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Capítulo 2O

JiMin POV

Quizás era un error el continuar durmiendo con Jungkook cuando claramente estaba comenzando a tener más sentimientos por él que simples encuentros casuales. Él había sido claro desde el principio con respecto a que estaba enamorado de su mejor amigo. Demonios, era la única razón por la que todavía estábamos juntos, para engañar a Taehyung y que creyera que Jungkook estaba saliendo con alguien.

Y había funcionado. Lo del "novio falso" había provocado los celos de Taehyung hasta que se vio forzado a admitir sus sentimientos por Jungkook. Cuando oí a Jungkook gritándole desde el pasillo del complejo deportivo, perdí la cabeza. Todo lo que quería era sacarlo de allí, llevarlo lejos de ese cerdo egoísta que quería tener el pastel y devorarlo también. Ese hombre era un manipulador, y oír a Jungkook admitiendo que todavía lo amaba había despertado algo en mí. Envidia, quizás. Tal vez yo también quería sentirme de esa forma con respecto a otra persona.

Pero ahora, todos esos sentimientos parecían estar dirigidos a Jungkook, y eso era lo peor que podía pasar. Pensé en lo que Elaine Stickley me había dicho sobre haber gastado su vida estando enamorada de alguien que amaba a alguien más. En ese momento, me había preguntado por qué ella no se había limitado a minimizar las pérdidas y alejarse, pero ahora, me daba cuenta de cómo hacerlo no era tan sencillo a como sonaba.

Mientras observaba a Jungkook quitarse la ropa como si estuvieran en llamas, me di cuenta que no importaba. Por las próximas horas, estaba reclamando a ese hombre sin importar si me pertenecía o no. Por las próximas horas, él iba a ser mío, y yo pensaba tomar ventaja de cada segundo de nuestro tiempo juntos, para lamer, acariciar y jugar con cada pulgada de su cuerpo perfecto.

Si no podía convencerlo de quererme a mí en lugar de a Kim Taehyung, al menos daría lo mejor de mí mismo al demostrarle como se merecía ser tratado por la persona con quién terminara. Se merecía lo mejor. Merecía ser adorado y complacido hasta que apenas pudiera pensar y sus músculos y huesos se sintieran en la cama como un puñado de fideos demasiado cocidos.

─Me siento como un ciervo en la mirada de un cazador ─dijo Jungkook, riendo nerviosamente. Se sentó desnudo a un lado de su perfectamente acomodada cama, con ambas manos estiradas tras él, apoyando su peso ─. Si no te importa, estoy listo para que el cazador me dé un strip show antes de apuntarme con su pistola.

Estiré la mano tras de mí, para sacarme la camiseta. ─Esta arma ha estado apuntándote durante la mayor parte del día ─Di un paso más cerca después de abrir el botón y bajar el cierre de mi bragueta ─. Sobre manos y rodillas, Kook.

Sus brillantes ojos se abrieron mientras que trepaba más adentro en la cama, dispersando los gatos y separando las rodillas hasta que podía ver exactamente lo que yo quería. Su pálido, y redondo trasero era suave y lleno, alumbrado tenuemente por la lámpara de la mesa de noche que Jungkook había encendido mientras estaba desvistiéndose.

Di un paso adelante y lo empuñé, inclinando para succionar una marca en una de las mejillas cremosas antes de azotarla ligeramente y ver su trasero sacudirse.

─Joder, quiero cogerte.

Jungkook se inclinó hacia adelante y se estiró para abrir el cajón de la mesa de noche. Me fijé en las múltiples botellas de lubricante, una caja sin abrir de condones y al menos dos dildos en la gaveta. Él sacó los condones y una botella y los arrojó en la cama junto a mí.

─¿Quieres usar esos juguetes? ─pregunté, inclinándome para hablar suave junto a su oreja. Él se estremeció y negó con la cabeza.

─No. Solo tú. Te deseo. Por favor.

Recorrí con mi mano su espalda desnuda hasta su cabello castaño oscuro, sintiendo los mechones gruesos a través de mis dedos. Adoraba jugar con su cabello. Me recordaba a como se veía después del sexo: lascivo y bien follado. Ojos vidriosos, piel sonrojada y cabello por todas partes. Solo pensar en cómo se veía después del sexo, era suficiente para que mi polla se endureciera como hierro.

Cuando giré su cabeza hacia un lado, noté que sus labios estaban llenos y rojos, mojados con lamidas nerviosas y mordisqueos. Me incliné y los tomé con mi boca, saboreando, con sorpresa, de su lengua la piña de uno de mis caramelos de Hawái. Ahuequé la parte de atrás de su cabeza y lo sostuve cerca, buscando más de esa dulzura apiñada. Jungkook soltaba pequeños gimoJungkooks y gemidos y parecía derretirse aún más en el colchón.

Mi corazón latía con una extraña clase de ansiedad que nunca antes había sentido, como una mezcla de miedo y excitación arrastrándose en uno solo. Este sentimiento era una pesada promesa que era peligrosa también, como si estuviera metiéndome con algo fuera de mi elemento.

Besé sus hombros desnudos y bajé por su cálida piel hasta el ángulo agudo de la paleta del hombro. Podía probar la sal y la luz del sol en su piel mientras me dirigía a besar su espina dorsal. Jungkook miraba sobre su hombro, sus ojos ya estaban un poco desenfocados. El anillo marron bosque alrededor de su iris estaba marcado por el centro color onix oscuro, y sus pupilas estaban negras y enormes. Él de verdad era increíblemente hermoso, y me dejaba atónito que todavía estuviera soltero, que ni Taehyung ni cualquier otro hombre lo hubiese reclamado como suyo.

Era uno de los hombres más dulces que había conocido. Incluso en el corto tiempo que lo conocía, había visto que era un cuidador gentil, lo dulce que era como amigo, y cuán vulnerable se volvía en un mundo que parecía ser mucho más duro de lo que él se merecía. Mientras que mis manos se movían a través de los milímetros de su piel y mis labios recorrían su cuerpo, pensé en lo que podía hacer para hacer su vida mejor... más fáciles.

En primera instancia, podría dejar de ser un imbécil con su amigo. Quizás, él conocía cosas acerca de Taehyung que de alguna forma lo excusaban, o al menos explicaban, su mal comportamiento. O, tal vez, no era mi maldito asunto de todas formas. Sin importar si Jungkook deseaba a Taehyung, lo ayudaría a obtenerlo.

Porque, me daba cuenta que lo que más quería era que Jungkook fuera feliz y tuviera todo lo que su corazón deseara.

E iba a comenzar dándole el mejor orgasmo de su vida.

Alcancé el lubricante y empapé mis dedos antes de deslizar uno a la vez dentro de su cuerpo mientras que con la mano contraria sostenía su polla.

─JiMin ─él gimoJungkook ─. Joder. Joder. Por favor... joder.

─Tu vocabulario es notablemente menos variado mientras más dura se te pone la polla. ─lo molesté en voz baja.

─No puedo... joder. ─Respiró de nuevo. Deslicé mis dedos sobre su glande, y él gimió. Todo su cuerpo se tensó en placer, y su pene saltó en mi mano.

─Eso es. ¿Se siente bien?

La única respuesta de Jungkook fue más sonidos inentendibles. Continué follando su culo con mis dedos y estirándolo con una sola mano, mientras buscaba los condones con la otra. Finalmente, tuve que darme por vencido y usar ambas manos para abrir la maldita caja y el condón, pero tan pronto como estuve listo, me incliné sobre su espalda y presioné la polla contra su agujero, sintiendo el calor de su cuerpo y el agarre apretado de sus músculos a través del fino látex.

Ahora era mi turno de gruñir. ─Cristo, Kook. Mierda, te sientes tan bien.

Él estiró la mano hacia atrás y atrapó mi cadera, dejando que su pecho cayera sobre el colchón. Deslizarme dentro de Jungkook era como volver a casa después de un largo viaje. El alivio era abrumador, y sentía mi garganta apretada. Escondí mi rostro a un lado de su cuello y comencé a moverme lentamente dentro y fuera de él, saboreando cada ruido y apretón de su cuerpo.

─JiMin. ─Su voz sonaba sin respiración y rota, rogando por mí.

─Te sientes tan bien ─Comprendía que era algo que ya había dicho, pero no sabía qué otras palabras usar para describir lo increíble que se sentía estar dentro de él, estar con Jungkook de esta forma mientras que él se veía vulnerable y hermoso.

Las palabras no estaban allí, pero sí los sentimientos. Estos se estiraban y apretaban mi garganta, golpeando el clavo final en el ataúd de mi deseo por él. Esto era mucho más que una aventura, más que algo fingido, y, aun así, yo no había querido esto. No había estado buscando algo como eso. De hecho, me había propuesto deliberadamente evitar enamorarme de alguien otra vez.

Cerré mis ojos y me concentré en el momento. ¿Cuántas veces tendría que recordarme el simplemente disfrutar mi tiempo con él?

─Más duro ─suplicaba ─. Más rápido. Se siente... se... ─Su respiración estaba acelerada y sus manos se enterraban en la piel de mi cadera ─. Es demasiado. Necesito... JiMin, por favor.

Aceleré los movimientos y embestí contra él con más fuerza, ignorando mi deseo de girarlo y así poder mirar en sus ojos mientras lo empujaba al límite. Si hacía eso, si hacía que la conexión entre nosotros fuera más íntima, iba a arruinarlo todo. No quería perderlo por completo, y sabía que si le decía cómo me sentía, estaría cruzando una línea de la que nunca nos repondríamos.

Me arrodillé y con una mano presioné entre sus omoplatos, sosteniéndolo firmemente contra la cama mientras me adentraba en él. Con mis dientes apretados contra las palabras que no podía decir, silenciosamente rogué porque él se corriera. Jungkook se masturbó a sí mismo con una mano, gimoteando y llorando cuando embestía contra él.

Justo cuando sentía mi propio clímax aproximándose, lo escuché gritar mi nombre y sentí su cuerpo tensarse mientras se corría. Mirarlo, escucharlo y sentirlo venirse era suficiente para provocar mi propia liberación, rápida y dura. Era demasiado sexy, retorciéndose y llorando debajo de mí, que me arrancó el orgasmo con una fuerza impactante.

Rugí hasta que boqueé por aire. Mis brazos se sacudieron mientras intentaba evitar colapsar sobre él y aplastar su cuerpo pequeño contra la cama. Después de depositar ligeros besos a lo largo de su cuello y hombros, y murmurar palabras sobre lo hermoso que se veía, lo increíblemente sexy que era, salí de él con cuidado y me giré para encontrar el baño. Regresé a la cama con una toalla empapada para ayudarlo a limpiarse, y entonces, lo moví debajo de las sábanas para que ambos pudiéramos acostarnos juntos y recuperar un poco el aliento.

Jungkook descansó la cabeza sobre mi pecho y adormilado me recorrió la piel con los dedos mientras que los míos encontraban un camino hacia las ondas despeinadas de su cabello. Medio esperaba que se quedara dormido. Él había tenido una semana larga, tratando de balancearse entre cuidar del Sr. Kim y también terminar algo de su trabajo como consultor. Pero, luego de algunos minutos, él me tomó por sorpresa.

─Estaba pensando sobre qué llevar a casa de tu hermana mañana en la noche, y me di cuenta, probablemente va a haber pastel de cumpleaños,

¿verdad? Así que no puede ser un postre. ¿Qué piensas de una enorme ensalada griega? Le pondré aceitunas y pepperoncinis. Algunas veces, le agrego pequeñas tiras de salami también, pero no tengo que hacerlo en caso de que haya vegetarianos.

Él ladeó la cabeza hacia atrás para mirarme con esos preciosos ojos.

Recorrí con el pulgar lo largo de una de sus cejas oscuras. ─No tienes que llevar nada.

─JiMin, soy coreano. Siempre llevamos comida. Es como una clase de requerimiento. Normalmente llevaría cannolis o esos cupcakes de tiramisú que mi mamá siempre hace para las ventas de pasteles. Pero si va a haber un pastel de cumpleaños, debería llevar algo más. ¡Oh! Podría armar una bandeja de antipasto. Con quesos, carne, aceitunas y cosas así. ¿Eso estaría mejor? ─Él acomodó su cabeza de regreso en mi pecho ─. No quiero aparecer con las manos vacías.

─La ensalada suena perfecta. Sé que mi mamá en especial la va a amar ya que no le gusta comer cosas pesadas en las reuniones familiares.

─Oh, bien. Entonces tendremos que ir al supermercado en la mañana y comprar lo que necesito. Tengo un gran bowl de plástico con tapa en donde podemos llevar la ensalada, pero necesito encontrar algo en lo que meter el aderezo.

─¿Qué el aderezo no viene en una botella?

Él se inclinó de nuevo para encontrarse con mi mirada. ─Es aderezo casero. Qué vergüenza, Park JiMin. Qué vergüenza.

Me reí y lo besé en lo alto de la cabeza. ─Lo siento. El mío siempre ha venido en una botella. Pensé que así es como se hacía el aderezo.

Jungkook soltó una risita. ─Lo cosechan de un árbol de botellas, justo así.

─Exactamente.

Un silencio agradable descendió mientras continuábamos compartiendo caricias suaves y disfrutando juntos de la tranquilidad. Sócrates había saltado y hecho su nuevo nido en la mesita de al lado en frente de la ventana, enterrado en una de las camisetas que Jungkook había dejado allí. No había señal alguna del otro gato.

─¿JiMin?

─Mm-hm.

Cuando habló, la voz de Jungkook sonaba sorprendentemente descorazonada. ─¿En qué momento sabes que es hora de alejarte de alguien a quien amas?







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