Capítulo 20
Solo un anuncio antes de que empiece el capítulo:
He creado una playlist en Spotify para el fic. No es tan triste como piensan, al igual que la historia (Lo que sucede con lo último es que ustedes solo se fijan en las cosas negativas. Muy mal, chicos)
Pueden buscar mi cuenta (AllysonDeVil) en spotify y allí encontraran la playlist.
Tengan una buena vida, y sufran con el capítulo.
-Lore-
El día veinte fue mucho peor que el día anterior.
Por segundo día desperté completamente sola, y el corazón me dolía. Entendía que Lauren quisiera ayudar a Dinah, yo también lo habría hecho si mi mejor amiga no hubiera estado completamente enfadada conmigo, pero yo también estaba allí. Yo no había muerto aun. Yo necesitaba compañía, abrazos, consuelo...
Lauren parecía haberse olvidado de eso.
Lauren parecía haberse olvidado de mí.
Entré al baño para luego vestirme y salir a comer. Puedo jurar que me sentí aun peor.
Mi piel se sentía sola y fría. Yo estaba sola y fría.
Cuando salí de la habitación supe que ese día solo iba a ponerse peor.
Lauren estaba comiendo junto a Dinah sobre el suelo mientras reían y se lanzaban el desayuno al rostro sin preocuparse por nada. Mi plato estaba a un lado, enfriándose, y mi esposa no había sido capaz de llamarme o tocar mi puerta.
— Camz —Dijo al verme. No recuerdo si me mantuvo la mirada más de dos segundos, pero probablemente la respuesta sea no—. Buenos días.
No le respondí. Aquel no era un buen día.
Comenzaba a enojarme. Quería ser notada por mi esposa y, tal vez, por quien alguna vez fue mi mejor amiga.
Me senté lejos de ella esperando que me llamaran para unirme a su grupo o, al menos, que Lauren se atreviera a dirigirme la mirada.
Eso no sucedió.
— ¿Qué haremos hoy? —Preguntó Dinah a mi esposa. Por supuesto, ella ignoraba mi existencia.
— No lo sé. Tal vez podemos...
Pero yo necesitaba tiempo con ella, así que la interrumpí antes de que culminara la oración.
— ¿Puedes venir conmigo hoy? Solo serán unos minutos —Supliqué como un niño al cual su madre ha dejado por su hermano menor recién nacido—. Por favor, Lauren.
No mencioné a Dinah porque sabía que lo único que recibiría seria otro escupitajo, o insultos, o golpes.
No sabía que esperar. Ya no la conocía.
Lauren volteó a mirarme en ese momento. Es sus ojos vi que se había olvidado de mi presencia en la habitación, lo cual realmente me hirió.
— Camz, yo... —Comenzó, y supe que de sus labios solo escaparía una disculpa.
— ¿Qué te parece si pateamos las paredes y las llenamos de caca, Lauren? —La interrumpió con malicia. Mi esposa volvió a fijarse en ella, y yo quedé olvidada.
— Suena genial —Aceptó antes de juntar su puño con el de mi vieja mejor amiga.
Luego de eso ellas siguieron haciendo bromas y mi corazón se rompía cada vez que escuchaba a Lauren reír, pues no era yo la causa de ese hermoso sonido.
Estaba tan enojada y herida que dejé de comer y esperé a que ellas terminaran. Pensé que se irían de allí, pero se quedaron mientras contaban chistes estúpidos.
Fue durante el quinto chiste que no pude soportarlo más y me levanté aun con el plato de comida completamente lleno entre manos.
— ¡Lauren, cui...! —Intentó advertir Dinah.
Pero ya era demasiado tarde, pues yo ya había dejado caer todo mi desayuno sobre mi esposa, quien dejó escapar un ruido de sorpresa por sus labios.
No recuerdo de qué estaba hecho mi desayuno, pero sé que era algo pastoso y de mal olor.
Se sintió tan bien hacer eso.
— ¡¿Qué te sucede, Camila?! —Preguntó una vez que su cerebro reaccionó a todo lo sucedido. Me estaba mirando con furia, y eso me encantó.
— ¡Increíble! ¡Finalmente te has dado cuenta de que estoy aquí!
Y sin decir más nada volví a la que fue nuestra habitación, esperando que Lauren me siguiera... pero no lo hizo.
Estaba tan enfadada unos quince minutos después de eso que decidí darme una ducha de agua fría que no me ayudó en nada a calmar mi furia.
Pateé la cama, lancé las almohadas, desgarré las sábanas, rompí una de mis camisetas... La furia no se marchó.
Estaba ya tan molesta que terminé llorando sobre la cama.
Lloraba porque me sentía sola, porque a nadie parecía importarle, porque nadie me abrazaba cuando más lo necesitaba.
Lauren entró a la habitación diez minutos después.
— ¿Camz?
Su voz hizo que mi corazón latiera rápidamente. Se escuchaba realmente dulce, pero no podía olvidarme del hecho de que me hubiera ignorado de tal forma y hubiese estado tan poco preocupada por mí.
— Camz, por favor no llores —Suplicó mi esposa acercándose lentamente a mí, y puede que sus expresiones fueran las más tiernas y sus palabras las más adorables, pero yo no podía evitar estar enojada—... Lamento no haber estado contigo. Siempre que le decía a Dinah que vendría comenzaba a hacerse daño. Ella está muy enojada contigo.
Me dolió escuchar eso, pues la chica que antes nos había amado estando juntas ahora nos quería separadas.
— Camz, por favor perdóname. Dinah está durmiendo y si no vuelvo cuando despierte comenzará a hacerse daño....
Eso me enojó mucho más
¿No le había bastado con dejarme, ignorarme y herirme? ¿Ahora quería irse de nuevo? ¿Planeaba dejarme sola otra vez?
— Vas a marcharte... —Murmuré entre dientes. Mi furia podía percibirse en el aire contaminado del lugar.
— Camz...
— Vete.
— ¿Que? —Parecía sorprendida.
— Vas a terminar marchándote de todos modos, así que vete...
— No te enojes —Suplicó, pero yo ya lo estaba.
— ¡Vete!
— Camz, por favor...
Pero yo no quise escucharla, así que tomé que lo primero que encontré en el suelo y se lo lancé. No recuerdo lo que fue, pero ahora mismo espero que no haya sido nada peligroso.
Me arrepiento mucho de este episodio.
— Lo siento, Camz...
Pero yo no la perdoné y seguí lanzándole cosas. Finalmente se fue y volví a estar sola, pero esta vez porque yo así lo había decidido.
No hice nada demasiado interesante después de eso. Tal vez recordar lo muy hermosa que había sido la vida antes de la llegada del virus letal y pensar en lo mucho que extrañaba a Mani y Ally.
No almorcé, y cuando salí a cenar me aseguré de que no hubiera nadie por allí. No quería toparme con Lauren o con la muy enfadada Dinah.
Quería estar sola.
Pero el mundo estaba dispuesto a llevarme la contraria.
Lauren salió de la habitación de Dinah justo en el momento en el cual yo tomé la comida que me ofrecía a través de la ranura, por lo cual no me era fácil escapar.
— Camila, por favor... —Me había adaptado tanto a la ausencia de su voz que me asusté al escucharla hablar.
Yo me giré lentamente y la miré como si hubiese cometido el peor de los delitos.
Para mi corazón infectado ella realmente lo había cometido.
— Ve con Dinah, Lauren —Le dije secamente, pero ella no parecía querer moverse de su lugar. Yo estaba respirando pesadamente, pues lo único que deseaba hacer en esos momentos era llorar y pedirle algo de consuelo.
— Camila, por favor —Suplicaba—. Ponte en mi lugar... Ella acaba de perder al amor de su vida, se está haciendo daño y es mi amiga, así que quiero ayudarla. No quiero perder a alguien más... No antes de que llegue el tiempo.
Yo suspiré y sujeté mi plato con fuerza. No quería estallar.
— Ahora ponte en mi lugar —Murmuré—. Perdí a dos de mis mejores amigas, tres si contamos el hecho de que Dinah me detesta, la soledad me está haciendo daño y mi esposa, la única persona que puede darme algo de felicidad, no parece querer ayudarme.
Su rostro se deformó al instante, y mi mente supo que lo había comprendido.
Y, en ese instante pude jurar que ella estaba sufriendo tanto como yo.
— Camz, no sabía que...
Pero ya no me importaron sus disculpas, ni sus palabras, siquiera su presencia. Simplemente me marché de allí con la cena que ya se había enfriado y un montón de lágrimas acumuladas.
Esa noche ella tampoco durmió conmigo.
Historia escrita por: @AllysonDeVil
Recuerden que pueden dar su opinión de la historia en twitter usando #VirusLetalCamren.
Gracias por leer.
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