8
Luna, Klaus, los gemelos y Elijah habían regresado a la casa en la que habían decidido quedarse durante su tiempo en Mystic Falls. Elijah tenía una cara que sus hermanos no habían visto en mucho tiempo, estaba de mal humor.
En el pequeño momento que Elijah y Stella pasaron juntos habían creado una conexión que él no podía ignorar. No había forma de que pudiera tratar de ignorar estos sentimientos, sin importar cuán minúsculos fueran.
―¿Asumo que todo salió bien?― Rebekah Mikaelson dijo mientras caminaban a la sala principal para saludar a su familia.
―Sí, a los niños les encantó la escuela―respondió Luna con una sonrisa en su rostro.
Los gemelos Henrik y Hope se apresuraron a entrar en la casa para poder ir a sus habitaciones. Se lo pasaron muy bien con lo que habían visto de la escuela, estaban emocionados de experimentar algo normal como asistir a clases y tener amigos.
―A nosotros también― añadió Klaus.
Klaus parecía como si estuviera mentalmente agotado por lo que había ocurrido durante el día. Volver a Mystic Falls era una cosa, pero ver a la gente que daño antes de que tuviera hijos lo agoto mentalmente.
Elijah todavía estaba en silencio.
Sin embargo, no era extraño que su hermano estuviera en silencio, pero este silencio era diferente.
―¿qué le pasa a Elijah?― Rebekah preguntó.
Elijah sentía que había un agujero en su corazón y no tenía ni idea del por qué. Cuando Stella le dijo que quería verse, él se emociono, pero ahora se sentía abatido.
―Elijah conoció a una chica―dijo Klaus en tono burlón.
Klaus, de ninguna manera, esperaba que Elijah conociera a una mujer por la que se sentiría atraído. En el momento en que los dos se conocieron, hubo una conexión instantánea que ni siquiera Klaus pudo ignorar.
―Pero no sé por qué está tan molesto ahora―añadió Luna a lo que había dicho Klaus.
Entonces, tanto Hope como Henrik llamaron a su madre.
―¡Mami!
―¡voy!―Luna respondió.
Le dio a Klaus una mirada de exasperación fingida que luego se transformó en una sonrisa en su dirección. Estaban felices con sus vidas y no había nada que cambiarían de ella. Ahora, con la escuela decidida para sus hijos, podían vivir una vida doméstica normal durante un tiempo con el resto de su familia.
―No es nada―dijo Elijah.
―No parece que sea nada― respondió Rebekah.
Rebekah se había cruzado de brazos y miraba a Elijah expectante, como si le estuviera diciendo que no podía salirse con la suya mintiéndole. Lo cual era cierto para el caso, Rebekah era buena para conseguir lo que quería, a veces sin importar el costo.
―Me tengo que ir―dijo Elijah.
Estaba usando esa vaga excusa para dejar a Rebekah en casa, dejando la conversación que Elijah sabía que iba a suceder sin importar lo que intentara para evitarla. Elijah había comenzado a moverse hacia la puerta, intentando salir de la casa lo más pronto posible, por supuesto, sin levantar sospechas.
―No tan rápido hermano, quiero saber qué está pasando― dijo Rebekah.
Elijah suspiró cuando dejó de caminar hacia la puerta, como si fuera un niño al que hubieran descubierto escabulléndose.
―Bien hermana, ya que sientes tanta curiosidad por esto―dijo Elijah.
Entonces, Elijah había comenzado a hablar sobre la atracción que sintió hacia la mujer que conoció en la escuela Salvatore.
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DI NO A LOS LECTORES FANTASMA.
Todos los derechos y créditos reservados a la autora original: --mikaelson
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