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29: Justo en frente de mi ensalada

Los cinco chicos estuvieron vistiéndose y alistándose, hablando de cosas que realmente no eran importantes hasta que, por fin, llego la hora de salir de casa e ir rumbo al festival del colegio.

La casa de Jimin quedaba lejos del instituto al igual que la de Taehyung, por eso siempre iban en bicicleta.

—¿Te apuntas? —preguntó Taehyung al asustado Hoseok al ver de nuevo la bici del rubio y recordar malos e impactantes momentos—. Ya he arreglado los frenos, tranquilo.

Hoseok se esforzó por confiar en él y se subió al asiento de metal detrás de él con inseguridad y agarrando con fuerza la chaqueta del traje de Taehyung, iría con Jimin, pero éste no contaba con el asiento de atrás como la de su amigo.

Jimin empezó a pedalear y Taehyung y Hoseok no tardaron en ponerse a su lado, por suerte, aún era inicios de primavera y no hacía tanto calor como sudar y que tu ropa quedase hecha un desastre.

El pelimorado, más tranquilo y con una sonrisa serena, levantó la vista hacia su conductor, viendo como éste estaba todo sudado y con una expresión de estar haciendo un gran esfuerzo.

—¿Qué te pasa, Taehyung? Vamos muy lento —le preguntó preocupado y frunciendo el ceño al ver como en la cuesta, cada vez iban más lentos y con más dificultad y Jimin por delante sacándoles varios metros.

—Bueno, eso es porque tengo pinchadas las ruedas. 

Cuando llegaron, Taehyung fue corriendo al puesto de bebidas más cercana para comprarse algo y reponer la fuerza y la masa muscular (grasa) que había perdido sus piernas y se desaflojó el corbatín del traje.

Suspiró aliviado cuando la brisa chocó contra su cara y su cuerpo empezó a destensarse.

—Taehyung es un idiota —comentó Jimin, mirándolo con perplejidad y molestia en una sola mueca, Hoseok soltó una carcajada.

A estas alturas, la mayoría del centro escolar ya estaba en la fiesta, reencontrándose con los amigos y comentando el vestuario de los demás.

Aunque Jimin había dicho que trataría de dejar sus sentimientos de Yoongi atrás, la verdad es que se encontraba un poco ansioso porque Yoongi aún no aparecía. Así que estuvo mirando a la entrada hasta que realmente parecía que no iba a venir.

—¿Es en serio? —se cuestionó para sí mismo, decepcionado y quizás un poco triste, aunque no lo quisiese admitir, cuando cerraron las puertas para ingresar en la fiesta; Yoongi y Jungkook no habían aparecido.

Se dio la vuelta suspirando hacia la mesa de los aperitivos y empezó a comer con desgana, pero disfrutándolo a la vez, aún fastidiado por la falta de Yoongi

—Maldito Yoongi, eres un completo idiota —comentó para sí mismo con la boca llena. Taehyung y Hoseok lo miraron raro y luego mutuamente.

—¡Mierda, Yoon! ¡¿Quieres entrar?! —gritó Jungkook exasperado porque el idiota de su mejor amigo estaba delante de la puerta cerrada que conectaba con la fiesta, totalmente nervioso y paranoico.

—¿Y si no está? —cuestionó de nuevo asustado y el pelirrosa rodó los ojos.

—Hoseok me envió un mensaje diciendo que ya estaba él con Taehyung y Jimin.

—¿Y qué le digo a-?

—¡Cállate y entra! —le gritó con el ceño fruncido y levantando el dedo en puño de amenaza, aunque no iba a pegarlo de ninguna manera.

Yoongi tragó saliva con dificultad y jugando con sus dedos y la tela de su camisa. Asintió después de largos minutos y se dio la vuelta con la intención de abrir la puerta.

Cerró los ojos, pensativo, e inspiró aire. Cuando por fin se hubo relajado, abrió los ojos y, con determinación, abrió la puerta.

La movida música resonaba en aquel gran gimnasio y las luces de colores estaba en cada rincón del espacio, aunque aún el sol brillaba en un cómodo atardecer que pronto daría lugar a la noche.

Nada más abrir la puerta, todos los alumnos fijaron la vista en él y, por supuesto, no tardó en aparecer las miradas de burla y extrañeza mientras que personas se acercaban al oído de su amigo y murmuraban cosas de él para posteriormente reírse.

Todo el mundo había dejado de hacer caso a la música y la decoración para fijarse en él y en su estúpido vestuario.

—Yoon, tranquilo, no pasa nada... —trató de tranquilizarlo su mejor amigo tocándole el hombro, pero Yoongi estaba inmóvil y con el sudor frío recorriéndole toda la frente.

—Jungkook, no puedo hacerlo, no puedo hacerlo, quiero irme a casa —empezó a decir el más alto sintiendo la ansiedad abalanzarse por todo su ser ya que sus compañeros no apartaban la vista ni las sonrisas burlescas de él—, quiero irme de aq-

—¡Yoongi, has venido! —Un toque en su hombro pudo detener el ataque de pánico que le estaba dando. Yoongi exhaló aire tembloroso y giró la cabeza para ver a su sonriente mayor, mirándole a los ojos con adoración—. ¡Tu pelo!

El más alto por fin reaccionó, quitando la vista de las personas que lo miraban. Estaba ahí por Jimin, no por sus compañeros, sólo necesitaba la opinión de él.

Esbozó una gummy smile con aire infantil, asintiendo.

Y es que, Yoongi había vuelto a su color castaño oscuro de antes con ayuda de Jungkook, y había decidido dejar volver a crecer su cabello, como siempre le había gustado.

—¿Me veo bien, hyung? —cuestionó con un tono inocente y sonriendo aún más cuando las mejillas del mayor se encendieron.

Jimin frunció el ceño dándose la vuelta y cruzándose los brazos con la intención de que no viese su cara sonrojada—. Hmm, pues no es nada del otro mundo.

Yoongi soltó una carcajada, ahora muchísimo más relajado—. Qué cruel.

Jungkook suspiró aliviado al ver que su amigo se había calmado y se dedicó a buscar con la mirada a Hoseok, cuando por fin lo encontró, lo vio mirando con una sonrisa emocionada al escenario. Jungkook, dudoso, elevó la vista al escenario viendo a un chico rubio y alto caminando elegantemente por la plataforma para acercarse al micrófono.

—Estimados alumnos, profesores y familiares, anunciamos el inicio del Festival escolar de primavera. —Su sonrisa genuina y su esbelta figura se convirtieron en el tema de hablar en apenas un segundo—. Esta noche, disfrutaremos del baile y de la exposición del trabajo de los talleres de música, artes, diseño y teatro, con esto, ¡que comience la fiesta!

Todos aplaudieron y vitorearon, aunque eran las mismas palabras de todos los años, pero el presentador era guapo, así que...

—Les recordamos que está prohibido el consumo de alcohol y cualquier tipo de droga. —Dicho eso, y entre aplausos, el chico alto y rubio se marchó.

Jungkook se encogió de hombros y fue a buscar a su hyung, pero éste había salido corriendo hacia el escenario dejando a Taehyung comiendo solo.

La música de vals hizo presencia y Yoongi supo que este era el mejor momento para pedirle bailar a Jimin.

El ahora castaño giró la cabeza para ver a Jimin, con su ceñido pantalón corto con un pequeño estampado de flores rosas a cada lado, una camisa blanca metida por los pantalones pero que no dejaba de ser grande por los hombros y brazos, esos dos detalles que lo estaban volviendo loco, su collarín negro con una linda rosa pálida alrededor de su claro y perfecto cuello y las medias igual de blancas y con un sutil encaje, tapándole hasta las rodillas.

Yoongi estaba acostumbrado a ver a Jimin con esas camisas negras grandes y sus típicas sudaderas, así que verlo con un estilo delicado y de colores pastel, fue una sorpresa muy grata y que daría lo que fuese por ver estilos así más seguido.

Jiminie hyung se ve bonito vestido con esas cosas lindas.

Y yo aquí con una camisa de girasoles, chaqueta azul a cuadros y pantalones morados.

Jimin. —El llamado llevó la vista hacia el más alto con los labios fruncidos y serio mientras que movía los pies al ritmo de la lenta música.

—¿Qué? —contestó, quería haber sido más suave al responder, pero la idea de que Yoongi lo hubiese llamado para bailar lo ponía extremadamente nervioso.

Yoongi tendió su mano delante de Jimin, y éste sintió como su corazón se aceleraba de forma súbita al ver la sonrisa lastimera y esperanzada de Yoongi como si esperara un rechazo.

—¿Me concedes este baile? —recitó una de las frases que le había dicho Jungkook y le agradeció internamente al ver el fuerte sonrojo de Jimin.

El de mechas rosas asintió aún confuso y llevó su temblorosa mano hacia la de Yoongi, que temblaba igual o más.

Se acomodaron de forma rápida y torpe debido a los nervios. Yoongi terminó colocando una mano en la cintura de Jimin mientras se mordía el labio muy intranquilo y el contrario posaba su mano el su hombro.

Yoongi esbozó una sonrisa forzada para corresponder la incomodidad de Jimin y luego se fijó en su mano izquierda, que estaba suelta. El pánico volvió a apoderarse de él.

¿!DÓnde poNGo esta MAno¡?!!

¡Practiqué tantas veces las poses con Jungkook y ahora no me acuerdo!

¿Tengo que tomar su mano?

Yoongi se estaba agobiando con sus propios pensamientos hasta que una mano ajena tomó la suya libre con delicadeza, miró confuso a Jimin, que posó con lentitud y vergüenza su otra mano en el otro costado de su cintura, luego, con una sonrisa abochornada y las mejillas rojas, posó sus dos manos en los hombros del castaño.

—Así es más cómodo, ¿no? —cuestionó sonriente y Yoongi, que estaba igual de rojo que él, asintió aún sin creer que estaba acariciando la marcada cintura de su mayor.

Empezaron a mover sus pies con lentitud, tratando de llevar el ritmo de la canción.

Estuvieron en silencio durante todo el baile, pero fue más que agradable y no había necesidad de hablar de nada.

—Malditos, justo en frente de mi ensalada —comentó Taehyung al ver que a esos dos en su mundo y él solo en el centro del baile.

Nota:

Pregunta del capítulo: Si no estoy mal, existe un baile de graduación (aunque no en todos los colegios), ¿participarían en ese baile? ¿O en cualquier baile o se quedarían sentado comiéndose lo que haya en la mesa?

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