extra. susan lewis is now a friend of narnia
extra. Susan Lewis es ahora una amiga de Narnia.
—Hora de muerte, 19:40. Alguien que le de aviso al señor Lewis...
El doctor cubrió con una sábana el cuerpo que hace unos segundos intentaba revivir. Mientras que una enfermera le rezaba una corta plegaria a Dios para que él admita a tan bonita alma a su reino, terminó con una bendición y se retiró con pesar de la habitación quirúrgica número 2.
Sus zapatos resonaban en el piso del ocupado hospital St. Mary, hasta que logró llegar a la sala de espera.
—¿Familiares de la señora Susan Lewis? —Preguntó en voz alta, aunque sin mirar a nadie. Quizá con la vaga esperanza de que nadie responda a su llamado y no tener que decirle la terrible noticia a la familia.
Aunque su esperanza se vio derrumbada en el momento que un hombre se levantaba y tomaba de la mano a dos adolescentes.
—Charles Lewis, soy el esposo de Susan. ¿Resultó todo bien?
Se notaba que estaba ansioso, sus ojos se veían rojos por el paso de las lágrimas y se podían observar las ojeras que, además, compartía con sus dos hijos.
—Sé que era algo difícil, pero leímos que la primera cirugía experimental fue en 1810, me atrevo a decir que la medicina ha mejorado bastante desde entonces... ¿no es así?
Y al ver la mirada de lástima que provenía de la enfermera, Diana Lewis con sus recién cumplidos 13 años, cayó de rodillas al piso, llorando y negando la situación.
Su hermano mayor David se soltó de la mano de su padre y corrió a consolar a su hermanita. Mientras él también lloraba la noticia.
—Susan Lewis no soportó la cirugía y falleció hace un par de minutos, lo intentamos todo, Señor Lewis. Lamentamos mucho su pérdida.
•••
—Mami es ahora una amiga de Narnia. —Comentó Diana con una sonrisa melancólica, dejando las flores favoritas de su madre en la tumba.
Susan Anna Lewis.
1929-1968
Adorada hermana, hija, esposa y madre.
La tumba se encontraba justo al lado de la de sus tíos Peter y Violet. Y justo detrás estaba la de Lucy y Edmund.
—Di, mamá siempre fué una amiga de Narnia. —David abrazó a su hermana de lado. —Solamente que ahora está con los tíos, con Aslan y con la prima Anna.
—¿Crees que nos está mirando desde el cielo? —Preguntó Diana, separándose de su hermano y dejando un par de flores en las demás tumbas familiares. Especialmente dejando dos rosas en la de Peter y Violet, sin olvidar que ese día sería su aniversario de bodas.
Peter William Pevensie.
1927-1950
Violet Cassiopeia Pevensie.
1927-1950
Que en paz descansen en el sagrado reino de Dios.
—Creo que debe estar molesta porque no le gusta vernos tristes.
—Padre está peor. —Murmuró la menor, observando a su progenitor quién estaba esperándolos en la entrada del cementerio. —La tía Charlotte lo esta presionando para que busque a otra esposa y deje de ser viudo.
Los puños de David se cerraron con rabia. A la tía Charlotte le gustaba hacer las cosas a su modo. Pero Charles había perdido al amor de su vida, no importaba que Susan fuese su segunda esposa; no importaba porque Susan Pevensie le había dado dos hermosos hijos y le había cambiado la vida para siempre.
Se quedaron frente a la tumba de su madre por unos minutos más, admirando como las "no me olvides" las flores favoritas de su mamá se movían al fuerte compás del viento inglés. Y cuando las grises nubes anunciaron que iban a soltar lluvia en cualquier momento, fueron con su padre devuelta a la mansión Lewis.
La casa de los Lewis era preciosa, una casa de la era Isabelina llena de reliquias familiares y cuadros de sus antepasados, al igual que las modernas fotografías que su madre había colocado por los pasillos.
Tenían una gran biblioteca, completa de libros de medicina, leyes, biografías de la realeza y muchos libros religiosos. Pero lo que más le gustaba a los hermanos, era la pequeña repisa con los libros que su madre había escrito años antes de morir. Así que David y Diana se sentaron en uno de los sillones y comenzaron a leer en voz alta, con la esperanza de que su madre y tíos los escucharan donde sea que estén.
—Capítulo uno; Lucy se mete en el armario. Había una vez...
El libro de 271 páginas les atrapó por milésima vez, suspirando en los momentos de sorpresa y riéndose cuando algún personaje decía algo gracioso. Aún cuando habían leído "El león, la bruja y el armario." Miles y millones de veces.
Y Susan Pevensie no podía ocultar su sonrisa mientras observaba a sus queridos hijos recordarla, al mismo tiempo que era abrazada por su hermana y cuñada en el pacífico país de Aslan.
🏹🏹🏹
un extra cortito<3
les recuerdo que ayer publiqué en Catherine. Y ya tengo el próximo capítulo listo para ser publicado♡
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