Capítulo O7
JungKook POV
Habían pasado casi cuatro meses desde la noche con FlyGuy que todavía no podía sacarlo de mi maldita cabeza. Había entrado en esta extraña especie de realidad donde trabajaba duro y coqueteaba felizmente con Taehyung durante el día, pero fantaseaba con mi misterioso desconocido por la noche.
Al principio, lo descarté como un subproducto de mi primera experiencia sexual. Por supuesto que llevaba una pequeña antorcha por el primer hombre con el que me había acostado. Por todo lo que había oído, era normal, especialmente si la primera vez había sido asombrosa. Pero entonces empecé a preguntarme si era más que eso. ¿Era posible que hubiera tenido un tipo de química especial con FLyGuy? La pregunta empezó a rondarme hasta que una noche, después de una larga noche de tragos y de ver un partido de básquetbol a última hora en casa de Taehyung, tuve la brillante idea de volver a registrarme en la aplicación para ver si podía encontrar a FlyGuy y arreglar otra noche juntos.
Cuando no pude encontrar su nombre de usuario en ninguna parte de la aplicación, lo atribuí a que había bebido demasiado. Pero a la luz del siguiente día, seguía sin haber nadie con el nombre de usuario Fly Guy. Había abierto una cuenta nueva, así que no podía ser un problema el bloqueo. Después de desplazarme y buscar hasta que mis ojos sangraron, finalmente elimine de nuevo mi cuenta y desinstale la maldita aplicación.
─¿Por qué le gruñes a tu teléfono? ─murmuró Taehyung, saliendo de su habitación en nada más que en pantalones de dormir bajos. Miré a Hoseok, que seguía muerto de sueño en el sillón opuesto a donde yo había dormido.
─Nada. ¿Tienes huevos? Voy a hacer algunos si tienes.
Taehyung se rascó el estómago, atrayendo mis ojos hacia el pelo rubio oscuro de su camino feliz. Era sexy como el infierno, siempre lo había sido. Cuando pasó junto a mi hacía la nevera, fui bendecido con la vista de su redondo trasero y su musculosa espalda. La cicatriz plateada y descolorida que tenía en el omóplato derecho era de la vez que pasó por debajo de una valla para recuperar nuestro balón de fútbol del jardín de un vecino. Era tan familiar y querido, que dolía.
─Voy a llevar al abuelo Kim a ver a Su hyun hoy durante el almuerzo ─ dije antes de levantarme del taburete para reunirme con él junto a la estufa ─. ¿Quieres venir con nosotros?
Cuando pasé junto a él, me incliné para percibir su olor. Olía diferente de lo usual, como si estuviera usando un nuevo jabón o loción para después de afeitar.
─No. Tengo trabajo durante el almuerzo. Estamos tratando de cerrar ese hospital en Frankfurt, y tengo que trabajar más con el equipo jurídico sobre el contrato. ─Alcancé a pasar un dedo por la parte baja de su espalda, por encima de la cintura de su pantalón de dormir, pero me apartó la mano con un siseo.
─Hoseok está justo ahí.
Mi cara se inundó de calor.
─¿Y? Está dormido. Además, es gay. No es que vaya a juzgarte por...
─Ya basta, JungKook ─soltó en un susurro áspero ─. Acordamos ser sólo amigos por ahora, ¿recuerdas?
Miré la forma dormida de nuestro amigo antes de volver a mirar a Taehyung. Me di cuenta de que la parte delantera de su pantalón de pijama estaba abultada, lo que me enviaba un mensaje totalmente distinto al que salía de su boca.
─He estado trabajando en Kim por tres meses ─dije suavemente─. Pensé que habías dicho...
Dejó escapar un profundo suspiro y puso sus manos en mis hombros.
─Lo sé. Sé lo que dije. Pero yo solo... Papá me está matando a trabajar en este acuerdo con Alemania, y el abuelo quiere tener el dedo en cada pieza, aunque ya debería estar jubilado. Tan pronto como el acuerdo esté cerrado y los contratos firmados, hablaremos. ¿De acuerdo? Ahora mismo yo sólo... ─Miró en dirección a Hoseok antes de bajar aún más la voz ─. Solo necesito que seas la única área de mi vida donde no sienta tanta presión. ¿Puedes hacer eso por mí?
Di un paso adelante y le di un abrazo.
─Puedo hacer eso ─dije ─. Por supuesto. Lo siento. No quise presionarte.
Sus manos frotaron mi espalda de arriba a abajo.
─Lo sé, JungKook. Tú eres mi único espacio seguro, y me encanta eso de ti.
Tragué el nudo en mi garganta, agradecido de que reconociera que no era mi intención presionarlo. Simplemente quería estar con él de la forma que había anticipado durante tanto tiempo.
Se apartó y me dio un golpecito en la nariz.
─Ahora. Me estoy muriendo de hambre. Haz los huevos, y yo empezaré el café.
Después de un buen desayuno, me dirigí a casa a ducharme y cambiarme antes de ir al trabajo. Como había estado sucediendo últimamente, mi jornada laboral pasó rápidamente de la consulta de los proyectos en curso a la vigilancia del abuelo Kim. Se necesitaron tres intentos en los que me pidieron que lo sacara de la reunión de Taehyung y Namjoon con los abogados antes de que finalmente decidiera escabullirme temprano para nuestra visita a ver a Su hyun.
En Wilton Manors, todo el mundo en el centro de atención a la tercera edad me saludó con grandes sonrisas y una cálida bienvenida. Me había esforzado por pasarme por allí y visitar a mis pacientes y compañeros de trabajo favoritos tan a menudo como podía, pero no había sido suficiente. Habían pasado muchas cosas desde que dejé mi trabajo allí. La señora Choi había fallecido, dejando al señor Joon devastado. Los gemelos Im habían sido forzados a estar en habitaciones separadas cuando la demencia de Heesol se había convertido en un comportamiento violento hacia Dongmin. Y mi enfermera técnica favorita estaba embarazada de gemelos.
Tocamos a la puerta de Su hyun y entramos cuando nos llamó.
─¿Qué es eso? ─preguntó, señalando con la cabeza la pequeña maceta de narcisos que le había traído.
─La primera señal de la primavera. Pensé que podrías usarlas. ─dije, dejando la maceta en la mesa junto a su sillón reclinable. Su rostro se iluminó con una sonrisa, y nos tendió la mano al abuelo Kim y a mí.
─Siéntate y dime todo lo que ha pasado desde la última vez que los vi. ─dijo.
Deje que su hermano se hiciera cargo de la conversación, pero cuando empezó a decirle del acuerdo con Alemania que estaba firmando la empresa, mis oídos se agudizaron.
─Los padres de Marie están enterrados en Wiesbaden ─explicó ─. Ella siempre quiso volver algún día para una última visita, pero se negaba demasiado rápido para hacerlo.
Su esposa había fallecido tras sufrir varios derrames cerebrales mientras Taehyung estaba en la universidad. La recordaba como una persona muy tranquila pero extremadamente amable.
─Olvide que ella era alemana. ─dije.
Su sonrisa estaba llena de recuerdos.
─Sí, ella creció a las afueras de Frankfurt. Su sobrino es uno de los administradores del hospital con el que estamos hablando allá. Así fue como empezó esta oportunidad de consultoría. Sigo explicando a Namjoon y a Taehyung que sí pudieran ir a reunirse con él en persona, haría una diferencia. Lo conocí varias veces cuando estaba creciendo. Siempre ha tenido una buena cabeza sobre sus hombros. ─Su hyun hizo más preguntas sobre sus viajes con Marie para visitar a su familia, pero el abuelo Kim y yo no tardamos en notar que se desvanecía.
─Saldremos y te dejaremos descansar antes del almuerzo ─le dije, poniéndome de pie para ayudar al abuelo Kim a levantarse de su silla ─. Voy a hacer que este chico gane su almuerzo con una caminata primero.
Se burló de su hermano.
─Por fin me he quitado el mono de JungKook de encima y lo he puesto en el tuyo, ¿eh?
Se inclinó y besó su mejilla.
─Es una buena compañía. También me cuida muy bien. Tú pierdes.
Me guiñó un ojo.
─Y esa es la verdad. Vuelvan pronto, ¿sí?
─Claro ─dije, inclinándome para darle un suave abrazo. Olía tan familiar, como la loción corporal que había pasado horas frotando en su piel cuando trabajaba allí. El aroma me hizo recordar lo bien que me había sentido al cuidarla. Recordé los turnos nocturnos en los que la mujer de la suite contigua a la de Su hyun se despertaba de sus pesadillas y me pedía que le cantara la canción de Feliz Cumpleaños una y otra vez para ayudarle a volver a dormir. Después de varias noches escuchándome cantar, Su hyun finalmente me preguntó por qué la señora Cohen quería esa canción en especial ─. Porque le recuerda a su familia─le dije ─. Y ellos no la han venido a ver desde hace más de seis meses.
A veces recibía una severa reprimenda por pasar mucho tiempo con los pacientes en lugar de dejar que los CNA** se encargaran de algunas de esas tareas, pero no podía evitarlo, no cuando necesitaban a alguien y yo estaba ahí.
Mientras caminaba por los pasillos de Wilton Manor con el abuelo Kim y saludaba a mis antiguos pacientes y a algunas caras nuevas, me di cuenta de lo mucho que echaba de menos darles los cuidados que se merecían. Miré a mi actual paciente y me di cuenta de que no había prestado suficiente atención para asegurarme de que todas sus necesidades estuvieran cubiertas.
─Abuelo Kim, ¿estás de acuerdo con caminar de regreso? Hace un poco de frío, pero ha salido el sol.
─¿Me vas a dejar tener un plato de Samgyupsal** mientras estemos afuera? ─preguntó con una sonrisa.
─Ah, qué demonios. Yo también podría tomar un Samgyupsal. Pero vamos a caminar allí. Me vendrá bien el ejercicio.
Mientras nos dirigíamos hacia la acera, sentí sus ojos en mí.
─Has estado trabajando duro, ¿eh? ¿Cómo te tratan allí?
─No voy a mentir, es un trabajo duro, abuelo Kim. No estoy seguro de que sea para mí a largo plazo.
─¿Cuántas veces en los pasados seis meses te he pedido que me llames Hyungsuk?
No habían sido seis meses, pero tenía razón.
─No es fácil ─admití ─. Creo que me resultaría más fácil llamarte simplemente abuelo.
Lo había dicho en broma, pero su cálida mano se apretó a través del brazo de mi chaqueta, donde se aferró a mí para apoyarse─. Entonces llámame abuelo, hijo.
Puse mi mano sobre la suya y le devolví el apretón. Caminamos en silencio por un momento mientras cruzábamos la calle hacia el parque frente al lago.
─JungKook, ¿por qué dejaste Wilton? Honestamente, me sorprendió. No me malentiendas, disfruto inmensamente de tu compañia, pero... parecías más feliz cuando trabajabas en la casa.
─Sí ─Tomé un respiro mientras pensaba mi respuesta. No era como si pudiera contarle sobre mi deseo de pasar más tiempo con Taehyung ─. En realidad, me gusta el trabajo de consultoría en sí mismo, y obviamente también disfruto cuidando de ti. Lo que no me gusta es estar detrás de un escritorio. Con suerte, si le dedico más tiempo y me siento más cómodo con todo, puedo viajar más e ir a los hospitales.
El abuelo Kim-... Hyungsuk, volvió a estar tranquilo mientras nos dirigíamos a uno de nuestros bancos favoritos. Era un hermoso día de primavera, y podía sentir como se relajaba con la calidez del sol.
─Conocí a un chico. ─solté.
Giró la cabeza hacía mí lentamente.
─Soy gay ─añadí ─. Pero ya lo sabías. Creo. Quiero decir... al menos lo hablamos una vez. Cuando me preguntaste por qué Billy Porter estaba usando un vestido y tuvimos toda una conversación sobre la sexualidad e identidad de género. ¿Recuerdas? Oh dios ─gemí. Cubrí mi cara con mis manos ─. No importa.
Su mano se acercó para apretar mi hombro.
─Relájate JungKook. Claro que me recuerdo. Pero siempre he sabido que eras gay.
Parpadeé hacia él.
─¿Lo sabías? ¿Entonces por qué parecías tan sorprendido cuando te dije que había conocido a un chico?
Me estudió por un momento.
─Bueno, todo este tiempo pensé que estabas enamorado de mi nieto. Sinceramente, nunca pensé que vería el día en que te dieras por vencido con él.
Decir que estaba sorprendido era un eufemismo enorme.
─He amado a Taehyung por veinte años. ─acepté, sintiendo verdaderas náuseas al decir las palabras en voz alta al patriarca de la familia Kim.
Frunció sus labios.
─Pensé que tal vez finalmente viniste a trabajar para nosotros por eso. Por él.
Sentí como si estuviera de pie sobre un tronco mojado en medio de un río que se movía rápidamente. Repentinamente no estaba seguro de si estaba hablando con el hombre que había sido mi propio abuelo sustituto por años, con el hombre que era la cabeza de la supuestamente homofóbica familia Kim, o mi jefe.
─Eso es lo correcto. Pero ya veo lo importante que es el trabajo. ─contesté evasivamente.
Echó su cabeza hacia atrás y se rió tan fuerte, que empezó a toser. Cuando recuperó el aliento se volvió hacia mí. La mirada de afecto paternal fue una agradable sorpresa. Siempre me había sentido apreciado por él, pero me había preguntado si eso era más recientemente debido a mi posición como su enfermero que cualquier otra cosa.
─La vida es demasiado corta para esperar y ver ─empezó el abuelo Kim─. Si una vida con Taehyung es lo que quieres, lucha por ello. Haz que suceda.
─¿No tendrían tú y Namjoon... no lo sé... un problema con él por estar en una relación con otro hombre?
Su frente se arrugó en señal de confusión.
─¿Por qué tendríamos un problema con que Taehyung sea gay? Mi hermano Woobin es gay. El compañero de la universidad de Namjoon, Choi Jihyo, es gay. Ya conoces a Jihyo. Él y su esposo, Heesung, vienen a la fiesta de Navidad todos los años. Heesung dirige uno de los teatros del centro, pero nunca recuerdo cuál.
Sentí como si alguien hubiera pateado el tronco mojado debajo de mí─. ¿El tío Woobin es gay? ¿Desde cuándo? ¿Cómo es que no lo sabía? ¿Estás seguro?
Rió de nuevo, y fue bueno verlo. Me importaba su felicidad y me preocupaba a veces que se sintiera solo sin su mujer para hacerle compañía.
─Sí, estoy seguro ─dijo ─. Pero puedes preguntarle. Mejor aún, pregúntale a Dohwan ─Hizo rebotar sus cejas en un gesto de complicidad.
─¿Su enfermero Dohwan? ─grité ─. ¡Que inapropiado! Jesús, abuelo. Asqueroso. Ese es un problema en muchas...
El abuelo Kim interrumpió.
─Cálmate. Dohwan ha sido su pareja por diez años, mucho antes de que empezara a cuidar de la salud de Woobin a tiempo completo. Supongo que llegaste después de que perdiéramos a la primera pareja de Woobin. Estuvieron juntos mucho tiempo, así que le tomó un tiempo a Woobin para sanar. Pero Dohwan es bueno para él. Lo mantiene joven.
Filtré en mi cerebro todo lo que sabía sobre la familia Kim con esta nueva información. Mi propio prejuicio interno estaba claro. Había asumido que el dolor de Woobin se había debido a la pérdida de su esposa.
─Pero... ─No sabía ni por dónde empezar. Si los Kim no tenían un problema con que Taehyung fuera gay, ¿a qué demonios se debía el retraso en nuestra relación? ─. Entonces por qué... ─Tragué alrededor de un nudo recién formado en mi garganta. Ni siquiera podía decir las palabras. Podrían romperme el puto corazón allí mismo, a orillas del río Han.
─JungKook, dime algo. ¿Has leído alguna vez a Napoleón Hill**? ¿Los libros de "Piense y hágase rico''?
Sacudí la cabeza.
─No, pero he oído hablar de ellos.
─Bueno, ese hombre tenía muchos dichos optimistas. Era una clase de rey de la autoayuda. Pero una de las cosas que dijo siempre se me ha quedado grabada. "El punto de partida de todo logro es el deseo". En otras palabras ─dijo, levantándose del banco ─, si lo quieres, haz que suceda.
Se quedó en silencio durante el resto de nuestro paseo por el parque hacia el restaurante de Samgyupsal. Me dio tiempo a procesar sus palabras y a darme cuenta de que, aunque quería saber las razones de Taehyung para demorar, el resultado final era el mismo. Lo quería en mi vida como mi pareja, mi futuro. Y era el momento de pasar a la acción para hacerlo realidad.
★ ★ ★ ★
Cuando regresamos a la oficina, esta estaba rebosante de actividad.
─¿Qué está pasando? ─le pregunté a Taehyung cuando conduje a Hyungsuk a la esquina del pasillo de los ejecutivos.
Taehyung miró a su abuelo junto a mí.
─Están listos para firmar, pero Andreas quiere que traigas el papeleo en persona.
La cara de Hyungsuk se iluminó.
─Excelente. Vamos a trabajar para que eso suceda.
Se volvió para darme una palmada en la mano y agradecerme por el almuerzo y la visita para ver a Su hyun antes de girar para unirse a Taehyung y Namjoon en la gran sala de conferencias al final del pasillo. Me di la vuelta y regresé por el pasillo a mi cubículo en la zona que compartía con un puñado de otros consultores junior.
Unas horas más tarde cuando fui a buscar a Hyungsuk para revisar su nivel de glucosa en sangre, descubrí que los tres hombres Kim se habían ido a pasar la noche.
─Oh, ahí estás ─dijo el asistente de Namjoon, poniéndose de pie para saludarme ─. Namjoon y Taehyung tenían que reunirse con unos clientes para cenar, pero querían asegurarse de que tuvieras todo listo para mañana.
Parpadeé hacia el asistente de Namjoon.
─¿Mañana?
Asintió y revolvió algunos papeles en una carpeta antes de entregarme una sola hoja.
─También te envié esto por correo. Es el itinerario de tu viaje. Taehyung y el señor Kim te verán en el avión a las cuatro. Sale de la terminal privada de Incheon ─Se acercó a la mesa auxiliar junto a su escritorio y agarró un sencillo maletín de cuero ─. Aquí están los documentos legales que necesitas. Taehyung tuvo que irse antes de que los tuviera listos. Asegúrate de dárselos en el aeropuerto. Veámos... ¿qué más?
Me miró como si tuviera alguna idea de lo que estaba hablando.
─No entiendo ─dije cuando parecía no haber más información ─. ¿Qué viaje?
─A Frankfurt. Me dijeron que acompañarías al señor Kim como su enfermero personal.
Nos miramos fijamente por un minuto. Por un lado, me enfurecía que esto se hubiera decidido sin discutirlo conmigo. Por el otro... Iba de viaje a Alemania con mi mejor amigo.
Excepto que él, y todos los que me habían conocido, sabían que nunca había volado antes porque absolutamente me aterrorizaba volar.
Tomé el maletín de cuero con una mano temblorosa e intenté devolverle la sonrisa.
─Gracias. Que tengas un buen fin de semana.
Esa noche me la pasé buscando frenéticamente mi pasaporte apenas usado que sólo había sacado una vez para un viaje de fin de semana por carretera a Canadá, haciendo la maleta para el inesperado viaje, y haciendo arreglos de última hora con mi vecina para que cuidara a los gatos. Le envié un mensaje a Taehyung para pedirle que me llamara cuando terminara su cena, pero no supe nada de él.
Al día siguiente, seguía sin saber de él, y ahora tampoco contestaba las llamadas. No fue hasta que salí hacia el jet privado esa tarde-con la total convicción de que iba a vomitar las tripas si no me calmaba-que finalmente supe de él.
─¿Ya estás aquí? ─le pregunté, mirando hacia adelante al tiempo que podría pasar con él durante la noche. Esperaba por Dios que me dejara sostener su mano. Al menos durante el despegue y el aterrizaje.
─JungKook, joder ─dijo tan sin aliento como me sentía yo ─. Siento todo esto. No voy a lograrlo. Necesito que tú...
Lo interrumpí con un graznido.
─¿Qué? ¿Qué quieres decir con qué no vas a lograrlo?
─Escucha, es una gran noticia. Anoche cuando estábamos cenando, papá se encontró con un viejo amigo que nos presentó al director general de MedPoint. Son la tercera cadena de hospitales más grande de los Estados Unidos. Hemos estado intentando conseguir una cita con ellos desde siempre. De todos modos, han accedido a reunirse con nosotros el martes, así que no puedo ir a Frankfurt contigo.
Dejé de caminar y me quedé quieto al pie de la escalera del avión. Tenía que estar tomándome el pelo.
─¿No vienes?
─Está bien. El abuelo puede manejarlo. De cualquier forma, la firma es solo una formalidad.
Ese no era el punto.
Una mujer uniformada de la edad de mi madre me sonrió desde la puerta del jet. Reconocí la chaqueta que tenía en sus manos como la del abuelo Kim, así que supuse que ya estaba a bordo. Cerré los ojos por un minuto y respiré profundamente. Esto se iba a descarrilar. Mi estómago se iba a rebelar. De ninguna manera iba a subir a ese avión sin mi mejor amigo.
─Taehyung... no es eso... es... Me aterra volar, y... y solo quería hablar contigo sobre... sobre nosotros.
─¿Nosotros?
Hice una mueca, dándome cuenta de que era un momento terrible para sacar el tema si no iba a poder volver a verlo en persona durante toda una semana. Pero no podía esperar más por algunas respuestas. Y necesitaba algo que me distrajera de uno de mis mayores temores.
─¿Por qué nunca me dijiste que el tío Woobin era gay? ¿U Choi Jihyo? Hiciste que pareciera que tu familia enloquecería si descubrían que eras bi.
El ruido de los otros aviones era lo suficientemente fuerte como para poner un dedo en mi otro oído para no perder su respuesta. Estaba desesperado por encontrar cualquier pequeña prueba de que no había pasado los últimos diez años engañándome por alguna otra razón.
Hubo una pausa antes de que respondiera.
─Dijiste que no me presionarías, JungKook.
─¡Han pasado más de diez putos años! ¿En qué momento leo la escritura en la puta pared y me rindo? Todas las razones de tus dudas se esfumaron cuando me di cuenta de que el problema no era tu familia. Dime qué te retiene, por el amor de Dios ─Presioné mi mano contra mi frente y apreté los dientes contra el dolor en mi pecho. Había sido un idiota ─. Si es que no quieres estar conmigo... por favor, solo dímelo y déjame ir. Deja que deje de esperar algo que nunca va a pasar.
Su voz era más suave esta vez, la familiar voz reconfortante del amigo que había estado a mi lado desde que tenía seis años.
─Te amo. Lo sabes. Pero no estoy listo para sentar cabeza. No entiendo por qué no podemos divertirnos juntos primero.
Bajé la voz.
─Diversión, ¿te refieres a sexo?
─Sí. Piensa en toda la mierda que podríamos estar haciendo ahora mismo si solo... Jesús, JungKook, si solo te relajaras por una vez. ¿Cómo puedes salir y acostarte con un puto extraño al azar, pero no conmigo?
Su pregunta me sorprendió, no sólo porque no me había dado cuenta de que había estado pensando en mí de esa manera, sino también porque tenía algo de razón. Sólo me tomó un segundo recordar la razón.
─Porque no podría soportar compartirte ─confesé ─. Y no creo que tú estés de acuerdo en compartirme tampoco.
La azafata me volvió a llamar la atención, y me di cuenta de que estaban esperando a que abordara para que nos pusiéramos en marcha. No iba a defraudar a la familia Kim y, sobre todo, no iba a dejar que Hyungsuk viajara al extranjero sin alguien que lo cuidara. Subí las escaleras y me dejé caer en el primer asiento, sin molestarme en buscar a Hyungsuk hasta que terminará la llamada con Taehyung. No quería darle a Taehyung ninguna excusa para interrumpir nuestra conversación.
Oí que se arrastraba y murmuraba a través del teléfono y me pregunté dónde estaba y qué estaba haciendo.
─¿Taehyung? ─pregunté, ya que no había respondido.
─Sí, lo siento. Solo...
El fuerte sonido y las vibraciones me alertaron del cierre de la puerta del avión. Miré a la azafata que se preparaba para comenzar algún tipo de presentación de seguridad. Pude ver que la estrecha puerta de la cabina seguía parcialmente entreabierta y que los pilotos se movían para acomodarse.
─Tengo que irme ─dije ─. Acaban de cerrar la puerta del avión.
─Aún no estoy listo para sentar cabeza, JungKook. Esa es la razón. Por el amor de Dios, solo tenemos veintiséis.
Suspiré.
─Sí, bueno, estoy listo.
La amargura era clara en su voz.
─Entonces tal vez deberías encontrar a alguien más para hacerlo.
Un profundo estruendo de risa llamó mi atención desde la puerta abierta de la cabina.
─Tal vez lo haga. ─dije, distraídamente, reconociendo a la familiar mandíbula sin barba y el puntiagudo diente canino en la sonrisa del risueño piloto.
No escuché las palabras de Taehyung por el sonido del rugido en mis oídos. El piloto se volvió para cerrar la puerta de la cabina y se encontró con mis ojos. El tiempo se detuvo y mi estómago cayó en picado. Allí estaba él. El desconocido al que me había entregado, el hombre que me había hecho compañía en mis sueños durante meses y al que consideraba el estándar por el cual todos los futuros compañeros de cama serían juzgados.
FlyGuy.
Mientras nos mirábamos incrédulos y todo mi mundo parecía tambalearse inesperadamente, la eficiente azafata echó la mano hacia atrás y cerró la puerta de la cabina, cortando nuestro contacto visual y poniendo en marcha el cronómetro de un vuelo de ocho horas y media a Frankfurt.
Durante las siguientes ocho horas tendría que sentarme allí sabiendo que mi sexy desconocido estaba a menos de tres metros de mí. Y el hombre que pensé que era mi futuro parecía atado y decidido a convertirse sólo en mi pasado.
** CNA: Un asistente de enfermería certificado (CNA), ayuda a los pacientes con las actividades de la vida diaria y otras necesidades de atención médica bajo la supervisión directa de una enfermera registrada (RN) o una enfermera práctica con licencia (LPN).
** Samgyupsal: Es un platillo típico coreano de barbacoa a base de panceta de cerdo.
** Napoleón Hill: Escritor estadounidense, es considerado como el más prestigioso autor de libros de autoayuda y superación del mundo.
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