🍑 Capítulo 84 🍑
Jimin supo que nada andaba bien cuando catálogo aquella sonrisa como una fingida y forzada, era extraño, porque las comisuras de Misuk se encontraban hacia arriba, pero sabía muy bien que esa no era la manera normal de sonreír de su padre, esa era la sonrisa que el omega ponía cuando quería aparentar una familia feliz frente a las personas que visitaban su antigua casa, la sonrisa que Minhae lo obligaba a poner.
Tal vez pudo engañar a sus inocentes sobrinos para que estos dejaran de llorar, pero Jimin ya tenía suficiente experiencia para saber que aquel gesto, de sincero no tenía nada.
─ ¿Será que ya me vas a decir lo que ocurre?
Jimin se había mantenido sentado en el sofá, con sus piernas cruzadas al igual que sus brazos mientras observaba en silencio el extraño comportamiento de su padre, esperando el momento indicado para acabar con aquella farsa.
Misuk fue por un vaso de agua, necesitaba refrescar su garganta y eliminar el nudo que había estado conteniendo por horas. Ahora que sus nietos se habían ido a dormir ya no había razón para fingir que todo andaba bien, porque la realidad es que no podía con la conmoción e impresión de lo que había ocurrido, necesitaba hablarlo.
¿Y qué mejor persona que Jimin?
─ No estoy bien ─ se empino el agua de una sola vez, el menor se dio cuenta de la forma poco disimulada qué sus manos temblaban y comenzó a preocuparse.
─ Me di cuenta de ello hace rato ─ lo supo desde qué le llamó ─. ¿Qué te hizo Minhae? ─ el omega juraba que la alfa tenía que ver.
Misuk negó, ojalá fuera obra de ella, ya no le sorprende o le afecta lo que aquella mujer le haga; pero no es el caso, lo que ahora ha pasado no es más que un recordatorio de los cabos sueltos que dejó a lo largo de su vida, su pasado vuelve a él y honestamente no está seguro de estar listo para recibirlo.
Tiene miedo, se siente angustiado y su pecho duele al recordar su rostro dolido.
─ Entonces ─ dijo ya un poco cansado de no recibir respuesta ─. Comienzas a asustarme.
Ahora Misuk se encontraba caminando de un lado a otro, mordiendo sus uñas e inundando la casa con su olor.
─ Lo ví Jimin ─ finalmente lo había dicho, solo espera que su hijo lo tome a bien y pueda aconsejarle, porque en estos momentos ni él sabe que hacer, se siente tan perdido.
Jimin junto sus cejas ─ ¿A quien viste?
Nunca imaginó que diría esto, mucho menos que a quien de lo dijera fuera a Jimin y ahora agradece haberse sincerado con él, así no tendrá que guardarlo para él solo.
─ Ví a tu verdadero padre.
La expresión de Jimin se volvió verdaderamente sería, sus palabras fueron repentinas y las soltó de golpe, el peligris apenas pudo procesarlas.
El silencio reinó por breves segundos, sólo los desesperados pasos de el mayor se podían escuchar. Mucha confusión y preguntas que a lo mejor no tienen respuesta.
─ ¿L-lo viste?... ─ no sabía si creérselo ─, ¿donde?
─ En el parque ─ la posibilidad de que se haya equivocado de persona no existe, porque al igual que él su omega también lo conoció, era el mismo hombre que dejó ir hace más de treinta años, su rostro había cambiado bastante, pero su aroma era el mismo, el sentimiento que sintió en su pecho fue el mismo, la calidez de su mano fue la misma ─, era tu padre.
Jimin se estremeció y tragó grueso ─ ¿estás seguro?
─ ¿Crees que podría equivocarme de persona cuando su rostro no fue capaz de abandonar mi mente durante años? ─ no había forma, su seguridad era grande.
Incapaz de seguir sentado Jimin se levantó y caminó hasta él.
─ ¿Y qué pasó?, ¿Hablaron?, ¿Pudiste explicarle lo que ocurrió? ─ lo tomó de los hombros.
Misuk sintió el nudo en su garganta y sus ojos picar nuevamente. No era fácil, ni siquiera podía salir de la impresión al haberlo visto nuevamente, en ese entonces su mente estaba en blanco, su omega se encontraba igual, nada era sencillo.
Jimin vio como los ojos de su padre se llenaban de lágrimas y se abofeteó mentalmente por haber sido tan insensible.
─ Está bien, tranquilo ─ lo soltó y tomó su mano para llevarlo hasta el sofá para que descanse.
─ No Jimin, nada está bien ─ se quebró, ya no pudo contener la avalancha de sentimientos.
Era el pero ya no era el mismo alfa que había conocido, ambos han cambiado y aunque le duela ahora sólo son dos desconocidos con un pasado doloroso, debe aceptar que ya nada es como antes, ni siquiera quiso dirigirle la palabra, pero ni derecho de exigirle tiene, porque lo alejó de la forma más cruel, ¿que esperaba? ¿Qué se pondría feliz?
─ El de seguro m-me odia, no debí ir con él… lo hubieras visto, no fue agradable verme, s-sólo lo incomodé ─ confesó entre lágrimas en hipidos que lastimaron a Jimin, no puede imaginar el dolor que su padre ha de estar sintiendo, lamenta mucho que las cosas se hayan dado de esta forma.
─ No creo que te odie ─ no sabe porque lo presiente ─, pienso que al igual que tú no estaba preparado para un encuentro tan repentino, a ambos les faltó tiempo, un lugar más adecuado y bastante valor para intentar hablar y es comprensible que no lo hayan hecho. Así que no te culpes, no es tu culpa que la vida te haya dado una sorpresa de esa magnitud.
El mayor no se contuvo, siguió llorando, dando una imagen vulnerable y frágil. Jimin movió sus manos con gran nerviosismo sobre sus piernas, sin saber que hacer ¿abrazarlo? ¿Eso funcionaba? Recuerda que cuando se sentía fatal por haberse enterado de la verdad por boca de Minhae, Yoongi lo había abrazado y se había sentido bien, también cuando Misuk le había explicado la verdad de su pasado había recibido un abrazo de este y nuevamente se había sentido bien.
Pocas veces recibió muestras de afecto durante su niñez o adolescencia, por eso cuando entró a la adultez se le hizo tan difícil consolar a las personas, cuando veía a Tae o Hobi llorar se sentía incómodo, no le gustaba verlos así, pero tampoco se atrevía a hacer algo más para ayudar, nunca supo qué hacer.
Pero la situación había cambiado, ahora que conocía el sentimiento de ser consolado sentía que podía ponerlo en práctica.
─¿Jimin? ─ dijo el omega mayor un tanto sorprendido al sentir como sus delgados brazos lo acogen, segundos después la mano de su hijo dar sutiles golpes en su cabeza.
─ He visto que esto funciona, ¿lo hace? ─ pregunto atento. Misuk sonrió entre lágrimas y se acurrucó mejor en el pecho de su hijo.
─ Lo hace, no tienes idea como.
Así estuvieron por varios minutos, Misuk se desahogo y Jimin respeto su silencio.
Ahora el menor se preguntaba qué será de la vida de aquel alfa, Misuk le había hablado de él, había descrito a un hombre noble, amable y optimista ¿seguirá siendo el mismo alfa? O los golpes de la vida lo hicieron cambiar.
¿Tomara a bien saber que tiene un hijo que no conoce?
─ Jimin… ─ habló con voz congestionada y ronca por el llanto.
─ ¿Sucede algo?
─ Tienes una segunda hermana ─ los ojos del mencionado se ampliaron ─, una alfa hermosa, ¿sabes lo que significa?
Asintió y afianzó el agarre, lamentablemente así se habían dado las cosas.
─ El ya tiene una familia.
Misuk no llegaría a la vida del hombre que ama para destruir lo que ya tenía, el perdió su oportunidad hace tiempo, lo mejor que puede hacer es dejar que él sea feliz, haciendo como que su encuentro jamás pasó.
Sentado bajo la sombra de un gran árbol ubicado en el centro de su enorme jardín un alfa se mantenía con la mirada perdida sumido en sus pensamientos, permitiendo que la brisa fresca acaricie su rostro y el sonido natural de las hojas al moverse lo distraigan.
Quería un momento de paz, ya que últimamente sus recuerdos martillaban su mente y su cabeza había dolido por la batalla mental que había estado teniendo.
Su alfa había llorado por horas y ¿para qué mentir? Él también lo había hecho. Después de regresar se encerró en su habitación para pensar, pensar por horas sobre lo ocurrido, sintiéndose culpable por haber albergado el deseo de ver el rostro del omega que tanto daño le hizo.
Un hombre mayor, con sus cabellos un poco blancos como muestra de los años que carga sobre sus hombros, años en los que ha luchado, tanto con la vida como con el mismo. Ha podido superarse gracias a su esfuerzo, su mayor impulso fueron las palabras que escuchó en sus días de juventud.
"Eres un muerto de hambre, jamás lograrás nada"
Esa familia casi lo destruye, aunque no es solo culpa de ellos, era obvio que pasaría cuando pones tus ojos en el hijo de tus jefes y peor aún cuando este ya está casado.
Después del rechazo trabajó un par de años, sus jefes fueron un gran apoyo, eran dos ancianos bondadosos que siempre que tenían la oportunidad le decían que les recordaba a su difunto hijo.
Estos se lo llevaron con él al extranjero y pagaron casi todos sus estudios, el alfa les agradeció con el alma, haciendoles el juramento que intentaría ser feliz. Estuvo con ellos hasta que la pareja murió unos años después, para ese entonces él ya se había realizado, tenía una buena carrera y una esposa hermosa.
Los milagros existían y él lo comprobó cuando su cónyuge quedó en estado de embarazo, pues esta al igual que él era alfa.
Vivió en los ángeles 25 años de su vida, donde noche tras noche recordaba el rostro de su primer amor, porque su parte lobuna jamás dejó de extrañarlo, incluso con el pasar de los años el recuerdo parecía fortalecerse.
Después de la muerte de su esposa a causa de un accidente regresó al lugar que lo vio nacer, Corea había cambiado de forma abismal después de 25 años, pues ya no podía ver aquellos paisajes que una vez lo deleitaron, aun así en su mente siguen igual de hermosos.
Sembró un enorme jardín, rodeado de árboles y plantas, recreando aquel escenario donde vivió tantos momentos hermosos, imposible de olvidarlos aunque hayan sido un error.
En realidad este jardín fue un regalo para su hija para que pudiera refugiarse en un ambiente más natural cada vez que quisiera cambiar y andar en sus cuatro patas, o al menos fue la excusa que dio.
Aún faltaban un par de años para jubilarse, por lo que siguió con su profesión de profesor, aunque al principio fue difícil debido a su condición, logró desenvolverse perfectamente con los niños, ganándose la confianza de sus padres debido a los valores y la educación que les inculcaba.
Hangsul sobrevivió al rechazo de su omega, se podría decir que eso lo hizo más fuerte y fortaleció su espíritu, aún después de perder la vista en su totalidad no perdió aquel optimismo, porque la vida le dio una gran recompensa después de todo aquel dolor y no permitiría que eso le impida seguir disfrutando de lo que más ama.
Escucho pequeñas pisadas caminando a su dirección, no necesitaba ver de quien se trataba.
─ Hola, pequeña ─ no importa que ya haya pasado los 18 o si ya había encontrado omega, para él seguía siendo su niña.
Una sonrisa vino a poner fin a su triste expresión después de sentir su lengua lamer su mano, inmediatamente fue y acarició su cabeza, sintiendo su suave pelaje; incluso pudo imaginar su cola moviéndose de un lado a otro y vaya que no se equivoca, aquel lobo gris se encuentra balanceando animadamente su peluda cola.
─ ¿Dónde te habías metido? Te busqué varios minutos ─ preguntó aunque sabía que no recibiría respuesta, al menos no en estos momentos; pero a cambio aquella majestuosa loba se echó sobre sus patas y recargo su hocico sobre la pierna de su padre y cerró los ojos mientras éste acariciaba sus orejas.
Esta había sentido la tristeza del alfa e inmediatamente había corrido hasta él, para estar a su lado.
─ Estaré bien, debo hacerlo ─ debía irse mentalizando que aquello había sido una coincidencia, debía seguir con su vida, aunque doliera era lo mejor.
Tomando su bolsa hecha a base de lana y metiendo su teléfono y billetera Hyebin salió de su casa con un propósito claro en mente.
Después de haber soñado varias veces el mismo sueño la omega supo que ya no le quedaba mucho tiempo, por ello quiere hacer algo que considera importante y necesario, de lo contrario no podrá irse tranquila.
Hyebin había soñado en cinco ocasiones que se reunía con su alfa, la primera vez no le tomó importancia, creyó que se trataba de su subconsciente reaccionando a su más grande deseo, y lo encontró normal. Pero cuando la segunda y tercera vez llegó comenzó a darle másas vueltas, porque no era normal, sobre todo porque después de estos vinieron más sueños, el mismo escenario repitiendose una y otra vez.
El cansancio cada día era peor, al punto de que Yoongi lo llegó a notar y como siempre la obligó a pasar consulta.
Pero todo seguía igual, no había habido un avance, pero tampoco había empeorado. Más pastillas y exámenes, Hyebin estaba cansada, tanto tratamiento la agotaba más que su misma enfermedad.
Tomó un taxi y le dio la dirección a la cual quería llegar. El viaje fue cómodo, la música que se transmitía en la radio la había mantenido distraída.
Hyebin ya había aceptado que su sueño eterno llegaría pronto, no le asustaba para nada; pero no se quería ir dejando asuntos sin resolver. Hace años que conoció a alguien, en ese entonces era solo un cachorro desprotegido y solo, intento ser lo más cercano a una madre para ese niño, pero por más que lo intento el vacío jamás pudo ser llenado.
Jungkook ha tenido una vida difícil, cometió el grave error de depender de una persona antes que de él mismo, su vulnerabilidad y la necesidad de aprecio era tan evidente. Su omega vio en él mucho sufrimiento y desarrolló empatía hacia él.
Ahora que ve el fin tan cerca solo quiere hacerle saber que siempre tuvo fe en él, que lo llegó a querer como su hijo y le duele que simplemente se haya alejado.
Hyebin no sabía la lucha que Jungkook vivía día tras día, pues el omega consideraba que era su problema y debía salir de ahí él solo, porque ya había causado mucho daño a personas que nada que ver con sus acciones, aquellas que lo habían arrastrado a está dura situación.
Pero la omega sabe que Kook aún necesita de sus consejos.
Holii.
Un pequeño resumen de lo que fue na vida de Hangsul, a diferencia de Misuk podríamos decir el si fue feliz.
Y sí, Ryujin es alfa pura ya que nació de dos alfas, por eso su aroma es tan fuerte.
Gracias por leer y cuídense mucho. ❤✨
29/05/22.
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