veintiséis
Lautaro, hoy te vi.
La amiga de Nina, cuando come galletas, es tan feliz como cuando yo como emparedados de mermelada.
Y suelta cosas.
Como las pistas del evento. O las respuestas del examen de los símbolos raros. (De eso hablamos luego). Hoy me enseñó, en el mismo aparato donde puedes ver todas las calles del mundo, un vídeo.
Te vi correr, Lautaro.
¿Por qué eras tan rápido?
Ahora, incluso si lo quisieras, no podrías escapar de los caracoles.
Que sí, que traía la piel colgando de sus dedos, pero ella no quería dejarte.
Volví a preguntar acerca del evento.
Nina saltó. Tú la seguiste. ¿No te acuerdas?
Y volví a preguntar.
Solo sabíamos de las trampas los que estábamos desde secundaria. ¿Cómo iba a saber ella de las trampas? Nadie le dijo.
Lo comprendo. No tengo que preguntártelo.
Yo también la hubiera seguido.
A veces extraño mis cuervos.
-Atentamente, Lautaro falso.
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