Lautaro, Jonás me aterra.

¿Qué se siente ser libre?

Le dije que no sabía. Porque nunca lo he sido. Toda mi existencia he estado atado a los cuervos. Sacarlos de las jaulas. Llevarlos a los comederos. Observarlos torturar a las criaturas. Los cuervos no comen esa carne podrida que suele llegar al infierno, solo se encargan de picotear, arrancar, escupir.

Torturar.

Traerlos de vuelta. Quitarles las vísceras. Llenarse las manos de sangre. Meterlos a las jaulas. Repetir. Repetir. Repetir.

Y ahora... Ahora estoy atado a tu cuerpo. A tus sensaciones, a tu vida, a tus costumbres.

No. No sé qué es ser libre.

Apuesto a que es agradable.

Me tomó un par de momentos comprender que se refería a tu vida ahora que no puedes correr.

Jonás todo el día es hostigado. Cuando no son los maestros, es el entrenador. Cuando no es el entrenador, son sus padres. Cuando no son sus padres, es cualquier otra criatura; me imagino que si los demonios pudieran verlo, también le exigirían que corriera. Que ganara.

Más, más, más.

Le dije que era mejor correr.

Sentí que era algo que tú dirías.

Tal vez.

Jonás me agarró por el cuello y no dejó de arremolinar su mano contra tu cabello. Insoportable, pero cálido. Agradable hasta cierto punto. Sus ojos, son los que no entiendo.

Te mira como los demás. Como si fueras especial.

Y no los entiendo. Yo no te considero particularmente "especial".

Estoy seguro de que tú no eras como Jonás.

El mundo come tanto como puede de él y Jonás se cansa. Lo sabe ocultar muy bien. Yo lo alcanzo a notar, porque he pasado mis eternidades observando en el infierno. Sé escuchar las preguntas que hacen los martirizados.

Pero a ti te habría encantado que arrancaran tu piel.

Te habría encantado sonreír mientras te desangraban.

Te habría extasiado que te comieran enteramente.

Por cierto, ¿dónde está ese cable que me dice Aura para el aparato ese? Aparentemente tengo que conectarlo a la fuente de poder, esa que le da vida a los soles pequeños de la casa.

No dejes que los cuervos te coman, Lautaro. Eres demasiado raro. Vas a enfermarlos.

-Atentamente, Lautaro falso.