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🍑 Capítulo 46 🍑

─ Hola ─ Taehyung finalmente respondió, no quería hacer esperar mucho tiempo a su hermana ni seguir torturando a su novio con el molesto sonido de llamada.

Hoseok se dio la vuelta quedando boca arriba para mirar con más comodidad al de mechones verdes; este lo notó y acarició sus muslos para tranquilizarlo, pues a través del lazo que compartían (aún siendo omegas) podía sentir su inquietud.

─ Hola tete ─ no entiende porque, pero noto su voz entre preocupada y cansada; aunque podría asegurar que intentó parecer lo más normal posible; pero es su hermano y la alfa no puede engañarlo.

Taehyung se mueve hacia atrás y coloca su espalda en el respaldo de la cama, cosa que Hoseok aprovecha para abrazar su estómago y comenzar a ronronear al tenerlo así de cerca ─ ¿ocurre algo Noona? ─ va al punto, sabe que Hwasa tampoco se molestará en preguntarle cómo está o como le ha ido en los últimos días.

─ Perdón por la hora ─ responde la fémina, quien a diferencia de los omegas no acababa de despertar, tampoco estaba en la cama.

─ Descuida.

─ Podrías venir hoy por favor ─ suelta dudosa, sabe que después de la última discusión la posibilidad de ser rechazada es alta ─, cuando puedas, tu pon la hora, de todos modos no tengo trabajo hoy.

Taehyung observó a su novio, este lo miraba con gran curiosidad reflejada en sus bonitos ojos ─ si es para pedirme que deje a mi novio no lo haré ─ aclara inmediatamente ocasionando una media sonrisa en los labios de Hoseok quien afianza en agarre volviendo aquel abrazo más fuerte; está contento porque su chico de mechones verdes le da su lugar, su omega también se muestra emocionado.

─N-no… esta vez no será para eso ─ aclara de forma inmediata ─, pero si me urge que vengas ─ Hwasa tiene un gran dilema, algo que le ha quitado el sueño de varias noches. Ahora se encuentra parada a un lado de la ventana mirando como los primeros rayos de sol deslumbran en la punta de los edificios.
Recurrió a esto para distraerse pero no había logrado nada.

A Taehyung le extrañó, pero no quiso preguntar nada aún; sin embargo sabía que aquello era delicado, lo pudo notar desde el primer momento.

─ Está bien, aún no se la hora en la que llegaré, pero ahí estaré antes de que el día acabe ─ mencionó con seguridad.

─ Gracias Tete…

─ Te dejo. Intenta dormir, te escuchas terrible.

La nombrada sonrió, tan bien lo conocía ─ lo intentaré ─ fue lo último que dijo antes de que la llamada finalizará.

─ Qué ocurre amor ─ Hoseok preguntó al momento de que Taehyung dejó el móvil en la mesa de al lado.

─ Mi hermana quiere hablar conmigo ─ respondió colocándose mejor en la cama, Hoseok tomó la sábana y los cubrió a ambos ─ algo le ocurre ─ suelta mirando hacia el techo ─, cuando éramos unos cachorros hizo varios intentos por engañarme; lo lograba con todos, mamá, papá, los empleados; pero conmigo jamás lo logró ─ miró a su novio poniéndose de costado y recargando su mejilla en la almohada para estar más cómodo ─ quiso escucharse tranquila; pero no lo logró.

─ ¿Crees que sean problemas en el negocio? ─ Hoseok pensó en algunas posibilidades y esa fue la más creíble.

─ Tal vez ─ cerró los ojos ─ en unas horas lo averiguaré.

Hoseok lo observó y fue imposible callar lo que sintió en estos precisos momentos ─ Tae… creo que lo mejor es que esta vez vayas tú solo.

El nombrado abrió los ojos de golpe, decir que aquello no le sorprendió sería mentir, pero sabe que detrás de aquellas palabras hay una buena razón.

─ ¿Por qué? ─ pregunta con voz suave y calmada.

─ Pienso que es lo más sensato, mi presencia podría traer incomodidad y no quiero que todo termine como la otra vez ─ soltó con sinceridad ─; sin embargo estaré al pendiente y cualquier cosa no dudes en comunicármelo.

Taehyung sonrió cálidamente, amaba a Hoseok por tantas razones y una de ellas era por lo maduro y comprensivo que podía llegar a ser cuando la situación lo ameritaba.

─ Te amo ─ pensó en voz alta, palabras que no eran una novedad, pues cada que tenían la oportunidad ambos se recordaban lo importante que eran el uno para el otro.










Jimin tenía un gran problema, un doloroso problema.

Su rostro estaba rojo y su cuerpo caliente, tenía algunas gotas de sudor los cuales se deslizaban sensualmente por su tersa piel.

Era el tercer día y el calor del celo lo había vuelto a atacar con fuerza; sus pantalones estaban empapados de lubricante, sus pezones perfectamente erectos subían y bajaban al compás de su desordenada respiración, sus grisáceas hebras se pegaban a su frente y a pesar de que miraba la poderosa erección incluso por debajo de la ropa no podía creer que la causa de ella haya sido pensar en Yoongi.

Los jadeos se volvieron desordenados, su mano picaba por darse placer a él mismo; pero sentía mucha vergüenza, ¿que pensaría el alfa si supiera que se había puesto de esta manera debido a él? Siente pena; no entiende lo que le está pasando, pero duele, necesita atención y los supresores le sirven como burla.

─ Ahh~ ─ un bajo y casi inaudible gemido escapó de sus hinchados labios al sentir el rose de la ropa.

─ No me tocare ─ se dijo a el mismo, intentando convencerse al mismo tiempo.

Sus dedos se movieron y solo arrugó la sábana mientras tiraba su cabeza hacia atrás, cerrando los ojos con fuerza y apretando las piernas.

No podía ignorarse, su omega quería recibir el nudo de su alfa y su entrada palpitante no dejaba de producir lubricante.

Mordió su labio teniendo una enorme batalla consigo mismo, su cuerpo parecía no querer obedecer; porque su mano comenzó a tocarse iniciando por su pecho, sintiendo la fina y delgada tela de aquella camisa casi transparente.

Aquellas rosáceas areolas se podían contemplar duras y necesitadas, la mano se posó por encima de estas, importandole poco si la tela estorbaba; pellizco y tiro ambos pezones erectos, mientras que involuntariamente abría sus piernas y sus gemidos salían como una sensual melodía que solo él era capaz de escuchar.

Ambas manos bajaron lentamente por su pecho y abdomen. Era la primera vez después de varios años que Jimin se tocaba, quizá en su adolescencia utilizó algunos vibradores y juguetes que Tae y Hoseok le conseguían; pero eso fue hace tanto y hacerlo nuevamente se siente raro y vergonzoso.

─ Amgh… s-si ─ finalmente llegó a su entrepierna, no tardó nada en comenzar a masajearla; lo hacía lenta y placenteramente, sus ojos de nuevo se cerraron y sus labios se abrieron para respirar por la boca, mientras en su mente se recreaba la imagen del alfa de cabellos rojizos alentandolo más para que sus movimientos no cesaran.

Pero la tela estorbaba, por eso optó por deshacerse de los pantalones. No andaba ropa interior por lo que de una sola pudo apreciar su poderosa erección y como la posición no era la que deseaba se removió hasta llevar su espalda al respaldo de la cama y recargarla ahí.

Nuevamente abrió las piernas y su mano fue otra vez a su erección, dándose cuenta que de la pequeña abertura ya escurrían algunas gotas de pre-semen. Los primeros movimientos iniciaron acompañados de bajitos y entrecortados gemidos que sin querer dejaba escapar; deslizando su mano de abajo hacia arriba y apretando el glande rojizo mientras que su mano libre se encargaba de estimular una de sus tetillas.

No había espacio para la vergüenza, la mando a lo más profundo de su ser, por eso no se detuvo al abandonar su pezón; su mano ansiosa se dirigió a su rosado anillo anal, el cual por el lubricante estaba húmedo y resvaloso.

─ ¡Ahhh! ─ soltó un gemido alto cuando ingresó su dedo medio, dolía y era incómodo; pero eso no fue suficiente para detenerse.

Sus manos eran las encargadas de darse placer y no sabía a cual ponerle más atención, porque mientras una bombeaba su polla erecta y caliente la otra penetraba su entrada. El dedo entraba y salía lentamente sintiendo perfectamente sus paredes anales asfixiarlo, poco a poco la incomodidad fue desapareciendo volviéndose una sensación placentera que lo motivó a ingresar el dedo índice.

Mordió su labio y sus ojos se inundaron de lágrimas, sus caderas comenzaron a moverse buscando más contacto; un nudo se iba firmando en su vientre avisando que el clímax estaba por llegar.

─ S-si, mm~

Los movimientos de su mano se volvieron más rápido alrededor de su polla, sus músculos se tensaron y sus dos dedos se apretaron más.

Jimin cerró los ojos con fuerza al mismo tiempo que dejaba escapar un sonoro y extasiado gemido que lo hizo temblar.

─ ¡Y-yoongi!.

El líquido manchó su mano, el placer que lo sacudió fue enorme y la imagen en su cabeza se disipó al momento de expulsar la última gota.

Su cuerpo sufrió varios espasmos, los jadeos bajitos eran solo consecuencias de estos; pero cuando se recuperó y abrió los ojos volvió de nuevo a la realidad y el sentimiento de pena lo invadió con fuerza.

─ ¿Qué mierda acabo de hacer? ─ solo con un potente sonrojo.















Taehyung caminaba por los amplios pasillos de la mansión que una vez fue su hogar.

Ver aquellos retratos en las paredes le traía recuerdos de su infancia y aunque toda fotografía suya fue desechada al no desistir de salir con un omega podía ver a través de los cuadros lo que antes era el jardín; su casa del árbol e incluso el comedor donde tantas veces compartió una comida amena con su hermana y difuntos padres.

Soltó un suspiro melancólico, desearía poder ver de nuevo sus fotografías de niño; sus padres se encargaron de quemar todo y no dejarle ni un recuerdo de cuando aún era un cachorro.

Sus padres fueron unas personas duras, incluso en el último momento lo miraron con dureza y frialdad. Esperaban escuchar de su boca un: "dejaré a Hoseok, pueden irse tranquilos" y aunque le dolió ver que dieron su último soplo de vida aborreciendolo jamás se arrepentirá, porque nada ni nadie logrará que deje a su novio.

Siguiendo las indicaciones de la sirvienta caminaba rumbo al despacho de la alfa, donde ella ya lo esperaba.

Apretó la cuerda de su bolso preparándose mentalmente para encarar de nuevo a su hermana.

Dio dos sutiles toques a la puerta de madera, pero pintada con pintura roja; no sabe cuantos segundos pasaron pero luego de unos cortos momentos la conocida voz de Hwasa le permitió la entrada con un simple "adelante"

Así lo hizo. Lentamente entró encontrando a la alfa sentada en la silla cercana al escritorio, tenía su cabello largo y negro revuelto cayendo libremente por sus hombros y pechos; la camisa blanca estaba dabrochada en los primeros dos botones dejando ver sus clavículas marcadas y su piel acanalada, sus manos juntas a la altura de sus labios y sus codos recargados sobre la mesa.

Su semblante era serio, angustiado y decaído.

─ Luces terrible ─ sonrió débilmente, en realidad sintió angustia al verla de esa forma.

La fémina sonrió, Taehyung siempre tan carismático ─ buenos días, hermanito.

La actitud de Hwasa siempre fue contraria a la de Taehyung, a pesar que solo se llevaban cinco años de edad la alfa todo el tiempo se mostró sería, reservada y madura; siendo ella la que en muchas ocasiones le llamó la atención al omega cuando eran más jóvenes.

─ Buenos días ─ respondió. Hwasa apuntó a la otra silla para que tomara asiento, Taehyung así lo hizo.

─ ¿A que he venido? ─ fue al grano, la alfa trago pesado, hablar sobre aquello la hacía sentir insegura y como una burla.

─ Quiero hablar contigo de algo importante, más bien pedirte un consejo ─ su pulso se aceleró, aquello estaba siendo tan difícil y eso que aún no iniciaba.

Las palabras de la morena sorprendieron a su hermano, ¿Hwasa pidiendo su ayuda? Ella tan perfecta y correcta necesitada de un consejo del omega que había deshonrado la familia. Vaya, eso sí que era raro y preocupante, Taehyung se preguntó si estaba soñando o una usurpadora ahora utilizaba el puesto de la pelinegra.

─ Esto es extraño.

─ Creeme que para mi no es fácil estar en esta situación ─ habló avergonzada, sabía lo que estaba pensando su hermano; pero en estos momentos no tenía cabeza para preocuparse por su orgullo.

─ Dime qué ocurre, me estás preocupando.

La alfa apretó sus manos bajo el escritorio para contraatacar la enorme vergüenza que la sacudía en estos momentos, su rostro sonrojado era la prueba más grande de ello.

─ Tae a mi… ─ quería tirarse por la ventana ─, a mi… ─ no, mejor que la tierra se la tragara ─, me gusta otra alfa.

La quijada de Taehyung cayó, su expresión reflejó sorpresa pura y su mano fue a su boca sorprendido.

Hwasa creía que se trataba de una maldición, de lo contrario no explicaría el porque ella también había sufrido el mismo mal que su hermano.

─ ¿Desde cuándo? ─ no sabía qué decir, optó por preguntar algo sencillo.

─ Es menor que mí, vino por el puesto de secretaría hace unas dos semanas.

Dos semanas habían bastado para poner su mundo de cabeza.

─ Quiero conocerla ─ la emoción ya comenzaba a invadirlo.

─ ¿Bromeas? Ni lo pidas, ella no está aquí, la mande a su casa mientras pensaba qué hacer ─ respondió entrecerrando sus ojos.

─ No seas tonta Hwasa ─ consejo pedía, consejo le daría ─, no actúes como una tonta, porque ese papel ya lo llevaste por más de 34 años. Mis padres ya no están aquí, no seas tan cerrada como ellos y pon atención a lo que en realidad quieres.

─ Sabes que me dejaron una gran responsabilidad y una promesa que debo cumplir ─ se alteró.

─ Responsabilidad que has sabido llevar, el negocio ha prosperado muy bien gracias a que solo te has dedicado a él, por eso no hay ningún problema. En cuanto la promesa, mandala a la mierda; mis padres eran unos calculadores de primera, no sigas su camino, a diferencia de ellos estas a tiempo de ser feliz con quien amas; que te valga un pepino si es otra alfa, ya no vivas bajo la sombra de nuestros padres.

─ ¡Taehyung! ─ se levantó de golpe golpeando con sus manos él escritorio y a pesar del sonido él omega no se inmutó.

─ Sabes como soy, siempre digo lo que pienso ─ respondió sereno.

─ ¿Por qué lo haces? Esto no tiene nada de divertido, ¿crees que hablando pestes de nuestros padres solucionarás algo?

─ Digo la verdad y en el fondo lo sabes… Hwasa no vine aquí a pelear, vine aquí porque me interesa la única familia que me queda, porque no quiero que termine como nuestros padres, porque quiero que sea feliz.

La expresión dura de la alfa se suavizó al escuchar esto último.

─ ¿Qué puedo hacer entonces? ─ la frustración de todo el peso que llevaba en sus hombros se presentó como pequeñas gotas de agua que brotaron de sus ojos cayendo sobre la mesa del escritorio.

─ Haz lo que dicta tu corazón, sigue los consejos de tu alfa y no reprimas tus sentimientos ─ respondió su hermano mirando con ojos cálidos a su hermana llorar por primera vez en años.

─ P-per-

─ Pero nada ─ Taehyung se puso de pie y llevó su mano hacia la de su hermana, sin embargo solo rozó su dedo medio con el de ella ─. Ya no tienes que ser algo que no quieres, no me importa si sales con un alfa, un beta, una omega, o incluso un Delta, lo único que me interesa es que comiences a vivir tu vida.

─ Y-yo, no se… ─ sorbió su nariz manteniendo su rostro en dirección del piso, no se atrevía a levantarlo porque era demasiado vergonzoso.

─ No le des tantas vueltas Noona.

Las palabras de su hermano habían penetrado su mente, pero en estos momentos no podía tomar ninguna decisión, más bien debía ir ordenando sus pensamientos; tomando en cuenta lo que Taehyung le había dicho y sobre todo escuchando a su alfa por primera vez en su vida a la cual todo el tiempo y desde que tiene memoria había ignorado.













Holiii. No pensaba actualizar todavía, pero no me aguante jsjsjs.

¿Esperaban lo de Hwasa?

¿Esperaban lo de Jimin 7u7?

Linda noche. ♡

22/12/21.






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