Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

🍑 Capítulo 18 🍑

Yoongi sintió a su alfa encrisparse y gruñir al momento que abrió la puerta de su habitación y se encontró con la desagradable sorpresa de ver su cama arreglada, lista y con unas sábanas diferentes a las que tenía, mientras que su lado racional puso su mano en su cien negando con frustración, tratando de mantener la calma que siempre lo ha caracterizado.

Pero su alfa se encuentra furioso, no puede simplemente ignorarlo, su agrio aroma se expande por toda la habitación, quiere gritar. Le había dicho a Hyebin que no cambiará las sábanas al menos por un tiempo, había sido más que claro y podía apostar todo lo que tiene a que su madre no había sido la responsable, pues la omega jamás hace algo que ya se le ha prohibido.

Esto solo podía ser obra de alguien más, una persona a la cual no obedece, no mide consecuencias, no le importa nada más que cumplir sus caprichos.

Su paciencia llegó a tope, culminando de forma brusca y mostrándose en la expresión de su colérico rostro, el furioso color rojo era intenso, alcanzando a cubrir también sus orejas, sus ojos los cuales normalmente eran de un azul claro ahora estaban oscurecidos, su mandíbula tensa y la vena en su cien marcada.

─ ¡JEON JUNGKOOK! ─ no le importa si su grito se escuchó a varias cuadras de distancia, en estos momentos su mente no estaba en detalles tan poco importantes como esos.

Toda la vida ha dejado pasar sus berrinches, ha perdonado sus faltas, lo ha tratado con total calma, y justamente por eso ahora se cree con el libre derecho de hacer con él y con lo que lo rodea lo que se le viene en gana, pero ya no más, la hora de ponerle un alto había llegado.

Y para su suerte el omega aún permanecia en la casa y lo peor de todo es que todavía tuvo el descaro de sonreírle como si nada cuando lo vio entrar, como si no hubiera violado su privacidad, como si no hubiera tocado algo que para el era valioso y era lo único que lo hacía sentirse cercano al omega al cual también había tratado de forma irrespetuosa.

Era un niño consentido, caprichoso e inmaduro.

No tardo nada para que varias pisadas se escucharan aproximarse hacia él gracias a la vieja madera de las escaleras, y por la velocidad jugaría que venía corriendo.

En estos momentos el alfa era quien tenía más control sobre su cuerpo, pero esta vez no puso resistencia, pues sabía que Jungkook necesitaba una buena reprendida, a ver si después de esto sentaba cabeza. Honestamente no entiende como se demoró tanto para esto, era un hecho que a su lado animal no le agradaba la actitud del menor y solo lo soportaba porque su lado racional le tenía un gran aprecio, pero ahora ambas partes estaban de acuerdo.

El asunto de las sabanas fue el detonante para que explotara.

La puerta se abre de golpe detrás de él. Jungkook lo mira afligido, Hyebin está con él y comparte el mismo sentimiento, el grito de su hijo los había asustado a ambos.

─ ¿Yoongi qué ocurre? ─ preguntó el omega, arrugando la nariz al sentir el aroma del alfa teñido de enojo y muy en el fondo Jungkook supo a qué se debía, por ese motivo su omega agachó la cabeza al presentir lo que venía.

Yoongi quien había estado de espaldas se dio la vuelta encarando al omega menor. Hyebin no supo qué decir al ver esa mirada en el rostro de su hijo, estaba furioso, no hacía falta sentir aquel penetrante aroma para que su instinto se lo diga.

Yoongi mantenía el ceño arrugado, si su madre estaba ahí no le importaba, mejor aún así le dejaría claro también a ella que a partir de este momento el acceso de Jungkook a su habitación quedaba prohibido.

─ ¿Quién de ustedes cambió las sábanas? ─ era admirable que en su voz se escuchará la tranquilidad que su alfa no sentía, ahí la participación de Yoongi.

Jungkook se tensó de forma abismal, su rostro palideció al comprobar sus sospechas, Yoongi estaba molesto y todo por su culpa. Su omega dejó escapar un chillido y se mostró sumiso, esperando las palabras que seguramente lo harían sentir mal, pero se lo merecían, ambos Jungkook por dejarse llevar por sus celos y el lobo por no oponerse y estar de acuerdo a lo que el humano hacía, porque también lo disfruto.

─ Hice una pregunta ─ dijo, esta vez un poco más duro.

Hyebin miro al menor y este le devolvió la mirada pero los ojos grises del omega estaban brillosos, anunciando que quería llorar.

La omega sabía que el azabache había limpiado la habitación de su hijo, pero no sabía que también había cambiado las sábanas. Jungkook volvió la mirada a Yoongi y antes de hablar suspiro de forma temblorosa.

─ F-fui yo ─ confesó. La omega negó con la cabeza, ahora todo tenía sentido.

─ ¿Y se puede saber quién te dio permiso para que lo hicieras? ─ Yoongi no se echaría para atrás solo por unas lágrimas, era por ese mismo motivo que nunca era reprendido, siempre lloraba, siempre se victimizaba.

Jungkook de verdad quería que la omega interviniera y lo salvará, pero esta se mantenía callada, entonces supo que no tenía escapatoria. Apretó el puño al comprender a qué venía todo el problema.

Mandarinas.

Todo por un omega el cual acababa de conocer, un omega el cual lo estaba poniendo en su contra, un omega quien quería interponerse entre ellos y arruinar su amistad.

Jungkook ya odiaba al peligris con aroma a mandarinas.

─ ¿Y cuál es el problema? ─ sus palabras salieron acompañadas de gruesas lágrimas de amargura y tristeza ─ ¿todo esto por unas tontas sábanas con aroma de mal gusto? ─ su cuerpo comenzó a temblar debido a los sentimientos encontrados, rabia, tristeza y decepción, todo junto golpeándolo de un sólo.

─ Eso no es asunto tuyo, ¿en primer lugar con que derecho te metes a mi habitación? ─ el alfa se alteró.

Jungkook iba a decir algo, estuvo a punto de abrir la boca y decir que con el mismo derecho que le daba ser follado por su mejor amigo justo en esa misma cama, pero recordó la presencia de Hyebin y tuvo que morderse la lengua con fuerza.

A pesar de todo respetaba a la omega, además aquello había quedado como un secreto entre ellos.

─ ¿Todo esto por ese omega? ─ evitó la anterior pregunta, planteando una que solo empeoró el pleito entre ambos amigos ─. ¿En serio te molestaras conmigo por alguien a quien acabas de conocer? ─ sollozo. Esto era doloroso porque le hacía ver la cruda realidad, Yoongi no era de él y en cualquier momento se iría detrás de alguien más dejándolo en el completo olvido ─ ¿te gusta? ─

─ Ese no es asunto tuyo ─ lo miró con frialdad.

─ Jungkook por favor detente, y tu Yoongi para esto ─ Hyebin esta vez sí intervino, pero porque la pelea comenzaba a tomar un rumbo que los lastimaría a ambos.

─ ¡No! ─ el pelinegro los miró con resentimiento a ambos, retrocediendo hacia la puerta ─. Perdón omma ─ su labio inferior tembló, la puerta estaba abierta para su suerte, trago con dificultad por última vez y su mirada viajó a la oscurecida de Yoongi.

─ Te odio ─  susurro bajito, casi de forma inaudible. Luego de eso corrió hacia abajo dispuesto a salir de ahí.

Hyebin corrió tras él dejando a su hijo solo. Este ya no se sentía tan furioso, pero tampoco se sentía tan bien como lo había imaginado, sus pies se movieron involuntariamente hacia la ventana con el único propósito de ver al omega; lo vio salir hecho un mar llanto, en esos momentos sacó su móvil y por lo que logró ver le marcó a alguien, todo eso antes de hacerle parada a un taxi y retirarse sin darle mucho tiempo Hyebin para alcanzarlo.










Jungkook había buscado refugio y consuelo en los brazos de aquel beta quien nunca se negaba a brindarle su apoyo, jamás lo haría si se trataba de él.

Yugyeom acarició la espalda temblorosa del omega quien no dejaba de llorar e hipar, lo había escuchado cuando le contó cada una de las palabras de Yoongi, la frialdad en su mirada y lo duro que había sido con él. Jungkook podía ser todo, caprichoso, inmaduro, consentido y todos esos defectos que los demás veían en él, pero sólo él había podido descubrir que detrás de esas actitudes desagradables se escondía un Jungkook sensible y vulnerable.

Un omega que desde los siete años ha vivido prácticamente solo, que fue abandonado por ambos padres y vivió en la calle un buen tiempo, obviamente sería alguien sensible y fácil de dañar.

Jungkook sollozo más fuerte y se aferró a la camisa del beta.

─Tranquilo… aquí estoy ─ mencionó con sinceridad, siempre estaría ahí para él, aunque jamás sea correspondido nunca se alejaría de su lado, haría todo lo que esté en sus manos para protegerlo, porque Jungkook seguía siendo aquel niño indefenso que vio en la calle aquella noche nevada, temblando y llorando debido a la soledad y el frío. En esos momentos el pelinegro tenía diez y el once; lo recuerda muy bien, esa misma noche le había robado a una pareja, cosas pequeñas pero que le sirvieron de mucho para poder mantenerse al menos dos semanas; sin embargo jamás imaginó que de regreso a casa se encontraría con un asustado omega llorando y hecho bolita dentro de un callejón, sin saber a los peligros que se estaba exponiendo.

En ese entonces Jungkook ya conocía a Yoongi, pero era un niño infeliz, que se vio obligado a escapar y buscar la calle, su forma de conocerse fue de lo más extraña, pero desde ese entonces se juro cuidarlo y protegerlo, para ya no verlo llorar de esa forma.

Pero en estos momentos lloraba igual que esa noche, estaba tan quebrado y lastimado que llegó a insultarse él mismo, sentía que había roto su promesa.

Si bien admitía que el mismo se lo había buscado gracias a su actitud, de cierta forma lo entendía. Para un omega tan necesitado de afecto y vulnerable al sentirse solo y abandonado, era evidente que desarrollaría un tipo de apego hacia Yoongi, quién no sólo fue amable y bueno con él, todo empeoró cuando comenzaron a ayudarse en sus celos, el subconsciente de Jungkook fue creando un sentimiento fuerte hacia el pelirrojo, que bien no era correspondido por él mayor para el omega fue imposible ponerle un alto.

─Ya, ya… ya no llores ─ mencionó aprovechando que el omega se había separado solo un poco, entonces llevó sus largos dedos a su rostro para limpiar las lágrimas con sus pulgares, siendo cuidadoso y suave.

─ Es q-que… duele… ─ respondió haciendo un pequeño mohín con sus labios rojos y maltratados por morderlos.

Su lobo se encontraba herido y lastimado, era la primera vez que Yoongi le hablaba de esa manera y lo que más le dolía es el motivo de ello y por más que dolía era algo inevitable, el solo era un alivio en sus días de celo, un omega a quién nunca vería más que como un amigo, una verdad dolorosa.

─ Se que duele, yo vivo con ese dolor todos los días ─ el omega no entendió el significado de aquellas palabras, ni siquiera imaginaba que el mismo dolor que él sentía al no ser correspondido por la persona que ama, Yugyeom también lo experimentaba en carne propia y lo peor de todo es que este a diferencia de Jungkook no tenía con quién desahogarse.

Porque ¿cómo le decía a su mejor amigo que desde el primer momento que lo vio había caído perdidamente enamorado de él, pero que lastimosamente a su corazón había llegado demasiado tarde?










Cuando Yoongi bajó las escaleras no se sorprendió al ver a su madre sentada en la silla frente a la mesa de la pequeña sala, tampoco se le hizo raro ver un segundo asiento a su lado esperándolo específicamente a él, sabía exactamente lo que la omega quería.

Todo enojo se había disipado después de ver a Jungkook huir de casa, desde ese momento su madre no había subido a su habitación, por ende; tampoco la había visto en un buen rato, hasta ahora.

Terminó de llegar hasta pararse a un solo metro de distancia.

La mirada de la mujer conectó con la de su hijo, entonces esta apuntó la silla libre a su lado.

─ Yoongi tenemos que hablar ─ espetó tranquilamente, como si el tema que se fuera a tocar no fuera complicado.

Porque había llegado el momento de aclarar varias cosas, ya no podía seguir aplazando más aquella charla de madre e hijo que debió haber tenido desde el momento que Yoongi trajo a aquel omega ebrio a casa.











Les advierto que varias personas saldrán lastimadas, incluso terceros.

Se que algunas ya quieren cercanía con en el Yoonmin, pero tranquilos, no se desesperen. Quienes han leído mis otras historias saben que me gusta irme con calma pues forzar las cosas no es mi estilo. sin embargo esto es Yoonmin, cuando el momento llegue tendrán hasta para regalar. ❤

Oigan, me da pena preguntar esto, pero es necesario, ¿alguien recuerda el segundo aroma que le di a Yoongi? Juraría que ya lo mencione, pero no encuentro el capítulo… Tengo peor memoria que Dori y se me olvidan incluso algunos datos de los personajes que yo misma creó… así que si alguien lo sabe hagamelo saber en los comentarios 👀

Gracias por leer, próxima actualización hasta el siguiente martes por la noche.

28/08/21.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro