Gato movía sus pequeñas patas, estaba nervioso, tenía que recoger unos resultados demasiados importantes para él.

Luego de la agonía le entregaron los resultados y como era de esperarse salió positivo, pego aquella hoja junto a su pecho, mientras suspiraba y una sonrisa se apoderaba de su rostro. Su alegría era demasiado notable.

Salió de aquel lugar para dirigirse a su hogar, desde hoy su vida cambiará, tal vez dejaría a un lado aquella vida que solía llevar.

La vida del legendario héroe.

Al llegar a su hogar comenzó a subir las escaleras mientras pensaba en como decirle a su pareja la noticia, al llegar a su habitación se extraño que está se encontrará abierta, con cierto temor ingreso a esta.

—Hasta que al fin llegas —esa voz ronca se escuchó por toda la habitación, haciendo que el felino diera un pequeño salto del susto —¿Dónde estabas?

—Eh... Fui a visitar a Kitty y a los tres diablos — mintió Gato, —No te espera tan temprano.

—¿Sigues aún en contacto con los diablos? Que pueden esperar esos gatos de ti. Nada. Solo les cuentas historias, no eres un ejemplo a seguir, ni siquiera les puedes dar una figura paterna, porque no sirves para nada —le dijo Death mientras que esté se sentaba en la cama para mirar a Gato —Ni siquiera eres bueno en la cama, Gato con Botas.

Gato lo miro con los ojos cristalinos y con sus orejas bajas, se sentía mal ¿Acaso no era un buen ejemplo como padre?

Cuando conoció a los tres diablos los guío por el buen camino, los logro sacar de las garras del Susurrador y lograron conseguir aquel rubí.

—¿Gato? —Death lo llamo mientras se acercaba a él para luego elevarlo en sus brazos —Era una broma ¡Claro que serías un buen padre! ¡Los tres diablos te quieren muchísimo! Solo estaba jugando ¿Si? —beso la cabeza del menor.

—No te preocupes, lo entiendo. —hablo Gato mientras le regalaba una sonrisa.

Al parecer se guardaría su sorpresa, era su secreto.

Les pido perdón por no actualizar pero tenía exámenes en la universidad.

Nos vemos pronto.