🍑 Capítulo 56 🍑
Jungkook caminaba a paso lento y cuidadoso por los pasillos de la universidad, el joven omega se desplazaba sigilosamente, mirando a todas las direcciones cuidando de no tener sobre él ojos curiosos; pues de ser así significaba que su actuar era sospechoso y era justo eso lo que trataba de evitar.
Pero para su suerte las personas apenas lo miraban y si lo hacían era solo por casualidad y no por algo importante o que sobresalga.
Suspirando y esforzándose para que los nervios no lo delataran caminaba con la frente en alto, su mirada reflejaba una calma que en realidad no sentía, pues desde la mañana estuvo intranquilo y sobretodo nervioso por lo que estaba pensando hacer.
Lo había pensado varias noches, una solución a su problema o más bien una salida rápida y sencilla.
No importa el riesgo, no importa el dolor a futuro, en estos momentos es él quien tiene el control y se hará lo que ahora cree más conveniente.
Porque su futuro y el de Jungkook no puede ser arruinado por una mala decisión, está seguro que su parte aún dormida le agradecerá algún día por esto. Tal vez en estos momentos no sea un héroe y sus acciones tengan consecuencias; pero está dispuesto a sufrirlas de ser necesario.
Cruzó al pasillo que daba con su salón de clases. Ser la hora de almuerzo le daba una buena ventaja, porque todos sus compañeros y maestros estaban comiendo y para su suerte el salón se encontraba perfectamente vacío. Cuando estuvo frente a la puerta miró hacia los lados de forma disimulada, dándose cuenta que los pasillos estaban solos, desiertos.
Atrapó su labio con sus dientes y sin pensarlo mucho abrió la puerta verde.
Sus movimientos fueron rápidos, su pulso se aceleró debido a los nervios de ser encontrado y atrapado; pues lo que haría no solo era un crimen sino que garantizaba una segura expulsión. Si, definitivamente llevaba mucho que perder, por lo que tendría que ser cuidadoso, ágil y sobre todo no dejar pruebas que puedan culparlo.
Se puso sobre sus rodillas y de la bolsa de su sudadera sacó un gancho pequeño. Había visto muchas veces a Yugyeom haciéndolo, supuso que a él también le funcionaria si lo intentaba. Era curioso que en estos momentos estuviera poniendo en práctica los trucos del beta, tomando en cuenta la posición en la que este estaba.
Qué importa, después de todo jamás se enterara de esto.
Con manos temblorosas y sudadas tomó el pequeño candado que unía las argollas de aquella caja de madera, la había sacado de una de las gavetas del escritorio y la colocó sobre sus piernas para estar más cómodo.
Una fina gota de sudor resbaló por su frente, pues sus manos eran torpes, los nervios lo estaban traicionando y el gancho no parecía ayudar mucho, no recuerda que al beta se le hiciera tan difícil.
─ Mierda ─ maldijo en voz baja al ver que el gancho comenzaba a doblarse y el candado seguía lejos de abrirse.
─ Abre, vamos por favor ─ balbuceó moviendo inquietamente su mano, de vez en cuando miraba hacia la puerta cuidando que nadie se acercara; pues obviamente no tendría una buena explicación y estaría verdaderamente jodido si pasa.
Escucho voces en su dirección lo que lo alertó completamente, reaccionando rápido dejó la caja debajo del escritorio y gateo al otro extremo de este mismo, ocultándose del otro lado y haciéndose bolita para no ser visto, sus manos abrazaron sus piernas y su respiración se detuvo por breves segundos.
Sin embargo las voces pasaron de largo, no tardó mucho para que se volvieran distantes indicándole que se alejaban.
Un muy dudoso Jungkook asomo la cabeza con extremo cuidado, encontrándose solo nuevamente.
Volvió a gatear y tomó la caja. Creyendo que era más seguro estar de ese lado regreso ahí mismo, así si las personas pasaban no lo verían porque estaba oculto del otro lado, la única forma de ese visto sería que entraran y Jungkook rezaba para que eso no sucediera.
Tomó el gancho de nuevo y siguió intentando, había dicho que no se daría por vencido hasta tener lo que quería.
Finalmente después de casi un minuto logró abrirla.
Sus ojos se iluminaron al ver varios billetes y algunas monedas, se trataba del ahorro que habían logrado recoger en todo el año y el cual usarían para su graduación, toda la clase había colaborado. Pero ahí estaba el omega, echándose a la bolsa hasta dejar la caja completamente vacía.
─ Tal vez algún día lo devuelva ─ mencionó para él mismo, aunque en realidad sabía que no pasaría, pues la graduación estaba a días y jamás podría recoger esa cantidad de dinero en tan poco tiempo; ni siquiera un trabajo tenía, además habían tardado un año en llegar a esa suma y no sólo una persona, si no un aula entera.
Volvió a cerrar la caja y la dejó dentro de la gaveta, salió y también cerró la puerta caminando apresuradamente hacia los baños donde se encerró en el último cubículo y se sentó en la caja mientras contaba pacientemente y con más calma los billetes.
Lo haría mañana mismo, no esperaría más tiempo, ya tenía la clínica y también el dinero, todo estaba saliendo a su favor.
Sentados en el escritorio y escribiendo sobre unas páginas con una pluma de punta fina Jimin y Yoongi trataban de concentrarse en su trabajo, cuando en realidad ambos estaban más pendientes en ellos mismos que en las aburridas facturas a llenar.
Si, para ambos era difícil dedicarse a lo que debían cuando sus lobos exigían el contacto del otro y no era solo su parte lobuna, era un deseo que también sentían sus lados humanos y no se molestaban en negarlo; pero ambos entendían que trabajo era trabajo y debían salir con todo si no querían tener problemas con su jefe Kim; quien ya había hablado con ellos, les había felicitado y así mismo también les había aconsejado que no se descuiden de sus labores.
Sin embargo, Jimin podía sentir la mirada del alfa, aquello lo ponía un tanto incómodo, no era desagradable; pero era difícil escribir cuando aquellos ojos lo miraban como si fuera una especie de deidad o ser sagrado.
Yoongi no tenía idea de lo obvio que estaba siendo, aquella mirada boba no se apartaba del bonito omega y más de alguna vez soltó un suspiro enamorado, otro poco y no se le cae un hilo de baba.
Jimin respiro profundamente comenzando a ordenar las páginas por orden de fecha, sus movimientos eran ágiles y cuidadosos a pesar que en realidad estaba nervioso por la atenta mirada, también el aroma de la menta durmiendo sus sentidos y el petricor deleitando a su omega. Si, Jimin tampoco la estaba teniendo fácil, pero este sabía controlarse mejor que el joven alfa.
─ ¿Ya vas a terminar Yoongi? ─ preguntó con voz extremadamente calmada.
Y como el fin de un hermoso sueño el alfa volvió a la realidad y tomó entre sus manos la grapadora.
─ Lo hice hace cinco minutos ─ respondió con la misma tranquilidad engrampando las páginas; perfectamente llenadas, ordenadas y verificadas, algo que sorprendió al omega, pues no esperaba que lo haya hecho en tan poco tiempo o ¿el que había demorado fue él?
No lo sabía, pero tampoco se atrevía a averiguarlo.
"Yoongi dile que luce sexi con los lentes, vamos dilo" ahí estaba la voz de su pervertido lobo, Yoongi no podía ignorarlo, porque en definitiva, Jimin lucía hermoso con o sin ellos, aunque claro, lo de sexi no lo diría si no quería ser terminado antes de cumplir la primera semana.
─ Oye no me mires tanto, es vergonzoso ─ el mayor no lo resistió y mencionó lo que hace rato le venía incomodando, aunque sin querer sus labios se curvaron hacia arriba en una débil y tímida sonrisa que sonrojó al alfa por haber sido atrapado.
─ Disculpa ─ desvío la mirada inmediatamente, sintiéndose de pronto como un maldito acosador.
Suspirando el omega se levantó tomando las facturas que él había ordenado junto con las de Yoongi y las metió en sus respectivas carpetas. Sintió la vista borrosa e inmediatamente supo que los vidrios de sus lentes necesitaban una limpieza; sin embargo no contaba que cuando los retirara las manos de Yoongi se lo arrebataran suavemente.
─ ¿Dónde tienes la franela para limpiarlos? ─ preguntó.
Yoongi quería hacer esto, de alguna forma lo sentía íntimo y la sensación era cálida.
El omega se la entregó y en silencio observó al alfa limpiar los vidrios, era delicado y gentil; como si tuviera miedo de quebrarlos. Pero más cuidado tuvo cuando los dejó completamente limpio y no dudó en ponerselos el mismo, de alguna forma Jimin se quedó quieto sintiendo como su alfa le colocaba los lentes.
Estaban muy cerca, ambos pares de ojos se miraron de forma tímida y sus labios picaron, Yoongi trago grueso; pues aquellos belfos rellenos y jugosos lo estaban llamando cual imán. Desde que los probó por primera vez había quedado con ese pecaminoso deseo, quería embriagarse con su dulce sabor y acariciarlos lenta y detenidamente hasta memorizar su textura.
Sentir el cálido aliento de Yoongi chocando contra su nariz le hacía sentir muchos escalofríos, incluso sensaciones nuevas y totalmente desconocidas. Si, Yoongi lo estaba haciendo descubrir muchas cosas y lo más terrible es que le gustaban y se estaba volviendo adicto a ellas.
─ ¿Vas a besarme o no? ─ fue la voz del omega, solo eso bastó para que Yoongi tomará el impulso necesario para tomarlo por la nuca y unir sus labios en un beso tranquilo, pero profundo.
Suaves, hábiles, dulces y deliciosos, así sabía Park Jimin y Yoongi juraba que aquellos labios bien se podrían volver su perdición; que claramente se lanzaría de brazos abiertos. Jimin tomó sus brazos, pues no encontró donde poner sus manos y mientras Yoongi le acariciaba los belfos él sentía como sus piernas se debilitaban y todo su cuerpo se estremecía por el simple contacto.
Chupo y mordió, Jimin se atrevió a llevar el juego más lejos, Yoongi entendió que si abrió su boca es para que explorará en ella sin reglas y restricciones. Sus lenguas también se conocieron y los chasquidos se podían escuchar claramente en el interior de aquella oficina donde solo las paredes estaban siendo testigos de aquel íntimo momento.
Separándose por falta de aire Jimin gimió bajito cuando su labio relleno fue jalado por los traviesos dientes del alfa, los cuales hicieron leve presión, una que estaba lejos de llegar a doler.
Orgulloso vio cómo los había dejado, más rojos e hinchados, atractivos y adictivos; aunque viéndolo bien no era el único, pues Jimin también se había encargado de dejar huellas y aunque los labios del alfa fueran más finos y delgados había una pequeña demostración del reciente beso, gracias a una mordida en el belfo inferior, justo al costado derecho.
Jimin no sabe en qué momento lo mordió, no tenía idea que podía llegar a hacerlo.
Sabiendo que quizás había cruzado un poco la línea, Yoongi se alejó inmediatamente. Jimin estaba todo sonrojado y su respiración era acelerada, aún así ninguno le dio chance a la vergüenza, más bien necesitaban cerrarle el paso pues esto claramente se volvería a repetir y no podían andarse con timideces.
─ Cuando quieras limpiar tus lentes puedes decirme, me gusta hacerlo ─ mencionó volviendo a su asiento.
─ Claro ─ sonrió yendo también a su escritorio.
Ahora que lo recordaba ─ ¿Tienes pensado hacer algo esta noche? ─su pregunta fue repentina.
Jimin negó ─ No en realidad, ¿por qué? ─ la curiosidad nació.
─ Bueno, no se que pienses al respecto; ¿pero quisieras ir a cenar a mi casa? ─ lo dijo, aunque ahora tenía que lidiar con aquella mirada confusa ─. Verás, mi madre esta necia con que quiere hablar contigo, se lo prometí hace algunos días atrás; pero sentía que era muy pronto, sin embargo ya la hice esperar mucho, claramente la última palabra siempre la tienes tú ─ explicó.
Yoongi no quería presionar al omega, pero tampoco quería decepcionar a su madre.
Jimin lejos de todo lo que el alfa pudiera estar pensando se sintió realmente feliz que la omega pensara en él a pesar que la primera vez que piso esa casa no dio una buena impresión.
Aquello que hizo es algo que aún le avergüenza, es un claro hecho que el alcohol y el no no se llevan bien y no quiere ni recordar lo que dijo e hizo, de ser posible el omega quisiera eliminar ese día.
Aún así quería conocerlo, charlar con él e incluso preparar una cena y convivir agusto; Jimin solo pudo pensar que era momento de levantar su imagen, presentarse como era debido y disculparse por su anterior falta de respeto.
─ ¿Dices ahora en la noche? ─ jugo con el bolígrafo pasándolo por sus dedos pequeños y gorditos.
─ Si, pero si aún no te sientes cómodo, puedo retrasarla unos días más.
─ No ─ contestó inmediatamente ─. Iré, no tengo problema en hacerlo ahora.
Holiii.
El Yoonmin comienza a agarrarse confianza unu.
¿Saben lo que más amo de cuando publico un nuevo capítulo? Leer sus comentarios ❤👉👈
Gracias por leer ♡
27/01/22.
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