A 11 de junio del 2015

Nina:

No te odio. 

Lo que pasó, volvería a hacerlo. Siempre. Perdóname, todo es mi culpa.

Te quiero. Te quiero mucho. No sabes cuánto.

¿Cómo están tus manos? ¿Cómo estás tú?

Soy malo, Nina. No quiero que dejes de escribirme, aún sabiendo cómo están tus manos y sabiendo cómo debes sentirte. Dime, ¿cómo somos en tus sueños? ¿Somos felices?

Quiero verte.

Tuyo por siempre,

Lautaro.

Lautaro, Lautaro, Lautaro,

¿por eso no debía acercarme a Nina? 

Las tenías bien escondidas, las cartas.

Amontonadas un montón de hojas en una caja de zapatos. De no ser porque se me cayó la comida del pez feo (agradécele a la bestia come almas), yo no me hubiera topado con ese rincón en tu armario y no habría visto el trozo de papel que salía de una de las cajas. Y fue toda una molestia. Tu pie cada vez está peor. ¡A veces no estoy haciendo nada y duele! Qué cuerpo tan más ineficiente. 

¡Lindo! Lindo y cruel.

No te había tomado por un sentimental. De hecho dudaba que sintieras algo en absoluto. Nadie que quiera irse al infierno por su cuenta podría "querer" así como dice en la carta. ¿Qué fue lo que escribiste? ¿Te quiero mucho? Si querer morirse es querer mucho, no creo que sea algo muy bello. 

Nunca le mandaste estas cartas. Una pena. Debió de dolerle, ¿no te parece? Tengo un montón aquí conmigo. Voy a leerlas toda la noche, el pez me acompañará. De seguro y le divierten tanto como a mí. Me preocupa un poco que te incomode que yo las lea, pero no tienes nada que temer, yo soy tú, y lo seguiré siendo por un laaaaaaaaaaaargo tiempo.

Lindo, de verdad lindo. Lautaro, tú no odias a Nina, ¿verdad? Nunca la odiaste.

Lindo, muy lindo.

Luego tal vez queme todo esto.

Sí, muy lindo.

¿Debería empezar a escribirle a Nina yo también?

Puedes escribirle a mis cuervos de vez en cuando.

-Atentamente, Lautaro falso. 

Notita de Noir:

Creo que me faltan como unas quince cartas para cerrar todo. Quizá menos. 

Lautaro falso anda en modo "manos de estomaguito".