—Yo entré en el mundo de la moda cuando tenía veintinueve años —comenzó, sonriéndole a los dos chicos que tenía delante—. Era aprendiz y siempre iba con un diseñador muy reconocido en su época para ver cómo era ese mundo.

Jimin asintió emocionado y Byeong-Ho se recostó en el sillón, mirando al techo con una sonrisa serena y la vez nostálgica.

—Una vez fui a una sesión de fotografía con todo tipo de modelos de una línea famosa de ropa y la encontré a ella. Mi querida Min Hayun y la futura madre de Yoongi. —Tomó una foto de aquella chica y se la entregó a los dos chicos para que se la mirasen—. Ella era tres años mayor que yo. Era fotógrafa y le encantaban los colores, siempre vestía extravagantemente, otras veces se ponía lentillas de colores y se teñía el pelo muchas veces. Cuando la vi pensé que era la chica más rara del mundo y deseaba no relacionarme con ella más.

Jimin sintió un u ante esas palabras.

—Pero, para ser breves, me enamoré de ella perdidamente y ella también de mí. Pasaron muchas cosas y al final quedó embarazada de Yoongi.

Su mirada se entristeció de repente y se quedó en silencio durante unos largos segundos—. Fue difícil ¿sabes? Lo intentamos muchas veces, pero ella tuvo dos abortos antes de Yoongi y su nacimiento fue literalmente un milagro.

—Lo siento... —dijo susurrando Jimin, se sentía mal de haber preguntado algo como eso.

—¡No lo sientas, Jimin! —Sonrió ampliamente—. Yo también quería contarlo, había guardado esta historia para mí durante mucho tiempo.

El de mechas rosas asintió avergonzado y Byeong-Ho prosiguió.

—Cuando ella estaba embarazada, yo decidí crear mi línea de moda que fue un completo éxito. —Jimin asintió, recordando las primeras épocas de la compañía—. Y ella me dio la idea de llamarlo "Pequeño Min" por Yoongi, pero al final lo pusimos en inglés porque sonaba mejor. —Después de eso soltó unas carcajadas.

Taehyung miraba atentamente al señor de la casa al igual que Jimin.

—Antes de casarme con Hayun, tuve dos esposas con las que también tuve hijos. Ella los aceptó y los crió como si fuesen sus propios hijos. Bueno, a lo importante.

Byeong-Ho volvió a abrir el álbum de fotos sin borrar su sonrisa.

—En su parto, tuvimos que decidir entre Hayun y Yoongi —sentenció, aparentemente tranquilo. Jimin y Taehyung se quedaron de piedra boquiabiertos, eso realmente no se lo esperaban—. Le insistí que no lo hiciese, que podíamos seguir intentándolo hasta conseguirlo, pero ella me dijo: "Si lo abandonase, tendría tres abortos, ¿crees que podríamos volver a intentarlo?". En ese momento, no supe qué contestar y aún recuerdo su sonrisa, entonces supe que tenía que dejarla ir.

—Y-yo... si quiere parar, puede hacerlo... —insistió Jimin, preocupado, y el otro pelinegro negó.

—Estoy bien, ya ha pasado mucho tiempo. —Borró su sonrisa y miró al suelo de repente—. Aquel día todo cambió para mí. Prohibí todo lo que me recordase a ella. Los colores, la fotografía, fotos suyas, libros, vídeos, objetos suyos y me alejé de Yoongi, algo de lo que realmente me arrepiento.

Jimin tragó saliva, quería seguir oyendo, pero por otra parte se sentía mal.

—Mi pequeño Yoongi... él era la viva imagen de mi difunta esposa Hayun. Su cara, sus ojos, sus labios, su sonrisa, su color de pelo y también le encantaba desobedecerme, vistiéndose de colores y siendo ruidoso.

Bueno, realmente no ha cambiado mucho.

Pensó Jimin.

—No quería verlo, más bien, no podía verlo; me recordaba tanto al dolor de la pérdida de mi esposa. Tan sólo verlo me hacía querer llorar y me recordaba que, por él, mi querida esposa ya no estaba a mi lado. —Frunció el ceño y entrelazó sus dedos, tomando aire para relajarse—. Le eché la culpa de todo, siempre aprovechaba cualquier situación para decirle que prefería que Hayun siguiese viva y que él no hubiese existido, a pesar de que tan sólo era un niño pequeño sin culpa de nada y a pesar de que era lo que más amaba Hayun.

El ambiente se puso incómodo, realmente Jimin quería juzgar a ese señor porque él era uno de los grandes factores de que Yoongi fuese tan inseguro, pero realmente lo entendía y no estaba en posición de juzgarlo.

—Me centré en mis otros tres hijos mientras que Yoongi era criado por sirvientas durante toda su infancia y adolescencia. A los doce años lo mandé a otro apartamento junto con damas de compañía que lo cuidasen, y desde hace tan sólo un año, vive solo.

"No me gusta estar solo".

Perdona por no haberte entendido en ese momento, Yoon.

—Sé que lo hice todo mal. Sé que no lo merezco, pero quiero que Yoongi me vea como su familia, como un padre. Porque se lo merece y es lo que Hayun quería.

—Hable con él —le dijo Taehyung—. Lo hiciste sentir fatal durante toda su vida, pero sabiendo como es él, hay posibilidades de que te perdone.

Jimin asintió—. No sé con certeza si Yoongi le perdonará, pero no es una persona rencorosa. Si se lo explicas como nos lo has explicado a nosotros, estoy seguro que lo entenderá —le aconsejó el castaño con una sonrisa insegura.

Byeong-Ho asintió con tristeza—. Realmente espero que sí.

Taehyung se había ido a hablar por teléfono con Namjoon, dejando a Jimin con su soledad. Iba caminando lentamente por toda la casa mirando al suelo.

"—¿Cómo superaste a Hayun? —preguntó Jimin como última cuestión antes de irse de aquel espacio de la cada.

—No la superé —admitió sonriente Byeong-Ho—. Sólo me di cuenta de que no estaba tratando de superarla, sino que estaba tratando de olvidarme de ella. Y, aunque te parezcan dos conceptos similares, son distintos."

Esas palabras se habían grabado en la cabeza del castaño.

No estoy tratando de superarlo, ¿estoy tratando de olvidarlo?

—Mierda, no quiero ponerme a llorar por esto ahora —murmuró para sí mismo, apartando algunas traviesas lágrimas de sus mejillas y ojos.

De repente, el sonido de una puerta abriéndose bruscamente asustó al castaño que brincó del susto para luego darse la vuelta para ver qué o quién había hecho eso.

Encontró a Taeyeon saliendo de un cuarto, el cuarto de Yoongi. Jimin estuvo imaginándose miles de razones de porqué estaba Taeyeon en el cuarto de Yoongi.

Pero sus dudas se disiparon al ver el ceño fruncido y la mandíbula apretada de ella y a Yoongi saliendo de la habitación serio pero tranquilo.

El de mechas rosas se dio la vuelta, dispuesto a irse cuando vio a la rubia bajarse por los escalones, pero Yoongi fue más rápido.

—¡Jimin hyung! —exclamó con tono alegre repentino y el llamado paró de golpe sin darse la vuelta.

Oyó los pasos que hacían los zapatos de Yoongi acercarse a él. El pelirrojo llevó una mano al hombro del contrario y le dio la vuelta.

Jimin estaba sonrojado y con ceño fruncido mirando al suelo y se maldijo internamente de que tan sólo, con que Yoongi estuviese cerca de él, su corazón latiese tan rápido.

Yoongi mantuvo su sonrisa, esperando alguna palabra del castaño.

—¿Taeyeon y tú os habéis peleado? —cuestionó silencioso sin mirar hacia el más alto.

La sonrisa en el pelirrojo se desvaneció y llevó una mano a su descubierta nuca para sobarse, incómodo—. Ah, sí... es porque antes la llamé "amiga".

—¿Por qué lo hiciste? —volvió a preguntar, ahora mirando al contrario con curiosidad.

—Para ser breves, si mi padre se enteraba, se lo comentaría a mis hermanos y ellos siempre están filtrando información sobre mí. No quería que Taeyeon sufriera acoso de periodistas o cosas de esas, si eso llegaba a pasar, no es algo que vaya a pasar seguro, pero quería prevenirlo —explicó mirando a los ojos a Jimin, analizándolo y éste asintió—. Pero no lo quiso entender y dijo que estaba siendo paranoico. Por eso terminamos peleando.

Jimin murmuró un "Ya veo" con un asentimiento y se quedaron unos largos segundos sin decir nada.

—¿Ahora me dirás por qué estabas llorando? —cuestionó con tono serio y Jimin se sobresaltó abriendo los ojos de golpe.

—¿Por qué piensas que estaba llorando? —respondió con un tono bajo mientras apretaba la tela de su camisa nervioso.

—Tienes los ojos un poco rojos, y como tienes pestañas largas, se notan que están mojadas y que estés un poco decaído y callado te delata.

Jimin soltó una risa suave—. ¿Eres detective o algo así? —preguntó sarcástico y con una ceja enarcada.

—No. —Retiró la vista del castaño y desvió la mirada al suelo—. Pero cuando se trata de ti, puedo darme cuenta.

Jimin borró su sonrisa, mirando atónito a Yoongi. Tomó aire y bajó la cabeza—. A veces me confundes... —susurró.

—¿Qué? —preguntó el pelirrojo, acercándose más, pues no había oído lo que había dicho.

—Que estuve paseando por el jardín, y como es casi primavera, tengo alergia, estuve con los ojos llorosos y rascándome, nada más. —Se cruzó de brazos, mirando demandante a Yoongi para que no hiciese más preguntas acerca de sus emociones.

Yoongi se quedó mirando, sin hacer ninguna expresión, durante unos segundos al bajo y luego sonrió, asintiendo—. Está bien, hyung. Si necesitas algo, guardamos muchas medicinas en la enfermería.

—¿Aquí hay una enfermería? —cuestionó confuso y Yoongi volvió a asentir.

—Tenemos todo lo que necesites. —Sonrió alzando el pulgar—. Bueno, ahora que estás aquí, quería comentarte que mis hermanos vendrán mañana.

—¿Tus hermanos...? —El pelirrojo asintió.

Jimin llevaba un largo seguimiento de la familia Min, y por lo que sabía, Yoongi era el menor de tres. Una hermana mayor, que era también diseñadora, y dos hermanos, uno periodista y otro presidente de un canal importante en Corea.

Básicamente era una familia de talentos.

Bueno...

Jimin llevó la vista hacia el sonriente Yoongi—. Te tienes que ver bien cuando vengan ellos, ¿verdad?

—¡Sí! —exclamó.

Jimin asintió con una pequeña sonrisa.

Sólo haré lo que he estado haciendo durante todos estos meses.

Nota:

Pregunta del capítulo: ¿Los demás se dan cuenta cuando estuvieron llorando?