🌸 Capítulo 5 🌸
Cuando Yoongi llegó a su casa lo primero que sintió fue el exquisito aroma del guiso que seguramente su madre estaba preparando, su estómago se regocijo en gran manera y la boca se le hizo agua.
Abrió la puerta dejando sus zapatos en la entrada, sus pasos lo guiaron a la cocina donde su madre lucía muy concentrada cocinando, la omega estaba preparando un delicioso caldo de pollo, comida que a su hijo le encantaba y ella amaba consentir al alfa.
─ Huele delicioso ─ camino hacia la omega, esta sonrió al verlo.
─ Bienvenido hijo, la comida ya casi esta lista, puedes ir a cambiarte en lo que yo termino ─ mencionó animada la mujer, si hay algo que amaba era ver la sonrisa de su gatito al llegar a casa, no importa que edad tuviera para ella siempre sería su pequeño alfita.
Incluso si el día de mañana lleva a un lindo o una linda omega a su casa y lo presente como su pareja, o si en algunos años la convierte en abuela de unos hermosos y tiernos cachorros juguetones y mimados, nada la hará cambiar de parecer.
Desde temprano se había puesto a preparar la cena, para que cuando llegara solo se viniera a sentar y disfrutar de su premio.
Porque para la omega el hecho de que Yoongi haya decidido abandonar los estudios para dedicarse a cuidarla era muy valioso. Hace un año aproximadamente se puso muy mal de salud, Yoongi se vio obligado a buscar trabajo para poder sobrevivir, lo que hacía que ella se sintiera mal y un completo estorbo para su hijo.
Pero este la cuido y consintió tan bien que supo que no debía pensar así, que debía poner de su parte para mejorar, era lo menos que podía hacer.
Para su suerte su salud mejoró considerablemente, Yoongi consiguió un buen trabajo y ahora gracias a la madre Luna la vida les estaba sonriendo después de tanto tiempo.
El pálido no ganaba la gran cantidad de dinero, pero era más de lo que estaban acostumbrados a tener, en una semana Yoongi hacía lo que su difunto esposo hacía en un mes, y estaba más que orgullosa de su hijo, porque a pesar de las adversidades lucha por salir adelante.
─ Ok, bajó en unos minutos ─
Dejó un beso en la sien de su madre para caminar hacia las escaleras, las cuales daban hasta su habitación.
Sin embargo cuando llegó arriba se sorprendió al ver la puerta abierta, siempre la dejaba cerrada y duda mucho que su madre haya entrado por algún motivo.
Apresura sus pasos para entrar de una sola, encontrándose nada más y nada menos que con su amigo omega. Jungkook está acostado en su cama abrazando la almohada del alfa, sosteniendo su celular al parecer chateando con quien sabe quién.
─ ¿Jungkook que haces aquí? ¿A qué hora llegaste? ¿Por qué mi madre no me dijo que estabas aquí? ─ el omega rodo los ojos al ser bombardeado por preguntas sin importancia para él.
─ Llegué hace unos 20 minutos, tu madre estaba muy ocupada cuando yo llegué y no me sorprende que ni siquiera lo haya notado, ¿y que? ¿Ya no puedo venir a la casa de mi mejor amigo? ─ dejó su celular en la mesa.
─ Sabes que mi madre no escucha bien, es obvio que si entras y no saludas no te notará ─ acusó y lo único que recibió como respuesta fue que el omega le lanzara la almohada al sentirse ofendido, Yoongi pudo esquivarla con tiempo observando cómo este impactaba contra la pared para después caer al piso.
─ Siempre saludo tonto, ahora no sólo soy un egoísta si no que también un mal educado eh ─ fingió indignación.
Yoongi se dirigió al ropero ─ ya deja el drama ¿a qué has venido? ─
─ ¿Por qué no me contestaste el mensaje?
─ Estuve ocupado en todo el día ─
─ ¿No estás molesto? ─
─ Un poco ─
─ Perdón… ─
Aunque la razón de su repentina llegada era para pedir disculpas por haberse portado como un niño inmaduro, admite que también lo utiliza como excusa para verlo, le hace falta pasar tiempo con Yoongi, incluso si el día de ayer habían estado juntos.
Yoongi suspira rendido al ver la culpa reflejada en la mirada del menor, no puede enojarse, Jungkook aún es un niño al que le falta mucho por madurar, pero aún así es un buen chico, el cual no puede odiar.
─ Entiendo tu punto, pero también te pido que te pongas en mis zapatos, tu más que nadie sabes por lo que hemos pasado, las deudas que tenemos por pagar aún, no me pidas que quede mal en el único trabajo que me esta dando lo suficiente para salir del hoyo en el que estaba metido ─ fue claro y directo, pero sin ser grosero.
Jungkook lo había entendido y ahora estaba tan avergonzado por su actuar que sentía su cara arder por la vergüenza.
─ Lo entiendo, de nuevo perdón… ─ jugó con sus dedos esperando la respuesta de Yoongi, obteniendo una de sus mejores sonrisas en lugar de palabras, el corazón de Jungkook se le volcó en el pecho y su lobo aulló más que feliz, amaba esa sonrisa donde mostraba sus encías rosadas.
─ Ahora podrías darte la vuelta, quiero cambiarme ─
Jungkook sonrió pícaro ─ Yoongi no hay parte de tu cuerpo que no conozca, ¿por qué ponerte tímido? ─
La cara de Yoongi se coloreo de carmín y Jungkook estalló en carcajadas, en ese momento el alfa recogió la almohada y se la lanzó al menor dándole justo en el rostro.
La mañana llegó demasiado rápida para el omega de cabellos grisáceos, quien al sentir los molestos rayos de sol impactar contra su rostro se vio obligado a despertar y rendirse a seguir durmiendo.
Su lobito estiró su cuerpo y sacudió su pelaje para espantar el sueño, Jimin bostezo mientras se levantaba a modo de quedar aún sentado sobre la cama, restregando sus ojos con sus puñitos.
Sus ojitos estaban hinchados por haber despertado recientemente, viéndose incluso más claros de lo habitual, el verde esmeralda resaltaba más producto a los rayos solares, su cabello totalmente despeinado y revuelto, Jimin no tenía idea de que una de sus imágenes más tiernas era cuando recién despertaba.
Su pijama azul dejaba ver parte de sus clavículas debido a que dos de los botones principales estaban sueltos, dejando ver su lechosa piel y su cuello delgado libre de marca.
Cuando se sintió más despierto se levantó completamente de la cama, dejando las sábanas arrugadas y su peluche favorito en el centro de la cama.
Camino hacia el baño para orinar y cepillar sus dientes, todo esto de forma perezosa y lenta, luego ingresó a la ducha y se fue deshaciendo de su ropa hasta quedar completamente desnudo.
Bastó solo quince minutos para sentirse limpio. Con una bata cubriendo su cuerpo y una toalla en su cabello se dirigió a su armario, para buscar algo que ponerse, Jimin no era de esas personas que se complicaban buscando algo lindo, agarro lo primero que vio y unos zapatos que le combinarán.
Y para el omega ese no era problema, ya que todo lo que se ponía lo hacía ver elegante, pero sin llegar a ser extravagante.
Sintió una pequeña bola de pelos restregarse sobre sus pies, exaltandose un poco, pues se encontraba distraído, pero cuando vio de quien se trataba sonrió por primera vez en el día.
Su pequeño gatito se restregaba sobre sus pies y ronroneaba al mismo tiempo buscando atención.
─ Buenos días Sora, ¿dormiste bien? ─ levantó al felino y le acarició la cabecita, el animal comenzó a menear su blanca y peluda cola, encantado con los mimos que su dueño repartía.
Sora era un gatito de raza angora que el omega había recogido de la calle hace unos dos años aproximadamente, tenía una naricita rosada y unos hermosos y grandes ojos azules, los cuales en ocasiones lo observaban tan fijamente que Jimin creía podía ver a través de él.
Su nombre fue escogido por uno de sus amigos, otakus que siempre que tenían la oportunidad lo molestaban y atrasaban cuando estaba trabajando, si no fuera por el cariño que les tiene les cerraría la puerta de su casa y oficina en la cara.
Dejó al felino en el suelo y terminó de vestirse, dándose cuenta que la ropa comenzaba a quedarle floja.
¿Será que estaba adelgazando de nuevo?
Hace poco tuvo un serio problema, debido a su delgadez, no quiere pasar por lo mismo nuevamente, ojalá sea solo su imaginación.
Cuando Yoongi entra a la oficina se lleva dos sorpresas, la primera es que por primera vez Jimin no se encuentra presente, ya que siempre es el omega el primero en llegar.
La segunda y la más extraña para él pálido es encontrarse con dos desconocidos omegas, uno sentado en su silla y el otro en la de Jimin, ambos lo miran fijamente, como si lo analizarán de pies a cabeza.
Sus aromas están mezclados y eso lo confunde un poco, pero no le pone mucha atención a ese interesante detalle, ya que siente que a lo mejor se equivoco de oficina, pero cuando mira sus pertenencias sobre el escritorio descarta esa idea, además las cosas de Jimin también estaban ahí.
─ Hola ─ pregunta con algo de duda y nerviosismo.
El que estaba en su asiento se levanta y se posiciona detrás del otro omega, poniendo sus manos sobre sus hombros, para Yoongi eso extraño pero sigue ignorando.
─ ¿Necesitaban algo? ─ deja sus cosas en su locker, sintiéndose un poco incómodo ¿quienes eran esos dos?
─ ¿Jimin no vendrá hoy? ─ habla por fin uno de ellos, Yoongi observa disimuladamente sus cabellos, tenía mechones verdes en el flequillo, se le veía bien.
─ Si, él nunca falta ─ responde sentándose y encendiendo la computadora, es consciente de las miradas sobre él, los omegas no son nada discretos, eso aumenta su nerviosismo, no le gusta ser observado por mucho tiempo.
Fresas y vainilla, esos eran los aromas que ahora estaban impregnados en toda la oficina, aunque son olores agradables y suaves admite que prefiere el mandarina de su Hyung, simplemente no hay comparación.
─ Soy Kim Taehyung ─ se presentó el de mechones verdes ─ somos amigos de Jimin, perdón por invadir de esta forma, no teníamos idea de que había alguien más trabajando con él ─ y era verdad Jimin nunca les hablo del pálido.
─ Oh, ya veo… en realidad solo llevo unas semanas aquí ─ sonrió levemente en señal de cortesía.
─ Te molesta si lo esperamos? ─ preguntó el otro amablemente, Yoongi negó con la cabeza ─ Soy Jung Hoseok ─
─ Min Yoongi ─
Ambos omegas guardaron silencio para no incomodar al alfa y para matar el tiempo se entretuvieron con el teléfono, regalandose sonrisas cómplices de vez en cuando por algo gracioso que veían en la pantalla, el omega que antes había estado parado se sentó en las piernas del otro al sentir el cansancio en sus pies.
A pesar del silencio el ambiente no era incómodo.
Pasaron unos 15 minutos aproximadamente para que la puerta se abriera y los tres presentes miraran a esa dirección, captando inmediatamente la llegada de Jimin.
Este los miró con una expresión de sorpresa, no es muy normal ver a sus amigos desde tan temprano.
Ya estaba acostumbrado a que estos llegaran sin avisar, e invadieran su Oficina como si tuvieran todo el derecho del mundo, pero no se queja, la compañía del par de omegas era una de las pocas que soportaba.
─ Jimin-siii ─ dijo animado el de mechones verdes al ver a su amigo.
─ ¿Desde que le hora están aquí? ─ se quitó su abrigo.
Ninguno de los dos omegas esperaba que Jimin saludara con la misma emoción, pues todos estos años que llevaban conociéndolo no habían sido en vano, estaban tan acostumbrados a esa desinteresada actitud que el día que este se mostrará de otra manera se preocuparían sin duda alguna.
─ ¿Así recibes a tus únicos amigos? ─ acusó Hoseok, Jimin hizo un pequeño mohín con sus labios al mismo tiempo que rodaba los ojos.
Yoongi observaba en silencio, ¿qué clase de amistad era esa?
─ Min Yoongi ¿cierto? ─ preguntó el de sonrisa cuadrada, Jimin supo que algo planeaba cuando vio esa sonrisa traviesa en sus labios.
─ Si… ─ respondió el alfa algo confundido.
─ ¿Cuál fue tu primera impresión cuando viste a Jimin? ─ habían dobles intenciones detrás de esa simple pregunta.
Por algún motivo que desconocía la cara de Yoongi se sonrojó, sobre todo al recordar su primer pensamiento cuando conoció al omega, algo vergonzoso y que no quiere que Jimin escuche.
No podía decir que cuando puso un pie en la oficina y lo vio ahí sentado, con los lentes puestos y esa expresión adorablemente fría lo primero que pensó fue en salir corriendo, pues la belleza del mayor lo puso exageradamente nervioso y su lobo escondió su cara entremedio de sus patitas delanteras.
─ Ya van a empezar ─ Jimin soltó un bufido molesto, siempre era lo mismo con ellos.
─ Sabes Yoon… ─ continuó el de mechones verdes, Hoseok tenía una sonrisa cómplice en sus labios, era como si ambos estuvieran pensando lo mismo, Jimin comenzaba a ponerse incómodo, de esos dos nunca se sabía que esperar ─ no te engañes, Jimin por dentro es un amor ─ Jimin apretó su puño, quería sacarlo a patadas.
─ Tu lo ves con cara de amargado todo el tiempo, su comportamiento es frío y hostil, pero por dentro es una cosita tierna y adorable a la cual dan ganas de dar mimitos ─ Taehyung sabía que en estos momentos el mayor se debería estar muriendo de la vergüenza, lo confirmó al ver la cara ruborizada y enfurruñada de su amigo, seguramente en estos momentos quería matarlo, a Jimin no le gustaba cuando hablaban de su personalidad tan abiertamente, si querías molestarlo no había mejor opción que esa.
─ ¿Conoces el término tsundere? Jimin es el claro ejemplo de uno ─
Y Yoongi nunca sintió tanta curiosidad por saber el significado de una palabra.
Tsundere: Terminó japonés para describir a una persona cuyo comportamiento inicial es frío, reservado e incluso hostil, pero que gradualmente se transforma en una persona calidad, sensible y amigable.
Perdón por la tardanza, tener la cabeza en cuatro historias es difícil 😖 sin embargo siempre me acuerdo de este fic💞
Comenten y dejen su estrellita, saben que eso me motiva a actualizar Jsjsjsjs🤭
Nos leemos luego, añioo.
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