—Eh, Yoongi, ¿has visto a-

—¡D-disculpa, Jimin hyung, tengo que ir a hacer una c-cosa, luego hablamos! —exclamó con la cara roja y muy nervioso, luego salió corriendo a toda velocidad, dejando al castaño anonadado.

—Está bien... —murmuró Jimin con el ceño fruncido y volvió a caminar en busca de su mejor amigo.

Yoongi estaba encerrado en su habitación, dando vueltas mientras se revolvía el pelo desesperado.

Su mente y corazón era un revoltijo de pensamientos contradictorios, sentimientos encontrados y confusión; no tenía a nadie con quien desahogarse o que le explicase que era lo que sentía.

¿Jungkook? No, sigue enfadado conmigo y encima es novio de Jimin.

¿Jimin? No, no puedo decirle que es su confesión la que me está haciendo perder la cabeza.

¿Taeyeon? No, definitivamente no.

¿Taehyung? No, me mandaría a la mierda nada más verme.

¿Namjoon? No, no está aquí y se lo podría contar a Jimin o a Taehyung.

El pelirrojo dejó escapar el aire frustrado y se tiró a la cama.

—Mamá... ¿qué es lo que debería hacer? ¿Cómo debería actuar? —cuestionó susurrando al mirar aquella chaqueta rosa que estaba colgada en el respaldo de la silla.

Cuando estaba empezando a quedarse dormido por la suave brisa primaveral que entraba por la ventana y movía sus rojizos mechones, unos golpes bruscos en su puerta lo sacaron del ensueño.

Se levantó con pereza y fue a abrir la puerta, abrió los ojos de golpe cuando se encontró a su novia delante suya.

—T-Taeyeon, ¿qué haces aquí? —preguntó Yoongi, mirándola ahora más tranquilo.

—Yoongi, es nuestro último día en Seúl... deberíamos ir a recorrer el centro un rato.

El pelirrojo asintió sonriendo ampliamente—. ¡Buena idea! Avisaré a los demás.

Cuando se iba a ir, la rubia lo cogió de la muñeca para detenerlo, recibiendo una mirada confusa del contrario.

—No, quiero que vayamos los dos solos —le dijo seria la chica, mirándolo con el ceño fruncido.

—P-pero...

—¡Yoongi! No pasamos nada de tiempo a solas, ¡te recuerdo que eres mi novio y debes darme prioridad! —se quejó Taeyeon y Yoongi frunció el ceño, soltándose del agarre de la chica.

—Taeyeon, he venido con todos, sería de mala educación no traerlos también.

—¡Es mentira! ¡Tú lo único que quieres es que Jimin vaya contigo! —La chica empujó a Yoongi a su habitación y entró con él.

—¿De qué estás hablando? —cuestionó Yoongi, tratando de no alzar la voz.

—¡Siempre es igual! Siempre le das preferencia a él, siempre quieres estar con él, seguro que él te parece más lindo que yo, ¡estoy segura de que a ti te gusta! —le gritó llena de cólera y Yoongi se mantuvo en silencio, mirando asombrado a su novia—. Si te gusta alguien más, si yo ya no te gusto, ¡entonces deberíamos acabar con esto!

—Taeyeon, claro que no, tú me-

—¡Cállate! ¡No actuamos como novios, no nos besamos, no nos tomamos de la mano, no nos abrazamos...! ¡No nos gustamos!

El pelirrojo bajó la cabeza, realmente quería contradecirla y decir que estaba locamente enamorado de ella y quizás atreverse a besarla, pero una parte de su mente y cuerpo no lo dejaba hacer eso.

Y Yoongi, por fin lo comprendió, por lo que unas lágrimas rebeldes se asomaban por sus ojos.

Estaba haciendo sufrir a Taeyeon porque ella se merecía ser amada correctamente y estaba haciendo daño a Jimin por tomar decisiones a la ligera.

Jimin...

—Tienes razón, Taeyeon —admitió Yoongi después de largos minutos de silencio—. Creí estar enamorado de ti, me esforcé tanto por ti, actúe como querías, me vestí y me teñí el pelo para acercarme mínimamente al modelo de hombre que estabas buscando... ¡Todo lo hice por ti! ¡Cambié todo por ti!

Taeyeon le miró aún con el ceño fruncido, cruzándose de brazos.

—Sí... Lo cambié todo, para que me amaras, para que te sintieses bien a mi lado —Yoongi se sentó en su cama, resignado—, pero ya no quiero seguir cambiando. Quiero encontrar a una persona que me ame tal y como soy, con mis gustos extravagantes en la ropa, con lo lento y estúpido que puedo llegar a ser.

La chica que tenía delante suspiró profundamente después de tensos minutos en silencio.

—Entonces... ¿se acabó?

Yoongi alzó la cabeza para mirarla y esbozó una sonrisa débil y leve mientras asentía suavemente, entonces Taeyeon miró hacia un lado, pensativa. Se había acabado, por fin.

—¿Irás a por Jimin? —cuestionó de repente la chica y Yoongi negó con la cabeza.

—Aún no estoy seguro de lo que siento por él. —Taeyeon rodó los ojos y bufó, pensando que era el chico más lento que había conocido jamás—. Además, es el novio de mi mejor amigo y le he hecho mucho daño. Soy lo peor para él.

—Pues será mejor que espabiles antes de que realmente se enamoré de ese chico pelirrosa y tú no tengas posibilidades nunca más. Sería más doloroso para él obligarse a amar a otra persona, supongo —le dijo con tono de reproche, frunciendo de nuevo el ceño—. Sé sincero contigo mismo por una vez en tu vida.

—¿Por qué estás tratando de aconsejarme? Te recuerdo que acabamos de romper —cuestionó Yoongi con una sonrisa socarrona.

—He sido una mierda contigo y con Jimin, pero no creas que me arrepiento, la verdad es que no te aguanto ni a ti, ni a tus amigos —explicó, rodando los ojos—. Y ya que no estamos afectados por la ruptura, se me ocurrió darte un empujón emocional.

—Pues no funciona.

—En serio que eres insoportable.

—¿Y lo dices tú? —cuestionó Yoongi con una ceja alzada.

Los dos chicos se echaron a reír por unos segundos—. Si no hubiese tenido prisa en que seas mi novia, podríamos haber sido buenos amigos —comentó Yoongi y Taeyeon negó con la cabeza de forma rotunda.

—De eso ni hablar. Eres el payaso de segundo, mi reputación se iría al picado, sólo te acepte porque te empezaste a vestir mejor —le dijo, negando con la cabeza.

—Tsk, ese mote no tiene nada de creativo ni gracioso.

Taeyeon se encogió de hombros.

—Quiero irme a Daegu de nuevo, ¿me llamas a un chofer?

Yoongi asintió sin borrar su sonrisa.

—¿Crees que es muy tarde para ir a por Jimin?

La rubia lo miró con una pose pensativa y luego se encogió de hombros—. Sólo sé atrevido. Jimin tiene cara de gustarle las personas decididas, no sé qué te vio a ti, pero aprovecha eso y úsalo para ponerlo nervioso.

El pelirrojo se sonrojó—. Yo no soy un chico atrevido.

—Hace unos minutos lo estabas siendo.

Yoongi desvió la mirada avergonzada y Taeyeon sonrió satisfecha.

—Realmente siempre supiste que te estabas enamorando de Jimin, por eso no se te está haciendo difícil asimilar mi plan.

—A lo mejor, aún tengo que meditarlo un rato más.

La chica bufó y Yoongi soltó una carcajada.

Taeyeon se acercó a la puerta de la habitación y con una sonrisa de lado, dijo—: Ojalá no verte nunca más, Yoongi.

—Hasta nunca, Taeyeon.

Ambos chicos se despidieron amablemente y la chica rubia salió del cuarto del pelirrojo para volver de nuevo a su casa.

Y Yoongi sonrió relajado. Con esa ruptura, se sentía más ligero y ¿feliz? Esos largos y oscuros meses habían llegado a su fin.

Además, ahora tenía un camino definido que quería tomar hasta cierta persona y estaba más determinado que nunca a conseguirlo.

—Ya era hora de volver a ser yo. 

Nota:

Pregunta del capítulo: ¿Han tenido despedidas amargas? ¿Cómo fue y por qué sucedió?