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Final alternativo 4

Final alternativo 4: Muerte de Mangel y suicidio de Lolito

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Se escuchó el estridente sonido de un disparo, todos temían lo peor. Creyeron que lo siguiente que verían, sería a Lolito muerto, pero a quién vieron caer, fue a Mangel, con una bala incrustada en el lado izquierdo del pecho.

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Lolito, en cuanto Mangel se distrajo, gritándole a Vegetta, consiguió aflojar un poco el agarre de Mangel, que lo mantenía prisionero. Y trató de quitarle el arma a Mangel.

Pero el chico de lentes opuso resistencia, y ambos comenzaron a forcejear.- Mangel, por favor. Te juro que no me voy a ningún lado, y hago lo que quieras, pero por favor suelta el arma.- Lloró el pelirojo, en un último intento de hacer entrar en razón a Mangel.

Desgraciadamente, el peli-negro estaba fuera de control, totalmente cegado por sus impulsos, e hizo caso omiso.

- ¡Mangel, por favor!- Chilló desesperado el oji-verde.

Mangel estaba incontenible, nada ni nadie podría frenarlo ni hacerlo entrar en razón en ese momento. Al final, por accidente, él mismo terminó tirando del gatillo, disparando su propia arma.

- ¡Mangel!- Lloró Lolito al ver a Mangel desplomarse. El pelirojo se agachó, sosteniendo al azabache en brazos, mientras lloraba.

- Lolo...- Escuchó jadear al peli-negro.

- M-Mangel.- Le tembló el labio, mientras las lágrimas escapaban sin freno de sus ojos.

- Perdón... Lo siento.- Dijo con lágrimas escurriendo por sus mejillas.

- Mangel, vas a estar bien, tú solo quédate tranquilo.- Trataba inútilmente de frenar el sangrado.

- Lolo, escúchame.- El pelirojo miró fijamente a los ojos a Mangel.- Perdón... Por todo...- Se esforzaba cada vez más por hablar.- La única forma... En la que tú estarás seguro... Es si yo muero...

- ¡Mangel, no digas eso!- Lloró el pelirojo.

- Espero que mi muerte compense en algo todo lo que hice.- Dijo con su último aliento.

Lolito rompió desconsoladamente en llanto, abrazando el cuerpo sin vida de aquel hombre que le hizo tanto daño, pero que por más que se esforzaba, no podía odiar, ni alegrarse de su muerte.

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Habían pasado ya unos meses. Ya se habían hecho las investigaciones correspondientes, que probaron qué, efectivamente, Mangel había disparado el arma por accidente, y Lolito quedó libre.

Pero, el pelirojo de ojos verdes, se sentía incluso peor que cuándo vivía el azabache. Y su estado de salud, tanto física como mental se estaba llendo a pique.

Después de aquella horrible noche, Lolito se había mudado un tiempo con Auron. Pero apenas unos días después, quiso volver a su antigua casa.

Sus amigos sabían que eso no le iba a hacer ningún bien. Y quién le ofreció su techo ahora, fue Luzu. El castaño se esforzaba en atender a su invitado lo mejor que podía, pero no sirvió de nada. Lolito seguía hundiéndose cada vez más profundo.

Auron decidió intervenir. Ya que Lolito no quería salir de la cama en todo el día, y cada vez comía menos, pero él no se sentía capaz de ayudar a su amigo, así que se puso en contacto con una psiquiatra del poblado vecino, que podría hacer más por Lolito.

- Y dime, Lolito. ¿Cómo te sientes hoy?- Le preguntaba la peli-negra de ojos azules.

- Como la mierda, igual que siempre, Mónica.- Le respondió.

Mónica era una psiquiatra con más experiencia que Auron. Ya había tenido pacientes similares antes, pero incluso a ella, la situación de Lolito le parecía no tener esperanza alguna. Aún así, no se iba a rendir tan fácilmente.- Y ¿me puedes explicar porqué?

- ¿Que porqué?, ¡Maté a mi novio!

Mónica suspiró pesadamente, cerrando sus ojos.- Lolito, ya hemos hablado de ésto. Tú no tuviste la culpa de nada, Mangel se disparó sólo por accidente. Ni tú ni nadie es culpable de su muerte.

- Fue mi culpa que él se pusiera así.- Dijo llorando.- Si yo lo hubiera obedecido, y no hubiera llamado a Auron, nada de ésto habría pasado, y él seguiría aquí conmigo.

- Si no hubieras llamado a Auron, en éstos momentos el que estaría muerto serías tú.- Le soltó la chica.- Tan solo piénsalo un momento, Lolito. Él solo se la pasaba golpeándote, insultandote, amenzandote, y abusando de tí.

Lolito no podía controlarse, ni dejar de llorar.

- Si no hubieras llamado a Auron esa noche, en éste momento estarías siendo golpeado, o peor aún, ya estarías muerto a manos de Mangel.

- ¡Él podía cambiar!- Gritó llorando.- ¡Si tan sólo yo no hubiera sido tan puto egoísta!... Si lo hubiera ayudado, él habría cambiado.

Mónica ya había enfrentado casos como el de Lolito, dónde la víctima siempre se culpaba y justificaba a su victimario, y era extremadamente difícil hacerles ver la verdad.- Lolito, Mangel nunca iba a cambiar.- Habló, usando un tono tranquilo en su voz.- Por todo lo que me han descrito Auron y todos tus amigos, es muy probable que Mangel tuviera TLP, o bipolaridad, junto con rasgos psicóticos. Es extremadamente común en personas que violentan a sus parejas. Y es extremadamente difícil, por no decir imposible, que logren cambiar.

Lolito no dejaba de llorar y culparse a sí mismo, a pesar de todos y cada uno de los intentos de Mónica, y todos a su alrededor por hacerle ver que era una víctima.

Las terapias que recibía semana tras semana parecían no estar funcionando, y cada vez temían más por el pelirojo, incluso Mónica.

Finalmente, había vuelto a casa de Auron, y el peli-negro se esforzaba día tras día porqué el chico se alimentara y durmiera, ya que parecía debilitarse con cada día que pasaba.

- ¿Cómo va?- Preguntó el moreno, recibiendo a Mónica.

- Debo ser honesta, Auron.- Exhaló la peli-negra.- Lolito va de mal en peor. Sigue culpandose por la muerte de Mangel, y cree que debió hacer más cosas por él.

- ¡Pero que más va a hacer por ese gilipollas!- Exclamó Auron, enfadado.- Le dió su vida, su amor, su lealtad, y lo mejor de él. ¡Y ese gilipollas sólo se encargó de hacerle hasta respirar un infierno!

- Sabes que para las personas como Lolito no es fácil verlo así. Es una perfecta ilustración del síndrome de Estocolmo doméstico. Sigue defendiendo a su agresor aún sabiendo el mal que le hizo.

Auron dejó escapar un profundo suspiro. Sentía que lloraría, tanto por la frustración de ver a su amigo así, y no poder hacer nada por ayudarlo, como por la rabia e impotencia que sentía por no haber hecho nada antes.

- Entiendo que te sientas mal, y que pudiste hacer más por Lolito.- Lo confortó la chica, poniendo su mano en el hombro ajeno.- Pero en éste momento, él necesita que seas fuerte.

- Lo sé.- Respondió, ya más tranquilo.

- Ahora vamos. Lolito ya debe estarnos esperando.- Auron asintió, y ambos fueron a la habitación dónde se debía encontrar el pelirojo.

A pesar de sus años de estudio y preparación, además de su experiencia laboral, ninguno de los dos estaba listo para lo que verían a continuación.

Al entrar a la habitación, vieron con horror que el pelirojo había terminado con su propia vida, colgándose del techo de la habitación con una sábana.

Auron llegó a desmayarse por la impresión, y Mónica se paralizó por completo.

Horas después, un equipo de forenses, comandados por Fargan y Alex, se encargaban de sacar el cuerpo de Lolito de la casa.

Auron fue trasladado a la clínica, dónde Vegetta, Akira, Mónica y Luzu trataban de tranquilizarlo, sin tener éxito alguno.

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Días después, se llevó a cabo la sepultura de Lolito. Rubius fue el encargado de dirigir la ceremonia, con todo el dolor de su corazón. Ya había tenido que dirigir la misa de Mangel, su mejor amigo. Y ahora la de Lolito... Ni siquiera se molestaba en ocultar el dolor que sentía.

Willy, por el contrario, trataba de hacerse el fuerte, pero por dentro estaba destrozado por tener que sepultar a otro de sus amigos. Todos lo sabían, pero preferían hacerle creer al albino que no.

Vegetta intentaba mostrarse fuerte ante los demás. Pero en su privacidad, daba rienda suelta a su tristeza, y se sentía un pésimo líder, por no haber podido salvar a todos.

Fargan y Alex aún no terminaban de asimilarlo. Nunca pensaron que tendrían que presenciar la muerte de alguien a quién consideraron un amigo en algún momento. Y después, tener que recoger el cuerpo sin vida de otro. Todo pasó tan rápido, y estuvieron tan ocupados entre las investigaciones y su trabajo, que ni siquiera tuvieron tiempo de vivir su duelo.

Luzu, a pesar de la impotencia y tristeza que sentía, trataba de sobreponerse, y ser un punto de apoyo para sus otros amigos, que estaban destrozados. Ya había sufrido pérdidas de gente importante antes, así que esperaba al menos haber aprendido algo del pasado. Y vaya que había aprendido. Podía decirse que era quién mejor lo estaba llevando.

Auron, era el que más había sufrido por el deceso, y quién ya ni siquiera se molestaba en ocultar sus emociones.

•~•~•~•~•

Después de las inspecciones, Alex y Fargan encontraron lo que parecía ser una nota de suicidio, escrita por Lolito.

Luego de leerla, sintieron su corazón oprimirse, pero decidieron reunir a todos los demás, y cumplir el último deseo de Lolito.

Todos estaban reunidos en la casa de Vegetta, esperando mi que Fargan y Alex comunicaran lo que tenían que decir.

- Venga ya, daros prisa con lo que tengan que decir.- Dijo Auron, con el estado irritable que tenía desde la pérdida de Lolito. Desde antes de la muerte de Mangel, había decidido terminar su intento de relación con Luzu, y centrarse en ayudar a su amigo, pero ahora sentía que no pudo lograr nada, ni sacar adelante su relación, ni salvar a su amigo.

Alex suspiró, sabiendo lo triste que debía estar su amigo en ese momento.- Bien, Auron. Escucha, que sé que ésto debe ser importante para tí.

Auron se mostró desconcertado por las palabras de Alex, más no dijo nada más.

- Alex, mejor dinos de una vez qué pasa.- Habló ahora Vegetta.

- Vegetta.- Le regaño Akira por lo bajo, por su comportamiento.- Disculpa, Alex. Continúa por favor.

Alex asintió. Tomó una gran bocanada de aire para poder terminar de leer la carta de Lolito, sin quebrarse en el intento, y comenzó la que consideraba una de las tareas más difíciles de su vida.

" Hola, a quién esté leyendo ésto.

Antes que nada, quisiera pedirte que después de mi muerte, reúnas a todos, porque hay cosas que tengo que decirles por separado a cada uno.

Todos se quedaron estáticos, cayendo en cuenta de qué estaba leyendo Alex.

Vegetta, por favor, no te sientas inútil, ni un mal líder. Al contrario, siempre supiste liderarnos, hacernos sacar lo mejor de nosotros, y estuviste dispuesto a todo por tu gente, incluso a sacrificar tu propia vida. Fuiste el mejor líder que pudimos tener, y confío en que lo seguirás siendo. Así que no me decepciones.

Vegetta comenzó a llorar, tratando de ahogar sus sollozos con su mano. Akira no se la pensó dos veces para abrazar a su esposo, que terminó llorando en su pecho.

Rubius, quizá te sientas mal en este momento, quizá no. La verdad no sé que esperar de tí, oso feo.

Rubius no pudo evitar sonreír al recordar aquel apodo que Lolito le había puesto, y que nunca pensó que extrañaría tanto

Pero quiero que sepas, que nada de ésto fue tu culpa. A pesar de que a veces me fastidiabas, siempre estuviste dispuesto a ayudarme. Y te lo agradezco, a tí y a Nieves.

Rubius no pudo evitar que unas pequeñas lágrimas escaparan de sus ojos, al igual que a su esposa. Ambos se abrazaron, consolandose mutuamente.

Willy, sé que para cuándo encuentren ésta carta, ya habrán pasado días, y que debes estarte haciendo el duro, aunque estás igual o más destrozado que los demás. A pesar de que cada vez que había una explosión era culpa tuya o de Fargan, no eres una mala persona, y no hay necesidad de ser fuerte y rudo todo el tiempo. Perdón por hacerte trabajar doble.

Willy no pudo impedirle el paso a una lágrima traicionera, pero logró contenerse y esbozar una tímida y pequeña sonrisa, recordando al pelirojo.

Fargan, al inicio no hacías más que volar todo por los cielos. Pero con el tiempo demostraste que eres capaz de mucho más. Sigue luchando por tus sueños cómo hasta ahora, sé que algún día lograrás ser un gran policía. Perdón por hacerte sufrir tanto a Alexby y a tí con los acontecimientos recientes.

Fargan ya había leído previamente la carta, junto a Alex. Pero aún así, no podía evitar llorar, sintiéndose culpable, y que pudo haber hecho más por Lolito.

Alex, eres una gran persona. Siempre te haz mostrado comprometido con tus amigos, y tú trabajo. Perdón por haberte sometido a tí y a Fargan a tanto estrés. Confío en que seguirás adelante, esforzándote cómo hasta ahora, y sé que algún día verás todos tus deseos realizados.

Alex suspiró, tratando de evitar llorar.

Luzu, eres una de las personas más amables y bondadosas que llegué a conocer. Siempre estuviste dispuesto a ayudarme, a pesar de todo, y te lo agradezco. Nunca dejes de sonreír, ni de ser cómo eres, sé que llegarás a ser alcalde, y que habrá personas que necesiten de tu ayuda. La mejor de las suertes para tí, alcalde.

Luzu no se molestó en ocultar su llanto. Dejó escapar las lágrimas, aún sentía algo de pesar por la pérdida de Lolito.

Y Auron, mi mejor y más fiel amigo. Hay tantas cosas que decirte, y tantas más que debes tener en la cabeza en éstos momentos.

Auron no sabía cómo reaccionar.

Auron, nada de ésto es tu culpa. Hiciste lo que pudiste, pero yo soy un débil, y te pido perdón, a tí, y a todos los demás por eso. Te agradezco por todo lo que hiciste por mí, y confío en que sabrás salir adelante por tu cuenta. Si volviera a nacer, me gustaría volver a encontrarte, y volvieras a ser mi mejor amigo.

Auron no se pudo contener más, y rompió en llanto, totalmente desconsolado.

Gracias a todos, por todo lo que hicieron. Nunca los olvidaré, y si hay otra vida, espero volver a encontrarlos.

Los quiere, Lolito.

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