yoongi y Jimin asintió dudoso, antes de que pudiera contestar, el menor ya había salido corriendo hacia su profesora.
Jimin se quedó mirando su espalda hasta que salió del gimnasio para prepararse.
—Te ofrezco todo el dinero que quieras a cambio de que no actúes —le dijo Jungkook a su suplente, ya que, si ella no lo sustituía, podría seguir con su plan.
—¿Dinero? ¿Por quién me tomas, Jeon? —cuestionó incrédula la chica que se estaba maquillando en el caso de suplantar a Jungkook en la obra.
—Bueno, pues mi padre es el dueño de una hamburguesería, comida gratis en el McDonald durante un año entero, bebé, ¿qué me dices? —trató de engatusarla, ante eso, la chica sonrió en grande a sintiendo frenéticamente—. Entonces, cuento que no vas a actuar.
—¡Me da igual la obra si tengo comida chatarra gratis durante un año!
Jungkook alzó el pulgar mientras asentía debido a la buena decisión de su compañera.
Su plan tal y como lo había planeado.
—Mira, este es el plan...
Yoongi recitaba nervioso sus frases al espejo mientras un chico del club de diseño lo maquillaba.
Llevaba trabajando en esta obra durante todo un año, así que tendría que ser el mejor actor, nada iba a salirse de su elaborado plan.
—"¡Princesa...!"
—¡ME HE ROTO LA PIERNA! —el grito agudo de una voz masculina interrumpió la práctica de Yoongi, haciendo que se sobresalte.
El príncipe Yoongi salió de su vestuario hacia donde provenía el grito de su amigo, corriendo. Cuando llegó, vio a su amigo sentando en su asiento del aula con un montón de personas con expresión de preocupación en el rostro.
—Estaba bailando y me he hecho daño en el tobillo —Jungkook subió su vestido y enseñó su rojizo tobillo y Yoongi no pudo evitar colocar una mueca de dolor ajeno.
—Que mal Jungkook, con la ilusión que te hacía actuar en esta obra.
El pelirrosa miró a su amigo diciéndole "¿En serio?", pero luego se dio cuenta de que estaba actuando y asintió lastimero, tapándose la cara—. Supongo que alguien tendrá que actuar por mí.
—Es una pena, pero sí —dijo su profesora y luego miró a todos lados—. ¿Dónde está Han?
—¡Han me ha llamado diciendo que se ha ido de urgencia porque han hospitalizado a su madre! —exclamó paranoica otra de las alumnas.
La profesora abrió los ojos, quedándose en blanco—. ¿Y ahora qué hacemos? No tenemos a ninguna princesa.
—Yo pod-
—¡Yo conozco a alguien que se sabe las líneas de memoria! —exclamó Jungkook alegre. Sus compañeros y Yoongi lo miraron extraño, luego volvió a actuar como si le doliese el tobillo—. Yo conozco a alguien que podría ser la princesa.
—¡Bueno, di! Sólo quedan quince minutos para que empiece la obra —exclamó la maestra empezando a ponerse nerviosa.
—Se llama Park Jimin. —Yoongi abrió los ojos, en la cúspide de la sorpresa por la idea tan alocada en la que acababa de caer—. Es de tercero, actuó en lo mismo el año pasado, estuvimos practicando y se sabe las líneas de memoria —mintió el pelirrosa, aunque pareció convencer a la adulta.
—¡Traed a Jimin! —Algunos chicos del club asintieron y salieron corriendo a buscarlo.
Mientras tanto, la profesora y los demás alumnos volvieron a salir del aula para seguir organizando su obra. Yoongi miró a su amigo con el ceño fruncido y la frente arrugada.
—¡Jungkook! ¡Has planeado algo muy descabellado! —dijo con la intención de regañarlo y Jungkook sonrió ladino, apoyando sus dos pies mágicamente sanos en el suelo.
—Yoongi, mi querido amigo Yoongi... —empezó a decir el pelirrosa, pasando un brazo por los hombros de su ceñudo amigo—. Sólo imagínatelo: Jimin actuando como tu princesa, con un pomposo vestido y al final, bum, escena de beso.
Yoongi pareció nublarse ante esas palabras y Jungkook pudo seguir camelando con su idea, añadiendo cosas dulces al oído.
—¿No te parece un buen plan?
—La mejor que he oído en mi vida.
—¡Jimin, has llegado! —exclamó la profesora con alegría al ver que su nuevo fichaje en la obra era alguien tan hermoso.
—... Eso creo, hola... —saludó tímido aún sin entender porque estaba en el taller de teatro con Yoongi vestido de príncipe y Jungkook con una venda en el tobillo.
—Seré breve, necesito que actúes en la obra como la princesa. —Fue la profesora directa y a Jimin no le dio tiempo a reaccionar antes de que una chica le acercase el vestido que tenía que ponerse.
El castaño observó incrédulo el gran vestido que tenía delante y luego negó con la cabeza repetidamente y con fuerza.
—¡No pienso ponerme un vestido! ¡También me rehúso a besar a quien tenga que besar! —exclamó Jimin sonrojado al ver la cara de leve decepción de Yoongi—. Además, no me sé los diálogos de la obra.
—Oh, venga, Jimin, no seas modesto —comentó el pelirrosa abanicándose con su abanico que era parte de su disfraz.
—¡He dicho que no! —volvió a negarse y se dio la vuelta, dispuesto a irse, pero una mano en su muñeca lo detuvo.
Se dio la vuelta, sorprendido por la acción y aún más cuando vio que Yoongi colocaba sus manos entre las suyas y lo mira fijamente, cosa que lo intimidaba, y no tardó en desviar la mirada, con las mejillas sonrojadas.
—Jimin, si no tenemos una princesa tendremos que cancelar la obra —dijo Yoongi con un tono de voz profundo y aparentemente triste—. He trabajo un montón de tiempo para esto y realmente quería.
Jimin lo miró aún con el ceño fruncido y poco convencido; Yoongi lo soltó, dándose la vuelta.
—Pero bueno, tampoco puedo obligarte a que seas mi princesa.
Jungkook sonrió impresionado por la actuación y le guiñó el ojo cómplice al sonriente Yoongi, que estaba de espaldas para que nadie lo viese.
Jungkook sonrió impresionado por la actuación y le guiñó el ojo cómplice al sonriente Yoongi, que estaba de espaldas para que nadie lo viese.
Ante sus palabras, Jimin no pudo evitar que un escalofrío recorriese cada extremo de su cuerpo.
Su princesa...
Mierda, ¿por qué soy débil, fetichista y altruista?
—Bueno, está bien, acepto —concluyó Jimin, cruzándose de brazos y mirando hacia abajo, descontento, mientras que los integrantes y la profesora aplaudían—. Pero no voy a besar a nadie.
—Está bien, joven —aseguró su sonriente profesora—. No hace falta que os beséis realmente, sólo tenéis que acercar la cara y quedaros mirándose hasta que el telón baje. Fácil, ¿no? ¡Vamos, todos a sus puestos! Ayudad a Jimin a ponerse el vestido.
—Te mataré —le dijo el de mechas rosas al más alto antes de que dos chicas lo llevasen al probador para maquillarlo, peinarlo y vestirlo en menos de diez minutos.
Yoongi alzó un extremo de sus labios en una sonrisa de lado con socarronería, guiñó un ojo a su mayor, que le sacó el dedo de en medio, sonrojado.
Nota:
Pregunta del capítulo: Si tuvieran la oportunidad, ¿actuarían en una obra de teatro?
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