Capitulo 25
JungKook POV
Cuando finalmente tuve las agallas para salir del baño después de mi ducha, Taehyung estaba acostado de espaldas en mi cama, en su ropa interior y revisando su teléfono como si nada hubiese pasado entre nosotros.
Fui directamente a mi armario y encontré una camiseta limpia y un par de pantalones de dormir, me los puse por debajo de la toalla como un puritano.
─Hombre, te he visto desnudo miles de veces, incluyendo hace diez minutos en la ducha ─dijo Taehyung sin alzar la vista del móvil.
Colgué mi toalla empapada en la perilla de la puerta del baño. ─Ahora es diferente.
Finalmente, él bajó su teléfono y miró hacia mí. ─Sí. Es diferente ahora. Eso es lo que estaba intentando reconocer entre nosotros en el baño, JungKook. Pero, te asustaste.
─Sí, me asusté. Por supuesto que me asusté. ¿Hemos sido solo amigos por años y repentinamente me llamas tu novio de la nada mientras que esperas ducharte conmigo? ¿Qué diablos? ─Estaba más molesto de lo que pensé. Todo este tiempo había deseado que él me reclamara, todo el tiempo que no había querido ser otra cosa que su novio, y ¿era así cómo iba a pasar? ¿Sin ninguna conversación? ¿Sin pedirme salir o inclinarse por un dulce primer beso?
Mi mandíbula se apretó tan fuerte que escuché mis dientes tronar. Tantas palabras luchaban por escapar de mi boca al mismo tiempo, pero algo me detenía.
Este no era el momento para gritarle y regañarlo. Acababa de perder a su abuelo.
─JungKook ─dijo en una voz suave, estirando la mano hacia mí ─. Pensé que esto era lo que tú querías.
Tenía razón. Más o menos.
─Sí, pero no ahora mismo. No así ─Me deslicé dentro de la cama a su lado y me incliné para apagar la luz sobre mi mesa de noche ─. Es demasiado ahora mismo, Taehyung. Pienso que tenemos que pasar primero por el funeral, regresar a la rutina del trabajo, y pensarlo de nuevo cuando las cosas se sientan más estables.
Taehyung apagó las luces de su lado de la cama antes de espantar a Sócrates del pie de la cama en donde había estado enrollado en una bola. Una voz mezquina dentro de mi cabeza soltó un comentario sobre cómo Sócrates tenía más derecho a ese lugar del que Taehyung tenía, pero ignoré decidí ignorarlo. Tanto como había estado esperando estar a solas esta noche, realmente no me importaba tener a alguien sosteniéndome toda la noche. Después de pasar varias noches con JiMin en Canadá, había descubierto lo mucho que disfrutaba no estar en la cama a solas.
No era lo mismo con Taehyung, pero lo atribuí al hecho de que no estábamos teniendo sexo. Seguramente, si estuviésemos follando, las cosas serían tan buenas como con JiMin, ¿verdad?
─Todavía quieres esto, ¿verdad? ─preguntó Taehyung luego de algunos minutos de silencio ─. ¿Me quieres?
─Por supuesto que sí. ─dije en automático. ¿Estaba loco? Siempre lo había querido.
─¿Qué hay de JiMin? ─la voz de Taehyung sonaba genuinamente insegura.
JiMin no estaba en el mercado para una relación, pero no quería admitirle eso a Taehyung. Lo haría sonar como la única razón que escogería a Taehyung por encima de JiMin, y no era cierto.
¿Verdad?
─No quiero hablar de JiMin esta noche. Podemos irnos a dormir simplemente, ¿por favor?
Después de algunos latidos silenciosos, él comenzó a hablar nuevamente. ─
¿Recuerdas cuando encontramos un billete de veinte dólares en el campo cerca del lago?
Pensé de regreso en la escuela secundaria. ─Sí. Querías guardarlo para comprar una Wii, pero yo quería... ─Intenté hacer memoria. Era un nerd absoluto, era lo único que podía recordar.
Taehyung resopló. ─Querías escribir una carta a alguna organización espacial con la petición de que dejaran que Plutón continuara siendo un planeta.
Gemí y me llevé las manos al rostro. ─Tiene lunas, por todos los cielos. Y para que conste, sigue siendo un planeta, solo que es un planeta enano.
Taehyung estiró la mano y me revolvió el cabello. Yo la aparté. No se sentía bien cuando él hacía eso. Era como si pensara que yo era su hermano menor, un sentimiento que tenía a veces sí y a veces no en todo el tiempo que nos conocíamos.
─Oh dios mío, eso me recuerda ─dijo Taehyung, moviéndose de costado para encararme ─. ¿A quién no adivinas con quién me encontré el otro día? Im Hyuna.
─¿Tu novia de la Universidad? ¿Esa Hyuna?
─Sí. La que me hizo callar cuando saqué a colación el tema del matrimonio. Me rompió el jodido corazón. De cualquier forma, ella está viviendo mi sueño ahora mismo. Quedándose en un pent-house ejecutivo de alta clase en el centro de la ciudad, viajando todo el tiempo internacionalmente, y ganando el dinero de un gánster en...
Sus palabras fueron ahogadas por el repentino sonido de las piezas que llevaba en mis bolsillos por años, por fin encajando juntas. Mientras yacía allí, sus palabras finalmente, finalmente me llegaron. Su sueño no era nada como el mío. El mío tenía que ver con una pequeña casita en los suburbios con un jardín en la parte de atrás y quizás una terraza acristalada para los gatos. El mío mezclaba las horas importantes de trabajo con pacientes durante el día y regresar en la noche a los brazos de un esposo amoroso. El mío trataba de noches de juegos los fines de semana con la familia y amigos, y quizás, si tenía suerte, juegos en las pequeñas ligas deportivas, o patinaje artístico o horas de historias en la
biblioteca o todo lo que fuera divertido... con mis hijos, algún día.
Y nada de eso, Nada De Eso, era lo que Taehyung había querido alguna vez.
Una risita histérica se me escapó antes de que pudiera taparme la boca con las manos. Taehyung se congeló.
─Lo lamento. Yo... me olvidé que no te había contado ─Él se veía culpable.
─¿Contarme qué?
─Lo de pedirle a Hyuna que se casara conmigo. Bueno, no me propuse exactamente, así que no cuenta de verdad, ¿o sí? No puedes estar enojado conmigo por eso.
Sí, esa parte había dolido como la mierda. Pero ya lo sabía. La misma Hyuna había venido a mí para preguntarme sobre la mejor manera de rechazarlo. Yo le había dicho que le contara la verdad, que ella tenía unas enormes ambiciones corporativas que no calificaban del todo bien con casarse a una edad temprana. Y luego, me había regresado a mi departamento y lloré como un bebé por cinco días seguidos.
Era agradable escuchar que ella estaba viviendo su sueño.
─Primero que todo, claro que puedo estar enojado contigo ─dije, señalando mi punto con un dedo ─. Porque tú me prometiste un futuro establecido. Te sentaste allí, en la cama en la pickup de tu tío esa noche en el lago, y me pediste que esperara por ti y que así algún día construiríamos una vida juntos, solo tu y yo. Así que sí. Puedo estar enojado contigo por engañarme ─Sentía crecer el enojo después de tantos años de desengaño y golpes al corazón. Necesitaba sacarlo, pero iba a arruinarlo todo─. En segundo lugar ─continué ─. Ya lo sabía. Y tercero, me alegro que ella no dejara que otra persona cambiara el camino que quería para sí misma. Me recordó a algo de lo que quería hablarte.
Ahora, él parecía preocupado. ─¿Lo sabías? ¿Todo este tiempo sabías que le había pedido casarnos a Hyuna?
─Renunciaré a Kim's Corp. Voy a intentar tener mi trabajo en Wilton de regreso.
Él abrió los ojos de par en par. ─¿Qué? No. No puedes hacer eso. Te necesitamos allí. Yo te necesito. Amo estar contigo cada día. ¿Tú no?
Tomé su mano y la sostuve entre las mías. ─No. Lo odio. Odio trabajar detrás de un escritorio. Odio trabajar con protocolos, reglas, y libritos de buenas prácticas. Quiero a mis pacientes de regreso. Necesito a alguien del que ocuparme.
─Puedes ocuparte de mí. ─dijo suavemente.
Negué con la cabeza. ─No. También he terminado con eso. Por mucho tiempo, intenté encajarte en una figura de cartón del novio perfecto. Pero ese no eres tú. Nunca has sido tú. Tienes aspiraciones que no encajan con las mías. Y son geniales. Me encanta lo mucho que amas tu trabajo y lo dedicado que eres a crecer el negocio familiar. Te queda. Puedo imaginarte disfrutando de tu vida en la jet-set con muchos más viajes y emocionantes contratos de ventas. Pero ese no soy yo.
─¿Qué estás diciendo? ¿Qué ya no quieres estar conmigo? ─Su confusión pareció transformarse en enojo justo frente a mis ojos ─. Después de todo este jodido tiempo en que esperabas que yo cambiara, finalmente hago lo que tú querías y ahora ¿hay que olvidarlo? ¿Cambiaste jodidamente de idea?
Su voz se había elevado lo suficiente para preocuparme un poco. Nunca lo había visto ser físicamente violento, pero también era raro que él se enojara así.
─¿Esto es acerca de JiMin? ¿Tú de verdad estás terminando conmigo por un conductor de autobuses glorificado? ¿En la semana del funeral de mi abuelo?
─No estoy terminando contigo. Ni siquiera estamos juntos ─le recordé.
─Casi me engañas ─espetó, quitándose las sábanas y asustando a ambos gatos hasta que se escondieron ─. Me voy a casa.
Lo miré fijamente con incredulidad mientras se ponía la ropa a golpes y pisoteaba sus zapatos. Cuando finalmente se encaminó hacia la entrada, tomó algo del mostrador de la cocina y me lo arrojó antes de salir enfurecido del apartamento y azotar la puerta.
Miré hacia la caja en mis manos, de un color amarillo.
Leche de plátano.
Ahora me sentía como un completo imbécil.
Miré de reojo hacia la puerta cerrada. ¿Él de verdad había estado intentando seriamente empezar algo entre nosotros? O ¿Era la búsqueda de consuelo que en un principio yo había creído que era? La leche de plátano era una de las cosas más significativas que él alguna vez había hecho por mí, y yo lo había arruinado.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro