Bendito sea el cuerpo de Jeon Jungkook. Aquel cuerpo de pecado que no había sido tocado de forma morbosa por ninguna otra persona, ni siquiera por Jimin, su novio.

Jungkook era tan virgen e inexperto, sexualmente hablando, como ninguna persona de veintiún años, atractiva y con la gracia que él posee lo es.
Jimin llevaba tres años de relación con Jungkook y no sabía si reír o llorar por cada vez que lo había rechazado sutilmente y cambiaba los besos atrevidos por piquitos.

Estaba frustrado sexualmente como nunca lo había estado. Desde que se hicieron novios no han tenido ningún encuentro sexual de ningún tipo y no es seguro si eso sea bueno para su salud mental. Tenía a un chico extremadamente caliente como novio y no lo había tocado ni había sido tocado por él ni una sola vez. Eso debería considerarse como pecado.

Harto de la situación, decidió, que haría que Jeon Jungkook perdiera de una vez por todas su virginidad.

La seducción es el arte de la belleza.

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